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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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Las nuevas agencias de medios

En el principio…me contaron que en el principio fueron las distribuidoras, luego vinieron las centrales de compras, más tarde las centrales de medios y allí por el cambio de milenio ya éramos agencias de medios. Algo que en su momento produjo el enfado de las agencias, de las creativas de toda la vida.

Por el camino hemos ido aportando cada vez más valor aunque, eso sí, recibiendo a cambio menos dinero. Es lo que tiene cuando un mercado madura, me dicen. Pero yo no lo creo. Yo creo que no hemos sabido transmitir cual es ese valor que aportamos.

Cada vez que hay un concurso y hacemos un gran esfuerzo de investigación, un planteamiento estratégico novedoso, llevamos propuestas creativas acordes con esa estrategia, planteamos una campaña integrada que tiene en cuenta todos los puntos de contacto posibles con el consumidor del producto (apoyada en una investigación que ha costado su buen dinero)…y al final el concurso se adjudica a los mejores costes, me convenzo más de que algo estamos haciendo mal.

Porque además todos sabemos que esos costes se consiguen a base de presionar a los medios y la capacidad de presionar depende más de las características del anunciante que de las de la agencia. O sea que al final son los medios los que pagan los platos rotos de los concurso y de la presunta “maduración del sector”.

¡Uy! Me parece que me estoy alejando del briefing. Yo tenía que escribir de las tendencias en nuestro negocio. Pero creo que la tendencia a, simplemente, comprar más barato, siendo la real, no es políticamente correcta.

Claro que hay veces que parece que eso es lo único que valora el anunciante, o al menos algunos anunciantes. Porque se da por hecho que todos tenemos un producto similar: las mismas fuentes, todas, y la misma panoplia de investigaciones propias, de herramientas y hasta, supongo, el mismo talento.

Bueno, pues eso no es cierto ni siquiera en el caso de las fuentes (algunas tenemos más y otras, no siempre las más pequeñas, menos) pero está muy lejos de la realidad en el caso de las investigaciones propias, de las herramientas y, supongo, en el del talento.

Todos hablamos de investigaciones sobre los puntos de contacto con el consumidor (los famosos touch points) pero el grupo ZenithOptimedia completó el mes pasado su estudio número 400; creo que nadie más puede hablar de esas cifras ni del conocimiento que eso supone pero ¿qué valor tiene eso en un concurso frente a un 2% más de descuento?

Todos hablamos de comunicación integrada, de planes en los que se contemplan todos los medios, pero algunas empresas han desarrollado más su conocimiento sobre nuevos medios y tienen a sus especialistas integrados en los equipos de servicio al cliente y otras no. Algunas tienen sus propios estudios sobre blogs y publicidad o sobre publicidad en redes sociales y otras no.

Todos sabemos que el móvil puede ser la plataforma publicitaria del futuro, pero hay pocas agencias que hayan desarrollado estudios propios sobre el tema y creo que sólo hay una que haya realizado ya tres ediciones de su estudio.

Todos creemos conocer las potencialidades publicitarias presentes y futuras de Internet pero sólo unos pocos nos hemos preocupado de realizar estudios específicos sobre la red y sólo unos pocos más estamos peleando porque Internet tenga una medición adecuada a las necesidades del mercado publicitario.

Todos sabemos que los medios se pueden utilizar de muy diferentes formas, desde las más convencionales a las más innovadoras. Algunas empresas gestionan este aspecto desde unidades especializadas en innovación, muy imbuidas de creatividad; otras no lo consideran necesario.

El mercado de medios es cada vez más complejo. Conocerlo bien y plantear las mejores estrategias de comunicación es cada vez más complicado, pero todos parecemos dar por hecho que ese conocimiento no tiene ningún valor o, si lo tiene, que no hay que pagar por ello. Si en épocas de bonanza ya era así, la maldita crisis ha acentuado esa tendencia y, de nuevo, lo único que importa es comprar más barato. Da igual lo que compremos, pero que sea muy barato.

