Vivo en una constante búsqueda.
Sé que existes: por eso te busco y por eso también decidí montar tanta parafernalia (ya sabes, lo del taxi, el blog y todo lo demás).
Sé que estás ahí, en algún recóndito lugar de la ciudad, cruzando la próxima esquina o saliendo del trabajo tras un día de tedio y ojeras, o puede que esperando a que te lleve a casa desde la estación de tren (no me preguntes por qué, pero siempre te he imaginado con un abrigo largo y una maleta a tus pies, alzándome el brazo y muerta de frío).
Aun no te he dibujado una cara, ni unos rasgos. No sé cómo eres. Pero creo en el amor al primer brochazo.
Y cuando llegue el momento, cuando al fin nos crucemos y subas a bordo de mi taxi (ya sea mañana, o el mes que viene, o dentro de un siglo) te diré con voz de ahogado:
– Llevo toda una vida buscándote. Y al fin te he encontrado.
Entonces dejaré de buscar. Dejaré el taxi, el blog, la radio y la tele y me dedicaré por entero a ponerme al día, a censar en tu piel todos esos besos acumulados (y a punto de caducarse) durante tantos años en la guantera de mi taxi en venta.
Y si, por alguna mancha en el destino ya tuvieras a otro hombre, no te preocupes: yo me encargaré de matarle.
Y si no alcanzaras a entender la dimensión de mis palabras, no te preocupes: me encargaré de amordazarte y de esconderte en el sótano de casa (por tu bien), mi amor…
Un beso allá donde estés. Te quiero.
muy bueno no dejes que nada te influya en tus aspiraciones.http://naturlinesex.eu
31 marzo 2009 | 09:41