Sucede a diario que alguien, cualquiera, me levante la mano y abra la puerta de mi taxi y tome asiento y me indique un destino. Sin embargo, detrás de ese alguien cualquiera vinculado a mí a través del azar de las calles, detrás de ese todo absoluto agrupado en un solo cuerpo, hay un pasado, un presente (compartido con mi propio presente) y un futuro que dependerá, en gran medida, de mi pericia en la conducción.
Imaginemos que soy un taxista suicida (o más romántico que Larra) y que tú, usuario potencial, me alzas el brazo y subes a mi taxi sin conocerme de nada pero confiando ciegamente en mí, pues de mí dependerá tu vida. Imaginemos que, tras indicarme un destino cualquiera, te miro y pienso en aquel tema de los Smiths, There´s a light that never goes out («And if a double-decker bus/crashes into us/to die by your side/is such a heavenly way to die) y acelero más de la cuenta, y al chocarnos contra un muro trunco desde ahora y para siempre no sólo mi futuro, que podría importarme una mierda, sino el tuyo también.
Pienso en ello muchas veces: no en chocarme contra un muro, claro, sino en la confianza que muchas veces depositamos en completos desconocidos.
El ser humano no es tan malo, quiero decir.
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Nota: Antes de comentar lo primero que se te ocurra, dale otra vuelta a los dos últimos párrafos.
Todos, constantemente, le estamos comfiando nuestras vidas a completos desconocidos.
Dale otra vuelta más.
13 septiembre 2010 | 00:01
A quienes más miedo me da dar mi confianza es a los médicos y a los banqueros. Ambos te pueden destrozar la vida.
Un saludo.
13 septiembre 2010 | 00:12
Tu también confías en que el usuario de turno no sea un ladrón, asesino o esquizofrenico paranoide…. Si no confiásemos en nadie no saldríamos de casa nunca.
No hay que ser tan desconfiado, quieres decrir…
13 septiembre 2010 | 00:14
llevado a un extremo, los primeros desconocidos son nuestros hijos, ¿quién nos los presentó cuando nacieron?
13 septiembre 2010 | 00:16
Siguiendo la tematica, pienso a menudo en lo expuesto arriba; a diario soy testigo de las imprudencias de conductores «profesionales» que parecen olvidar la responsabilidad en sus manos.
Y profundizando un poco mas, parece que lo natural es confiar en el semejante; aunque la historia humana se empeña en poner ese actuar en tela de juicio.
Pero estoy de acuerdo, el ser humano no es malo,excuseme, no es tan malo…
13 septiembre 2010 | 00:19
Que emocionante ¿no? somos unos kamikaces.
Besux!
13 septiembre 2010 | 00:25
Pasaré unos días por Madrid quien sabe si tendré que poner mi vida en tus manos….
13 septiembre 2010 | 00:27
Puede que estas elucubraciones te lleven a actuar impulsivamente tan solo por el hecho de ver qué pasa y acabes con un bonito trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad.
Todos nos preguntamos, y si hago esto? al menos yo me lo pregunto amenudo. Pero me quedo en mi sitio.
De todas formas creo que te repites con la entrada de hoy. Tengo la sensación de que ya habia leido esto antes.
La vida es así. Azar contínuo.
13 septiembre 2010 | 00:37
Confiamos nuestra vida al conductor de un taxi, de un autobus, del metro, al piloto de un avión, al médico de familia o al cirujano, al monitor de rafting o de paracaidismo, al desconocido que sube con nostros en el ascensor…No siempre sale bien, pero hasta ahora hemos tenido suerte, porque podemos contarla…
13 septiembre 2010 | 00:49
Para que luego digan que el amor es necesario para que tu vida esté protegida por los tuyos, cuando un simple desconocido, por confianza o incluso por simple profesionalidad, la defendería más que cualquier enamorado.
13 septiembre 2010 | 01:07
No he entendido bien lo de dar otra vuelta a los dos últimos párrafos. ¿Para que?
13 septiembre 2010 | 01:24
Sí confiamos en cualquier desconocido, cómo no confiamos en nosotros mismos? Yo creo que dando confianza a los demás sí pasa algo negativo la culpa es del otro. Así nos evadimos de nuestras responsabilidades..entonces nos dedicamos a evadirnos a nosotros mismos y no nos queda tiempo para responsabilizarnos de nosotros ni de conseguir la felicidad. Y a todo esto añado que nos damos por vencidos antes de entrar en combate
Buenas noches
13 septiembre 2010 | 01:30
Este post da un poco de miedo… no queda otra que confiar en los demás, la persona que deja a su hijo en una guardería también le confía la vida de su hijo a un completo desconocido y a su vez le confía su propio futuro porque si algo le pasase al pequeño/a su vida cambiaría por completo y la del padre de la criatura…etc… por fortuna parece que no abundan los psicópatas (de momento). Crucemos los dedos…
13 septiembre 2010 | 01:52
La señora que riega los tiestos colgados de la ventana por debajo de la que pasas todos los dias; la peluquera que a tus espaldas tiene unas tijeras en las manos; el ginecólogo que te tiene indefensa en el potro y a su alcanza decenas de instumentos de tortura; el dentista que introduce un taladro en tu boca; el feriante que dirige con una palanca una vertiginosa atracción; el policia que te saluda por la tarde con la mano en la contura rozando la culata de su pistola….
