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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

Profesión periodística: un año de ligera mejoría

Como cada año desde hace trece (éste es ya el decimocuarto informe) la Asociación de la Prensa de Madrid ha publicado su Informe Anual de la Profesión Periodística.

Una parte clave del informe es la que extrae conclusiones de la amplia encuesta (más de 1.700 entrevistas) realizada entre profesionales del periodismo, tanto los que trabajan en medios, como los que lo hacen en comunicación de empresas, como los que están en paro.

Aunque la encuesta no es representativa en sentido estricto (es casi imposible conseguir una muestra representativa de un colectivo muy complicado de identificar y cuantificar) la información que se obtiene es muy interesante.

Y, dentro de una tónica general muy compleja (las facultades siguen enviando al mercado laboral unas promociones amplísimas, imposibles de absorber) parece que la situación ha mejorado algo en el último año.

Pero, con mejora y todo, sigue siendo una situación muy complicada: la credibilidad de la profesión (y de los medios) está en entredicho y ha bajado de forma considerable en los últimos años; la crisis económica afectó seriamente a la profesión y ha llevado a muchos de sus componentes al paro o a fórmulas como el autoempleo o los falsos autónomos, que en muchos casos reciben remuneraciones muy escasas, casi en el límite de la supervivencia.

La digitalización ha propiciado el nacimiento de numerosos medios de pequeño tamaño, en muchos caso locales o ultralocales (de barrio en las grandes ciudades) pero también ha creado serios problemas a los medios establecidos que tienen problemas para hacer convivir las ediciones en papel y las digitales, o sustituir aquellas por estas. En ambos casos sigue siendo un problema encontrar el modelo de negocio que les permita salir adelante con beneficios.

El informe, de unas cien páginas, toca estos temas y muchos otros relacionados con la evolución de la profesión periodística en estos últimos años, con gran profusión de datos y tablas comparativas.

El mejor consejo, si les interesa el tema: leánlo.

Enhorabuena a la Asociación de la Prensa de Madrid por hacerlo posible, así como a Luis Palacio, Pedro Molina y todo el resto del equipo por su excelente trabajo.

¿Todos ganan o todos perdemos?

Creo que esta es una de las primeras veces en que veo a varios partidos reconocer en la noche electoral o al día siguiente que no han alcanzado sus objetivos. Lo habitual es siempre encontrar el lado bueno de los resultados y, al igual que el día que se publica el EGM parece que todas las cadenas de radio han ganado (y, como hay muchos indicadores, siempre es posible encontrar alguno en el que los resultados mejoran) el día de las elecciones lo normal es que todos ganen, o digan que han ganado.

Estas de Cataluña han sido unas elecciones tan atípicas en todo que hasta ha habido muchos partidos que no han ganado.

Así es como yo lo veo:

El PP, que montó todo esto, eligió la fecha de las elecciones y las condiciones en las que se harían (con la Generalitat controlada desde Madrid, varios candidatos encarcelados y otros en el exilio) casi desaparece de Cataluña y consigue los peores resultados de su historia.

Ciudadanos, ganador indiscutible de las elecciones, no consigue su objetivo de gobernar. Su granero de votos no han sido la abstención ni los partidos independentistas sino los otros partidos constitucionalistas en los que se tendría que haber apoyado.

El PSC consigue frenar su caída de los últimos años pero al conseguir sólo un escaño más se queda sin fuerza para apoyar a cualquiera de las combinaciones con opciones de gobierno que se puedan contemplar.

Cataluña en comú/Podem consigue menos escaños de los que tenía y tiene pocas opciones de ser relevante en su intento de conseguir el diálogo entre las dos partes de una sociedad enfrentada. No parecen haber acertado con una estrategia con poca cabida en un momento tan caliente.

Los independentistas, en su conjunto, vuelven a ganar en escaños pero no consiguen superar un escollo (no tener mayoría en voto popular) que en mi opinión y en la de muchos otros les inhabilita para avanzar en su objetivo principal.

La CUP retrocede. Es posible que su estrategia de no personalizar y cambiar las caras en cada ocasión no sea muy eficaz en los tiempos que corren.

