Parecía un simple charco, el mismo que tantas otras veces había sorteado con éxito para incorporarme a la A-2 desde el Aeropuerto de marras. Una bolsa de agua inmensa formada siempre en el mismo tramo, después de cada golpe de lluvia.
Así que agarré el volante con fuerza con la intención de evitar una posible falta de tracción.
Sin embargo, y para mi sorpresa, en lugar de pasar el charco por encima, mi taxi comenzó a hundirse en él, como si bajo aquella sombra de agua no hubiera asfalto sino un vasto y oscuro océano de dimensiones por el momento desconocidas. Y así me sumergí bajo el agua hasta desaparecer de la superficie, sin poder hacer más que continuar conduciendo (más bien buceando) bajo aquella línea de asfalto de la A-2.
– Nunca antes me había pasado algo así – le dije, sorprendido, a mi usuaria.
– Al menos no tendremos que chuparnos el atasco de entrada a Madrid – me dijo ella, con la voz dulce y despreocupada (como si estuviera más que acostumbrada a este tipo de trances).
El subsuelo oceánico de Madrid se abrió como otro mundo dentro de mi propio mundo. Allí encontré, flotando, todos aquellos objetos preciosos que, en algún momento, alguien perdió por el sumidero del lavabo, o a través del retrete: Desde anillos de oro blanco, hasta papelinas de coca, o un test de embarazo (negativo), o un mechón de pelo rubio, o incluso la cabeza mutilada de una Barbi.
Creo que lo hice bien, que mi sentido de la orientación se mantuvo intacto, ya que diez minutos después aparecimos en la Playa de Madrid, a escasos metros de la salida que pensaba tomar de haber circulado por el túnel Sur de la M-30.
Luego giramos por la calle Segovia, y entonces la usuaria me mandó parar, justo cuando el taxímetro marcaba 10€ (se paró nada más sumergirnos).
– ¿Qué le debo? – me preguntó la usuaria.
– No lo sé – dije, aturdido.
– Tome 50€ y lave de algas el coche.
En esto, al bajar del taxi, la mujer se desplomó y cayó de bruces contra el suelo. Y al asomarme, lo comprendí todo:
Bajo su falda, en lugar de piernas, la usuaria de voz dulce y cabellos de oro lucía una espléndida aleta como prolongación marina de sus cientos o miles de escamas.
Gracias.Por hacerme reir.Porque somos más.Por lidiar con el día a día con la sabiduría de un soñador realista.Un placer disfrutar del verbo en tus pequeños relatos.Gracias amor.
05 febrero 2008 | 21:07
manu, como siempre, un placer compartir algo que haga sonreir a alguien en algun lugar del mundo.
05 febrero 2008 | 23:12
sencillamente precioso,nada mas que decir.besos y sigue asi
06 febrero 2008 | 10:27
En la M-30 me han pasado cosas muy curiosas, hace tiempo que ya no fundo el trip de cuadro de mi furgo, pero cuando bajo a Madrid, miro a los taxistas por si eres tu y bajarme, y decirte tronco me mola como escribes y darte la mano…Te leo desde hace poco y me inspiras.Al menos ese día el canto de sirenas no seria de las ambulancias de suma ni el atasco, el de un banco de boquerones… Un saludo a Rafa, que hace tiempo nos perdimos del msn (motoseristaloco) se acordara de mi.. creo. Un Saludo .
06 febrero 2008 | 10:29
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06 febrero 2008 | 10:32
me ha gustado, el proximo dia que llueva buscare ese charco!
06 febrero 2008 | 11:27
Un aporte de otro soñador:Rata – Sirena –Faústica- Oliverio Girondo¿Te molesta que roa tu techo,tu silencio?Pero dime-si puedes-¿qué haces,allí,sentado,entre seres ficticiosque en vez de carne y huesotienen letras,acentos,consonantes,vocales?¿Te halaga,te divierteque te miren,se acerquen,y den vueltas y vueltasantes de permitirlesecharse,como un perro,en tus páginas yertas?Podrá tu pasatiempo ser harto inofensivo;pero alguien que posee los dientes más prolijos,más agrios que los míos,al elegir la víscera que ha de roerte un día-si es que ya no se aloja en una de tus venas-,torna estéril y absurdoese fútil designio de escamotear la vida.Allí están las ventanasque te dan un pretextopara abrir bien los brazos.Asómate al marítimobullicio de las calles.¿No oyes una sirena que llama desde el puerto?De Persuación de los días
06 febrero 2008 | 12:55
precioso! realmente precioso, escribes con un estilo bonito!poesia prosa creo que es, no?
06 febrero 2008 | 16:13