El prejubilado, con su traje de chaqueta y su corbata, tomó mi taxi a la salida de un restaurante:
– ¿Podría usted llevarme a la calle Orense, por favor?
Su tono de voz me dijo que había cenado con vino y brindado con champagne.
– ¿Sabe? Acabamos de celebrar la «pedida» de mi hija Sara.
– ¡Estupendo! – dije por decir algo. En realidad no sabía que se siguieran llevando ese tipo de tradiciones previas al matrimonio tradicional.
– No. No se crea.
– ¿No está contento por ella? – pregunté.
– No. Bueno, sí. Por ella, sí. Pero hace dos años ya que falleció mi esposa, y el año pasado se casó mi hijo mayor, y ahora ésta. Ya lo ve: En dos años me he quedado completamente solo, a mis cincuenta y nueve, recién prejubilado, y solo.
Ahora su tono se envolvió en una mezcla de ternura, rabia y derrota. Aquel hombre, tan maduro ya, tenía miedo de llegar a casa y enfrentarse, puede que por primera vez en su vida, a una soledad que él no había elegido.
Y cuando se bajara de mi taxi y llegara a casa iría directo a la nevera para tomar su yogur de todas las noches y se lo comería en silencio, mirando a los azulejos, o a las juntas de los azulejos, o a las raras formas de los dibujos de los azulejos, tratando con ello de no pensar en nada o de llenar sus pensamientos de paja altamente inflamable. Después del yogur daría tres o cuatro vueltas por el pasillo, entrando sin querer en cada habitación de cada hijo que ya no está, sentándose en sus camas que ya no sirven, y luego se acostaría en la suya, en su lado de su cama, con el otro lado siempre intacto, ya sin silueta (en dos años los colchones ceden y vuelven a su ser, pero no los recuerdos) y se pondría a leer, con sus gafas de cerca al límite de la nariz, uno de esos libros que invitan al sueño, pasando una y otra vez por la misma línea sin apenas entender nada, en un insoportable bucle, mientras que por encima de las gafas se le escaparía sin querer la vista a ese hueco vacío, o al retrato de la que fue su mujer durante media vida enmarcado en plata sobre la mesilla izquierda de noche, esa que también sostiene un despertador que ya no usa y los tapones de los oídos que no sirven para las voces de dentro. Y al final se dormiría con la luz encendida y las gafas colgando, y soñaría en blanco y negro sin subtítulos ni nada, cruzando los dedos del alma para despertarse, a ser posible, no a la mañana siguiente, sino a la siguiente vida.
Inmerso en estos pensamientos, al llegar a su destino, no pude evitar decirle:
– Si quiere, esta noche, yo podría dormir con usted.
No debió de entender la auténtica intención de mis palabras: Tras decir esto el hombre me miró raro, me lanzó un billete de 10 € y se marchó rápido, mirando nervioso hacia atrás por si yo le seguía. Abrió también rápido la puerta del portal y desapareció.
Antes de reanudar la marcha, llamé a mi madre.
……………………………………………………………………………………………..
Foto del lienzo «La soledad del límite» (lápiz y aguada), de Golucho
Naces solo y solo te vas pero nadie dice que sea fácil. La soledad impuesta es de las sensaciones mas tristes que existen, a veces el silencio taladra los oídos casi como si tuvieses un botellón en el salón.
Buenos días a todos
01 julio 2010 | 10:20
Vivir solo, no es estar solo. Se puede vivir solo y sentirse muy arropado por familia y amigos con los que puedes quedar regularmente y saber que estarán a tu lado cuando los necesites.
Jubilarse a los 59 es un PRIVILEGIO y, ciertamente, la autocompasión de este relato resulta insultante para muchos.
Lo que este hombre debe echar de menos es unos empleados que le rían las gracias, una mujer que le haga de enfermera y criada y unos hijos que adornen su vida vacía. Me pregunto cuánto tiempo les dedicó a sus hijos y cuántas atenciones dedicó a su mujer cuando aún vivía.