Y entre los dos grandes partidos indepes llama la atención que, en contra de lo que parecían apuntar las encuestas, los votantes hayan apoyado más a quien huye que a quien es fiel a sus valores hasta el punto de ir a la cárcel por defenderlos. Me parece toda una demostración del orden que van adoptando los valores en esta sociedad en la que vivimos.

Todo eso por lo que respecta a los políticos pero ¿y en lo que nos afecta a los ciudadanos?

No creo que quienes han cifrado todos sus objetivos en la independencia puedan estar satisfechos: hemos vuelto, prácticamente, al punto de salida. La galería de imágenes que les regaló el 1 de Octubre un Gobierno torpe (si de ninguna forma se iba a dar validez a los resultados del referendum sobraban las imágenes de colegios rotos y ciudadanos apaleados) no parece haberles aportado votos ni un gran apoyo internacional.

Quienes pensamos que no vivimos tiempos de divisiones sino de sumar esfuerzos (y en muchos casos tenemos amigos catalanes a ambos lados de la línea divisoria) creo que volvemos a perder frente a la ineficaia de unos políticos incapaces de salir del mero enfrentamiento y pasar a la búsqueda de soluciones.

Ayer, como en los últimos tres meses, como en los últimos años, perdimos todos.

Un año raro

Con este mes termina un año raro.

El año en que Marc Pritchard, el capo de P&G, decidió aplicar un recorte drástico a sus inversiones en comunicación digital y no pasó nada. Ni siquiera que alguien pidiera cuentas al señor Pritchard por su mala gestión anterior de las inversiones. Otros grandes anunciantes se movieron en la misma dirección…y tampoco pasó nada.

El año en que Facebook, YouTube y Twitter reconocieron que habían cometido errores en sus mediciones de eficacia publicitaria. Curiosamente todos los errores les favorecían. Y no pasó nada.

El año en que se confirmó que una parte, pequeña pero importante, de la inversión gestionada como programática estaba financiando al Daesh o a sitios que promueven la violencia, la anorexia o el maltrato. Y no pasó nada.

El año en que los bulos tomaron tal fuerza e influyeron tanto en la realidad de nuestras vidas que tuvimos que llamarles posverdad. Y no pasó nada.

El año en que la economía española crecía moderadamente pero la inversión publicitaria no seguía su paso y permanecía plana. Y, para algunos, no pasaba nada.

El año en que todo parece pasar por el móvil pero, si atendemos a las mediciones de inversión, parece que aún no pasa nada.

O sí. Pasaron cosas: las dos grandes corporaciones digitales americanas siguieron acaparando cada vez más inversiones, en un medio cada vez más difícil de controlar.

Se empezó a pensar que quizá es el tiempo de permanencia y no el número de contactos el mejor indicador para Internet. A lo mejor los de la tele no lo habían hecho tan mal.

En España se convocó un nuevo concurso para medidor digital recomendado. Algunos se preguntan si hace falta y qué novedades podría aportar un nuevo medidor.

Los cambios llegan a la Televisión con los nuevos operadores y el crecimiento de la televisión de pago pero lo hacen de una manera desigual: mucho más entre los jóvenes, mucho más en dispositivos diferentes al televisor del hogar. Y, al menos para la medición oficial, esos cambios son lentos.

El papel siguió sufriendo su particular calvario, sin dar con la tecla que le ayude a resurgir.

La Radio se mantiene como el medio más estable, tanto en los momentos en que todo va mal como cuando todo va bien.

Exterior ha vivido un año de consolidación de todos los cambios que se produjeron el año anterior.

Nos espera un 2018 muy interesante…en el que, muy probablemente, seguirá sin pasar nada.

 

(*) Este artículo es muy similar al publicado con el mismo título en la edición en papel de la revista IPMark correspondiente al mes de diciembre.

Factores de riesgo

El tabaco: no he fumado un sólo cigarro en toda mi vida.

El sedentarismo: ando todos los días al menos hora y media a buen paso; entre diez y doce kilómetros como mínimo.

El alcohol: siempre he bebido algo de alcohol pero con moderación; o eso creo.

El colesterol: tuve un pico de algo más de 200 hace cinco años pero desde entonces lo he controlado y en las revisiones me suelen decir que hasta lo tengo un poco bajo.

