Ni libre ni ocupado Ni libre ni ocupado

Elegido Mejor Blog 2006.Ya lo dijo Descartes: ¡Taxi!, luego existo...

Vestido rojo y naftalina

Llegué borrachito a casa entre la luna y el sol. Beatriz no estaba en la planta de abajo: ni en el salón, ni en el aseo, ni en la cocina. Tampoco en las escaleras. Ni en el baño de arriba, ni en la otra habitación, ni en la nuestra. ¿Por qué habré dicho la «nuestra»?

Ni sus maletas, ni su ropa, ni sus potingues (menos un pintalabios ocre sobre el lavabo). Ni una nota. Ni manchas de sangre ni goteras lacrimosas. Ni el rastro de su perfume ni las huellas de un último beso sobre la pared encalada.

Sólo dejó una señal: Aparte del olvido (o no) del pintalabios, sobre nuestra cama (¿por qué habré dicho «nuestra»?) yacía sin pulso el vestido rojo que compré para ella nada más instalarse en mi casa. Y sobre él, mi pato de goma Made in Hong Kong.

Abrazando al pato hundí mi nariz sobre el vestido. Olía a naftarina. Yo no tengo naftarina en casa. Me dio qué pensar.

De repente la casa se me hizo grande y el mundo inmenso: Me sentí triste y libre al mismo tiempo. Con ganas de cantar, bien AAAAAALTO, canciones vasodilatadoras que descongestionaran el alma y empalmaran el espíritu.

Así que en un par de movimientos me desnudé y me puse el vestido rojo de Beatriz: Apretaba mucho. Sobre todo en la cintura.

También usé el pintalabios que mi coqueta Bea (¿por qué habré dicho «mi»?) se había dejado olvidado (o no) en el baño de la habitación, pintándome ante el espejo con el ansia de un niño que garabatea nubes grises en la pared de mamá.

Y de esta guisa abrí las ventanas de la habitación, seleccioné en mi equipo el CD y el corte preciso, y tensé mis cuerdas vocales hasta atármelas a los huevos, debajo del vestido de Bea (¿por qué habré dicho «de Bea»?). Subí el volumen al límite de lo obsceno y canté y bailé desde el fondo del envés de mis uñas:

Antes de llegar al estribillo los vecinos del chalet de enfrente bajaron las persianas.

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152 comentarios

  1. Dice ser angela

    qué temazo

    11 noviembre 2009 | 09:40

  2. Dice ser parkingirl

    Vaya, hace unos meses leí una entrada tuya en la que escribías con tanto amor a Beatríz que me llamó la atención…Veo que eres un tío sentimental, demasiado, tanto que te va el drama, el culebrón, no pudiste soportar tener una vida real con la mujer que elegiste para ello, y optaste por tu «libertad» virtual de «la dejo porque he perdido la creatividad»…eres un egocéntrico, un egoísta, qué pasará el día que tu blog se acabe? el día que no tengas a quien culpar si no te llega la «inspiración» para escribir? eres un melodramático caprichoso, pues cuando la vida te da lo que has pedido, no has tenido los cojones de mantenerlo, has escupido en tus propios deseos y anhelos, porque no hay huevos, porque no hay madurez, porque como vas a poder estar con una chica, si no puedes ni contigo mismo? no soy nadie para juzgarte, pero sé perfectamente lo que te pasa, y lo que le pasa a ella también…las oportunidades en la vida pasan, y cuando no las aprecias, cuando las desprecias como tú, es casi imposible que se den otras similares o mejores, la vida es sabia y sabe a quien repartir, y si no has sabido agradecer lo que tu mismo le pediste…uff…Con toda la compasión del mundo te digo que eres un cobarde y un desgraciado.Le has hecho un favor a Bea, estoy segura de que no la mereces. Estas equivocado al hablar de que has recuperado tu libertad, la libertad no la tienes pues tu cabeza y tus miedos te tienen atado y se ve, así, jamás serás libre sin embargo, ella sin ti, seguro que volará muy, pero muy alto.Sigue encerrado en tu mente, en tu mundo y en tu taxi de fantasías…a ver si algún día tienes huevos y te enfrentas a la vida, o tienes miedo a ser libre de verdad?

    11 noviembre 2009 | 11:41

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