Cuando uno vive para sí mismo y está acostumbrado a que los demás «le cuiden» sólo por ser el «cabeza de familia» tiende a sentirse solo cuando su reino se queda sin súbditos. En cambio para las mujeres suele ser muy diferente. Cuando llegan a la senectud, después de una vida de servilismo y entrega desinteresada a los demás, la soledad se presenta como una liberación, una oportunidad (la última) para vivir SU vida y dedicarse a ellas mismas. Ellas ya conocen su casa vacía porque la han limpiado palmo a palmo miles de veces cuando los demás estaban fuera viviendo su vida.
Ellas no esperarán a que sus hijos las llamen si desean saber de ellos. Ellas por fin tienen la oportunidad de disponer de su tiempo y de hacer todo aquello que siempre han dejado para luego. Ellas pierden sus tiranos para convertirse en reinas.
Le diría a ese hombre y a tantos otros que en lugar de lamentarse por lo que ya no le dan, empiece a darse a sí mismo para variar.
01 julio 2010 | 10:23
LA POBRE VIEJECITA
Rafael Pombo, Colombia,, 1833-1912.
Érase una viejecita
sin nadita que comer
sino carnes, frutas, dulces,
tortas, huevos, pan y pez.
Bebía caldo, chocolate,
leche, vino, té y café,
y la pobre no encontraba
qué comer ni qué beber.
Y esta vieja no tenía
ni un ranchito en qué vivir
fuera de una casa grande
con su huerta y su jardín.
Nadie, nadie la cuidaba
sino Andrés y Juan y Gil
y ocho criadas y dos pajes
de librea y corbatín.
Nunca tuvo en qué sentarse
sino sillas y sofás
con banquitos y cojines
y resorte al espaldar.
Ni otra cama que una grande
más dorada que un altar,
con colchón de blanda pluma,
mucha seda y mucho holán.
Y esta pobre viejecita
cada año hasta su fin,
tuvo un año más de vieja
y uno menos que vivir.
Y al mirarse en el espejo
la espantaba siempre allí
otra vieja de antiparras,
papalina y peluquín.
Y esta pobre viejecita
no tenía qué vestir
sino trajes de mil cortes
y de telas mil y mil.
Y a no ser por sus zapatos
chanclas, botas y escarpín,
descalcita por el suelo
anduviera la infeliz.
Apetito nunca tuvo
acabando de comer,
ni gozó salud completa
cuando no se hallaba bien.
Se murió de mal de arrugas,
ya encorvada como un tres,
y jamás volvió a quejarse
ni de hambre ni de sed.
Y esta pobre viejecita
al morir no dejó más
que onzas, joyas, tierras, casas,
ocho gatos y un turpial.
Duerma en paz, y Dios permita
que logremos disfrutar
las pobrezas de esta pobre
y morir del mismo mal.
Mira tron, el señor de tu relato ha tenido una vida, una pareja, unos hijos, probablemente tendrá unos nietos, está prejubilado luego tiene dinero para vivir y tiene lo más precioso del mundo: tiempo. Se deprimirá una temporada y luego se irá al baile a buscar una churri.
Hay gente que tuvo una familia que mejor olvidarla, que nunca tuvo pareja ni tendrá hijos, que no tendrá jubilación y que no piensa estar acabada a los 59, y si tú te imaginas anciano a esa edad es que eres un niñato o es que estás ya echo un cascajo a tu tierna edad, cuídate y deja de hacer el bohemio….., y deja de deprimir a la gente que con 59 todavía queda mucha tela que cortar.
Besos ternero.
01 julio 2010 | 10:33
Me gustaría poder votar en positivo o en negativo a los comentarios
01 julio 2010 | 10:34
Articulo impresionante. A todos nos has trasportado al piso de ese hombre. Precioso
01 julio 2010 | 10:42
Me gusta lo que escribes y como lo escribes.
Mis padres se tienen el uno al otro y a un conjunto de hijos desperdigados por el mundo que nunca serán lo suficientemente agradecidos.
Cuando los miro y los veo tan mayores se me hace un nudo en el alma que llega a convertirse en dolor físico. Pensar en la de cosas, que sin remisión, quedarán por decir, por hacer, por contar, por preguntar…..
01 julio 2010 | 10:50
Un post triste, duro, pero real como la vida misma. Creo que no estamos preparados para enfrentarnos a esa soledad, que sin quererlo, les llega a algunos demasiado pronto.