Marta
http://www.mivibrador.es
13 septiembre 2010 | 02:02
http://es.wikipedia.org/wiki/Principio_de_buena_fe
13 septiembre 2010 | 03:07
Pretty well blog. Thanks for Sharing. Get cheap mp3 players,high quality MP3 players,MP4 players,MP5 players and more from http://www.mymp3mp4mp5.com
13 septiembre 2010 | 04:11
Tu, muestras tus textos a completos desconocidos.
No es tan malo, exponerse, quiero decir.
13 septiembre 2010 | 06:05
De todos los blogs de 20 minutos sin duda y con diferencia este es el único que me llama la atención y me da qué pensar. Enhorabuena 😉
13 septiembre 2010 | 07:46
La vida hay que vivirla y aprovecharla. Disfrutarla en cada momento.
Yo no creo en el destino, es el destino el que tiene que creer en mi.
13 septiembre 2010 | 08:03
También cuando somos peatones ponemos nuestras vidas en las manos de los demás conductores.
De todas formas taxistas kamikaces los hay a montones en China, donde cobran solo por km y no por tiempo en las ciudades. Pa cagarse!
13 septiembre 2010 | 08:05
No queda más remedio que hacerlo.
13 septiembre 2010 | 08:05
me estoy aficionando a tu blog, felicidades por la calidad de tus posts
13 septiembre 2010 | 08:15
Si desayunas churros, te tienes que fiar del churrero podría ser un asesino en serie.
13 septiembre 2010 | 08:16
Un Travis Bickle haría falta en este madrid corrupto.
13 septiembre 2010 | 08:18
Dale una vueltecita tú a tus escritos porque desde los 31 días contigo no levantas cabeza.
13 septiembre 2010 | 08:24
Pues la misma confianza de la de dar la espalda al cliente, puede ser un psicópata y te puede matar…
13 septiembre 2010 | 08:33
Pensar que un taxista no te va a estrellar no es confiar demasiado en la gente, es confiar en el sentido común, lo mismo podría hacer el conductor del un autobus y no lo hace, y normalmente tenemos esa confianza porque no suele pasar y porque existe la policía, así que no te sientas tan libre de pensar eso
13 septiembre 2010 | 08:36
La verdad es que si nos diéramos cuenta de esta evidencia te quedarías sin trabajo. Dejamos la vida en manos de un tipo desconocido que no sabemos ni quien es, ni qué va a hacer, y ni tan siquiera sabemos si viene de comer con sus viejos amigos del instituto y calzádose una doce de licores con hielo.
13 septiembre 2010 | 08:44
PD: es inquietante el parecido de la foto de hoy y la de tu perfil…
13 septiembre 2010 | 08:45
Está bien tu reflexión. Pero yo no diría que esa confianza la depositamos «muchas veces» sino siempre. Todos los días nos echamos a la boca alimentos que han hecho terceras personas en las que confiamos ciegamente. Por citar sólo un ejemplo, ¿quién te dice a ti que el panadero no se dedica a ponerle arsénico a la masa del pan?
13 septiembre 2010 | 08:51
Podía leerte el taxista… o más bien el quellevaba un taxi este fin de semana, que después de saltarse varios semaforos en fase roja de la calle San Bernardo con tres clientes a bordo, dió una tasa de alcohólemia que quintuplicaba lo permitido. Así que claro que estamos en manos del destino de los desconocidos que nos cruzamos a cada paso, de que la señora del quinto no empuje sin querer la maceta de los geranios al pasar por debajo, o de que el que hizo la soldadura de la valla que te separa del vacio no dejase poros que la hayan debilitado con el tiempo… es una cadena que nos une íntimamente a todos.
13 septiembre 2010 | 09:11
Si no confiasemos, una parte, por muy poca que sea de cualquier desconocido (en parte), porque todos por alguna razón u otra a la larga tenemos algo en común, y eso nos da una pequeña confianza (de poder conocerle), nos iría muy mal. Fijate que aún así, la gente de la que confiamos, nos traiciona. Así que no nos queda más remedio, de cerrar los ojos y tirar para adelante y ….pegarnos más de una vez la HOSTIA!!!. Y volver a tropezar en la misma piedra. Y dar una 2ª oportunidad. Y…pensar…si ha pasado, por algo será…Así aprenderé….