La hipertensión: hace años que tomo atenolol y normalmente siempre estoy en torno a 12-7. Me dicen que está perfecta o al menos muy controlada.

Diabetes: mis indicadores de glucosa en sangre siempre han sido buenos.

La edad: 67 años. No parecen tantos.

¿Será la edad? Me dicen que no, que en estos tiempos esa no es una edad muy elevada.

Parece que no cumplo ninguna de las condiciones que hacen que se obstruya una carótida pero el caso es que estoy aquí, en el quirófano de la Clinica de la Zarzuela de Madrid. Ya me han sedado con pinchazos en las muñecas y ahora empieza lo más duro: más pinchazos en a zona de mi barbilla derecha y el mismo lado del cuello. Me dicen que ahora dolerá más pero la verdad es que se puede aguantar sin mucha dificultad.

La operación será con anestesia local. No sé tocar el saxofón, ni ningún otro instrumento de esos que luego hacen que saquen tu operación por la tele, así que me dan una pelotita de las de payaso y recuerdo a Harpo Marx cada vez que me dicen que la apriete para demostrar que la otra carótida sigue haciendo bien su trabajo y mi cerebro se mantiene bien regado. De vez en cuando esas órdenes se alternan con otras sobre movimientos de la lengua o de los ojos. Hago lo que me dicen. Parece que no hay problema.

Noto que están hurgando una y otra vez en mi cuello pero no siento ningún dolor. Como tengo que mantener el cuello girado al máximo hacia la izquierda no veo a quienes están trabajando en el interior de mi cuello; sólo al anestesista que se mantiene a mi izquierda a lo largo de toda la operación (o eso creo).

El tiempo va pasando lentamente mientras me arreglan la avería. Durante las dos primeras horas intento no mover un músculo y creo que lo consigo. Pero llega un momento en el que no puedo más; los nervios me pueden y muevo las piernas. ¡No se mueva! me ordenan; estamos en un momento muy peligroso. Trato de mantener de nuevo la calma (y la postura). Creo que lo consigo. Hora y media después, cuando llevo tres y media en el quirófano, la operación ha terminado e informan a mis familiares mientras me transportan a la UCI.

Menos de 24 horas después me pasan a planta. Y aún no se han cumplido otras 24 y ya me voy para casa.

Además de los costurones que tenga por dentro, que incluyen un parche de pericardio de bovino, he ganado veinte nuevos puntos en el cuello.

Hay quien me dice que ahora puedo presumir de cuello de toro. Son muchos más los que me recuerdan que he tenido mucha suerte porque me cogieron a tiempo. Podía haber sufrido un episodio cerebral grave.

Yo prefiero que la próxima vez que me visite la suerte me toque la lotería.

Lo peor es que, como el único factor de riesgo que parece tener algo de sentido, la edad, no lo puedo reducir, no sé qué puedo hacer para que el problema no se vuelva a producir.

La vida sigue. Hoy es mi cuarto día desde la vuelta a casa y hasta he podido salir a dar un corto paseo.

La radio: siempre ahí

Este año las inversiones publicitarias no van muy bien para el conjunto de los medios; sólo crecen con fuerza los digitales puros. A continuación está la radio; con un crecimiento moderado, pero crecimiento al fin.

No es una situación excepcional. La radio es un medio muy estable: cuando el mercado crecía con fuerza la radio lo hacía moderadamente; cuando la inversión se derrumbó, cayó también moderadamente.

Eso ha hecho que a lo largo de los años la porción de la tarta que se lleva el medio sonoro se mantiene siempre muy cerca del 10%.

Es un medio cada vez más digital a pesar de un cierto conservadurismo. La transformación hacia la norma DAB se debía haber hecho a lo largo de unos pocos meses en el año 2000. Ni las empresas que tenían las licencias, ni mucho menos la Administración hicieron ningún esfuerzo para conseguirlo. Noruega cerró la FM a principios de este año. En España ni siquiera hemos llegado a prescindir de la onda media a pesar de que lo preveía un plan técnico de los años sesenta, hace más de medio siglo.