01 julio 2010 | 10:52
No voy retorcer la historia como algunos comentarios, por que me ha encantado.
Si los que no nos sentimos solos nos sensibilizaramos, sólo un poquito, con los que si se sienten, como cambiaría el planeta.
01 julio 2010 | 10:55
Enhorabuena por el relato, me ha gustado, a pesar de ser verdad lo que cuentas. Esa soledad es real.
01 julio 2010 | 10:56
«Me ha parecido una historia muy triste pero la foto es de una persona de al menos noventa años muriéndose, y el problema no corresponde a un joven de 59 años tampoco. Creo que se te ha ido la imaginación un poco.»
Y yo creo que eres un spammer imbécil que el día que no le dejen postear su «clica sobre mi nombre», morirá de asco y de hastío.
Así que ya sabéis, 20 Minutos: no permitáis que Larrosa comente más y asunto resuelto. Cansino asqueroso, de verdad, qué grimaza que das.
01 julio 2010 | 10:58
Pues yo soy vieja tengo bastantes mas años que ese hombre y diré:
1. Mi mayor ilusion es que mis hijos prosperen y sean felices y haría lo que fuere por ello. Se que me quieren y no necesito nada mas. Los hijos cuando encuentran pareja debes despedirte de ellos, de tu ascendencia sobre ellos por tu bien y el suyo, totalmente.
2. Yo lo que pediria es que nadie tuviera la potestad de jubilarme. Que yo cuando quisiera lo pudiera pedir a partir de ciertos años. Que no se pensara que no sirvo para nada y que se me dejara seguir trabajando en lo que fuera. Bien es cierto que intento escribir, pintar y pensar en negocios que puede hacer alguien sin dinero y sin ayudas porque ya es viejo.. Cuido el jardía y la casa y si tuviera tiempo recuperaría bordados archivados y ordenaria fotografias y papeles
3. Bien es cierto que tengo marido que siempre cuide y cuido como oro en paño
4. NO QUIERO que ningun hijo mio me tenga que limpiar el culo ni cosas parecidas, prefiero ir a una residencia donde lo hagan desconocidos. Bien es cierto que quisiera poder elegir una residencia donde todos los residentes tuvieran un curriculun parecido al mio porque los viejos no somos una categoria comun.
5. Al llegar a viejo la muerte pierde su aspecto terrorifico porque comprendes que es el unico camino para librarse de un cuerpo que no responde.
6. Ese viejo de la foto no tiene 59 años, lo menos tiene 90
—————————————–
01 julio 2010 | 11:01
Me acaba de ocurrir lo mismo, ayer se fue mi segundo hijo a su nueva casa con su mujer, anteriormente hace 4 años mi primera hija, un poco antes de los dos se fue su padre para siempre …..
yo no elegi nada de toda esta soledad que ahora no se como llevarla conmigo.
cuando te casas eliges a tu compañero, cuando nacen tus hijos has elegido tenerlos, cuando todos se «van» por ley de vida como lo llamanos, es cuando yo me pregunto, y ahora que ?
esta soledad no la he elegido.
01 julio 2010 | 11:05
Y, luego el deterioro de los viejos los hace desagradables para si mismos y para los demas, es facil asumirlo cuando lo sientes tu mismo. No hay por que asombrarse ni extrañarse de que incluso los hijos lo sientan aun cuando te quieran y se sientan culpables a lo mejor . Los hijos han de mirar al futuro y a sus propios hijos y no pueden estar anclados en el pasado, ni sufrir demasiado por los que se van irremediablemente.
01 julio 2010 | 11:07
Jajaja, fue un poco descarada tu propuesta, pero me gustó.
01 julio 2010 | 11:17
Al final también dormiste solo, ¿no? Pues entonces ese hombre está solo por lo mismo que tú, siempre podría encontrar un amigo en la cola de su oficina bancaria todos los días uno de cada mes para comprobar que han ingresado su paga. (Hoy he tenido que ir al banco, he aguantado que quince jubilados se colaran para: sacar 100€, meter 50, sacar 20, ingresar 80, retirar otros 70 y hacer a su nieto recien nacido un seguro de vida…)
01 julio 2010 | 11:26
Triste… pero real
01 julio 2010 | 11:27
https://www.youtube.com/watch?v=iKaEgHHvjx4
01 julio 2010 | 11:28
Muy bueno. Me encanta que con un articulo así la gente piensa un poco en los padres y las madres que ya no tienen a su gente en casa, por un motivo u otro. Gracias.
