Pinché una rueda de mi taxi y, al intentar cambiarla, se me rompió el gato. Por suerte, pensé, me encontraba en una zona industrial, rodeado de talleres mecánicos.
Así que me acerqué caminando al primero, le conté al mecánico lo que me había pasado y le pedí por favor que me dejara un gato:
– Se lo devuelvo enseguida. Tengo el coche justo ahí, a la vuelta.
El tipo, embadurnado en grasa (por dentro y por fuera) me contestó que no. Así, tal cual.
Me acerqué entonces al siguiente taller y, tras contarle lo mismo al mecánico, me soltó algo así como:
– Aquí no tenemos gatos.
En el tercero, un mozo de unos setenta años (¿?) se excusó alegando que no estaba el jefe. Que lo sentía.
Y en los dos talleres siguientes, más de lo mismo (cada cual con su propia variante, pero siempre con un ‘no’ como respuesta).
¿Ningún taller podía prestarme un mísero gato?, pensé. ¿No era ésta, precisamente, la ciudad de los gatos?
Eran las doce de la mañana y yo me encontraba sólo aunque rodeado de gente; de gatos sin gato. Centenares de coches con gato pero sin gato. Centenares de dueños gatos de coches con gato pero sin gato.
Y como no es de hombres (ni mucho menos de taxistas) sollozar, llamar a mamá o patalear de impotencia, no me quedó otra que hacer uso del último cartucho que todo hombre (y todo taxista) guarda en la recámara:
Llamé a mi Compañía de Seguros.
Quince minutos después apareció una grúa, con gato:
Él sí que tenía. Cobró por el servicio, quiero decir.
Unos buscan a Huggo, otro dice ser Huggo. Bienvenidos al maravilloso mundo de los Reallity Blogs.Gensanta.
26 febrero 2009 | 13:56
Esto es mas complicado que buscar a la madre de Marco……..
26 febrero 2009 | 14:07
Si, y tú como presentador… pero sin «canalillo»
26 febrero 2009 | 14:09
No encuentro mi gato por ninguna parte, seguro que tiene a alguna gatita secuestrada en cualquier rincón del barrio.
26 febrero 2009 | 14:10
una pregunta , no tenias cerca una hermosa piolin para que pidiera el favor gentilmente, siempre a las damas le hacen mucho caso en ese momento de contrariedad, claro cvuando hay caballeros presentes.
26 febrero 2009 | 14:15
Miauuuuuuuuuuu……….. eso te pasa por no ir al sitio adecuado…..los gatos están en la gatería ,eso es cosa sabida por tod@…. yo misma soy una gata…Muaks
26 febrero 2009 | 14:28
Iluso: ppppffffff… (pedorreta)Uy! Ya ves que deyavou no??jajajajaja
26 febrero 2009 | 15:21
PUES PODEMOS REPOBLAR CON LA HALE BERRY QUE SALE EN TETAS Y CON PANZA EN VANITYhttp://comielotrodia.wordpress.com
26 febrero 2009 | 15:49
PUES PODEMOS REPOBLAR CON LA HALE BERRY QUE SALE EN TETAS Y CON PANZA EN VANITYwww.comielotrodia.wordpress.com
26 febrero 2009 | 15:50
si queres ver dietas sanas, aca tenes http://www.doctrinanatural.com/ tambien ahi encontras trucos para hacer si estas a dieta o para evitar las ansias de comer
26 febrero 2009 | 17:10
Conozco su faceta ( de usted, señor Simpulso ) para esbozar corazones ( rozando la perfección ) en cualquier plato colmado de un puré de turno, paella e incluso transformar una loncha de cualquier chorizo terrenal, en un corazón… rojo pasional; por no citar, esa habilidad intrinseca de usted, consistente, en unos garbanzos insustanciales pertenecientes a un vulgar ( vulgaris ) cocido, convertirlos uno tras otro y con una habilidad fuera de lo común, en el órgano principal del aparato circulatorio, atravesado ( y herido ) por una flecha Comanche.Todo esto viene, porque la rotura del gato, apuesto que fue la consecuencia de esa manía ( cualquier psicólogo-argentino mediante podría aportar más datos ) suya de convertir en corazones, cualquier objeto, y en este caso, desarrollando una fuerza hercúlea descomunal, intentar transformar el susodicho artilugio hidráulico en otro corazón más… y … ! Joder, Dani, los gatos de ahora ( que regala Conde ), no son como los de antes, coño.PD : Mis disculpas a usted, señor Simpulso, por la indiscreción gastronómica y a ti Dani ofrecerte a precio de » amigo » un gato del 68 ( estuvo en el mayo francés, eh ) que guardo en el trastero. Ya hablaremos, si eso.Y un último apunte. Mi felicitación y enhorabuena a nuestro amigo Saturnino por la publicación, en la edición impresa del País del pasado día 25, de un accidente mortal en el Puente de Ventas captado por su cámara :http://taxistamadrid.blogspot.com/2009/02/accidente-puente-ventas…
26 febrero 2009 | 20:57
Eso te pasa por no acordarte de las gatas!Buena Caza!
26 febrero 2009 | 21:25
Una preguntita…¿que hiciste para romper el gato?jajajjajaUn chistecitoUn hombre que le dice a su vecino:_Perdona,pero mi gato ha matado a tu perro_Jajaja,¿como va a matar tu gato a mi perro si mi perro es un pastor aleman?,jajajaj_Si,y mi gato un gato hidraúlicoJajjajajajaja
26 febrero 2009 | 22:06
Pues a falta de gato haber llamado a tu amigo cachorro – porque el perro tambien paga.por cierto ese superb no tiene el cambio automatico de neumatico?que la suerte te acompañe
26 febrero 2009 | 22:18
rodeado de talleres y q ni unoooo!!ni unoo!! aunke te acompañase el prestadooor, jaja.. te dejase unos minutos el gato! mira q..como nos cuesta a veces ser amables..y ya ni te digo «solidario»..osea, no ser un jodido agarrado!! jajajajaja..
26 febrero 2009 | 23:55
aver llamado a un compañero, habria ido y te habria ayudado a cambiar la rueda.yo personalmente habria ido a llevarte el gato,me extraña que no tuvieras el telefono de un colega para que te echara el «cable»saludos tio
27 febrero 2009 | 21:34
Hola simpul es normal no dejar el gato,a mi me devolvieron mi gato y siete gatitos.YA NO DEJO MAS EL JODIDO GATITO.
28 febrero 2009 | 19:30
Pandilla de cabronazos. . .. cada dia hay gente mas desagradecida y ratera por la vida.. . no me cabe en la cabeza, aunque claro por otra parte en las ciudades es mas usual eso xo yo que vivo en un pueblo hay mas digamos.. alma caritativa xo aun asi no tienen perdon xD
02 marzo 2009 | 21:49
Vaya la diferencia de nuestras culturas, yo me quejo de mi ciudad, ya que la inseguridad a tomado de rehen nuestras calles, sin embargo te sucede algo asi y varios automovilistas se detienen a prestarte ayuda y nuestro gobierno cuenta con un servicio llamada auxilio vial, que precisamente te apoya y resguarda para que no sufras ningun percance al estar en medio de una avenida transitada. De pequeñeces se compone la vida y muchas veces no lo apreciamos.
02 marzo 2009 | 22:02