Es la misma de siempre, pero con otro rostro, con otra voz. La misma mujer perfecta de cada tarde.
Es la misma de siempre. La mujer más bella del mundo. Toma asiento, me indica su destino y luego permanece en silencio durante el resto del trayecto.
Y yo, mientras tanto, estudio su rostro a través del espejo retrovisor (que se muere de celos) con la precisión de un forense… estudio sus pómulos, la línea suave de su ojo derecho, la línea curva de su ojo izquierdo (a escasas salivas del derecho), los labios, sus labios, esos labios que son colchonetas hinchables sobre el mar de mi calma, sobre mi propio Mar Muerto interior (en el que todo flota, menos el tacto). Esos labios que me resucitan cada mañana, cada tarde, o cada noche lunera, según me dicte el azar usuario.
Y luego intuyo sus curvas, las curvas más bellas del mundo, que se escapan del cuadro (en el triste horizonte de mi espejo retrovisor). Intuyo, bajo su jersey de lana, unos pechos dibujados con compás por la mano firme de Dios, con su transportador de ángulos, su escuadra y su cartabón, tatuando con mimo cada línea blanda de piel. Y el epicentro del dibujo en cada pezón; el punto de apoyo exacto donde clavar el punzón del compás preciso.
Las caderas, el vientre, los muslos… envueltos con mesura en ese atractivo papel de regalo que es su falda, sus medias negras…
Reflexión simpulso (un par de duchas frías después):
Las mujeres más bellas del mundo no aparecen en las revistas del corazón, ni en los anuncios de perfumes, ni se pasean sobre una gran pasarela repleta de flashes. La verdadera belleza se encuentra en la calle; en esa joven sentada en tu mismo vagón de metro, a tu derecha (con su piel suave de cáscara de huevo y unos ojos de infarto que te observan sin mirarte). La mujer más bella del mundo viaja cada tarde en el asiento trasero de mi taxi, con la nariz enrojecida por el frío y pocas ganas de hablar, mientras dibuja con su dedito de diosa figuras geométricas en el lienzo de un cristal empañado por su propio aliento. La mujer más bella coincide conmigo en el portal cuando llego del trabajo y ella sale con su bolsa de basura en la mano.
No entiendo ese halo de belleza que cubre a la famosa (por ser famosa), o la modelo (por ser modelo). Prefiero, sin duda, el erotismo callejero de las ‘sin nombre’, con su aspecto informal y una sonrisa eterna que me deje sin palabras.
EL TRIOTodas las noches la misma rutina, no nos vemos a lo largo del día, no tenemos tiempo de hablar, mirarnos, amarnos, Isa esto es un rollo. Por eso decidimos darnos una alegría y miramos la posibilidad de marcharnos de viaje.¿Dónde podíamos ir? No fue difícil la elección, nos miramos a los ojos y con ese silencio que lo dice todo, vino a nuestra mente su imagen: Málaga. Cuanto te extraño, que bonito lugar con esas gentes que como su mar son tan saladas y esos pescaditos fritos ¡hummmm! Además tengo el gran recuerdo de una persona muy querida que allí encontró “su lugar en el mundo” desde donde manda sus buenas vibraciones a las personas que siempre quiso.Allá nos iremos. Preparamos el equipaje con mucha antelación y no veíamos la hora de la salida, cada día estábamos más y más nerviosos esperando la partida a nuestra querida Málaga.Y el día llegó, con la misma rapidez que deseos de partir cargamos el equipaje en mi taxi, es increíble lo mismo me da dinero (con gran esfuerzo y muchas horas de trabajo) que me da la satisfacción de llevarme de viaje en busca de mi paraíso particular.Ya por esos campos manchegos fuimos conscientes de que salíamos de la rutina y de Madrid que nos da de comer pero no sin un bajo coste: nuestros años, nuestro limitado tiempo. La gran ciudad te castiga los nervios es por eso que necesitamos evadirnos a nuestros paraísos