01 julio 2010 | 11:35
@SENDA
La soledad acompañada es estar rodada de gente o de otra persona, pero que ellos estén a lo suyo y hagan como que no existo.
01 julio 2010 | 11:36
Conmovedor relato…
supongo que será ley de vida, pero realmente los hijos somos muy egoistas. Ellos que se han dejado media vida por nosotros…
01 julio 2010 | 11:37
Es lo mejor que has escrito en mucho tiempo.
01 julio 2010 | 11:42
Buenos días…
Este texto expone el tipo de belleza que siempre intento explicarle a mi madre… Belleza triste, pero no menos impresionante 🙂
Lara me ha encantado lo que has puesto:
“…Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante (…)
Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo… ”
Nos pasa a todos…
Feliz día! 🙂
01 julio 2010 | 11:46
yo, con 35 ya sé lo que es éso, no hace falta llegar a viejo.
01 julio 2010 | 11:48
Aunque la historia no me la creo,sobre todo tu toque final peliculero tan típico tuyo, sí invita a reflexionar sobre la soledad. En la vida estamos solos, la gente tiene hijos para no sentirse solos pero llega un momento de la vida (el peor de todos) en que estos ya no están y vuelve la soledad más absoluta. Y muchos no cuidan su vida aparte de la familia y luego lo pagan. Todos queremos llegar a viejos pero nadie quiere serlo.
01 julio 2010 | 11:52
Me ha encantado lo que ha escrito Rosaura Cafa. Yo de mayor quiero ser como usted. Desde que era pequeña, una noche, comprendí la realidad del tiempo, por casualidad, y desde entonces me duele pensar que algún día mis padres no estarán. Cuanto más tiempo pasa, más tengo esa sensación de angustia. Además, son tal para cuál, nunca están separados, van juntos a todos lados, y sufro pensando cuál de los dos se quedará solo algún día, y se me hace un nudo en el estómago. Ellos quieren lo mejor para mí, pero no puedo evitar desear lo mejor para ellos. A mí no me importará estar sola, lo que me importa es que los demás sufran por mí como yo sufro por mis padres, y quiero pensar que ellos piensan como usted y como yo. No soporto la idea de que sufran.
01 julio 2010 | 11:53
El mejor complemento a este trago, la canción «Llegar a viejo» , de Serrat.
Es otra forma de decir lo mismo y ¡enormes las dos!
Y un consejo: decid menos que váis a llamar a vuestros padres y hacedlo!
01 julio 2010 | 11:57
El mayor merito del relato no es la forma tan cercana de describir las cosas ( me parece un relato precioso, triste pero precioso ), desde mi punto de vista el merito está en abrir varios debates al mismo tiempo.
Me explico.
Un debate es si una persona con 59 años debe ser prejubilada o no, porque hay casos donde es una pena por lo que aporta de conocimientos a la empresa y otros casos donde esa persona hace lo mínimo en la empresa ( fotocopias, archivar, coger el teléfono, portero, etc…), cuando una persona joven y con ganas lo haría con más brío y rendimiento. Hay muchos tipos de prejubilados pero algunos dejan mucha tranquilidad cuando se marchan…
Otro debate es la soledad.
Yo personalmente pienso que el que está solo es porque quiere, una persona mayor debe salir con gente su edad y hablar de sus cosas, irse a tomar un café, pasear, ver museos, etc., hay muchas cosas que se pueden hacer cuando una persona se jubila, yo conozco jubilados que no paran en casa y otros que entran en la soledad y la depresión ( de la que no se ha hablado, me extraña ), y cuando sus hijos los visitan en lugar de preguntarles por sus cosas no hacen más que repetir que están muy mayores y se quieren morir, que esta vida no tiene sentido y que acabamos siendo basura.
Este último caso lo he vivido tanto por mi parte como por parte de la familia de mi mujer.
