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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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Deuda, corrupción y medios

Cada vez oigo a más gente decir que ha dejado de leer los periódicos, incluso por internet.

Parece que las noticias sólo hablan de los problemas económicos y de la corrupción que ha ayudado a generarlos. Todos somos expertos en mercados, primas de riesgo, diferenciales de deuda, rescates y en el dinero que se ha llevado un banquero o un político o el que se ha desviado para financiar a un partido.

Cuando oímos hablar a los políticos, otro de los elementos clave en las noticias, la cosa es aún peor. El que está en el poder hace lo mismo que criticaba al de enfrente cuando estaba en la oposición y el que está en la oposición critica al que hace lo mismo que él hacía poco tiempo antes.

Nos dejan con la sensación de que es más fácil criticar que acertar cuando se actúa, de que nadie conoce cual es la solución del problema, o que, si la conoce, no se atreve a aplicarla.

Y los mercados no se calman; y el paro aumenta…

Así que no es extraño que cada vez haya más gente que no quiere saber nada de las noticias.

Hace tiempo que venía ocurriendo con los diarios en su versión en papel.

Pero ahora el mal se extiende también a las ediciones digitales.

Hoy mismo, mi amigo Juanjo Azcárate, una de las personas que más sabe de marketing en este país, se preguntaba en Twitter por qué los diarios generalistas están perdiendo audiencia en sus versiones digitales y enlazaba con esta noticia en El Programa de la Publicidad.

Si en paralelo nos dicen que la audiencia de los diarios deportivos crece (en la mayor parte de los casos tanto en su versión en papel como en la digital) parecen estar dándonos una pista: la  información que están ofreciéndonos ahora los diarios generalistas o su enfoque, casi siempre sesgado y partidista, no es la más adecuada para estos momentos.

El asunto merece un análisis más profundo, que ahora no estoy en condiciones de hacer, pero si yo fuera director de un periódico me lo pensaría: en tiempos de dificultades ¿debo hurgar sólo en las dificultades? ¿No sería más conveniente hacer hincapié en las cosas que van bien y en las posibles soluciones de las que van mal?

¿Sigue siendo verdad aquello de que las buenas noticias no venden?

Las campañas más eficaces

He visto este fin de semana en El Periódico de la Publicidad que aproximadamente un 80% de quienes han votado en una encuesta entre sus lectores no están de acuerdo con el palmarés de los Premios EFI, de los que este año he sido miembro del Jurado.

Supongo que no está mal. Nadie esperaba unanimidad.

Este es otro de los temas que se me han quedado en el tintero tras esta temporada de problemas, festejos y viajes.

Mi participación en el Jurado de los Premios EFI fue muy interesante, me puso en contacto con más de cien de las campañas más eficaces de las últimas temporadas.

Pero la verdad es que yo esperaba algo más. La crisis no ha potenciado la creatividad en España.

Cuando hace algunos años empezaron a llegar a España grandes creativos argentinos y muchas campañas argentinas ganaban premios en los festivales internacionales, la explicación fácil era decir que las crisis estimulan el talento. La dura crisis del corralito habría sido así beneficiosa para la profesión publicitaria en argentina.

Pero el tono medio de las campañas presentadas a los Premios EFI no ha sido especialmente brillante y parece reflejar la crisis añadida que también está sufriendo el negocio publicitario en España. La crisi económica no ha hecho que proliferen aquí las grandes ideas y estrategias.

Claro que eso no quiere decir que no haya habido casos muy brillantes. Como todos los años esos casos se pueden ver en el libro de la eficacia que se publica con todos los casos que consiguieron algún premio.

Además marketingdirecto.com ha publicado resúmenes de un buen número de los casos más interesantes.  Ya hablé aquí en otro post de las campañas de Campofrío premiadas; también son interesantes la de inmobiliaria Zapata, Mediterráneamente, de Damm; la de la agencia de viajes Atrápalo, la del queso Flor de Esgueva; las de Canarias o de Línea Directa Aseguradora; la de Fundación ONCE, que también había comentado en su momento en el blog y…muchas otras.

