Ni libre ni ocupado Ni libre ni ocupado

Elegido Mejor Blog 2006.Ya lo dijo Descartes: ¡Taxi!, luego existo...

Contener la furia

Sucede a veces, sobre todo al volante (y más en una ciudad tan jodidamente faltona y orgullosa como esta) lo de perder los estribos o estar a punto de perderlos. Puedes estar conduciendo, tan tranquilo, y de repente algo sucede que te hace sacar de dentro lo que no eres. Algún otro coche que se mete en tu carril y te obliga a clavar los frenos, o esa moto que surge de la nada, o cualquier maniobra ajena susceptible de poner tu vida en peligro, o tu corazón a mil por hora. Y en cuanto sucede algo así, al instante, tu primera reacción surge de lo instintivo, de esa otra parte de ti que nunca has llegado a conocer ni a controlar del todo: Bajas la ventanilla, y te cagas en sus muertos. Normalmente no eres así, pero así te ha salido en ese preciso momento.

Después de esa primera reacción actuarás según tu nivel de adrenalina, autocontrol, cordura o como quieras llamarlo. El zumbao saldrá de su coche con una barra de hierro y, sin mediar palabra, le abrirá la cabeza al contrario. El más cabal (al que los agresivos suelen llamar «cobarde») tratará de apaciguar la situación mediante el uso de la palabra y, si esto no funciona, directamente sale por patas.

Ni el zumbao ni el cabal se arrepentirán nunca de su reacción. El primero pensará: «Se merecía la hostia que acabo de darle», y el cabal dirá: «Bien; he conseguido evitarme una buena hostia».

Los demás, los que nos encontramos entre ambos extremos (el primer impulso inconsciente suele ser el insulto, pero conseguimos calmarnos antes de dar la primera hostia, o simplemente no nos sale darla) solemos plantearnos después el por qué de nuestra reacción: ¿Por qué me habré tenido que poner así? ¿de dónde me viene esa furia? ¿me conozco a medias?

Y lo suyo sería aprender de ello. Aprender de ti. Aprender a conocer esa otra personalidad tuya que sólo surge en casos extremos. Pero no es nada fácil.

102 comentarios

  1. Dice ser nacho

    Al ponernos al volante se nos activa automáticamente cierto nivel de estres que pone alerta a nuestros reflejos. Si esto no sucediera seríamos incapaces de conducir… El problema es que cada día la gente anda mas estresada por muchos otros motivos y al sumar esta medida de estres a su deposito de tolerancia, este se desborda.

    21 marzo 2010 | 10:14

  2. Dice ser Inma

    Es curioso. En general no soy una mujer demasiado «delicada» en el aspecto finolis de al palabra, pero, tampoco me considero un camionero (perdón a los camioneros, es una forma de hablar). Llevo ya unos días bastante irascible al volante y me he sorprendido a mi misma soltando tacos como una loca…y tras vomitar despropósitos como alma que lleva el diablo me paro a pensar «¿quien eres y que has hecho con la otra? ya sabes…la simpática, la que es amable con los niños y los ancianos. déjala salir que tu me das cangelo, nena».No hablo por todos los que somos, pero si por unos cuantos..somos animales competitivos y me pregunto :si en una situación sencilla somos capaces de comportarnos como animales poseídos ¿que no seriamos capaces de hacer en una situación limite de competitividad-supervivencia? estos pensamientos intranquilos me abordaron mientras iba a trabajar…nos cuesta ser «personas» con todas nuestras necesidades básicas cubiertas, ¿que no seriamos capaces de hacer bajo ciertas circunstancias?..me asusta la respuesta.Bueno, supongo que nadie vera ya mi comentario a estas alturas, y tampoco yo he tenido tiempo de leer otros para saber que se cuece por aquí o que podríais pensar los demás al respectoComo decía Hobbes ¿es realmente el «hombre un lobo para el hombre»?Bueno, supongo que nadie vera ya mi comentario a estas alturas, y tampoco yo he tenido tiempo de leer otros para saber que se cuece por aquí y podríais pensar los demás al respecto.En fin, buenas noches

    23 marzo 2010 | 12:17

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