¿Con que ánimos sale de una casa una persona que está peleando con fuerza para salir adelante con dos niños, trabajando de autónomo, sin tiempo casi para uno mismo ni para sus aficiones y cuando visitas a una persona jubilada se encuentra este panorama?.
En el otro extremo he conocido gente mayor que tenía la ilusión y las ganas de una persona joven, incluso más ganas de vivir que muchas personas jóvenes que son ancianos con 30 años.
Gente que quería viajar, leer, estudiar por pura afición, interesadas por la cultura, por el deporte, por la alimentación ( se cuidaban ), etc.
Yo cuando me jubile sin lugar a dudas quiero ser como los últimos.
Otro debate es si los hijos deben cuidar de los padres cuando estos son mayores.
Yo tengo dos hijos y no quiero amargarles la vida cuando sea mayor, ni quiero dejarles sin vacaciones año tras año cuidándome y viendo pasar el tiempo.
Yo quiero que mis hijos disfruten de la vida, que vengan a verme de vez en cuando pero que se marchen de vacaciones y disfruten con intensidad esos días de vacaciones, y luego que me lo cuenten todo y me enseñen las fotos del viaje y nos riamos juntos.
Pienso, bajo mi humilde punto de vista, que de esa forma guardaran un mejor recuerdo de mi cuando ya no esté que si les amargo las vacaciones hasta que me muera.
Tanto las personas jóvenes como las mayores deben aprender a escuchar la felicidad de los que les rodean.
01 julio 2010 | 12:04
La vida si no se trunca antes de tiempo es larga, hay quien no sabe aprovecharla, solo pasa por ella.
Hay que ir preparandose para la muerte y tambien para la soledad , son ley de vida.
Cuanto antes estes preparado menos te dolera.
01 julio 2010 | 12:08
Daniel que pena que ese hombre no entendiera la intención de tus palabras… porque es precioso lo que le ofreciste… Le ofreciste la compañia de otro ser humano con mucha empatia.
Besos…..
01 julio 2010 | 12:11
Lo siento, chicos, pero creo que sí elegimos esta soledad.
La elegimos cuando decidmos tener hijos (sabiendo que un día tendrán que irse)
La elegimos cuando nos unimos en pareja (sabiendo que, excepto en caso de accidente de tráfico, el otro se puede ir antes)
La elegimos cuando nos dedicamos a valar nuestras casas y nuestras vidas para dejar entrar sólo a unos pocos (sabiendo que cuantos más dejaras entrar más fácil sería no quedar en soledad)
Ya digo, sí que, en el fondo, la elegimos.
01 julio 2010 | 12:19
La solución para que los mayores no se queden solos ¿cual es?, ¿que se marchen a vivir con los hijos?, el 99% de casos de gente mayor que conozco no se quiere ir a vivir con los hijos por lo que representa de perdida de libertad y espacio. Cuando uno vive solo hace lo que quiere y a la hora que quiere, pone en la tele lo que le gusta, come lo que quiere y a la hora que quiere, se levanta cuando quiere, entra y sale cuando quiere. Cuando uno vive con más gente ( ya seas joven, maduro o viejo ) tiene que atenerse a unas normas mínimas de convivencia y organización.
Y eso a la mayoría no nos gusta, preferimos ser libres de decidir lo que queremos.
Por no hablar de los problemas de convivencia que surgen cuando viven muchas personas en la misma casa ( ya seas joven, maduro o viejo ).
Es un tema para debatir con muchos matices…
01 julio 2010 | 12:20
Armando, lo que pasa es que si directamente no tienes hijos también estarás solo, y si directamente no tienes pareja también estarás solo.
Hagas lo que hagas si no te relacionas con gente de tu edad y eres sociable y amable, irremediablemente estarás solo.
Pero la culpa no es de los demás, es de las personas poco sociables y que no se preocupan en nada de los demás.
En este país siempre la culpa de nuestra situación la tiene otro.
01 julio 2010 | 12:26
Me ha encantado tu entrada de hoy… triste pero preciosa.
En mi casa se está viviendo algo parecido…
Gracias
Un abrazo
01 julio 2010 | 12:27
una d las mejores entradas tuya q he leido, m encanta =)
01 julio 2010 | 12:33
jajajajaja, anda que si te dice que subas a su casa…
Muy bonito pero como siempre piensas de más… y ahí tienes a tu propia soledad campando a sus anchas.