Iñaki Gabilondo: uno de los históricos de la radio española. FOTO: Blog de Gorka Zumeta

Todos llevamos ahora un receptor de radio en el bolsillo, aunque no todo el mundo lo use como tal. La transformación digital ha venido más por el camino de Internet que por el de la nueva norma DAB+, que las grandes empresas del sector tampoco están apoyando. Dicen que nadie emite en DAB+ porque no hay oyentes y que los oyentes no usan DAB+ porque nadie emite. Pero en algún momento se dará el salto. Mientras tanto Internet nos ha traído los podcast, la radio en píldoras (que pueden ser de gran tamaño: programas enteros), que se pueden escuchar en cualquier momento. El futuro, o parte de él, puede estar por ahí, con marcas apoyando contenidos próximos a su línea de comunicación o sus valores.

El EGM ya empezó a medir los podcast, ya tenemos algunos datos de modo muy general (*). Eso nos lleva al sistema de medición: la radio, como medio, siempre critica al EGM, el mismo EGM que utiliza como único sistema de medida, pero nunca ha hecho un esfuerzo para cambiar a otro método de medición. O sí: cuando lo hizo en 2003 utilizando el audímetro suizo, no se decidió a dar el necesario paso adelante a pesar de que la prueba fue muy satisfactoria.

La radio, y sus estrellas, sigue ahí. Como siempre.

 

(*) En la tercera ola del EGM de este año la audiencia diaria de podcast se cifra en 380.000.

(**) Este artículo es muy similar al publicado en el número de noviembre de la revista IPMark en papel.

(***) Si quieres saber más, mucho más, sobre radio, consulta el blog de Gorka Zumeta: http://www.gorkazumeta.com/ Entre otras cosas puedes ver los mejores análisis sobre los datos de audiencia de radio del EGM, con una perspectiva imparcial.

Paradojas de la brecha digital de género

El lunes pasado asistí en el Espacio Fundación Telefónica a la charla De la sociedad analógica a la sociedad digital, la última de este año del ciclo Tech & Society.

La socióloga Belén Barreiro, que fue Directora General del CIS y ahora dirige su propia empresa MyWord, y José María Lassalle, actual Secretario de Estado de la Sociedad de la Información y Agenda Digital debatieron, moderados por David Blazquez.

Un momento del debate. FOTO: E.Madinaveitia

Toda la charla fue muy interesante y de un nivel intelectual elevado.

Varios temas me llamaron la atención pero en especial uno: la brecha digital de género se está ampliando en estos últimos años. No si nos referimos al acceso a Internet, que ya es casi universal y que, por tanto, casi ha igualado los porcentajes de participación de los dos géneros. Se amplía en el campo de la formación: cada vez es mayor la diferencia entre hombres y mujeres en el acceso a carreras técnicas (especialmente Telecomunicaciones e Informática). José María Lassalle, que planteó el problema, lo contraponía al hecho de que, por el contrario, en las carreras relacionadas con la salud el porcentaje de mujeres sea abrumador.

Yo no creo que por el hecho de ser hombres o mujeres vengamos predestinados a elegir un tipo de carrera u otro así que pienso que sería interesante profundizar en las causas reales de estas diferencias.

Siempre se ha dicho que las mujeres huían de las carreras que exigen formación matemática. Mi experiencia me dice que eso es falso: cuando yo estudié Matemáticas hace ya más de cuarenta años en mi curso de la Complutense había más chicas que chicos (y muchas estaban entre las personas que tenían mejores expedientes). Es verdad que luego, en su mayor parte, se dedicaron a la enseñanza, que entonces era la salida más habitual. Entre los que nos inclinamos por la empresa había, seguramente, más chicos.

Pero en el caso de la nueva brecha digital veo que en España se está dando una interesante paradoja: si bien hay menos mujeres que eligen las carreras técnicas, parece que a las mujeres se les da muy bien hacer carrera dentro de las empresas tecnológicas.

Si nos fijamos en las empresas tecnológicas más emblemáticas veremos que aquí todas, o una gran mayoría, están dirigidas por mujeres. Tras la reciente llegada de Nathalie Picquot a la dirección de Twitter nos encontramos con, al menos, un interesante y brillante póker de damas en grandes empresas tecnológicas: Koro Castellano dirige Amazon y Buy Vip en España y Portugal; Irene Cano es Directora General de Facebook para España y Portugal y Fuencisla Clemares dirige Google en España y Portugal. Seguramente hay unos cuantos ejemplos más.

