Archivo de diciembre, 2021

Favoritos de Motel Margot en este 2021

Otros años he colaborado en distintos medios como Octavio Gómez sobre todo eligiendo lo mejor de la música aragonesa y, a veces de la literatura… este año me atrevo a abrir el Motel Margot a una lista mucho más amplia. Mis favoritos:

Discos

Celebración del trance profano de Les Conches Velasques
Las discotecas de la tarde de Tachenko
El apego de Julio de la Rosa
Cocodrilia de INDY TUMBITA & THE VOODOO BANDITS
Intuición de Fajardo
Polvo de Battiato de Ángel Stanich
Ateretlov de Tzesne
The Doublethink de Goldstein Now
The Biomechanical Toy de The Biomechanical Toy
2021 de Dani Garuz
Espejismos de Calavera
Arista rota de Metralla

Libros

Días de Nueva York y otras noches de Fernando Sanmartín
ÉRASE UNA VEZ EN HOLLYWOOD de QUENTIN TARANTINO
Todos mis anhelos de Eva Puyó
Trayéndolo todo de regreso a casa de Patricio Pron
Estampas del valle de Rolando Hinojosa-Smith.
Siempre quiero ser quien no soy de Aloma Rodríguez
Las coordenadas de la existencia de Fernando Sanz
Las setas y otros relatos de la era pulp de Vicente Muñoz

Biografía, ensayo y otros

Conversaciones con Ana Curra de Sara Morales
No me judas, Satanás de Cesar Martín
La amistad de dos gigantes (correspondencia entre Francisco Umbral y Miguel Delibes)
Acceso Directo Memorias de una Fotografa del Rock Argentino en los Años 80 de Andy Cherniavsky
Viaje al centro de mi cerebro de Erik Jiménez

Polvo de Battiato de Ángel Stanich (Sony Music, 2021)

Stanich siempre en la encrucijada entre el ácido y la base, la sal y el agua. El disco se abre con un ritmo entre tropical y disco, La historia es fácil, con brillantez británica, piano luminoso y acústica de palo. ¿Recuerdas la belleza de la derrota, la tormenta eléctrica bajando el Col de Menté o Contador reventado atacando a 92 kilómetros de Alpe d’Huez? Ángel Stanich tiene visiones nocturnas con Jalabert convertido en un monstruo animado de Ray Harryhausen. Como decía Vercingétorix, ¿Les Arcs, qué Les Arcs, no conozco ningún Les Arcs? El polvo que caía sobre la Vía Láctea se confundió con las cenizas del último cigarrillo de Franco Battiato. A veces uno duda si es el Etna, cerca de las posadas prohibidas a españoles en las puertas de Catania.

«Stanich podría vivir en Ciudad de México y recolectar melodías entre los viejos libretos a la venta en los tianguis, pero prefiere leer las historias de Anacorma con un ritmo indie, más cerca de la Habitación Roja de 4 que de los textos que escribía Francisco Nixon en sus visitas a Zaragoza. El cumpleaños eterno, el de Ronaldo, el de Algora, el champán infinito».

La rítmica cansina de Rey idiota, con su fraseo arrastrado, cercano al impostado Albert Plá -dijeron que era rompedor en su tiempo, ahora es un espantapájaros que hace llorar-, Stanich es Califa en lugar de Califa, electrifica los pelos de la Maese Cámara, prueba el manganeso y entre sus redes neuronales hay más de Makoki que de la Botilde. ¿Es Stanich un genio o un gracioso, un amante de los que solo brilla en Nochevieja? Pregunta seria. La narcótica Valla nos deja el sabor de la espera, el sintetizador que zumba como un chotacabras pasado de láudano.

«Mira las estrellas como si un apagón fuera la única manera de salvar la noche. Buscando el estribillo perfecto, ¿odias al alcalde? ¿eres de izquierda? ¿tu forma de vida está basado en el silicio o en el germanio? Como en un episodio perdido de Expediente-X las guitarras se convencen de que su lugar es tejiendo».

