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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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Pago por contenidos ¿llegamos a tiempo?

Este año los ingresos por publicidad de los diarios españoles volverán a caer, entre un 15% y un 20%, y volverán a cifras de comienzos de los años noventa. Los ingresos de las revistas también caerán este año, algo menos que los de los diarios, pero las caídas acumuladas en años anteriores les van a hacer retroceder hasta valores que no veíamos desde los años ochenta.

Como también están disminuyendo los ingresos por venta de ejemplares, la viabilidad de los medios impresos es cada vez más complicada.

Entre 2007 y 2011 los ingresos mundiales de los editores de prensa cayeron un 40%, según el informe Tendencias de la Prensa Mundial que elabora la asociación WAN-IFRA, que les agrupa.

La solución debería ser internet, pero…

…cuando a mediados de los noventa la mayor parte de los diarios decidieron volcar su contenido en internet, o cuando poco después enriquecieron el producto con actualizaciones continuas de contenido, pocos pensaron en cobrar a los lectores por ese contenido. El coste del nuevo producto era marginal y, pensaron, podría mantenerse con los ingresos publicitarios. Eso si se pensaba sólo en el coste directo y se olvidaba que el nuevo producto canibalizaría al anterior.

Se generó así un magníficco negocio para los buscadores, para Google en especial, y se iniciaba el camino hacia la ruina de los diarios. Un informe reciente de la Newspaper Association of America constataba que por cada dolar que aumentan los ingresos de la prensa digital los diarios en papel pierden 25. Un negocio ruinoso para los editores veteranos, pero ¿podría ser diferente para nuevos actores, que comiencen con estructuras mucho menores?

Varias noticias recientes han vuelto a poner de actualidad la posibilidad de que el consumidor de información en internet tenga que acabar pagando por los contenidos que consume. El diario New York Times vendió el portal About.com y se vuelve a contemplar la posibilidad de recuperar la fórmula del pago por suscripción. Hasta ahora los intentos de cerrar el acceso, sólo para suscriptores, de una parte sustancial del contenido, han fracasado.

Por otra parte el Gobierno alemán ha anunciado un proyecto de ley que obligaría a los buscadores a pagar a los diarios por el contenido de sus artículos. La AEDE, Asociación de Editores de Diarios Españoles se ha apresurado a aplaudir la idea.

La profesora Pilar Diezhandino, de la Universidad Carlos III, presentó en la Fundación Telefónica el estudio El periodismo en la encrucijada, en el que aboga por la continuidad del periodismo de calidad. Para ello es imprescidible llegar a un modelo mixto de financiación, en el que el pago directo ayude a la publicidad a financiar el producto informativo. Suena muy parecido al modelo tradicional de financiación de la prensa en papel. Según el estudio, la gratuidad total haría inviable el periodismo de calidad. El estudio hace hincapié también en la sangría de profesionales de la información que se ha venido produciendo en los últimos años.

También Manuel Moreno identificaba al gratis total como el mayor enemigo del periodismo actual. El papel puede morir, como murió el pergamino, pero la prensa digital necesita, para sobrevivir, encontrar su propio sistema de financiación y ese no será la información regalada. Tampoco la publicidad si, como recoge el informe Tendencias… sólo el 2,2% de los ingresos publicitarios de los diarios proceden de la publicidad digital.

Por el momento se siguen pagando los errores del pasado. De hecho, según el citado informe de WAN-IFRA la mayor parte de los ingresos de los diarios siguen procediendo de las ediciones en papel.

Quizá, como afirma Pablo Fernández en su blog, lo que falta aún por hacer es una verdadera revolución a la hora de digitalizar los contenidos. La concepción de las versiones digitales sigue haciéndose con una mentalidad muy analógica, muy dependiente de lo que siempre se ha hecho en papel, con lo que no se aprovechan todas las posibilidades de la digitalización. En sus palabras, la evolución no evoluciona.