No está mal para no gustarles la tecnología. Parece que dirigir a tecnólogos se les da mejor.

¿No parece una paradoja?

Bienvenidas en cualquier caso este tipo de paradojas que ponen en su sitio a un buen puñado de mujeres muy valiosas.

El día de la Televisión

El 21 de noviembre es el Día de la Televisión.

UTECA, la asociación de las televisiones en abierto aprovecha ese día para celebrar una Jornada sobre el medio. Es una jornada para las loas y las reivindicaciones; a un nivel muy alto: el discurso de apertura lo imparte la Vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría. Un discurso muy correcto y muy bien preparado, por cierto. Esta vez el título de la jornada miraba al futuro: 2020 y más allá.

Este año he tenido el honor de que me invitaran a la jornada; no es la primera vez pero tampoco es habitual. Voy a tratar de hacer un resumen de los asuntos más interesantes (desde mi punto de vista) que se trataron.

Foto de familia con la Vicepresidenta. FOTO: UTECA

Creo que se pueden agrupar en tres grandes áreas: las cifras del medio, las audiencias y su problemática y la legislación con sus implicaciones.

Concha Iglesias de Deloitte fue quien dio más cifras, aunque también se escucharon algunas interesantes en la conversación sobre la audiencia. La Televisión en Abierto muestra una buena salud si miramos a la cifra de negocio: se recupera poco a poco tras la crisis; se mueve ya en las cifras de 2011 (muy lejos todavía de las de 2007; pero mejor que la mayor parte del resto de los medios). Si atendemos a la audiencia las cifras también son saludables: aunque el tiempo de consumo se reduce poco a poco desde 2012 aún se mantiene cerca de las cuatro horas diarias, por encima del dato de 2010 cuando a nadie se le ocurría hablar de muerte de la Televisión. Además el 98% del consumo medido en televisores corresponde a visionado lineal (el clásico de la televisión en abierto).

La Televisión es clave por su papel vertebrador en lo económico, lo social y lo cultural.

Desde el punto de vista de la realidad medida no parece haber problemas: el consumo de la televisión en abierto se mantiene y el mercado publicitario, su principal fuente de ingresos, sigue apostando por la Televisión. No parece haber preocupación en este aspecto. Y sin embargo…el discurso dominante en muchos ámbitos es el fuerte auge de YouTube o de plataformas como Netflix, Amazon y similares, que llevaría a la muerte de la Televisión tradicional. ¿Qué ocurre en realidad? La publicidad sigue apostando en gran medida por la Televisión en abierto porque sigue siendo el medio con el que se pueden conseguir grandes coberturas, algo que las marcas necesitan y que no obtienen en el hiperfragmentado mundo digital. Eduard Nafría destacó en su intervención que Digital es el medio para conseguir efectos a corto plazo pero también se agota enseguida por la dificultad para alcanzar grandes coberturas, un papel en el que la Televisión todavía es única. El otro aspecto del problema es precisamente la medición de lo que ocurre en otros dispositivos diferentes al televisor en los que todo parece indicar que se concentra el consumo de la otra televisión. Eduard Nafría prometió que pronto tendremos esa medición, fruto del acuerdo entre Kantar y ComScore. Pero no podemos olvidar que, dada la fragmentación de la realidad digital será una medición mucho más compleja y entraremos en el mundo de los etiquetados y las mediciones híbridas, con todo lo que eso implica.

La caída de audiencia de la Televisión en abierto es mucho mayor entre los jóvenes que en la media de la población

La legislación es el gran tema que preocupa al sector. Aún no se ha aprobado la nueva directiva europea sobre el Audiovisual; se espera que se apruebe a lo largo del próximo año. A partir de ahí los estados miembros tienen dos años para hacer su transposición a las legislaciones nacionales. Nos pondríamos así, con suerte, en el 2020. Pienso que a la velocidad que evoluciona la realidad, la legislación llegará ya obsoleta.  Y se trata de una legislación muy necesaria porque en este momento tenemos dos realidades muy diferentes compitiendo en un mismo mundo y por unos mismos clientes. Como recalcó Alejandro Echevarría, Presidente de UTECA, mientras las Televisiones en abierto se mueven en un marco muy regulado (limitaciones en publicidad, horarios protegidos, obligación de financiar la producción cinematográfica,…) los nuevos distribuidores desarrollan su actividad en una jungla legal, con limitados o nulos controles y obligaciones y con escasa contribución a la economía nacional.