Dos boys scouts de mierda, una canción de carretera a lo T-Bone Burnett y esa percusión que ameniza el recuerdo de Iker Jiménez. Espera en la intersección, no vendrá Robert Johnson, pero tú puedes ser Conchita, Mari Cruz, Jacinta o Mari Loli. Bombo de carromato de vendedor de crecepelo y hammond de Al Kooper. En la paleta de estilos, un bajo de Azul y Negro, como si hubiera que realizar maniobras orquestales en la oscuridad, La mecha está cantado con una voz que se agarra con fuerza a una cornisa, dime la verdad: ¿esa guitarra, la de El cariño, tiene todavía algo de arena de playa?

«Como una versión crepuscular de Antonio Luque cantando a San José de Arimatea mientras toca con el mástil un teclado robado de un Ovni caído».

Uno de los mejores temas es «Motel consuelo», palmas, trepidación y un poco de saber estar. Stanich está en los márgenes de los periódicos y las enciclopedias. No sé si eso le hace feliz, pero yo estaría contento de compartir novopreno con un ganador de San Remo. El Arriero, como un Zitarrosa de Santander, hay algo de candombe y de falta de grasa en los ejes de la carreta, como si le debiera una noche de piano y mate amargo a la Santa Muerte. Un final, Contigo siempre que es un comienzo, porque el disco es un bucle emocional, sabe a despedida y retirada, cuarteles de invierno, pulsaciones de corazón en el nylon, accidentes históricos, saturnismo musical. Más violines, más cuerdas y mellotrones, más de todo lo que sirva para ser el hereje que necesitamos en estos tiempos.

Enrique Cebrián: de Familia numerosa y otros versos canónicos

Aprovechando la aparición de un nuevo libro del autor aragonés Enrique Cebrián, Familia numerosa editado este año por Prensas Universitarias de Zaragoza dentro de su colección La gruta de las palabras, repasaremos la obra, las influencias, la sustancia básica sobre la que construye su poesía. Abriremos, en definitiva, una habitación al poeta Enrique Cebrián en este Motel Margot. Lee el resto de la entrada »

Sobre Niñas y caciques. Single La pobre niña de El Niño Gusano (Madmua Records, 2021)


Yo tenía un libro de Rubén Darío. Era una edición barata, una antología poética de la editorial Santillana con tapa blanca y apariencia de recopilación de los accésits del premio de poesía municipal de una capital de provincia. INTRODUCCION, SELECCION, ANALISIS Y GLOSARIO DE BETTY ROJAS. Lo encuentro en todocolección por 7 euros. Lo más auténtico del proyecto de bohemio cuarentón en el que me he convertido son los volúmenes perdidos en las distintas mudanzas. De piso compartido a un apartamento con vistas a la zona heavy de mi ciudad y, más tarde, una casa cerca del Príncipe Felipe y el pabellón de San José… luego las maletas y las cajas, la oposición y un niño pequeño, el amor y la abstinencia. Los vicios curados. Hace unas semanas volví a Zaragoza. Leí poemas en un teatro. Después, con unos amigos, fuimos a beber agua con gas a un barecito de la zona. Estaba con David Giménez, el más nicaragüense de los poetas de la Ribera. En el bar había un cuadro. El lugar se llamaba «El cacique». En una de sus paredes había un cuadro. Bromeamos. Pensamos que era Sandino. El camarero, muy amable, nos sirvió con cariño y nos explicó con paciencia que el retratado era Rubén Darío. Así que decidí escribir sobre ello. Sobre Sergio y sobre Darío, sobre «El imperdible» y los poetas elegantes, el fin de siglo, las aguas turbulentas, los solistas españoles. El single de La pobre niña editado por Madmua Records es un nuevo ejercicio de cariño hacia la obra de Sergio Algora. La última grabación de El Niño Gusano antes de separarse. Antes del comienzo de la leyenda. Lee el resto de la entrada »

El apego de Julio de la Rosa (Ernie Records, 2021)

Una batería mínima, guitarras superpuestas como si fueran pieles de la fruta dulce que alimenta la nana. Sangre y heridas, tierra y semilla. Julio de la Rosa pinta la suite blanca del futuro, como si guardara en caja de plata los arrebatos del mañana. Como una letanía de guitarras acústicas, como una composición de percusiones y pianos tocados con las mismas yemas que acarician una piel nueva, así, sin dejar una marca en surco, el vinilo se extiende en espiral, prepara el calzado para que camine su descendencia sobre las aguas, como un personaje de canción de Leonard Cohen, como un hijo de un Dios privado y monoteísta. Lee el resto de la entrada »