Yo voy a trabajar en Metro.
No soy muy partidario de usar el coche en Madrid y lo hago lo menos posible. Siempre que he podido, y he tenido la suerte de poder durante muchos años, he ido andando.
Pero ahora estoy un poco lejos. Tomo el Metro.
Hoy ya han salido de nuevo los diarios gratuitos, tras este paréntesis navideño que nos ha traído la crisis. Pero he visto menos lectores de gratuitos de los habituales.
Esta mañana he visto a mucha gente leyendo libros en el Metro.
No sé si será por los regalos navideños y de Reyes; no sé si la gente dudaba de la fecha de vuelta de los diarios gratuitos, pero hoy he visto muchos libros en el Metro.
Muchos de los éxitos de ventas de estas Navidades: algún Crepúsculo, varios ejemplares de distintas partes de Millenium, la saga de Stieg Larsson que desde ayer yo también tengo a la espera de tiempo, más de un Juego del Ángel, prueba de que el éxito de Ruiz Zafón no fue flor de un día…y hasta un Ripley, un ejemplar muy gastado de una de las novelas más famosas de Patricia Higsmith.
Habrá que esperar aún unos días, con el Metro más lleno y las rutinas recuperadas, pero hoy daba la impresión de que el libro ha ocupado el hueco que dejaron los diarios gratuitos, a los que este descanso les podría pasar factura.
Debe de ser que los reyes este año se han vuelto mas cultos que nunca!
07 enero 2009 | 23:14
Por una Europa que mire hacia el futuro, la paz y la solidaridad dentro y fuera de sus fronteras. Europeos, uníos.Bloggers del Mundo, secundad la iniciativa por una acción diplomática integral de los veintisiete Presidentes para frenar la violencia desatada en Oriente Próximo. http://lacomunidad.elpais.com/periodismo-global
08 enero 2009 | 02:24
Es muy interesante observa lo que se lee en el Metro, y quién lee en el Metro. A un publicista como tú no se le podía escapar el detalle.Hace pocos días me sorprendí sorprendiéndome porque vi a un hombre joven que leía un libro. No leía ni un diario generalista, ni prensa deportiva, sino un libro. Y me quedé de una pieza, porque iba leyendo una novela de Boris Vian.Rara avis, porque lo que suelo ver en el Metro es muy distinto. Las novelas parecen patrimonio femenino, y prima el best seller.¿Qué es lo que véis los demás en el Metro?
08 enero 2009 | 09:02
A la hora a la que yo cojo el metro, no viaja mucha gente pero a raíz de este post me he fijado en qué leía la gente y en mi vagón primaba «El juego del Ángel». Blank, yo me considero joven e iba leyendo un libro: «Llamadas telefónicas», de Roberto Bolaño. Regalo de Reyes. Un libro de cuentos. Voy a especializarme en este género. Como no tengo mucho tiempo para leer, es el que mejor se adapta a mis trayectos en metro.
08 enero 2009 | 09:42
Y los titulos de estos reyes magos mas cultos son los mismos en todas partes del mundo.El otro dia en Bogota la propietaria de uan de las mejores librerias que yo he conocido en mi vida se quejaba de ocmo la crisis se hace notar en las paginas escritas.Luchemosproque no vaya a mas.Feliz lectura con un regalo de un buen titulo: Melodrama de Jorge Franco (autor colombiano)
08 enero 2009 | 15:28
Inma, gracias por comentar desde tan lejos y por tu recomendación.¡Qué ilusión que me leas desde esa nueva vida colombiana!Un beso
08 enero 2009 | 15:54
Usue, déjame que te recomiende uno de micro cuentos. Se llama El libro de los abrazos, de Eduardo Galeano.Cuando me lo regalarón y me leí las primeras 10 páginas me comprometí a leerme solo una página a la ida y otra a la vuelta de la facultad para alargarlo y paladearlo…lo cumplí una semana, al 8º día devoré de un tirón lo que me quedaba y cada pocos meses lo vuelvo a sacar de la estantería y le doy unos paseos.Muy recomendable, para cuando te apetece leer con la piel
13 enero 2009 | 19:44
Miguel,muchas gracias por la recomendación. Me la apunto.Yo estoy leyendo un cuento que se llama «1001 cuentos de una línea». Imagínate. Yo también me propuse leerlos poco a poco, para saborearlos y sacarles el máximo partido, pero cuando empiezas es complicado parar. Lo más que hago es aparcarlo de vez en cuando porque en el fondo no quiero que se acabe, no quiero que sus páginas dejen de sorprenderme.
14 enero 2009 | 09:00