Estoy seguro de que no ha sido el mejor año, pero aún así se puede aprender mucho, yo lo he hecho, con los casos ganadores.

Nace La Información

El jueves estuve en la fiesta de presentación de La Información (lainformacion.com) un nuevo periódico exclusivamente en internet que ya conocemos, en sus diversas versiones previas, desde hace algunos meses.

Como resaltó en la presentación Juan Kindelán, el Presidente de la compañía, La Información nace de la unión de dos grupos poderosos: por un lado, el empresarial, los antiguos directivos del Grupo Recoletos (los Kindelán, Rodrigo, Infante…) por el otro, el editorial, la gente que ha conseguido agrupar en torno a sí Mario Tascón, probablemente el periodista con una trayectoria más brillante en la red (El Mundo y El País, nada menos) con cerca de quince años haciendo peridismo en internet en marcas de primera categoría.

La empresa es complicada, como todas en estos momentos, pero promete ir por el buen camino.

Me gustó ir a la fiesta. Siempre gusta asistir al nacimiento de nuevos medios. Mucho más en estos tiempos, en los que no abundan los nacimientos de empresas ni mucho menos las fiestas.

Luego está lo de volver a encontrarse con la gente de la profesión y de su entorno.

Al entrar me encontré con Mena Benatar, antiguo compañero de grupo y hoy dedicado a la selección de personal.

Saludé, por supuesto, a Mario Tascón, a José Manuel Rodrigo y Alejandro Kindelán, algunos de los padres de la criatura. También a Antonio Kindelán, hermano de los protagonistas, que fue mi jefe, allá en la noche de los tiempos.

Estuve bastante rato con Julián Bravo, amigo desde sus tiempos de AIMC y con el que ahora comparto la coordinación de un número de la revista Telos, precisamente sobre internet. Julián me presentó a su hija Paloma, a la que sólo conocía por teléfono.

Ví también a Reinaldo Argüelles, el Director de AMPEy con Luis Petit de la AM.

Pasé un rato con protagonistas del mundo interactivo, como Julio Alonso o Ícaro Moyano.

Entre las revistas del entorno de la publicidad estuve con Antonio, de Control, Miguel y Manolo de IPMark, David, Esther y Aurora, de Anuncios, Daniel y Nacho de El Publicista, Gabriel y Miguel Ángel de El Periódico o Jesús, de El Programa.

Mi hija Usúe me presentó a sus nuevos compañeros de Grupo R, agencia responsable de parte de la campaña de lanzamiento. Conocí así al otro José Manuel Rodrigo, el hijo.

Entre los posibles competidores del nuevo medio vi a Jesús Quesada. Como anécdota, Jesús le preguntó a un camarero si se podía fumar (no); Jesús sugirió que lo haría a escondidas, a lo que el camarero contemplando su tamaño contestó con gracia: No sé si usted se va a poder esconder…

Del mundo de la publicidad no coincidí con mucha gente. Sí charlé con José Carlos Gutiérrez, también antiguo jefe y siempre amigo. Con Manolo Gil, compañero de hace tiempo y hoy importante anunciante.

Al final, con Pilar Ulecia, comentamos los rumores que nos pueden afectar indirectamente a ambos.

La Sexta también muerde la mano que le da de comer

No ha pasado mucho tiempo desde que se decía aquello de que el cliente siempre tiene razón.

En nuestro negocio publicitario estamos acostumbrados a poner al cliente, al consumidor de nuestros productos, en el centro de todo el proceso.

Hablamos de que el consumidor es quien tiene ahora el poder.

Pero en el mundo de la televisión parece que no es así.

Todos sabemos, o eso pensaba yo, que el cliente de las televisiones en abierto, quien paga para que se mantengan esas empresas, es el anunciante.

