Ni libre ni ocupado Ni libre ni ocupado

Elegido Mejor Blog 2006.Ya lo dijo Descartes: ¡Taxi!, luego existo...

Lencería

Al girar a la derecha apareció ante mí una enorme valla publicitaria que cubría los andamios de un edificio en rehabilitación. Se trataba de uno de esos anuncios de lencería fina con su modelo de piernas interminables, pechos bañados en Photoshop y piel de poros convertidos en píxeles comestibles. Y sobre ese cuerpo, las prendas a publicitar: conjunto de sostén y braga de cuidada elegancia tapando algo menos que nada.

El caso es que, casualidades de la vida, la modelo en cuestión me sonaba de algo…:

– ¡Carajo! – dije mirando a la usuaria a través del espejo.

– Sí, bueno… la primera vez que me vi en ese cartel tan grande quería morirme de la vergüenza. Pero ya me he acostumbrado…

Efectivamente, la modelo de aquel anuncio se encontraba en esos mismos instantes en el asiento trasero de mi taxi.

Y aunque volvimos a sumirnos en otro nuevo silencio incómodo, ahora no podía quitarme de la cabeza esa misma ropa interior del anuncio sobre la piel de aquella usuaria y a su vez sobre el asiento trasero de mi taxi. Una ropa interior, pensé, que bien podría ser de nube o de la suma en seda de millones de gusanos o de hilos de saliva unidos gracias a un par de agujas deslenguadas.

Sofocos aparte, al bajarse la modelo decidí dirigirme al centro comercial más próximo en busca de esas mismas prendas que, desde aquellos mismos instantes, quise convertirlas en mi más preciado fetiche.

Y, efectivamente, no tardé en encontrar aquel conjunto. La dependienta que me lo vendió me miraba con ternura, como pensando que se trataba de un regalo para mi novia.

Luego entré en el probador de otra planta, con un par de camisas bajo el brazo por eso del disimulo, y me lo puse. Me puse aquel sostén (bajo un jersey grueso, para que no se notara), y también me puse aquella braga mínima (cuyo proceso me costó un huevo y parte del otro).

Ahora siempre conduzco mi taxi con su misma ropa interior. Con la ropa interior de la modelo del cartel, de mi taxi y de mis sueños.

Y parecerá cosa de locos pero, gracias a este simple (aunque nada barato) cambio de look interior, me ha desaparecido por completo esa depre que llevaba arrastrando desde hace ya varias semanas.

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NOTA 1: La verdad es que, sobrantes aparte, no me queda nada mal.

NOTA 2: Pica un poco.

56 comentarios

  1. Dice ser xqno

    ¿Dani, no te cambias nunca de ropa interior?…¡¡ menudo perfume llevarás en el coche de SP…!!!. Oye, si encuentras al Cluny, avisa. Prometo ponerme sus calzoncillos una temporada

    09 junio 2008 | 22:38

  2. Dice ser Elena

    mmmm noooo a ver si ahora se me va a caer un mito y en breve contarás q eres gayyyyy, no x favorr eh!!!

    09 junio 2008 | 23:12

  3. Dice ser Asun

    Que bien encontraste remedio para resolver tu depresión. Creo que la mia pasa por adelgazar… cosa a la que ya he puesto remedio apuntandome con otras gorditas a hacer dieta conjunta, pero tendré que probar eso de comprarme ropa interior del sexo contrario, un pelin mas ancha si que iré (aunque no soy de esas que no llevan sosten)miraré de combinar…

    10 junio 2008 | 03:03

  4. Dice ser sybila

    una sonrisa por fin………. una alegria al leerte!!besotes 🙂

    10 junio 2008 | 09:20

  5. Dice ser CARPE-DIEM

    jajajajaja,eres la caña!!!Vaya que si te he imaginado!!!…jajajaIntentando colcarte bien tus..ejem…dentro de la braguita,y sudando dentro del probador, porque no encontrabas la manera de atar el sujetador…jajaja.Paciencia con los picores,con el tiempo desaparecen,jajajajajajja.Besos Dani, me alegro que la depre haya desaparecido.Felices sueños eróticos para tod@ssssssssss(((Tu puedes!!!)))

    10 junio 2008 | 12:04

  6. Dice ser Racsóuran

    Gilipollas y sin gracia.Menos mal que no sigo tu royo, prefiero ser hostil.

    14 junio 2008 | 03:50

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