Algo se mueve por dentro, pienso, falta alguna pieza, baila, algún tensor neuronal, o puede que sean los fusibles del alma, o el colector de admisión sentimental. Nada entiendo de psicomecánica (apenas aprendí a sellar fisuras a base de Bourbon), y mi manual de uso, «Al otro lado de las costillas», venía en Coreano. Y claro, me lo fumé.
Sentado en mi mismo taxi muevo las caderas y sigue sonando algo, clin, clin, a la altura del píloro (entre la boca del estómago y la boca del alma). Trago saliva, toso, me provoco un estornudo, pero nada. Sigue sonando.
Alzo la vista al espejo. Hay algo sobre el asiento trasero. Me giro. Es una revista. La volteo. Catálogo de IKEA 2009. Se lo habrá dejado la última usuaria, pienso.
Aunque esté atrasado, caduco, obsoleto, (¡del 2009, nada menos!) lo abro y ojeo sus páginas:
Alfombra SIGNE, mesa RÖRBERG, lámpara ANTIFONI, estantería BILLY.
Cada foto es pura armonía. Todo ordenado, con colores vivos. Y limpio. Limpísimo. Dan ganas de vivir dentro de cada una de sus páginas, de pasarte todo el día tirado en el sillón BEDDINGE LÖVAS, con los pies sobre uno de esos taburetes MARIUS.
Entonces me imagino un interior, el mío, así de idílico: con cada recuerdo apilado en su correspondiente armario ASPELUND, o cada emoción en su correspondiente mesilla EDLAND. Armarios y mesillas que, claro, hay que montar.
Ahí está el problema.
Mis muebles IKEA de dentro, aquellos que deberían guardarlo y mantenerlo todo en su sitio, ordenado, se encuentran a la espera de ser montados, envueltos aún en su papel de embalaje. Los sentimientos están, las emociones están, pero a su libre albedrío, chocando entre sí, clin, clin. Vamos, un caos.
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NOTA AL LECTOR MANITAS: Si eres de los que disfrutan montando muebles de IKEA, aquí tienes a un amigo.
Yo creo que si tuviera la cabeza bien amueblada me aburriría de mi misma, me parece divertido algún que otro caos mental a modo de coágulo cerebral jajajajaCon respecto a la paranoia IKEA… tengo un amigo que es torpísimo montando muebles, más de una vez he tenido que ayudarlo..no entiendo por qué, pero en las instrucciones viene bien clarito jajajajaj siempre sobran piezas, pero da igual…mientras no se caiga…un beso!
20 enero 2010 | 12:05
Mi comment era una crítica no constructiva hacía tí pues pero constructiva hacía Simpulso…Y bueno venga…ya con este llevas dos comments: anímate a comentar más así tan sinceramente como lo has hecho.Saludets.
20 enero 2010 | 14:27
Pereza? 45 minutos de terapia a la semana hacen milagros para montar, ordenar y colocar todos esos sentimientos y emociones…doy fe..
25 enero 2010 | 23:14
UFFFF.NO TE PUEDO AYUDAR DE NINGUNA MANERA,una vez di un curso rapido de montaje de corazones rotos,con su chapa y pintura incluidas….pero no me ha servido para nada,el mio sigue con los pilares algo flojos y tambien suena un chin chin extraño cuando los sentimientos le rozan o la pena le acaricia…no tengo bien los cables.lo siento.pero dejalos desmontados ,si te pones a montarlos solo perderas el tiempo,al final todo se rompe.jajaj
03 febrero 2010 | 13:46