Pues bien, José Miguel Contreras, máximo ejecutivo de La Sexta se ha descolgado esta semana con unas declaraciones a El Programa de la Publicidad, en las que, en una ataque de esdrujulismo, califica de ridículo, patético y estúpido, el informe en el que la AEA, la asociación de los anunciantes, sus principales clientes, critica y valora la supresión de publicidad en TVE.

Conozco a José Miguel Contreras hace muchos años, sé que no es tonto; por eso me sorprenden más este tipo de declaraciones en pleno fragor de la batalla por las fusiones.

Así no me extraña que Gabriel González Andrío titule su artículo editorial en El Periódico de la Publicidad con una frase lapidaria: Contreras, no te enteras.

Seguramente se entera demasiado y ya sabe, como casi todos los que nos dedicamos a esto, que la memoria es algo inexistente en nuestro mercado publicitario. La historia comienza con cada nueva negociación.

Seguramente esa mano que acaba de morder le acariciará dentro de poco si necesita que se emita una campaña.

¡Qué triste!

Los 40 años del EGM

A lo largo del último mes he contestado tres cuestionarios de revistas del sector (Control, El Publicista y El Periódico de la Publicidad) referidos al EGM y a su 40 Cumpleaños. Anuncios se adelantó y me lo pidió antes del verano, artículo que reproduje en este blog.

Voy a intentar resumir los tres de este mes. Espero que no resulte un refrito demasiado indigerible.

Que el EGM cumpla cuarenta años es una de las mejores noticias que se pueden dar sobre el mercado publicitario.

He dicho muchas veces que si no existiera habría que inventarlo.

El EGM es el gran estudio de medios de este país. No sólo es una referencia histórica; es el gran estudio que sigue siendo necesario.

Nunca se valorará bastante el esfuerzo de aquellos pioneros de hace cuarenta años, ni de todos los que desde entonces han (hemos) luchado para mantener viva esa llama que el mercado publicitario necesita y que es la envidia de países que no supieron mantener vivo su estudio multimedia y ahora tratan de recuperar el tiempo perdido.

Ahora hay que afrontar el reto digital y de la movilidad. No se puede perder tiempo, porque el mundo, y los medios con él, avanza muy rápido. Pero estoy seguro de que el EGM estará a la altura de las circunstancias.

La estructura de AIMC como asociación de todo el mercado (JIC) es un gran invento, que hace únicos este tipo de estudios. También está en la base de algunas de las críticas más fundamentadas: es lento en la toma de decisiones, a las que debe de llegar por consenso entre todos. Eso no le impidió generar los primeros datos de internet, y los que siguen siendo referencia.

Las críticas de los medios cuando los resultados de audiencia no son los que esperaban no tienen más valor que el de una pataleta y no merecen ningún comentario desde el punto de vista técnico.

¿En qué aspectos sería mejorable?

Hace ya casi cuatro años la Junta Directiva de AIMC de entonces me encargó un trabajo en este sentido, que realicé con un pequeño grupo de profesionales (María Jesús Solaún, Jaime Agulló, Pablo Alonso y Fernando Palacios, a los que reitero mi agradecimiento). Entonces escribimos una carta a los Reyes: Estudio continuo (tanto en el trabajo de campo como en la publicación de los datos), basado en un gran multimedia realizado mediante entrevistas personales, con incorporación de otros medios y uso de estímulos comparables entre medios. Además pedíamos que la Asociación estuviera al tanto para incorporar cuanto antes las nuevas tecnologías aplicables a la mejora del estudio.

Yo confío mucho en que tanto la AIMC como el EGM tendrán un futuro esplendoroso. El mercado sabe que son necesarios. Han resistido ataques muy duros y se han mantenido a flote. Ahora, de nuevo, vienen tiempos interesantes: es necesario entrar con fuerza en la medición de los nuevos medios (sí, internet, televisión, móviles…esos medios que llevan tiempo ahí, pero cuya medición hay que redefinir). No es de recibo que quince años después del nacimiento de internet y casi diez después de la proliferación de páneles, el mercado no tenga aún las medidas publicitarias que necesita. En el caso de la televisión, si no empezamos a movernos ya muy rápido nos vamos a encontrar en poco tiempo con que casi toda la televisión estará mal medida. Esto no depende tanto del EGM como de una AIMC muy activa.