Yo quiero pensar que la tendencia es otra. Que en algún momento los anunciantes se darán cuenta de que desde las agencias de medios se aporta valor y que éste no es igual para todas. Que en algún momento todos nos daremos cuenta de que los medios también aportan valor, que son los vehículos necesarios para nuestra comunicación y que ese valor tiene un precio que hay que pagar. Que estrangulando a los medios estamos apretando el nudo con el que todos nos ahorcaremos y que pagando cada vez menos por el servicio, acabaremos teniendo un peor servicio.

Yo creo que este mercado necesita una reflexión sobre sí mismo, sobre sus actitudes, su presente y su futuro.

Yo creo que estamos a tiempo de replantearnos el papel que debe adoptar cada uno para conseguir un mercado publicitario sostenible.

Pero hacen falta interlocutores que sepan valorar lo que aporta cada cual en la negociación.

Si no es así, si no somos capaces de pararnos a reflexionar sobre cómo estamos destruyendo el mercado, la publicidad será probablemente muy barata pero será inútil.

Espero que seamos capaces de demostrar que de verdad aportamos valor.

Este artículo se ha publicado en la revista especializada IPMark, este mes de octubre.

El futuro es de internet

Esta ha sido una semana de datos sobre medios.

Comenzó con las previsiones internacionales de ZenithOptimedia: en 2009 no crecerán las inversiones publicitarias en el mundo, La caída en Norteamérica y Europa Occidental se compensará con las subidas en Latinoamérica, Asia, Oceanía y el Este de Europa. Pero en 2010 ya habrá subidas importantes.

Eso sí, Internet irá adquiriendo cada vez más peso: si en 2007 representaba un 8,6% de la tarta publicitaria mundial, en 2011 supondrá ya un 15,6%. El año que viene superará a las Revistas y cada vez se acerca más a los Diarios para disputarles el segundo puesto.

El jueves se publicaron los últimos datos del EGM para este año. Quizá la mejor noticia que puede darse cuando salen los datos del EGM es que no han sido noticia.

Creo que este año la mayor parte de las noticias sobre el EGM se han referido a los cambios metodológicos y a los aniversarios. Bueno, eso ya es una buena noticia: ¡enhorabuena a los actuales responsables!

Luego los cambios metodológicos te pueden gustar más o menos. Cualquiera que me conozca un poco sabe que yo no estoy entre los más satisfechos con los cambios recientes.

Pero esa es otra de las buenas características del EGM: se avanza por consenso, o sea que nadie está satisfecho del todo con cada avance, pero nadie, tampoco, está completamente en desacuerdo.

Aquí también Internet tuvo cierto protagonismo: es el medio con más aumento en penetración. Pero (tomo prestado un comentario de Justerini, buen amigo, en el blog de Jaime Agulló, otro buen amigo):

Solo un comentario sobre el EGM de hoy y ¨el medio acosado por los elementos¨ que decías ayer:

Internet en España todavía no llega a un 30% de penetración a pesar de sus ¿espectaculares? crecimientos. Las ¨difuntas¨ revistas solo tienen un poco más del 53% (solo un 77% más).

Al final triunfará Internet, pero ¿Cuándo termina el principio?

¿No estamos haciendo demasiado ruido, o haciéndolo un poco pronto, sobre un medio con el que todavía no contactan nunca más de la mitad de los españoles?

Esperando, esperando para tener suficientes respuestas, al final tuve la puntería de sacar los datos de Zenith Vigía el mismo día. Más de un panelista me lo reprochó ¡y con razón! Para algunos de ellos los tres días más complicados del año son los tres en que se publica la ola del EGM. ¡Y voy yo y les mando otro dato no precisamente sencillo de digerir!

Como ya conté aquí en mi post anterior, Internet también es protagonista en el Vigía: es el medio para el que se espera el mayor crecimiento de inversión este año y también el próximo.

Está claro que Internet es el futuro, pero ¿es también el presente?

Copio de El detalle, otro de los blogs de la revista Anuncios:

Pero me asombra esa cara de satisfacción con la que a menudo se exhibe y se recibe el argumento de el viral ha tenido 250.000 descargas en diez días. Ahí se queda todo.