01 julio 2010 | 12:44
Me ha gustado mucho como describes ese sentimiento, impecable.
La primera vez que vi «Los puentes de Madison» (confieso que la he visto más de una) casi acabo llorando a moco tendido, y no por mí, sino por mi madre y todas las madres como la mía. Personas que sacrifican su propia felicidad por la de sus hijos.
Sería estupendo que estas madres y padres cultivaran un poquito más su parcelita personal para, llegado el momento, no sentir ese vacío tan grande, pero quién puede reprochar nada a unas personas que son capaces de poner los intereses de otros (aunque sean sus hijos) por encima de los suyos propios.
Solo una cosita Simpulso, ten cuidado con ofrecerte tan abiertamente a lamer las heridas ajenas 😛 Aunque demuestras tener una gran capacidad de empatía a las personas les asusta un poco 😀
Saludos
01 julio 2010 | 12:55
Es que lo que pasa con esta vida es que nadie nos prepara para la soledad. Nos creemos que por tener o formar una familia ya estamos curados para siempre y es un error que no acabamos de asumir. La verdadera enseñanza de esta vida debería ser el saber encontrarnos solo con nosotros mismos, lo demás es circunstancial.
De lo mejor tuyo que he leído. Felicidades.
😉
01 julio 2010 | 13:13
O tambien podria montarselo de puta madre, irse a Benidorm a gastarse la herencia de sus hijos y a vivir lo que le reste de vida, (o de pension) como un señor.
Que se deje de yugures y se vaya a bailar la conga, COÑO!!
01 julio 2010 | 13:14
La soledad, como estado de la existencia, cuando es voluntaria sirve para reflexionar, encontrar la paz( o el infierno) y mil sensaciones mas, como una forma de autoencierro terapéutico cuando te da ganas de mandar el mundo a la mismísima mierd@ y quedarte con vos misma para mejor o para peor ,pero es lo que una elige. Diferente resulta cuando ,como este hombre, la soledad te llega inesperadamente o a veces no tanto pero entra a tu vida esa especie de vacio cotidiano que hasta a veces llega a conducir al desvarío pero no se puede ser egoístas y retener a las personas para que sigan a tu lado…Es lo que hay…Igual, NADA ES PARA SIEMPRE
01 julio 2010 | 13:25
Hacía ya tiempo; pensaba yo, que el pantano de mis lagrimas se agoto.
Hoy, leyendo este relato con mi hijo recién nacido en brazos (hace hoy una semana de su nacimiento) y mi mujer durmiendo tras una noche de vigilia, me doy cuenta de que no se me agotaron las lagrimas, simplemente no tengo razones para llorar si no de felicidad.
Así y todo, me doy cuenta de que tarde o temprano a todos nos llegara la vejez.
He llamado a mi Padre y le he dicho que hoy nos vamos de cena todos juntos y que mejor al terminar la noche se quede en casa para ayudarnos con el Bebe.
01 julio 2010 | 13:43
Así que «la soledad era esto»…
Debe ser terrible sentirse así aunque ese hombre todavía es joven y debería organizarselo mejor.
No sé.. uno a lo largo de su vida ha de «labrarse» su círculo de amistades, pareja, actividades etc para no sentirse tan sólo.
Por si acaso Daniel, te aconsejo no comprar nunca yogures, para no caer en esa espiral, está muy relacionado. Sobre todo si tienen Bifidus, mejor el Griego :))
Es entrañable que llamaras a tu mami a las 2 am, seguro que no se enfadó porque la despertaras…
***
Mis padres son los típicos que te sacan de un apuro y que siempre que les necesitas están ahi ¿Sabes lo que me da mucho miedo? El dia que no pueda llamar ni a mi padre ni a mi madre porque ya no estén … 🙁
Aunque auguro que eso será para dentro de muuuuuuucho tiempo y para entonces igual he tenido «ascendencia» :))
Brillante post simpulsiano.
01 julio 2010 | 13:43
como os gusta hacer dramas…
no veo drama alguno aquí… el drama lo haceis vosotros.