Pusimos muchas esperanzas en la Mesa Para la Medición Digital, que está haciendo un buen trabajo, pero hace falta apoyar iniciativas reales hacia la medición que necesitamos.

Los datos de audiencia son la clave en el negocio de los medios publicitarios. Tener datos obtenidos mediante una metodología consensuada por todos los actores del mercado, aceptados por todos y que además ofrezcan un cierto grado de comparabilidad entre medios, es fundamental.

Estos datos ofrecen la posibilidad de seleccionar los soportes más adecuados para cada target y además analizar si su oferta comercial se mueve dentro de unos límites razonables.

El EGM sigue siendo la fuente de datos clave para la planificación multimedia.

Los estudios monomedia aportan más información en la línea de las necesidades del respectivo medio. No responden tanto a las necesidades de las Agencias de Medios (que los aceptan en razón del necesario consenso) ni del conjunto del mercado, como a necesidades específicas de cada medio.

Los datos de audiencia son la clave central de un estudio como el EGM. Pero la existencia del resto de los datos ha convertido al EGM en la referencia histórica en cuanto a datos de equipamiento y de algunos consumos. Este es un valor adicional que, por supuesto, es bienvenido.

El papel de las revistas en la sociedad digital

La semana pasada El Periódico de la Publicidad publicó su número especial sobre revistas. En él figura esta artículo que me pidieron y escribí en el mes de julio, pero que creo que en sus líneas generales sigue siendo válido.

Estamos viviendo un momento apasionante. Muy complejo, sin duda, pero apasionante. Se están produciendo cambios estructurales tan profundos, que ya nada volverá a ser igual. Todos tenemos que ir adaptándonos a los cambios y redefinir nuestro papel.

¿Cuál es el papel de las revistas? Siempre se ha dicho que son el medio de la segmentación, de la consulta, del targeting, el que mejor permite entreverar la publicidad con el contenido editorial; todo eso es cierto, pero ¿sigue siendo igual de cierto que hace unos años? Probablemente no; probablemente los medios digitales estén ocupando este terreno entre los públicos más avanzados. ¿Se sigue analizando la compra de un automóvil con una revista en papel?¿Tiene sentido una revista de informática en papel? Seguramente cada vez menos.

El juego de palabras es muy fácil: ¿Cuál es el papel del papel? Desde las revistas se han creado grandes marcas de referencia, que ahora se extienden hacia la televisión temática o hacia internet. Ese, el de crear plataformas de contenido con vocación multimedia, es un buen camino.

Sin hacer mucho esfuerzo me vienen a la cabeza nombres como Time, National Geographic, Geo o Cosmopolitan que no sólo han extendido sus ediciones por el mundo, sino que también se han incorporado sin problemas en otros medios en los que ya son también referencia. En España, a otra escala, tenemos los casos de Hola o Telva, que avanzan firmes en el ciberespacio. Seguro que en los dos terrenos hay muchos casos más.

Pero las revistas de papel tienen un papel importante en las campañas multimedia, como vienen demostrando estos últimos años los estudios Atenea que se vienen realizando en nuestro mercado. Lo tienen también en el descubrimiento de nuevas áreas de interés para nichos de población, que pueden acabar adquiriendo un tamaño notable. A pesar de los años que han pasado, no ha dejado de sorprenderme la fuerza con la que surgió el sector del tunning, un fenómeno cuya existencia descubrí a través de los datos de audiencia. No menos pujante se muestra el sector de los videojuegos, algo que parece contradecir la exclusividad de internet como difusor de determinados fenómenos.

