Archivo de marzo, 2022

Concierto de los Proscritos en el Recinto de la Algodonera (Binéfar) sábado 27 de marzo

Fotos de Rosina Abós

Lo que se vivió en Binéfar el pasado sábado de madrugada fue un hecho histórico, algo que muchos de nosotros nunca pensamos vivir: ver en directo a los Proscritos, uno de los grupos fundacionales del rock español con raíces.

A mediados de los ochenta cinco muchachos se juntaron a ensayar, intoxicados por Neil Young, Credence Clearwater Revival y el Dylan mimetizado por Allen Ginsberg, querían ser parte real de la frontera, no les importaba Mojave o Monegros, ellos tenían las botas listas para que el polvo se acumulara, huellas y más huellas… en 2022 cuando todo es digital y se repite, compartido y mal copiado hasta la extenuación, un poco de buen sabor analógico, de electricidad salida de cables, de guitarras y tambores, se disfruta mucho más. Sobre el escenario de su Binéfar natal, cinco fuera de la ley desgranando temas de sus tres discos y alguna versión de esas que te estremecen una y otra vez, demostrando que el rock bien entendido tiene la poesía de la inmediatez metida en las venas del inconsciente colectivo. Lee el resto de la entrada »

Los Proscritos, el sueño del desierto

La vuelta de los Proscritos, una de las mejores bandas que ha dado Aragón, la perfecta mezcla de sonido americano con poesía de la tierra, curtidos piratas beatniks, hombres del tambor y la armónica, eléctricos como una tormenta que nunca llegará… negros paisajes de primavera, tan raros y bellos como ver dos lunas en el cielo. Siempre habrá una habitación en nuestro motel para ellos. Este texto sirva como reverencia y admiración a ellos.

Aquí una selección musical para seguir el artículo

En el año 1983, en Binéfar, Huesca, se fundan los Proscritos, su primera alineación es Jose Lapuente en voz, letras y armónica, Antonio Solano en la guitarra rítmica, Richard D. Robinson en la solista, Felipe Puy en el bajo y Luis Arilla en la batería. La carretera, los beatniks, la mitología de En el camino y las grandes bandas norteamericanas, Credence Clearwater Revival, las mutaciones de Neil Young…son sus referencias. Son parte del ADN fundacional del rock aragonés… ganan, y esto es una anécdota curiosa, un concurso de popyrock en Huesca, por delante de los Héroes del Silencio… y graban en el año 1986 su primera referencia, apareciendo en el disco «Los Chicos de Provincias somos así», considerado el disco fundacional de la modernidad musical en Aragón. Junto a Lágrimas de Mermelada, John Landis Fans y Mas Birras, Los Proscritos aportan Como un disparo. El disco se graba en el año 85 y aparece dos años más tarde, en el primer aniversario de la revista MenosQuince fundada por el periodista musical Javier Losilla.

Los chicos de provincias somos así (editado por la revista menos 15 en la que estaba otro ilustre visionado ya desaparecido, Panoja) con su portada que emulaba un fotograma de Luis Buñuel y que tomaba su titulo de un verso de Mestizos (banda hermana de los Proscritos, su cantante y compositor, Juanjo Javierre, fue durante un tiempo teclista de apoyo en Proscritos)

En el año 87 Los Proscritos aparecen de nuevo en un disco colectivo, esta vez Sangre Española, coordinado por Cachi (otro de esos nombres sin los que no se entendería la modernidad en la periferia de nuestra país) y publicado por Grabaciones Interferencias, el sello que publicará sus dos primeros LPs. Allí aparecen Voodo Surf , Como un disparo y esta revisión del clásico de los Rolling Stones, Dead Flowers (que había aparecido casi quince años antes en el clásico tóxico stoniano Sticky Fingers)y que les supone uno de sus primeros éxitos.

