Termina un año complicado para la publicidad.
Y entramos en un nuevo año inmersos todavía en una profunda crisis económica de la que no se ve el final.
Empezamos 2010 ya desde el primer día con una importante novedad: no habrá publicidad en Televisión Española.
La cadena pública, cada vez más líder de audiencia y, desde mi punto de vista, con la programación más digna de todas las generalistas, ve así premiada su buena gestión, también desde el punto de vista publicitario, con esta sorprendente decisión.
Pero las novedades no se van a quedar ahí: la fragmentación de audiencia seguirá aumentando a medida que se extienda el apagón analógico. En abril cualquier hogar español podrá sintonizar cerca de cuarenta canales. Aunque la mayoría sólo recojan audiencias residuales, la suma de muchos pocos se notará en la audiencia de las grandes.
Eliminada la publicidad de TVE, firmada la fusión entre Tele 5 y Cuatro y muy cerca de culminar la de Antena 3 y La Sexta habremos pasado en pocos meses de tener cinco comercializadoras con las que negociar a sólo dos. ¡Se simplifican mucho las cosas! Será mucho más fácil subir los precios.
Si el pago se generaliza para los grandes eventos (y los deportivos van por ese camino), las posibilidades de generación rápida de cobertura se reducen. Quien tenga que realizar un lanzamiento lo tendrá cada vez más complicado.
Internet sigue siendo el gran medio alternativo. Pero lo es de una manera muy diferente.
Hay que generar conversaciones, nos dicen.
Pero la publicidad ahí tiene mala cabida; se admite mal en internet y el internauta ha desarrollado reflejos para evadirla.
Las redes sociales son el gran boom, pero aún tenemos que aprender a utilizarlas.
Y, claro, en Internet sí que es absurdo hablar de concentraciones de audiencia.
Los medios impresos lo están pasando mal; han de redefinir su papel. Será complicado
Cuando pase la crisis ya nada será igual, pero no cabe duda de que 2010 será un año interesante en el que cada uno deberá encontrar el papel que jugará a partir de ahora y aprender a representarlo.