Estos días están siendo noticia los cambios de programación. Siempre lo son, pero ahora el ruido ha aumentado.
Ayer recibí un mail en el que me comentaban algunos cambios. Tele 5 había anunciado para mañana jueves el estreno de la nueva serie Acusados. Entonces Antena 3 decidió colocar ese día el último capítulo de El Internado. Evidentemente, se trataba de ponérselo difícil a su competencia.
Pero Tele 5, bajo mínimos tras el bajón de navidades, no se puede permitir muchos lujos.
Así que decidió trasladar al martes la emisión de la serie Aída, su mayor éxito actual. para hacerle la vida imposible a Los hombres de Paco, que funciona relativamente bien en Antena 3.
Eso obligaba a Tele 5 a trasladar Gran Hermano a los miércoles.
Pero el miércoles iba a emitirse el último capítulo de la temporada de Hospital Central.
No pasa nada. Ya le buscarán otra ubicación. Puede ser el jueves.
En estas Tele 5 consigue los derechos del partido Barcelona-Atlético de Madrid, de vuelta de la Copa del Rey (que, por cierto, La 1 llevaba varios días anunciando a bombo y platillo) que se va a jugar esta noche.
Hay que buscar un hueco para Gran Hermano. Lo ponemos el jueves.
¡Ufff! Me sobra un Hospital Central y no estoy como para desperdiciar programas atractivos.
¡Ah! la semana pasada se estrenó el martes un programa sobre los récords Guinness, que no tuvo el éxito esperado, así que pasará a la tarde del domingo, ahí el riesgo de perder inversión publicitaria es menor.
¿Alguien entiende algo? Yo, desde luego no.
Sólo que parece que en Tele 5 están nerviosos. Y no es para menos.
Después de casi cinco años de liderazgo de audiencia con muy escasas interrupciones (el año pasado sólo fallaron en el agosto olímpico y en el diciembre navideño) en el acumulado a 13 de enero se encuentran en tercera posición a casi cuatro puntos de La 1.
Y no es eso lo peor. Tele 5 basaba su liderazgo en un día muy sólido, sobre todo los laborables, que complementaba con Aída y la Fórmula 1 los domingos.
Ahora se mantiene firme en el prime time de algunos días, pero tiene profundas lagunas a lo largo del día.
Todo esto en un contexto en el que la inversión publicitaria escasea.
Veremos cómo le sale la jugada. De momento el primer movimiento se cierra con un relativo fracaso. Aída fue ayer el programa más visto, pero perdió casi un millón de espectadores respecto al pasado domingo.
Redujo distancias respecto a La 1 pero no consiguió superarle y ser la cadena más vista del día…
Claro que también hizo daño a Los hombres de Paco…a lo mejor se trata de eso: ya que hemos de morir, muramos todos juntos. Com pensó Sansón respecto a los filisteos.
Existe una Ley que prohíbe cambiar la programación con menos de tres días de preaviso.
Uno de los criterios para planificar campañas publicitarias es la afinidad con el contenido. Y recuerdo que las cadenas en abierto viven de la publicidad.
Pero ¿quién habló de respetar la Ley? ¿a quién le importan los intereses del anunciante? ¿quién habló de respetar al espectador?¿las productoras se merecen algún respeto?
Todo parece indicar que un modelo de televisión está cayendo en desgracia.
¿Será el final de la televisión basura? No lo creo. Pero para quienes piensan que son los índices de audiencia los que han llevado a las aberraciones que hemos llegado a vivir, recuerdo los versos de Lope de Vega sobre la televisión de su tiempo:
Sepa quié para el público trabaja
que tal vez a la plebe juzga en vano
pues si, dándole paja, come paja
siempre que le dan grano, come grano.
Y en el siglo XVII no existía Sofres.