Pero volviendo al sistema de financiación: todo parece indicar que la supervivencia de los diarios, las revistas y, en general, de los contenidos de calidad, pasa por algún tipo de pago directo por esos contenidos.

Mi duda es si llegamos a tiempo. Tras haber acostumbrado a los usuarios durante casi veinte años a disponer gratuitamente de todo tipo de contenidos ¿es posible conseguir ahora que paguen por lo que tenían gratis?

Desnudando a Google

El libro de Alejandro Suárez ha sido otra de mis lecturas de este verano.

Lo había comprado hace unos meses y lo tenía a medias. Durante el curso me resulta complicado avanzar con varios libros a la vez. Pero lo intento.

Desnudando a Google es una crítica despiadada a la mayor empresa tecnológica del mundo y especialmente a su declaración de intenciones don’t be evil, algo así como no seas malvado.

Lo curioso es que esa crítica se hace desde la más profunda admiración, que rezuma a todo lo largo del libro.

Si todavía quedaba alguien que no supiera que Google es, por encima de cualquier otra cosa, la mayor empresa publicitaria del mundo, Suárez se lo explica.

Si alguien no sabe que Google, que nos proporciona información sobre cualquier tema que se nos pueda ocurrir (incluyendo sus propias competidoras) es, no obstante, absolutamente opaca cuando se trata de hablar de sí misma, en este libro se pueden encontrar todos los detalles.

Si alguien no sabe que la empresa que tiene más ingresos por publicidad en España (o eso suponemos los que nos dedicamos a este negocio, porque sus cifras han de estimarse a partir de muy poca información) no paga ni un euro de impuestos en nuestro país, también se puede ver en este libro.

Podríamos seguir así con otros muchos aspectos sobre la política empresarial de una de las empresas líderes y más admiradas del mundo, pero quien esté interesado en Google es mejor que busque el libro y lo lea.

El libro se lee con facilidad y mantiene siempre el interés y, como ya he dicho, desde la más pura admiración, que el autor no puede disimular y que, por qué no decirlo, Google merece.

Pero claro, lo de don’t be evil no siempre le resulta fácil a una empresa que cotiza en Bolsa y que, como todas, tiene que ganar el máximo dinero posible.

El primer spot interactivo en televisión

Hoy hace catorce años se emitió el primer spot interactivo en televisión en España.

En aquella época llevábamos en Zenith la cuenta de Renault, un anunciante muy ligado a la innovación (al menos en aquella época).

Era una tarde del mes de junio; estábamos cuatro gatos en la oficina porque entonces empezábamos  la jornada continua antes que ahora. Llamaron de Canal Satélite Digital para contarnos que con una nueva tecnología se podía hacer un anuncio interactivo en televisión.

Tenemos otro fabricante de automóviles interesado.

Con ese cebo no teníamos escapatoria; el anuncio tenía que ser de Renault. Y lo fue.

Esa misma tarde Maribel Moreno, que era entonces la subdirectora general, habló con el cliente y con la agencia creativa, Tiempo BBDO.

Se modificó el audio de una campaña de Renault Clio que se estaba emitiendo en aquellos momentos, los técnicos de CSD añadieron las funciones necesarias para la incipiente interactividad, se puso en guardia a los concesionarios y en pocos días teníamos la campaña en el aire.

Fue un éxito.

De los poco más de cien mil abonados que tenía entonces CSD más de cuatro mil interactuaron con el anuncio y cerca de mil quinientos solicitaron la prueba. El cliente nos dijo que había sido más efectiva que cualquiera de las acciones de marketing directo que habían llevado a cabo hasta entonces.

La semana pasada participé en Vitoria en el Congreso CARVI sobre televisión conectada. Quise empezar mi charla proyectando aquel viejo anuncio pero no lo encontré: ni en Zenith (en el traslado archivamos todo lo antiguo); ni en Digital +, la heredera de CSD (nos estamos volviendo locos y de momento no lo localizamos); ni Santi, ni Mercedes, que lo sabían todo de Renault en aquella época.