Y el comentario que hace Observator, un comentarista habitual, que podría ser uno de los directivos de la revista:

quítale un par de ceros a tus 250.000 y esas son las entradas de muchas webs de concursos

Dos ceros más, dos ceros menos ¿qué importan? En Internet todos los números valen.

España ¿es tan diferente?

Hace unas semanas Manolo Carbajo, Director de la revista IPMark, una de las más veteranas del mercado publicitario, me pidió un artículo sobre los diarios en España y en Europa. Esto es lo que le envié, que se ha publicado hace unos días.

En España nunca se había leído mucha prensa. A finales de los ochenta y principios de los noventa se hablaba de un índice de desarrollo cultural propuesto por la UNESCO que se basaba en el número de ejemplares de prensa, datos OJD, vendidos por cada mil habitantes. España a duras pena cruzaba la línea del subdesarrollo, establecida en 100 copias.

Si nos fijábamos en el porcentaje de lectores, datos EGM, la situación no era mucho mejor. Durante muchos años estuvimos en el entorno del 30%, una cifra muy baja comparada con la de Japón o las de los países nórdicos, pero también baja si la poníamos en relación con las de los países de nuestro entorno más próximo.

Hasta 1993 no se superó el 35%.

Yo siempre lo explicaba diciendo que a la prensa le quedaba mucho recorrido porque faltaba por llegar la generación de la alfabetización completa, la que iba a tener mayor proporción de universitarios, en resumen la que en algún momento se ha llamado la generación más preparada de la historia de España.

Además en España no teníamos prensa amarilla propiamente dicha; nos faltaban los casi cuatro millones de ejemplares diarios del Bild Zeitung, o sea los casi doce millones de lectores que un solo diario aportaba en Alemania. O los más de tres millones de ejemplares de The Sun (con sus casi ocho millones de lectores); o el millón seiscientosmil del Daily Mirror, que aporta casi cuatro millones de lectores. O el Daily Star, o el Daily Record…Con todos ellos la prensa sensacionalista británica se pone en casi seis millones de ejemplares y más de catorce millones de lectores.

Y en esto llegó internet.

Y la generación que tenía que encargarse de recuperar el prestigio lector (de prensa) para España, empezó a leer las noticias, si es que lo hacía, en internet.

Y en esto llegó la prensa gratuita.

Y demostró que los jóvenes no tenían alergia al papel sino apego al euro que había que pagar para leer el periódico.

El porcentaje de lectores de prensa superó por primera vez el 40 en el año 2004.

Y en esas estamos.

¿De verdad somos tan diferentes?

Cada país tiene su historia, que está condicionada por sus gentes y, en el caso de los medios sobre todo, por las leyes que ha ido tendiendo.

Hay países en los que ha predominado la letra impresa (Alemania y los nórdicos son buenos ejemplos) en parte porque la televisión ha tenido limitaciones legales. Hace muchos años Adrián García, todo un clásico, entonces en Saatchi y ahora en Starcom, lo explicaba en función de la religión: en los países protestantes era necesario saber leer, para conocer bien la Biblia; en los católicos no hay tradición de lectura (ni de la Biblia ni de nada) entre las clases más populares. Puede ser.

Hay países con una fuerte tradición audiovisual. España e Italia serían los más genuinos representantes del grupo en el que la televisión se lleva una parte muy sustancial de la tarta publicitaria; la fuerte comercialización de las televisiones públicas es una parte de la explicación.

El Reino Unido es un caso especial; un país con una audiencia de televisión muy elevada, pero en el que una buena parte de la televisión (los canales de la BBC) no se comercializa. Eso explica en parte el éxito fulgurante de internet, único en Europa y uno de los mayores del mundo, que siempre se pone como ejemplo de evolución del nuevo medio. Pero también explica por qué en el Reino Unido la inversión en prensa ha superado tradicionalmente a la que se dirigía a la televisión (entre el año 2000 y el 2002 más del 40% de la inversión publicitaria total se la llevaban los diarios).

