Alguno pensará: ¡si quedó el 16º de 25! Y es verdad.
Algún otro (y en los comentarios al post anterior hay varios representantes de esta línea): dimos una imagen muy mala de España. Pero como se puede ver en otros comentarios esto no sólo es discutible, sino discutido.
Pero se trataba de un programa de televisión y, como tal, una de las medidas del éxito o el fracaso es la de la audiencia.
Y aquí no cabe la menor duda.
El Festival de Eurovisión fue el programa más visto de la semana (y de muchas semanas en el caso de TVE).
Una media de 8.996.000 espectadores durante un programa muy largo tiene un peso clave en la audiencia del día (y hasta de la semana).
La Primera consiguió un 30,3% de share en el total del día; registros así son ya muy excepcionales. Casi consiguió el doble que Tele 5 su más próxima perseguidora. Pero durante la emisión del evento se situó en un 59,6% y en este caso multiplicaba por más de cinco a sus más inmediatos perseguidores.
Ningún otro programa tuvo una audiencia relevante durante la emisión del festival. Ninguno llegó a los dos millones de espectadores.
Lo dicho: Chikilikuatre puede gustar más o menos (creo que mi opinión no importa, pero ha quedado clara en otros posts) pero como operación televisiva y de marketing es indiscutible.
LLevamos un tiempo diciendo que el futuro de la televisión generalista son los eventos capaces de crear grandes coberturas.
Creo que sólo se puede dar la enhorabuena a TVE, que ha vuelto a ser capaz de crear un evento después de unos años en que Eurovisión seguía una tendencia muy negativa.
Ya lo hizo hace seis años con el primer Operación Triunfo (una fórmula que parece haberse impuesto ahora en media Europa) y lo ha vuelto a hacer ahora.
¿Es cutre?¿Es friki?
¡Es un éxito!