Sí encontré, perdida en la página 50 de Google más o menos, la noticia en la que se contaba aquella campaña en El País.

En la primera página de Google se daba como primer spot interactivo el que ha realizado este año, también para Renault, en esta caso Twizzy, su actual agencia OMD. Curioso ¡catorce años después la misma marca vuelve a tener el primer spot interactivo!

En aquella primera época la empresa más activa fue Corporación Multimedia; Eduardo Matilla me ha proporcionado una memoria con casi toda la producción interactiva de aquellos primeros momentos.

Luego, cuando se fusionaron CSD y Vía Digital y desapareció Quiero, el interés por la interactividad desapareció o casi.

Ahora parece que vuelve, entre otras de la mano de Microsoft. Aunque no sé si, como dice Eduardo Vázquez en su blog, la interactividad y la manera de ver televisión no se llevarán nunca bien.

Si es así, aquellos primeros experimentos de hace catorce años no habrían sido una anticipación sino un error.

¿Tiene futuro la interactividad en televisión? Y usted ¿qué cree?

El precio justo

No voy a hablar de uno de los programas de televisión de mayor audiencia de la historia de España, aunque no está mal recordar de vez en cuando que a finales de los ochenta dos tercios de la población española se sentaban frente al televisor para ver un mismo programa: El precio justo, que producía Jorge Arqué con su Videomedia, una de las grandes en la producción española.

Esta es otra historia.

Ayer recibí un tuit (uno de esos mensajes cortos en la red Twitter) de Sam Júdez, una publicitaria catalana a la que no conozco personalmente, lo que no impide que goce de una gran admiración por mi parte; hace poco le voté como la mejor publicitaria joven. El tuit linkaba a un artículo de la contra de La Vanguardia y Sam comentaba:

¿Y si abogáramos por el fair cost? Made in Europe: producimos donde no todo vale.

El artículo, una entrevista de LLuis AmiguetNancy Fraser, a quién tampoco conocía (es tremendo, con los años mi incultura crece en lugar de disminuir) está lleno de ideas sugerentes. Lo mejor es que lo lean entero pero voy a entresacar alguna de esas ideas para quienes, como nos pasa a todos habitualmente, no tengan tiempo de acercarse al artículo completo.

el hambre de trabajo de millones de inmigrantes chinos del campo a la ciudad permite milagros productivos globales.

a medida que los trabajadores de países emergentes vayan adquiriendo más derechos –ojalá los logren pronto– nosotros, los empleados de países anteriormente ricos, los iremos cediendo… con nuestros salarios.

Cada vez que un trabajador norteamericano entra en Wal-Mart y compra productos chinos baratos está rebajando su salario.

Usted compra barato lo que antes fabricaban en su país o en otro país europeo que respetaba los derechos laborales y, de ese modo, contribuye a liquidar su empleo y a rebajar su propio salario.

Pero seamos realistas: no podemos bajarnos del tren de la globalización, porque aislarse sería peor que la peor de sus consecuencias.

Cada Estado protegía a sus ciudadanos y, mediante sus impuestos, redistribuía la riqueza que creaba su economía en forma de servicios del Estado de bienestar. Pero para poder redistribuir la riqueza, primero hay que crearla, y lo que Europa fabricaba y vendía para mantener sus servicios hoy lo fabrican y venden mucho más barato los países emergentes.

…los occidentales ya hemos cedido bienestar sin darnos cuenta…Recuerde que sus padres podían vivir relativamente bien sólo con el salario del cabeza de familia. Hoy son imprescindibles dos sueldos para mantener el mismo nivel de vida en un hogar.

la vida low cost: usted paga menos y así le acaban pagando menos a usted.

Y en el otro extremo está el high tech: Google, Facebook, Apple… Son sectores californianos donde los sueldos se han disparado.

¡Aquí (en Europa) evaden sus impuestos!

Porque sus estados nacionales europeos ya son impotentes para hacerles pagar. Pueden confiscar las rentas del trabajo de sus clases medias, pero son incapaces de hacer pagar a grandes fortunas o multinacionales.