13 septiembre 2010 | 09:36
Te falta levantar la mano y cantar el caralsol
13 septiembre 2010 | 09:51
Todos dependemos de todos, yo de ti y tu del repostero, por lo menos en parte, si tu traicionases ese principio no estarías ejerciendo tu libertad, serías un delincuente o un inadaptado, ¿qué necesidad tienes de sentirte libre pensando que puedes matar gente? yo también podría y no lo voy a hacer.
Cuando un taxista pasa tantas horas dentro de una cabina empieza a creerse dueño de la carretera y hace pirulas, y ahora ya dueño de las vidas de sus clientes…
13 septiembre 2010 | 09:52
¿Qué otra alternativa hay a la de vivir a pecho descubierto…?
13 septiembre 2010 | 09:57
Ya estamos con las vueltas y la propedéutica para leer.
Hoy el taxista se cree profundo.
13 septiembre 2010 | 10:08
Si empezamos asi la semana,, mal vamos…
¿ Tenemos q pensar q genero nos pondrá el carnicero y el pescadero?
La semana pasada tuve un rifi rafe con el primero, pondra alguna especie de veneno en mi emperador? y las chuletitas de cordero se las habrá pasado previamente por los huevos?
Si me monto en el metro, y el conductor ha discutido con la mujer y quiere poner a prueba si deja los problemas en casa o se los lleva al trabajo?
Tengo q dejar de follar a pelo con mi marido por si se ha ido de putas y me pega una venerea?
Puff, voy a tomarme un espidifen, q como dice mi madre eso lo cura todo…
Feliz lunes Simpulso, haztelo mirar…
13 septiembre 2010 | 10:11
No entendéis.
Se ha enamorado de un cliente. Y prefiere verlo muerto con él antes que dejarlo libre con otro.
El amigo simpulso se ha cambiado de calzada.
13 septiembre 2010 | 10:13
@ MZ
Que grande jajajaja gracias a ese comentario yo ya me voy a empezar riendo el lunes.
Y que viva el espidifen
13 septiembre 2010 | 10:13
Con perdón, ¿se te va la pinza o qué? Yo si fuese un potencial cliente tuyo y tuviera la opción de coger tu taxi, ya te digo yo que preferiria cargar con mis maletas los kms que hicieran falta.
Esta claro que has puesto un ejemplo sobre la confianza en los desconocidos, pero porque no lo has tirado por otro lado, en el sentido de que haces feliz a la gente, o cualquier cosa menos la de «amenazar» de que sus vidas corren peligro al subir a tu taxi.
13 septiembre 2010 | 10:18
Curioso al menos. Lo más preciado que tenemos, nuestra vida, en manos de un desconocido, a quien, tal vez, no le importe nada.
13 septiembre 2010 | 10:24
SE PARECE A ROBER DE NIRO
13 septiembre 2010 | 10:30
Si analizásemos todos los riesgos de la vida diaria….nos encerraríamos en un bunker el resto de nuestras vidas. Al leerlo me ha recordado al típico personaje de psiquiátrico que teme que el cielo se le caiga encima…..jajaja
madremía… que Dios nos pille confesados!
13 septiembre 2010 | 10:32
???????????? no,hoy no me gusta lo que leo porqueme da miedo.
13 septiembre 2010 | 10:34
Ay, si en mi ciudad (que es la tuya también, creo) hubiera unos 1.000 taxistas como el bueno de Travis (el de la foto que ilustra tu texto, el de la cresta), cada uno con un Magnum 45 y limpiando las calles, qué bonito iba a quedar todo.
Cuanto más veo esa película, más me gusta (y más crece mi afinidad y simpatía por el bueno de Travis).
13 septiembre 2010 | 10:39
No entiendo a qué viene tanto «dale la vuelta» ¿quieres que pongamos el texto reflejado en un espejo y lo leamos del revés?
Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, prácticamente cada cosa que hacemos es un acto de fe o, si prefieres, confianza.
Si desconfiaramos de todo y todos, seríamos unos paranoicos. Y si confiaramos en todos y todo unos ingenuos. Entre medias de esta escala estamos las personas del montón, los que confiamos a medias.
¿Le damos otra vuelta?
Saludos
13 septiembre 2010 | 10:39
Chorrada de blog por dios…
13 septiembre 2010 | 10:45
Temazo de los Smiths …
13 septiembre 2010 | 10:54
Q gran tema el de los Smiths y que gran hombre travis
Representa la anarquia y el fascismo q esta en el interior de cada uno
Bang!
13 septiembre 2010 | 10:59
Si estuviésemos 24 horas desconfiando de todo y de todos sería un sinvivir, no saldríamos de casa y seriámos unos paranoicos. Tampoco confiamos en cualquiera; según de qué se trate, confiamos en personas que se supone que entienden y saben lo que hace.
13 septiembre 2010 | 11:03