privados. Al bajar de la meseta encontramos el verde de los olivos centenarios, a nuestra gente andaluza, con esa gracia y ese humor tan especial que los hace tan queridos. Y en esos pensamientos, esos paisajes y esas miradas en silencio y coronadas por nuestras sonrisas seguíamos nuestro camino y decidimos parar en un bar de carretera a sofocar la sed pues el día era soleado y caluroso.Aparcamos en la parte trasera, bajamos del taxi dirigiéndonos al bar y de repente nos quedamos paralizados al verla. Allí estaba ella mal apoyada en la pared, entre los cubos de la basura, sucia, un poco arañada. Una mirada cómplice y un silencio de pareja que lo dice todo, notamos que podíamos perder la oportunidad. Isa fue corriendo a abrirme la puerta trasera del coche, mientras me acerque donde ella estaba tirada y con mucha delicadeza la tomé en mis brazos, con gran rapidez la dejé en el asiento trasero cubriéndola cariñosamente con la manta de viaje que tanta compañía me hace en los días de invierno.Una alegría especial nos acompaño durante el viaje, Isa miraba con ternura hacia el asiento trasero y al ver su belleza los ojos se le humedecían. Nervioso la contemplaba por el retrovisor, no veíamos la hora de llegar a Málaga.Al llegar a Málaga la tome nuevamente entre mis brazos subiéndola a casa. Ya allí, bajo la atenta mirada de Isa la limpié su piel caoba, dejándola reluciente, en aquel momento la empecé a acariciar y ella vibró con una melodía llenando cada rincón de la casa, haciéndonos estremecer. Isa me dijo: “Manu viviremos de ella, dejaremos la vida de Madrid permanezcamos unidos para siempre los tres. Nadie me ha hecho estremecer de tal modo con esa melodía como ella cuando la acaricias”. Yo gozaba más que Isa sujetándola entre mis brazos tocándola, acariciándola, mirando su desnudez caoba. No podía evitar que se me fuera la vista a su agujerito del gozo desde donde daría placer a todo el mundo. Definitivamente viviremos de ella.Isa se despidió del trabajo, colgó el uniforme de enfermera. Yo tardé muy poco en vender el taxi, entonces nos establecimos en Málaga. Compramos un garito (ER MANU), todas las noches está a rebosar se llena de hombres y también de mujeres, todos vienen a verla, quien no lo iba a decir. En un pequeño escenario comienza nuestra actuación: Isa aparece con un traje de lunares, clavel reventón en el pelo y caracolillo a lo Estrellita Castro; luego salgo yo de camisa con chorrearas a lo lolailo, sombrero cordobés, patillas a lo Curro Jiménez y como no, con mi caracolillo pegado en la frente. Luego la luz va sobre ella, desnuda, con su piel caoba, mostrando su agujerito del gozo, entonces con gran soltura tomándola en mis brazos la siento en mi pierna, la empiezo a acariciar, ella se retuerce de placer y comienza a lanzar su melodiosa alegría, con el roce de mis dedos nos fundimos en una mágica sinfonía orgásmica. Es entonces cuando Isa emocionada comienza a cantar palmeando, la gente como llevada a otros mundos jamás imaginados goza llorando de emoción. La función acaba se apagan las luces y EL TRIO se retira hasta la siguiente actuación.Si alguna vez vais a Málaga id a visitarnos, somos EL TRIO, lo formamos Isa, yo er Manu, ah y ella que por cierto todavía no os he dicho el nombre de ella. Ella es MI GUITARRA.Santi El Montador
15 abril 2008 | 23:14
Dios, ¿por qué no me cogerás en tu taxi?
16 abril 2008 | 13:24
Muy bueno el post y muy buenas tus excepciones de famosas…no tienes mal gusto, la Portman no la conozco mucho, claro es actriz …pero las otras dos son muy inteligentes y Veronica Blume muy bella…pero yo me kedo mejor con el k fuera su ex el Jordi Mollà con esa cara de canalla total k tiene…Saludets.P.D.:Gracias a Ea por pasarme el link…
03 diciembre 2008 | 18:54