Tengo en mis manos los informes que realiza ZenithOptimedia, basados en la información de fuentes públicas de cada país. En el Western Europe Market & Mediafact correspondiente a 2007, vemos que los países nórdicos siguen destacando por su audiencia de prensa, que oscila entre el 90,4% de Suecia y el 71,3% de Dinamarca. Entre las cinco grandes economías destaca el Reino Unido, con un 56,8%. España (40,1%) ya ha superado a Italia (37,7%). La comparación es compleja en el caso de Alemania (no se calcula el dato de cobertura del medio) y de Francia, donde sólo se dispone de la cobertura para diarios nacionales (12,3%) en un país en el que los diarios regionales tienen más potencia que los nacionales o los deportivos.

En el Advertising Expenditure Forecasts, otro informe de ZenithOptimedia vemos que la inversión en diarios en Europa Occidental (37.154 millones de dólares, un 29,9% de la inversión total en medios) va a verse superada este año por primera vez por la inversión en televisión (37.474 millones de dólares, un 30,1%). Y es que la inversión en prensa se estanca mientras la televisión mantiene un leve crecimiento.

Los diarios se llevan la parte del león de la inversión publicitaria en los países nórdicos (desde el 52,5% de la tarta en Finlandia hasta el 41,3% en Suecia). Pero siguen manteniendo un peso importante en Alemania (36,7%) y el Reino Unido (31,3%), países en los que la prensa sigue siendo el medio líder por inversión. España, con un 24,1% ocupa un lugar central entre las cinco grandes economías. Italia (18,6%) y Francia (15,1%) dedican a los diarios menos parte de su inversión que nosotros.

Alemania, con más de nueve mil millones de dólares de inversión en diarios es el líder destacado en cifras absolutas; además sigue registrando ligeros crecimientos. Le sigue el Reino Unido, con casi ocho mil millones, pero perdiendo peso poco a poco cada año desde el 2003. España, con una inversión prevista de 2.566 millones de dólares es el tercer país de Europa Occidental por su inversión en diarios, pero baja hasta el decimosegundo escalón si comparamos la cuota de los diarios en la inversión total en medios.

Las diferencias entre los países también se pueden apreciar si nos fijamos en cual es el título líder de audiencia en cada caso. En Alemania y en el Reino Unido reina el sensacionalismo. Los 11.640.000 lectores del Bild Zeitung no tienen parangón en Europa; sólo los líderes del Reino Unido, el Sun con 7.716.000 lectores, superados el domingo por los 8.258.000 del News of the World.

En Italia y en Francia (como ocurría en España hasta hace poco) el líder es un deportivo: La Gaceta dello Sport, con 3.604.000 lectores y L’Equipe, con 2.496.000 respectivamente. En España el líder es un gratuito, 20 Minutos, con 2.436.000 lectores, todo un símbolo de la fuerza que han alcanzado los gratuitos en nuestro país.

Cada país tiene sus peculiaridades. Aquí también España sigue siendo diferente, pero yo creo que ahora un poco menos diferente que antes.

¿Hacia dónde va la inversión publicitaria?

El viernes cerré la admisión de cuestionarios.

Durante el fin de semana he escrito los análisis.

Y esta mañana he hecho públicos los resultados de Zenith Vigía, la investigación basada en un panel de directivos de medios que vengo haciendo cinco veces al año desde hace ya más de siete.

LLevo, llevamos 38 olas, que para una investigación como esta creo que es una buena marca.

Hoy también, por casualidad, se han hecho públicos los resultados de las previsiones sobre inversiones publicitarias que realiza a nivel mundial el Grupo ZenithOptimedia.

Vistos a la vez los dos informes se aprecia un cierto contraste. Se espera que la inversión publicitaria en el mundo crecerá este año un 6,6%, casi lo mismo (pero un poquito más) que la previsión de marzo: entonces se preveía un 6,5%.

La buena nueva viene de los países emergentes. Europa Central y Oriental crecen a un ritmo del 17,4% anual; Iberoamérica, ahora en una buena racha, crece al 17,5%; el totum revolutum que agrupamos como África, Oriente Medio y Resto del Mundo, crece a un 12,8% y Asia Pacífico, que ya es la tercera zona con mayor inversión y se acerca cada vez más a Europa Occidental, crece a un 8,5% de tasa anual.