Se gravan más las rentas del trabajo que las del capital, precisamente por la misma lógica anticuada: si se molesta al gran capital, se irá a otra parte y perderemos inversiones. Si evitáramos los paraísos fiscales –algo perfectamente factible con la suficiente presión ciudadana–, se frenaría ese proceso.

Y concluye:

Necesitamos un nuevo cosmopolitismo que sepa ver que nuestros grandes problemas globales ya no tienen soluciones nacionales. Así podremos crear instituciones globales para solucionarlos.

La idea de fair cost, que propone Sam Júdez, me parece excelente; utópica, pero excelente. Si nos negáramos a comprar productos que son muy baratos porque proceden de la explotación de personas, si frenáramos el poder del capital financiero especulativo y los paraísos fiscales, estaríamos defendiendo a los trabajadores chinos…y nuestros propios puestos de trabajo. Puede ser la última línea de defensa del Estado del Bienestar.

Merece la pena pensarlo.

El marketing digital es el Presente

Este mes de noviembre está siendo tremendamente activo en el sector del marketing y especialmente en todo lo que atañe a su parte digital.

Ya conté aquí nuestra presentación en Barcelona del estudio Net Radar la semana pasada.

Ayer, la revista IPMark organizó un Foro con la presencia de Fernando Valdés, Director Generla de Campofrío, al que espero poder dedicar otro post, aunque yo no pude asistir: tenía a la misma hora una presentación y la obligación manda.

Esta misma mañana he estado en la conferencia Mentes que despiertan mentes, organizada por la revista Anuncios. Participaban Maurice Lévy, Presidente mundial del Grupo Publicis (o sea el jefe, del jefe, del…-pongan aquí muchos escalones- de mi jefa); David Droga, el australiano Presidente Creativo de la agencia Droga 5, uno de los creativos más premiados del mundo y Antonio Campo Dall’Orto Vicepresidente Ejecutivo de la cadena MTV. La charla de monsieur Lévy ha sido muy inspiradora, muy actual y con una visión del mundo sorprendente para un alto ejecutivo de multinacional. Luego es difícil cómo llevar a la práctica en nuestro negocio (que, al fin y al cabo, él dirige) esa nueva relación con consumidores que tendrán que consumir menos, pero mejor y que lo que valoran de las marcas es que sean responsables. Pero será, estoy de acuerdo, un mundo mejor.

La semana que viene es el Inspirational, el festival que organiza cada año la IAB.

También se aproxima FICOD, la multitudinaria feria de contenidos digitales, que suele llenar el Palacio Municipal de Congresos de Madrid.

Está reciente el EBE, viene una nueva edición de Héroes del social media y sé que se me olvidan unos cuantos eventos más.

Pero quizá uno de los eventos más importantes es el que se anuncia para la tarde del martes 29, que pone el foco en la realidad que da título a este post: el Marketing Digital es El Presente y no el futuro. Lo organiza Passionalminds, un grupo de personas entre las que se encuentra Pedro Duarte, amigo desde hace tiempo a través de internet, al que conocí personalmente la semana pasada.

Han conseguido reunir un plantel de ponentes de altísimo nivel: Javier Rodríguez Zapatero, Director General de Google España, María Garaña, Presidenta de Microsoft España, Kamal Bherwani, Director General de Prisa Digital, Sixto Arias, Director General de Mobext, Begoña Sanz, Directora Comercial del Real Madrid y unos cuantos ponentes más. Conozco personalmente y he visto presentar a la mayor parte de ellos y sé que son verdaderos cracks.

Además el acto se celebra en el Auditorio Rafael del Pino, muy cerca del Paseo de la Castellana de Madrid.

Yo voy a hacer todo lo posible por ir, porque sé que merecerá la pena. Y, desde luego, si aún no estás convencido de que el marketing actual es Digital, estás obligado a ir.