Es curioso que ese Dead Flowers, esas Flores Muertas, también se grabaran en castellano en esos mismos años por parte de Desperados, la banda donde estaban los hermanos Martín. Y lo más sorprendente es un tiempo más tarde, cuando Guille Martín, el guitarrista, vivía en Zaragoza (primero tocó con Ariel Rot y Calamaro en la primera encarnación de Los Rodríguez, tocaba en la banda de Calamaro, acompañaba a Ariel Rot y luego estuvo con Jaime Urrutia y los Trogloditas antes de fallecer trágicamente en 2006), se juntaba con Jose Lapuente y otros corsarios de la noche para revisar temas bajo el nombre de Habba. En el repertorio nunca faltaba Flores Muertas pero Guille prefería tocarla en la versión de Proscritos antes de la que habían hecho ellos en su disco El golpe de 1989.

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Por entregas: las series favoritas de Motel Margot

En Motel Margot tenemos un circuito cerrado de televisión por cable que recorre como una serpiente sinuosa cada una de las habitaciones. La selección es responsabilidad última del director y a los seriales candidatos se les exige altas dosis de ciencia ficción, conocimiento del miedo y un certificado en historia paralela y folklore. Esperando la llegada de la primavera siete producciones que uno puede disfrutar con la caída de la tarde y bajo una manta caliente. Lee el resto de la entrada »

El año de la rata de Mariana Enríquez&Dr.Alderete (Libros del Zorro Rojo, 2021) parte2

Pueden leer la primera parte aquí

y escuchar la mixtape aquí

Trozos de la revista de Zona de Obras, una postal rota de luchadores mexicanos, azul y rojo, numerada, la máscara del Santo, las otras máscaras baratas, Lost Acapulco, el cd Bikini de Zona de obras, la dos ediciones del Mantra de Rodrigo Fresán, el capítulo de The Strain donde Guillermo del Toro hace una película del Ángel Plateado con Santiago Segura de malo, el terror argentino y ese tebeo extrañísimo que se llama Kriptonita. KALIMÁN EL TERRIBLE (que luchó contra Galactus).

La editorial es Libros del Zorro Rojo

 

El Doctor dibujaba apartando restos, haciendo control de daños, sus dibujos entregan formas voluptuosas atrapadas en plásticos, luminiscentes para que los objetos volantes identificados las encuentren desde las alturas. Ascetas de la realidad deportadas hasta escenarios prefabricados: juguetes y miniaturas, volvemos al tianguis que se celebra el primer domingo de cada mes en una de las lunas de Titán. Formas prehispánicas que en su misma naturaleza violenta buscan, amenazantes practicantes para su culto. El año de la rata es un libro lleno de divinidades en potencia que, entre sus páginas y más allá, harán lo que sea para conseguir devotos seguidores para su culto. Sexo, sustitutos del sexo, alteraciones del sexo, cualquier combo reverberante es un placer para el Doctor, que se mostró en toda su plenitud en un dibujo a tinta que deslizó bajo la puerta de Marina.

Con Tessa sabemos que el negocio de las grabaciones perdidas sigue siendo eso, un buen negocio, un negocio rentable, al menos, el metraje recuperado, puedes elegir una cajonera en una casa perdida en las afueras o un site de la deep web donde se guardan las películas apócrifas de Russ Meyer o el registro de una pelea prohibida entre El Santo y Elvis Presley, con las Daianas enviando rayos de amor convulsos a los espectadores haciendo que en el visionario confundas a los rivales con Alberto Olmedo y Carlos Monzón.

«La Ocampo, la Pizarnik, la cámara de Sara Facio recogiendo las colillas del faso de la poetisa antes de introducirse en un mar de anfetaminas. Menos mal que internet es grande, es infinita, como el espacio exterior, allí econtrará nuestra Tessa enormes cantidades de potenciales devotos de su nueva religión».

¿Es el libro más sexual de Marina? ¿Fue el encierro durante la pandamia o la influencia de los muñecos del Doctor que la llevaron a cambiar lo perverso por lo carnal? ¿le grabó casetes con grupos tributo a «Las víctimas del Doctor Cerebro»? Todo es sexo plastificado, algo pánico, como un happening de Topor, algo de mirar, todos devorados y soretes, vampiresas y licántropos. Baile sexual, una epidemia endémica, la comida es el apocalipsis, el neón iluminado avisa: Motel Fetish, dame valium, dame otro, dame el tercero, tengo receta, es una carta de amor de mi médico, la doctora Roberta me dispensa química, pronto lo harán en los kioskos, como las milanesas: «Deme una caja de diazepam y la Pelos».