Quien elige en un momento determinado realizar un proyecto en común -pareja, hijos- no puede anularse a sí mismo, o llegará ese momento de enorme vacío, cuando los demás desaparecen. Un@ debe seguir teniendo su propia parcela vital, sus proyectos, etc.
A diferencia de María yo, desde hace muchos años y ya con treinta y pocos, he elegido mi soledad, y no me siento solo. Dudo si será envejecimiento prematuro como dice María, o será misantropía. Me siento en plenitud y no percibo vacíos a mi alrededor, y si un día me levanto y me veo como el ser más solo del universo, no haré dramas estériles… buscaré aquello que me falte aunque sea en los confines del universo,
eso de quedarme mirando los azulejos, hundido en el sillón mientras se me cae una lágrima por la mejilla… basta de dramas morbosos
a vivir
01 julio 2010 | 14:21
No me gustan tus relatos, pero suelo leerlos siempre, sin pena ni gloria. Pero el de hoy macho, me ha gustado muchísimo, me he identificado con cada línea, podría haberlo escrito yo mismo(no porque me sienta así, pero si por las miles de veces que he pensado que en algun futuro puedo serlo).
Un saludo
01 julio 2010 | 14:24
Grandísimo el post de hoy, muy bonito.
01 julio 2010 | 14:28
jajajaja qué bueno el comentario del de la conga
a eso me refiero
01 julio 2010 | 14:32
Pedazo de imbecil vive y deja vivir.
¿Que daño te hace a ti ese gran hombre que es Don Antonio Larrosa?
Si no molesta a Dani ni a quienes dirigen sus blogs ¿Quien mierda eres tu para decir a los demas lo que debemos hacer?
El que a ti no te guste ese gran señor no es motivo para que lo descaliques como lo hace, por eso me sale de los mismisimos cojones defenderlo aqui y en donde vea a gente como tu metiendose con personas que lo unico que hacen es dar su opinion y poco mas.
Suicidate si estas amargado y deja a los demas vivir.
01 julio 2010 | 14:57
Me ha gustado, soy ese Sr. de 59 a mis 28.
01 julio 2010 | 15:20
Ah,y una cosa mas, a ese señor le dedico esta canción y a todos los solos y solas involuntarios o por elección…Que les aproveche…
UN ANGEL PARA TU SOLEDAD
Ya sufriste cosas mejores que estas,
y vas a andar esta ruta hoy cuando anochesca,
tu esqueleto te trajo hasta aqui,
con un cuerpo hambriento,veloz.
Y aquí,gracias a dios,uno no cree en lo que oye.
Angel de la soledad, y de la desolación,
preso de tu ilusión,
vas a bailar, a bailar, bailar.
Es tan simple así,
no podes elegir,
claro que no siempre,
(ves?), resulta bien.
Atado con doble cordel,
el de simular,
no queres girar maniatado,
queres faulear y arremolinar.
Medís tu acrobacia y saltas,
tu secreto es: la suerte de principiante
no puede fallar.
Alguna vez,quizás,se te va la mano,
y las llamas en pena invaden tu cuerpo,
y caes en manos del angel de la soledad,
y él,gracias a dios,tampoco cree en lo que oye.
(Por mis penas bailar…Y por tu soledad)
https://www.youtube.com/watch?v=c5iIx7hxkNI
01 julio 2010 | 16:00
Me ha encantado tu post, pero me ha puesto triste.
Esta semana he estado pensando mucho en la vejez y en la soledad.
Mi madre se cayó en su casa el Sábado y estuvo bastantes minutos tirada en el suelo , esperando que llegara mi padre a casa,sin poder levantarse.
Cuando llegó mi padre y la encontró en el suelo llorando de impotencia se abrazaron y lloraron juntos.Afortunadamente se tienen aún el uno al otro.
Joder …lo pienso y se me vuelven a saltar las lágrimas.
Supongo que es lo natural, envejecer y tener el nido vacio, pero no por eso deja de ser triste.
01 julio 2010 | 16:09
Muy bueno Dani, precioso.Suelo leerte, no escribir, lo has bordado…..la foto…pues moribundo, hay llegaremos? un libro … martes con mi viejo profesor…. para sentir….
01 julio 2010 | 16:21