Estoy en Twitter como MadinaED

100 años de Marshall Mc Luhan

Hoy se han cumplido cien años del nacimiento de Marshall Mc Luhan, una de las más grandes figuras de la investigación de medios.

Muchos de los conceptos acuñados por Mc Luhan han pasado a formar parte de la cultura popular. Todos sabemos que el mundo es una aldea global; o que el medio es el mensaje; que hay medios fríos y medios calientes; que durante varios siglos la humanidad vivió en la Galaxia Gutemberg o que nos dirigimos hacia el futuro mirando el retrovisor.

Muchos tenemos también su imagen en la cola del cine, discutiendo con Woody Allen en el cameo/homenaje que hizo en la película Annie Hall.

Mc Luhan murió en 1980, mucho antes de que se produjera la explosión de internet, cuando aún no había teléfonos móviles e incluso cuando la televisión no había llegado a ser del todo el fenómeno de masas en que se llegó a convertir unos años después, pero que, sin duda, ya intuía.

Me pregunto cual sería su visión de este mundo absolutamente interconectado (en algunos sentidos más aldea global que nunca, pero con guerra y paz, como él lo conoció). O qué pensaría de Internet y de Google, como memoria universal, él que pensaba que a partir del nacimiento de la escritura (y más aún después con la imprenta) la humanidad había perdido memoria.

No nos vendría mal un Mc Luhan para ayudarnos a repensar este mundo que evoluciona tan rápido.

Los anunciantes son menos pesimistas que los medios

Hoy he enviado los resultados del Zenthinela de junio. Ahora ya hay en Google veintidós referencias; la mayoría, sobre todo las de los medios generalistas y económicos, recogen literalmente una nota de agencia, supongo que de Europa Press. También este mediodía me ha entrevistado Jesús Díaz en directo en El Programa de la Publicidad.

El resumen de lo más importante del estudio es que, como recogía el sábado al hacer referencia a otro estudio, el pesimismo va impregnando al mercado publicitario. Ahora ya se prevé una caída del 2% en la inversión en medios.

Cada vez son menos los medios que se salvan de la debacle: ya casi sólo quedan Internet y los Móviles, en los dos casos con crecimientos de dos dígitos y con mejores expectativas que en la ola anterior, de hace dos meses. También se espera crecimiento, aunque menor, para la Televisión Temática en Abierto.

En cambio los medios impresos, el papel, reciben cada vez peores previsiones. Cuando ya parece que deberían haber tocado suelo, cada nuevo dato vuelve a ser peor.

Otro dato curioso es que, a lo largo de este año, cada ola del panel Zenthinela (anunciantes) recoge mejores índices que la ola anterior de Vigía (medios). Como antes no ocurría esto, no tengo muy claro qué puede querer decir este hecho, pero me da la impresión de que los medios se ven muy afectados por la tensión que genera el no tener nada de visibilidad. Ahora una semana ya casi parece largo plazo.

Como dice Juan Varela, Periodistas 21, la crisis, esta crisis, está ayudando a acelerar la transición hacia lo digital.

Los diarios, gratuitos y de pago, evidencian que la crisis es el fin de su era y que la prensa necesita una reingeniería integral de su negocio. La previsión de caída vuelve a superar el diez por ciento, claro reflejo de las cifras de inversión de los primeros meses del año, y se desvanece la confianza en una recuperación.

Cuando la economía vuelva a remontar, el escenario de difusión y negocio para los diarios será completamente diferente al de épocas anteriores.

La crisis de 2001 supuso un duro freno para el trasvase de la publicidad hacia Internet. Quizá se había sobrevendido; también puede ser que el mercado no estaba preparado todavía. Los formatos que se ofertaban y las fórmulas de comercialización eran adecuados para la publicidad de Respuesta Directa pero no se adaptaban bien a la publicidad que busca notoriedad, generación de recuerdo, marca en resumen, que es la que mueve más dinero.

En cualquier caso, aquella crisis fue breve y pronto vimos renacer de sus cenizas a la publicidad en Internet.