Sin duda las revistas van a tener una larga vida, también en papel. Pero, como a todos, les toca un largo periodo de reflexión y reconversión para adaptarse a la nueva era en la que ya vivimos. Definir qué contenidos incluirá la edición en internet, cómo convivirán con la versión en papel y cuál será la fórmula para rentabilizarlas en cada caso es, sin duda, el primer paso. Lo peor de todo es que no hay recetas universales: la que sirva para una revista de actualidad puede ser inútil para una del motor y una revista de moda necesitará una respuesta distinta que una de cotilleos.

Estamos en un momento apasionante en el que las grandes marcas tienen mucho que decir.

Internet sigue su camino

En El Periódico de la Publicidad de la semana pasada publiqué este artículo, dentro de los análisis que esa publicación dedica a los resultados de la 2ª ola del EGM.

Ya hay 18.358.000 personas (un 43% de los mayores de 14 años) con acceso a internet, una cifra que ha crecido en más de 800.000 en los últimos tres meses y en 1.742.000 en el último año. Y si nos referimos a los internautas, los que navegan con asiduidad, tenemos que hablar de 11.423.000 (un 28,3%), casi 600.000 más que hace tres meses y más de un millón cuatrocientos mil por encima de la cifra de hace un año.

No podemos hablar de un crecimiento espectacular, pero sí de una ligera aceleración.

Se trata del medio (o del medio de medios; en construcción permanente, no deja de darnos sorpresas) estrella del momento, el que sigue experimentando mayores crecimientos de inversión (un 74,9% en el primer trimestre del año según IAB; un 20% esperado a cierre de año según los, más conservadores, panelistas de Zenith Vigía), pero un medio que camina todavía pasito a pasito hacia su universalización. Si más de la mitad de la población no tiene acceso a internet (ni en casa, ni en el trabajo, ni en cualquier otro lugar) no podemos pretender que las campañas que lo utilizan tengan, como se dice tantas veces, más repercusión que las de televisión. Muchas veces confundimos nuestros deseos con la realidad y por querer dar una noticia muy buena nos olvidamos de que la realidad en sí misma ya es suficientemente buena. ¡De cuantas campañas con menos de 10.000 descargas tenemos que recibir noticias como si fueran un gran éxito!

En ese camino para llegar a ser un medio de todos y para todos, es una buena noticia que cada vez sea más equilibrado el balance entre ambos sexos: las mujeres ya son el 42,4% de los internautas (aunque justo en esta ola se ha producido un ligero retroceso); o que el 29,8% (4,6 puntos más que hace sólo tres meses) de los internautas tengan más de 45 años: ya no se trata de una actividad sólo juvenil. En cambio la barrera socioeconómica (y cultural) sigue siendo importante: la penetración es más alta en las clases altas, pero además la brecha se amplía en estos últimos meses.

El hogar es, cada vez más, el lugar desde el que se accede a internet: ya son 14 millones de personas las que lo hacen; casi el triple de las que acceden desde el trabajo, que es el segundo lugar de acceso.

Los usos más frecuentes de internet (y también los que más crecen) son el acceso a la web (casi 16.600.000 personas), la utilización del correo electrónico (más de 15.300.000) y la mensajería instantánea (8.240.000). Aún no se pregunta por el emergente fenómeno de las redes sociales.

Las dos actividades que predominan claramente sobre todas las demás son las búsquedas (casi 16.200.000 personas las realizan) y la lectura de noticias (casi nueve millones y medio de personas leen noticias en internet).

Muy relacionada con esa lectura de noticias está la cifra de lectores de diarios electrónicos, que se sitúa a muy poca distancia de los ocho millones de lectores internautas, una cifra que sigue creciendo a buen ritmo; quienes se descargan diarios en pdf son algo más de un millón, pero en este caso se trata de una variable prácticamente estancada. Los oyentes de radio por internet superan claramente los tres millones y siguen creciendo con regularidad.

El número de internautas supera ya al de lectores de revistas semanales o al de cada una de las modalidades de radio, generalista y temática, por separado.

Teniendo tantas buenas noticias que contar ¿por qué hacemos tantas veces hincapié en pequeños detalles sin importancia?