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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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FMR: Otra revista que cierra

Hace ahora viente años, Franco María Ricci, un editor y coleccionista italiano, lanzó en España FMR, con el slogan: La revista más bella del mundo.

Seguramente el slogan era exagerado, pero FMR era una revista de arte diferente, con unas fotografía excepcionales, una edición cuidada, una selección de temas personal y sumamente curiosa y, eso sí, un excesivo tufo italiano que en el caso del arte no es precisamente un defecto.

Hace ahora veinte años me aboné a FMR y desde entonces he leído con atención cada línea y he paseado mi mirada por las fotos dejándome atrapar en ellas.

He sufrido también las vicisitudes de una aventura editorial que en España no se ha visto acompañada por la suerte. Primero fue Ebrisa, luego Progresa, no sé si en medio hubo alguien más y por último la Fundación Marielena Ferrari, que se ha preocupado más de vender libros caros, con un marketing tremendamente agresivo que de cuidar a los suscriptores a la revista que, como es lógico, estábamos intereados sobre todo en la revista.

Hace unos días, junto con el número 34 de esta enésima etapa (alguna anterior llegó hasta los ochenta) me llega una carta en la que me comunican que

como consecuencia de la coyuntura macroeconómica internacional y del cambio en el escenario de los medios de comunicación, la Sociedad ha decidido cesar la publicación de sus revistas

Siempre pensé, y lo he dicho así en mis charlas sobre medios, que si algún tipo de publicación tenía posibilidades de sobrevivir en papel, FMR era una de las primeras candidatas.

Aunque ahora estén pensando en poner en marcha

una innovadora revista on-line

para mí no va a ser lo mismo no tener en mis manos el peso de la revista, la calidad del papel (una combinación de diferentes tipos, adapatados a los contenidos) y el tipo de letra, el detalle y la resolución de las fotografías.

FMR me descubrió muchas cosas. Recuerdo ahora al escultor Canova, a las pintoras Tamara de Lempicka o Artemisia Gentileschi, a los pintores prerrafaelitas ingleses, al tipógrafo Bodoni; despertó mi afición por los códices medievales o me ayudó a transitar por ese amplio territorio que se sitúa entre el arte y la artesanía.

Pero FMR será, es ya, una nueva víctima del cambio de los tiempos, igual que ocurrió con Selecciones, otra compañera de mi infancia y adolescencia.