La larga crisis actual ha pillado a los medios tradicionales, especialmente a los medios Impresos, con el pie cambiado, sin tener muy claro cual debe ser su política en el futuro y con una estructura de costes muy difícil de mantener en unos tiempos en los que todo tiene que ser low cost.

¿Por qué coincide todo?

Ayer no pude asistir al Think Digital sobre la consumidora española y el caso Alice.com, que organizaba Google. Me coincidía con el taller de Innovación que unas cuantas personas de Zenith hacíamos en la empresa dnx.

Pero no era sólo eso: a la misma hora la Fundación Alternativas presentaba el Foro de las Industrias Culturales, sobre Internet y el Mercado Audiovisual.

Aún había alguna otra cosa a la misma hora a la que también me habían invitado.

Pero esas eran coincidencias que me afectaban a mí y, seguramente, a nadie más.

Más inexplicable me parece lo de la AEA y la AEPE.

El año pasado estuve en Ibiza, hablando en las Jornadas de la AEPE, la asociación de la publicidad exterior. Por esa razón no pude acudir al Foro de la AEA, la asociación de los anunciantes, que coincidió en las mismas fechas. Me extrañó que dos actos que se dirigen a públicos en gran parte coincidentes se celebraran en las mismas fechas.

Claro que lo que me ha sorprendido mucho más aún es que también vuelvan a coincidir este año. Hace dos días me llegó la invitación al Foro de la AEA, que se celebrará en las instalaciones de Coca Cola el 7 de abril.

Hoy he visto que las Jornadas de la AEPE van a celebrarse en León entre el 6 y el 8 de abril.

¿Las empresas de publicidad exterior no querrán dirigirse a los anunciantes? ¿Los anunciantes pasan de la publicidad exterior? ¿Vuelve a ser, por segundo año consecutivo, una mera coincidencia?

Con Google en El Prado

Ayer estuve en el Museo del Prado.

No fue una visita más. Todo empezó hace un par de semanas con una invitación de Google para asistir a think finance, una presentación sobre el mundo de las finanzas en internet.

La presentación se celebró en el anfiteatro del Museo del Prado, en la zona de la ampliación hacia los Jerónimos. Olga San Jacinto nos contó el estado actual de internet, los últimos datos y la velocidad del cambio. Sebastien (apellido impronunciable; seguro que él piensa: quién fue a hablar) de TNS resumió el estudio que han hecho para Google sobre los usos de internet en el sector financiero. Oí por primera vez unas nuevas siglas ROPO (research on line, purchase off line: búsqueda por internet, compra presencial, un comportamiento cada vez más habitual en este y en otros sectores). Luego David Sáez, de Google explicó el estudio Click Stream, elaborado con datos de tráfico de Nielsen, en el que de nuevo se cuantifica la importancia de la red en los diversos sectores y el tiempo que transcurre entre el primer contacto y la decisión de compra.

Las presentaciones fueron breves; los asistentes podremos acceder a las versiones completas de los estudios en una dirección que nos dieron junto con la credencial.

Pero, claro, en el Prado y con Google lo importante fue la visita posterior. Divididos en grupos pequeños, de unas veinte personas, pudimos ver algunas de las principales obras maestras del museo sin necesidad de apartar a otros asistentes. Ver Las Meninas desde el otro extremo de la sala en la que está instalado el cuadro e ir acercándose poco a poco hasta una distancia mínima, es una experiencia única. La maravilla de la perspectiva o el detalle de las pinceladas casi impresionistas se ven así de una manera completamente diferente a la de una visita normal.

Así, en estas condiciones excepcionales, pudimos contemplar algo más de diez cuadros: desde el Carlos V en Mulberg, de Tiziano hasta La carga de los mamelucos, de Goya, o las Majas, La familia de Carlos IV o Los fusilamientos del 3 de mayo, del mismo autor. Desde La Anunciación de Fray Angélico, a El Jardín de las delicias del Bosco. Desde el Autorretrato de Durero a la Artemisa (ahora conocido como Judit en el banquete de Holofernes), el único cuadro de Rendbrandt con el que cuenta el Museo del Prado.