Las previsiones para Norteamérica se rebajan de un 3,7% a un 3,5% y las de Europa Occidental caen desde un 3,9% a un 3,7%.

Es decir que, en general, se moderan los crecimientos pero sigue habiendo crecimientos.

Pero no es así en Zenith Vigía. Las previsiones para España son cada vez más pesimistas.

Según va avanzando el año nos encontramos con peores previsiones. Y eso que a algunos panelistas estos datos, que no son más que la resultante de ponderar las previsiones de todos ellos, son aún muy optimistas.

Si todo sigue como los panelistas prevén, el año se cerrará con una caída del 1,5%, que será bastante mayor en el caso del Cine (-9,5%), de los Diarios de pago (-6,4%), de los Suplementos de prensa (-4,7%) o de las Revistas (-4,3%).

Sólo se salvarían de la quema Internet, que crecerá un 20% y los canales Temáticos, un 12,9%. En ambos casos la previsión es algo peor que hace dos meses.

Esperemos que los éxitos deportivos, ¡España Campeona de Europa de Fútbol! traigan un poco de alegría a este mercado tan influenciable.

Hemos vivido un segundo trimestre muy malo; el mercado se ha debilitado, pero todavía podría recuperarse en lo que queda de año.

Claro que, diría el pesimista de cabecera, también puede hundirse más.

Algunos medios ya han recogido esta noticia.

Esta mañana ya se podía ver en el boletín de Control; esta trde estaba en PRNoticias y seguro que mañana la recogen muchos diarios y las otras publicaciones del sector.

¿Salvarán los países emergentes la inversión publicitaria?

La semana pasada ZenithOptimedia, el grupo al que pertenece mi empresa publicó sus previsiones trimestrales sobre inversión publicitaria en el mundo.

No puede decirse que desborden optimismo. Estos eran los titulares de nuestra nota de prensa:

El Boom publicitario en los mercados en desarrollo compensa la penumbra provocada por la restricción crediticia en los países occidentales.

Veamos: penumbra en los países occidentales. No hay recesión, pero el crecimiento previsto para Europa y América del Norte, el 3,8%, se queda ahí ahí con la inflación prevista. Porque estamos viviendo un cierto repunte de la inflación.

Provocada por la restricción crediticia: vivimos a crédito o, como dirían nuestros padres, por encima de nuestras

posibilidades. Y cuando un banco (aunque sea en Estados Unidos) se constipa, todos acabamos estornudando, o teniendo la gripe.

Ahora, eso sí, el boom publicitario en los mercados en desarrollo: en el resto del mundo aún viviremos (vivirán) crecimientos de dos dígitos. Está previsto un 11,1%. Especialmente en Europa Central y Oriental, los países ex comunistas que aceleran su marcha hacia la sociedad de consumo, cada vez más consumista. Y, como ya hemos dicho aquí en otras ocasiones, la publicidad es la gasolina, o al menos el lubricante, para todo eso.

Los mercados en desarrollo supondrán así el 63% del incremento de la inversión publicitaria entre 2007 y 2010 y pasarán de representar el 27% al 33% de la inversión mundial.

La zona Asia-Pacífico, que este año apoyada por los Juegos Olímpicos de Pekín va a crecer un 8,2%, superará a

Europa Occidental en 2010. Cada año crecerá a un ritmo que superará al europeo en más de dos puntos.

Cada vez que se hacen nuevas previsiones la participación de internet en el mercado publicitario mundial es mayor. Si en 2007 ha representado un 8,2% (algo más del 6% en España) para 2010 se prevé un 12,3%, con lo que superará ya a las revistas y se colocará como el tercer medio por captación de inversión.

Esperemos que los beneficios crecientes de nuestras empresas en otros países y en los nuevos medios ayuden a pagar nuestros sueldos (o por lo menos a mantener contentos a los accionistas, esos entes desconocidos para los que uno acaba trabajando siempre).