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¿Pero hubo alguien que no vio el Mundial?

 España se proclamó Campeona del Mundo de Fútbol y estalló el delirio colectivo. Florecieron por todas partes camisetas rojas y banderas rojigualdas; las calles se llenaron de gente y el mundo se detuvo.

Se consiguió algo que parecía imposible y el país por unos días fue feliz. Seguramente no seremos más ricos, ni saldremos antes de la crisis, pero eso no parece que tenga la menor importancia. Hay quien dice que la imagen de la marca España ha mejorado sensiblemente por esto e incluso se ha calculado que el PIB subirá varias décimas sobre lo previsto.

Hasta quienes no solemos ver partidos de fútbol porque preferimos otros deportes u otras actividades en general, nos unimos a esa marea colectiva.

¿O no? ¿O no fuimos todos?

Pues parece que no. Si consultamos los datos de Kantar Media (Sofres para los amigos veteranos) hubo algo más de tres millones de personas (un 7% de la población) que se mantuvieron al margen y no vieron en ningún momento partidos del Mundial. Sí, vale, a lo mejor es que no lo vieron en su casa y se fueron al bar con los amigos o a la macropantalla de la Plaza Mayor, pero medir así es lo que tiene y, si de verdad te gusta el fútbol, ¿no vas a ver al menos un minutillo en tu casa?

¿Sabemos algo más de esos recalcitrantes?

Sí. Sabemos que son más mujeres (un 58,5%) que hombres; que, proporcionalmente, hay más entre los jóvenes (índices superiores a 100 entre todos los grupos de menos de 29 años y superiores a 200 entre los menores de 12 años) que entre los mayores; que, también en proporción, se vio menos Mundial en los hogares en los que viven niños y que el fútbol (al menos este fútbol del Mundial ganado por España) es un fenómeno de clases medias: las mayores concentraciones relativas de “no espectadores” se dieron en los extremos del arco social: entre la clase alta y las clases baja y media baja.

Parece que sí. Hubo gente que consiguió pasar el mes que duró el Mundial sin conectarse en ningún momento con el que parece ser el momento culminante de la Historia de España. ¿O sólo era de la historia deportiva?¿O sólo de la historia futbolera? porque, la verdad, ya habíamos sido campeones mundiales de casi todo, aunque casi se nos haya olvidado.

Este artículo se ha publicado en el número de la revista Anuncios correspondiente a la última semana de julio.

El triunfo de la buena gente

El fútbol no es lo mío, pero aquí estoy dispuesto a escribir el segundo post seguido sobre el tema. El ambiente marca mucho.

Como no entiendo mucho de fútbol no sé si todo el mundo estará de acuerdo conmigo en que el mejor partido fue el de Alemania (si todos fueran así, a lo mejor me gustaba el fútbol) y que la final contra Holanda fue bastante más rollo por el exceso de faltas y la violencia que se percibía en los contrarios.

Pero como no entiendo mucho de fútbol en lo que me he fijado es en el tipo de personas que, al menos aparentemente, compone ese grupo ganador.

En contra de lo que nos han venido imponiendo en los últimos años en las empresas, los ganadores no son unos personajes agresivos, dispuestos a cualquier cosa para superar al adversario: uno mira a Iniesta, a Casillas, a Puyol o a  Xavi y ve buenas personas, dispuestas a colaborar con sus amigos para conseguir un fin común. No se pelean para ver quién se lleva la medalla.

Pero al menos los directivos ¿tendrán ese instinto asesino que se necesita para triunfar en la vida?

Pues no. Cuando se ve a Vicente del Bosque se ve la viva imagen de eso que ya casi no queda: la bonhomía.

Pienso que hace unos años le echaron del Real Madrid tras haber ganado una Copa de Europa y que le echaron porque le faltaba esa mala leche aparentemente tan necesaria.

Bueno, pues a lo mejor no era tan necesaria. Parece que un grupo de buenas personas, dirigido por una buena persona también es capaz de hacer grandes gestas.

Se trata, claro, de grandes profesionales que saben hacer muy bien su trabajo. Se trata de eso; de seleccionar bien al equipo y entonces a lo mejor no hace falta ser una mala persona para dirigirlo.

Seguro que es sólo un espejismo, pero me gustaría pensar que vamos hacia esta nueva visión del mundo.

Hemos hecho historia

No cabe duda: el triunfo de España en un Mundial es un hecho histórico, de esa pequeña historia que constituyen las gestas deportivas, pero histórico.

Es una de esas fechas de las que, como decía el anuncio de Mahou, vamos a recordar siempre con quién las vivimos. Yo estuve en casa de mis cuñados Joaquín y Santa, rodeado de otros cuñados y sobrinos.

Cuando hace unos cuantos años explicaba en sesiones de formación a clientes o en cursos en diversas facultades, qué era eso de los GRPs y lo diferente que es conseguirlos de uno en uno o de muchos en muchos, siempre ponía el ejemplo de una hipotética final de Campeonato del Mundo de Fútbol en la que jugara España. Hay que reconocer que hace diez o quince años sonaba como una utopía inalcanzable. Sólo jugarla; ¡no digamos ganar!

Mi hipótesis entonces era que se batirían todos los récords de audiencia, que prácticamente no habría ningún español que no viera el partido.

A lo largo de este Mundial hemos ido viendo diversos hitos históricos.  La final lo vuelve a ser. Pero yo siempre me preguntaba ¿cuando empieza la historia?

Para muchos la historia comienza cuando lo hacen sus recuerdos. Yo recuerdo audiencias en los años 80 de más del 68% de la población y más de 21 millones de personas (cuando la población era mucho menor que la de ahora). Entonces había muchos menos canales de televisión (los dos de TVE y alguna autonómica). Claro que eran audiencias acumuladas de media hora y medidas con el EGM. Pero eran mucho mayores que estas.

La verdad es que las cifras que nos ofrecen los audímetros para el evento de ayer son bastante decepcionantes. Sí, claro: se trata de audiencias en el hogar principal y ayer muchos vimos el partido en casa de amigos o de familiares o en bares, o en pantallas gigantes en la calle y todo eso no lo miden los audímetros.

Supongo que alguien habrá hecho un estudio sobre la audiencia total del partido y que pronto veremos los resultados. Si no, el partido no habrá batidos récords históricos.

Y eso no hay quién se lo crea.

Claro que si la historia comienza cuando cada uno llega al mundo…

… el otro día, viendo en Teledeporte la retransimisión de una etapa del Tour, los comentaristas (Perico Delgado y Carlos de Andrés) se preguntaban si el triunfo de Ocaña en el 73 se habría visto en directo por televisión. Bueno, como yo soy muy viejo y siempre me gustó el ciclismo, yo recuerdo haber visto, en balnco y negro, eso sí, los últimos Tours de Bahamontes, allá por los primeros sesenta, en directo por TVE.

El deporte español lleva muchos años haciendo historia, pero lo de ayer, con la repercusión que tiene ahora el fútbol en los medios, es todo un hito.