Te está hablando a ti desde la voz y los ritmos de los demás. En el Jardín de Invierno de Zaragoza, hoy jueves, descienden desde el planeta del Sistema Solar que ha perdido su condición frente al resto de los Evangelios. Ves la luz, ¿Por qué sucede eso? Equipo y actitud, la suavidad Todo lo que te quiero por Soleá Morente acaba siendo un canto de sirena que provoca un estado alterado del oyente. Un factor humano que corre, que sale del pantano, entre Granada y Galicia hay una santísima compaña de autómatas. El padre se marcha en mitad de la noche y vuelve a los pocos minutos, se parece mucho a Antonio Luque, enciende un cigarrillo y saca del bolsillo un viejo Nokia que parece un contador geiger. Antonio e Isabel cantan y cantan, marca en las manos, ondina, ondina… llaman a la puerta, son los dioses, quieren que les devuelvan el fuego (fueron de Tokyo a Tarragona). Esta noche en el Jardín de invierno de Zaragoza, Triángulo de amor bizarro traen su propio material para prender las hogueras del silencio, abren botellas que ya están abiertas y, con disimulo, beben, porque la sed es una forma de vida, eso ya lo dejó escrito con sangre Calígula.
Un poco de punk de museo de cera, algo como un libro con las páginas vacías: puedes pensar que es una burla o una oportunidad de poner en limpio los recuerdos de una larga noche. Vuelve al láudano y cuando se haga de día ya comprobaremos empíricamente si nos hemos convertido en vampiros. Carolina Durante sabe que nunca se hace de día cuando llega la noche, sobre la mesa hay una versión nueva de la benzoilmetilecgonina, como un segundo mandato de Calígula, Álvaro y Jorge han llegado de Málaga y la benzoilmetilecgonina sabe golosa, como ramos sueltos que una vez fueron flores.
«Cuando todavía cantaban Salve discordia, no teníamos una novela de Ballard como manual de instrucciones para vivir en sociedad, ayer cogieron todas las cintas TDK que encontraron en un bazar oriental y grabaron sonidos de una acería que lleva cerrada tres décadas. Notaron al reproducirlo que había dejado una cierta necrosis en el walkan. Titánico esfuerzo para una partitura no sometida a una geometría euclídea, Marinetti».
SyF paga, primer aviso. Hoy jueves habrá concierto de Triángulo de Amor Bizarro en el Jardín de Invierno de Zaragoza. Ya no escucho mi vox en las ondas. Tengo un diccionario, el simulador de textos promocionales se ha quedado atascado en una parte del algoritmo que no está bien depurado, ahora sí que llega la ola sintética, somos parte del enemigo del pueblo o del pueblo enemigo.
Quede este manuscrito inédito con firmeza, pues no cuenta como aportación al motel, solo es un abrazo a un amigo, Boyanka Kostova es una banda de trap que surgió del estereocéano, escisión oriental de una secta adoradora de Dagón con sensación de un niño que se esconde del destino y acaba siendo olvidado. Ciencia y whisky de botellón, un San Valentín lleno de muerte -ya le dije al ángel que se dejara de afilar flechas-, en Acosadoras aparece Aries, alguien que te agarra de la mano y te dice: todo va a cambiar, pero el cambio será tan rápido que no sabrás que ha sucedido hasta que haya pasado.
«Ya me dijiste que eras fatalistas a media jornada y, a pesar de eso, metes un piano entre los sintetizadores oníricos y las guitarras asesinas. Todos los nombres que sirven para clasificar las especies animales, la nomenclatura que sirve para ocultar los tóxicos en la ropa, un resguardo de partículas inspiradas en el mejor de los momentos, Menta (como mi hijo, tiene nombre de canción de El Niño Gusano)».
Este jueves en el Jardín de Invierno de Zaragoza tocan Triángulo de Amor Bizarro y puedes subir hasta el piso decimotercero con Jota, lleva desde 1998 ayudándote a recomponer el espejo reventado de tu corazón a base de letanías y katovit de importación, Virgen de la Vida, por cada agujero del mártir hay un proceso de millones de variables que te alimentan. Pon mercurocromo en la herida, pídele un cigarrillo y deja que Joaquín Pascual acaba de arreglar lo que Jota no pudo. Golpes olvidados para cerrar Detrás del espejo: variaciones y ecos. En aquella frontera, la banda sonora tenía algo de Seat sin aire acondicionado y estaciones de autobuses sin horarios definidos. Estoy a menos de cien kilómetros de una descarga eléctrica. Si salgo a la ventana creo que os escucharé, fantasmas, bailes y santos.