Ayer por la mañana estuve en la segunda jornada del Seminario de IFE sobre la TDT.
Fue un día de ingenieros y de gestión de derechos.
Sebastián Muriel, Director General de Red.es, contó muy bien el apagado de Soria, del que ya hablamos aquí en su día. Una curiosidad: aunque no hubo grandes problemas con los residentes permanentes, sí se produjeron cuando llegaron los veraneantes a sus pueblos y se encontraron con los televisores en negro.
La presentación de Manuel Fernández Iglesias, Director Xeral de Comunicación Audiovisual de la Xunta de Galicia sobre el primer apagón, el simbólico de A Fonsagrada, fue magnífica. Un municipio de poco más de cinco mil habitantes pero con cientos de diminutos núcleos de población y con una orografía muy complicada, dio para todo tipo de casuísticas y anécdotas.
José Antonio Quintela, Director de la Oficina Nacional de Transición del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, contó el Plan Nacional de Transición. Quizá alguno de los lectores no lo sepa, pero la fecha del 3 de abril de 2010 sólo es la del cierre definitivo en los últimos lugares de España. Antes habrá apagones por zonas. Antes del 30 de junio de 2009 se apagarán al menos 32 zonas, incluyendo muchas capitales de provincia de tamaño medio.
Se habló mucho del efecto última llamada. Se confía en que una buena parte de la población esperará hasta el final, pero llegará a tiempo.
Manuel López Palma, Profesor asociado EUETIT, de la Universidad Politécnica de Catalunya, nos dejó temblando a casi todos. La tecnología va tan rápido que ya no sólo es imposible seguirla, comprando todos los aparatos que nos proponen; ya es imposible seguir su mera decripción. Parece que los televisores serán sólo pantallas, para durar tiempo, rodeada de set top boxes, o descodificadores variados, con tecnologías siempre variables. Creo que los ingenieros ya sólo piensan en esos que en marketing llamamos early adopters y se olvidan de que lo importante sería que esas novedades tuvieran tiempo de penetrar en la gran masa social.
Si no, crearemos más nuevas y profundas brechas digitales y tecnológicas.
Otra cosa que me llamó la atención en su discurso es la alegría con la que defendió, o al menos aceptó, la piratería. Necesaria según él para que el software consiga la suficiente penetración. No sé si eso es verdad, pero estoy seguro de que no lo es en el caso de determinados contenidos.
Justo en este momento en el que tanto las compañías de tlevisión como las de telecomunicaciones reconocen la importancia trascendental de los contenidos, se entiende mal esa promoción de la piratería. No se producirán contenidos de calidad y de alto coste si no se va a conseguir una compensación por ellos.
Cada vez veo menos claro cual es el modelo de negocio, o incluso el de supervivencia, que se está pensando para esta nueva sociedad de la información en la que la tecnología y su rápido desarrollo, priman sobre la producción de contenidos.
Tanto Javier Trujillo de SGAE, como Carlos Álvarez de AISGE, expusieron la situación de la gestión de derechos,que no parece muy afectada por el paso a la TDT. Y nadie preguntó, no preguntamos, sobre piratería.
El Seminario tuvo un nivel muy alto y una magnífica organización, como nos tiene acostumbrados la gente del IFE.