Una tarde espléndida, aislados de la fuerte nevada que caía en esos momentos sobre Madrid.

Una experiencia que, de otra manera también muy interesante, se puede revivir en Google Earth. Esos cuadros y algunos más pueden visitarse y admirarse hasta el más mínimo detalle en esa aplicación. Como nos decía la guía, es la mejor forma de adentrarse en las profundidades y recovecos de El jardín de las delicias, un cuadro complejo, difícil de desentrañar.

El acuerdo entre Google y el Museo del Prado para reproducir esos cuadros es fruto de la idea de uno de los empleados de Google España durante el 20% de tiempo que los empleados del buscador tienen para desarrollar ideas innovadoras independientes de los proyectos en los que estén directamente implicados.

Eso, que forma parte de la mitología Google, es también una gran idea.

El síndrome Belén Esteban

Hace unas semanas me llegó, no estoy seguro pero supongo que a través de Luispe, mi proveedor habitual de gadgets de internet, un vídeo con una actuación gloriosa de Belén Esteban, la ahora llamada Princesa del pueblo.

No tengo nada contra esa señora, de la que, además, sé más bien poco. Pero creo que ese alarde de ignorancia es todo un símbolo de la evolución que ha llevado en los últimos años nuestra televisión.

El nacimiento de la televisión privada, a comienzos de los años noventa, se vivió con esperanza. LLegaba la diversidad; se abría el campo para nuevas opiniones y nuevas orientaciones. Se pensó que aumentaba la libertad, al menos la de elección. Podía haber sido así, pero cada vez estamos más lejos de tener una televisión en abierto de calidad.

Se ha ido bajando el nivel en busca de audiencias masivas (cada vez menos masivas, en todo caso) y de costes bajos. Lo peor es que esas cadenas, esas compañías, que se han introducido con gusto en la espiral de deterioro de la calidad no cejan en su empeño de atacar a las televisiones públicas que por un lado, se han convertido en la última esperanza y, por otro, son una amenaza para ellas si consiguen mantener un buen nivel de audiencia.

Leí ayer un artículo de Juan Valera, Periodista 21, en el que se pregunta ¿cuándo se sustituyó La Clave (los debates de calidad) por La Noria (las discusiones a gritos sobre la última aventura de cama de un famosillo)? El artículo se llama Mediocracia y se basa en un juego de palabras (el gobierno de los medios y el de los mediocres) que al parecer utilizó Felipe González en una entrevista que yo me perdí.

Merece la pena leerlo; refleja muy bien la situación: los medios buscando la uniformidad por abajo, con un nivel de calidad lamentable para ser asequibles a todo el mundo (¿tanto nos desprecian?) y el dominio de los mediocres, que cada vez ocupan más espacios de poder en todas partes.

Los directivos de las televisiones se concentran en unos contenidos que les dan un público cada vez menos atractivo y se dedican, con éxito, eso sí, a ordeñar los últimos litros de leche de una vaca ya muy exhausta. Para ello cuentan con la complicidad de otras partes del mercado.

Mientras tanto, los contenidos más interesantes migran hacia otras maneras de ver la televisión (canales de pago, internet, nuevos dispositivos…) y se llevan tras de sí a los públicos más interesantes.

Pero, y ligo aquí con el tema de mi jurásico post anterior, los actores de las nuevas tecnologías se empeñan también en mirar para otro lado, parecen no querer entrar en el camino de la publicidad de marca que busca notoriedad (que es donde está la mayor parte del dinero que aún no ha llegado a internet) y dejan la mayor parte de la inversión en manos de los buscadores, o sea en el casi monopolio de Google. ¿Cuán dejará internet de ser el coto exclusivo de la publicidad de respuesta directa?

¡Ah! y Belén Esteban, mientras tanto, se permite el lujo de amenazar a Pedro Jota. Un interesante choque de trenes en el mundo de los egos fuertes.