Me arranco las muelas porque no disfruto del subidón, prefiero el momento en el que desaparece el dolor. Volver al teléfono fijo como hemos vuelto a los vinilos, a las pieles de los dinosaurios, volver a Blue Demon y al viejo proyecto de Pipo y Charly, Cerebrus. Volver a Titanes en el Ring.

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El año de la rata de Mariana Enríquez&Dr.Alderete (Libros del Zorro Rojo, 2021) parte1

En El año de la rata hay látex, un combo de variedades llamado Damas de Piedra, bailanta, juguetes cargados de ácido, la sustitución del feminismo por la raza extraterrestre de las Daianas, Bruno Díaz travestido, el Dr. Alderete poniendo velas a Hugo Sánchez y una pollera colera, pasados de agua de panela, máscaras y más máscaras, algunas son pieles y otras son personajes escapados de otras obras de sus autores. Nunca imaginé que dos genios podrían entrar en simbiosis. El fin del mundo pasó hace un par de años y todavía no nos hemos dado cuenta. Mariana Enríquez que estás en los cielos.

Un hombre y una mujer, sonidos hipnóticos al lado del volcán: mixtape exclusiva que les acompañará durante la lectura, hagan buen uso de ella.


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SUPERCARDIOIDE de Fominder (Discos de Kirlian,2022)

¿Qué camino elegirá esta vez Fominder? Me preparo para la escucha y no sé si habrá luz sintética u oscuridad natural, mundos paralelos o algoritmos en eclipse. Sé que esconderá pistas que resolverán juegos de espejos y que habrá electricidad suficiente para iluminar las almas de los abismos nucleares. Bienvenidos a Supercardiodide. Abrimos con la energía de un Tino Casal postmoderno, con Luces, entre el neon ochentero y las nuevas olas que llegaron superado el efecto 2000. Sintetizadores nos someten a estadios oníricos, algo del Battiato más steampunk, vapor que resbala por la espalda en el baile. Sumemos a los chicos de Dorian llorando en el funeral de Gustavo Cerati mientras tratan de emular los mejores sonidos que dejó abandonado en su sampler y pasamos a Amanecer, tiempo de falsos vampiros, de playas para poetas de cristal, un canto seductor, Fominder es una sirena sintética que construye la realidad a través de sus melodías. Esa manera de jugar con las programaciones, que tienen regusto clásico, pero no suenan con fecha de caducidad.

Entregado al baile de la tristeza, sabes que no vas a poder detenerte y decides que lo mejor es la inmersión, algo de fe en la dinamo universal. Como en “Sin ti”, la percusión puede salir del corazón de un arcoíris o de una oviformia, como si el amor fueran circuitos secuenciados, la voz de Fominder se arrulla con un atisbo de terciopelo nutritivo.

«El sabor de la electrónica tiene una parte humana, de fiesta en la que los maniquíes están dispuestos a hacer coros más humanos que los de tus amigos ausentes. Teclados manipulados con sapiencia para preparar las huellas dactilares al nylon sintético, Mi universo de papel tiene palmas y baile como en una rumba bajo la cúpula de Saturno… el futuro es pasado para Fominder porque siempre tiene la mirada en el horizonte.»

Transmutado en una especie de David Sylvian, esperando que le llegue el trago de sake caliente en un aeroplano donde suenan Ultravox y Modern Talking en el hilo musical camino de Un lugar sin nombre. El final de esta intensa grabación llega con Equilibrio Perfecto, con un sonido cercano a New Order, nos recuerda la parte más oscura de la genética de Fominder, donde las imágenes paganas son celebración y química. Gorriones peligrosos y cintas de bobina abierta de Daniel Melero.

Fominder ha conseguido condensar en seis canciones todas las enseñanzas del mejor electropop, acidulado con una buena dosis de guitarras y unos textos de huida y construcción, donde la realidad es la canción pop. Un sonido perfecto, donde se nota el cuidado en los procesos de producción y registro y que nos deja una potencial cantera de singles para convertir los directos en una mezcla alícuota de devoción, heroicidad y lúcido epicureísmo.

Algunas reseñas anteriores de la discografía de Fominder:

Magia bajo cero (2019)

Circo robado (2015)

Kosmodernia (2013)