Nos dan una lista de idiosincrasia latina, de estilos y de nutrientes. Cinco bandas: Argentina, Perú, República Dominica y México. Vuelvo hace diez años, hace veinte… pero es hoy. Hoy comienza todo, los sistemas de sonido, las guitarras y las cajas de ritmo descacharradas, el Mantra de Rodrigo Fresán, los Bang-Bang, Zitarrosa a ritmo de drum´n´bass, grupos de Chile inspirados en patafísicos, las Ultrasónicas, el SANTO:
(Cada grupo tiene su mixtape con sus mejores temas, los favoritos para el directo y algunas rarezas)
(gracias a la generosidad de Zona de Obras y el saber de sus articulistas)
Kumbia Queers: este teclado mata fascista. Grita Pablo Lescano. Desde la bailanta del Gran Buenos Aires, caballito y El Tigre. Allí estaba Ali Gua Gua de las Ultrasónicas haciendo versiones de cumbia de The Cure. La gran estafa del tropipunk. Teclados al hombro, teclados guitarreros, percusión artesanal y botas de tacón para pasar por encima de los pibes chorros. El año pasado publicaron dos singles: Fiestería y Médano. Melodía y baile, melancolía queer en playas cubiertas de suciedad, el día es una amenaza. Dinamita.
Dengue Dengue Dengue!: instituto peruano de sonido que repite las mil lágrimas de la tarántula. En la repetición está la vida. Electrónica desde los Andes para el mundo. Como preguntaba Gustavo -la tercera María que está en los cielos-, ¿Dónde está el after del after? Gustavo es Cerati y siempre vivirá. Un continente perdido, Hiperbórea… sonidos ambientales, las líneas de Nazca rellenas de ketamina. Erich von Daniken subido a la nave de los dioses mientras pide en twitter que alguien le rellene su tarjeta tigre de teléfono. Rafael Pereira y Felipe Salmón buceando en lo más profundo de las raíces de la música del Perú, percusiones orgánicas, bajos sintéticos, animismo psicotrópico. Desde Berlín al mundo.
MULA: desde República Dominicana, una productora (Rachel Rojas) y dos hermanas gemelas (Anabel y Cristabel Acevedo) hacen electrónica futurista, entre Devo y los replicantes de penúltima generación. Sueñan los robots con el techo blanco, comen ceros y unos, esperan el cálido vaivén de una mano orgánica, notan el descenso del vaivén. En 2015 aparece Mula y como dice el chamánico Pablo Ferrer: “Andan «tripiando», que es gerundio”. Dos años más tarde, seguimos su pista hasta la isla donde Fischerspooner y Depeche Mode duermen sin sueños. Aparece Aguas. Sigo leyendo el libro de las artes y los bailes del sacerdote Ferrer. En 2020 aparece Mundos y todos nos rendimos a ellas. En marzo de 2022 se juntan con Los Pilotos (la parte más experimental de Los Planetas) y Kid Simius, un remezclador que creció entre Cornelius y el Doctor Zairus, aprendiendo cómo hacer un hit de pista de baile como “El ciclo de las mareas”. A una hora imprecisa, vigilen bien los horarios, se distorsiona el tiempo a su alrededor.
Little Jesus: a veces llega a un momento en el que solo hay canciones lentas, músicas ligeras, ciudades tristes, mantras sin dioses detrás. Guitarras y versiones de Kinky y Café Tacuba. Años donde todos pensábamos escapar y sentirnos diferentes. El jesusito de mi vida se ha acercado tanto que parece el hombre de arena en estos años maravillosos. Se acelera el amor punk, Girl Ultra. Río Salvaje y Disco de Oro, todos tus amigos están tristes.
Centavrvs: la revolución mexicana con beats en vez de cañonazos. Música de baile, metales y sampleos de vinilos, arremango en el tiangui, un poco de regateo para felicidad de la muchedumbre. En 2011 y 2012 lanzaron sendos EP´s donde la bailanta era la revuelta y los vidrios estaban prohibidos. Percusiones dando brillo, a veces no sabes si son orgánicos o robóticos. Grabaron con Carla Morrison un tema para la banda sonora de Besos de Azúcar en 2013. Caníbales del amor, por fin llega en 2014 el primer largo, Sombras de oro.
«Por eso es uno de esos temas que pasan entre décadas, van del Esquivel hasta el tecnopop de Kate Bush y algo de triphop de la Venegas cuando se lanzó en brazos de Mastretta«.
Largo aliento decía de ellos Enrique Blanc en Zona de Obras. Denise Gutiérrez de Hello Seahorse es una aliada que aprieta los botones del mando con sapiencia. Tres años más tarde, 2017 llega “El punto final” y, al año siguiente, en 2018, con el mítico Tweety González de apoyo, “Somos uno”. Tropicales soplidos de dioses faltos de adoración. Desde el fraseo de Jerónimo hasta el jazz de lija y recitado de Quebrar las ventanas. Cada vez más orgánicos cada vez más programaciones, como los ritmos quisieran ser analógicos. El final, por ahora, un EP de 2022, Levante la mano. Escucharlo es un sueño del que solo bajas cuando te aflojan la soga del jaguar. Una plegaria para esta noche, como aquellas que cantaban los Maldita Vecindad en aquel Circo de sombras.