Muchas veces nos quedamos mirando a nuestro pequeño duopolio local y se nos olvida que el gran duopolio, el que concentra las mayores inversiones publicitarias y el mayor crecimiento, lo forman empresas que no se rigen por nuestras leyes y que prácticamente no pagan impuestos en España. Parece lógico pedir que todos los competidores de un mercado se rijan por unas mismas leyes.

Fue una Jornada muy interesante; el mundo de la televisión en abierto lo sigue siendo.

Algo se muere cuando cierra un cine

Esta semana han echado el cierre los cines Acteón.

Cada vez van quedando menos en el centro de Madrid.

La mayoría de las salas se han ido desplazando a los grandes centros comerciales del extrarradio. En el último cuarto de siglo las salas de cine se han convertido en un elemento más dentro de una gran oferta comercial. Vas a pasar la tarde allí y, además de ir al cine, algo comprarás. O viceversa: vas a comprar y puedes acabar el día con una cena ligera en una franquicia y viendo una película.

Creo que esta opción me pilló muy mayor. Yo soy más ir al cine dando un paseo, o volver paseando y tomar algo al pasar. Cada vez va a ser más difícil para los que vivimos en el centro de Madrid.

Leo que hace unos años había en el entorno de la Gran Vía más de trescientas salas de cine. Me parecen demasiadas incluso si tomamos el concepto de entorno en un sentido muy amplio. Quizá yo no las conocí. No es tan importante que el número sea real como que la tendencia es que los cines no pueden mantenerse en el centro porque no son rentables.

La especulación inmobiliaria, que primero hizo que se cerraran un gran número de grandes salas en el centro de las ciudades y luego creo las multisalas en los centros comerciales de la periferia parece que ahora va a dar un nuevo empujón que reducirá aún más el número de salas.

¿Muere el Cine en sala? Creo que no será así, pero de nuevo sus enemigos empujan con fuerza.

Y cada vez que una sala se cierra muere algo en el corazón de quienes amamos el Cine.

Ayer tuve un sueño

Ayer tuve un sueño. Como Martin Luther King…o como el mucho más próximo Manolo Díaz, del que ya no sé si se acuerda nadie.

Estuve en La Coruña, en la Universidad, en unas Jornadas sobre las Nuevas Audiencias, muy bien organizadas por la profesoras Ana González Neira y Natalia Quintas. La compañía, los otros ponentes, también era importante: Fernando Santiago, Director Técnico de AIMC (la asociación de medios y agencias que elabora el Estudio General de Medios y que también audita las operaciones de audimetría en Televisión -Kantar Media- e Internet -ComScore-); Esther Medina, Jefa del Servicio de Innovación en el entorno digital de TVGa y Javier Olivares, guionista de Isabel y El Ministerio del Tiempo, entre otras series de éxito, que se convirtió en la estrella de la reunión: todos los alumnos querían fotografiarse con él y conseguir su autógrafo. Una joranda muy agradable e interesante.

El autor del blog antes de empezar su intervanción.

Lo pasé mal los días anteriores a la charla: siempre es difícil encontrar el tono y el nivel cuando se va a hablar en una universidad. Me decidí por hacer un poco de historia y hacer hincapié en la importancia que tiene la elección de indicadores en la creación de la propia realidad que se quiere medir. Y acerté.

Creo que es muy conocido, al menos entre los que nos dedicamos a esto, que el uso de la audiencia acumulada como principal indicador de la Radio ha hecho que los programas de radio españoles sean sumamente largos.

No sé si todos somos conscientes del daño que le ha hecho a Internet el uso de las impresiones y los usuarios únicos ( y el no tener en cuenta la duración del contacto) como principales indicadores. Si la oferta es infinita el precio tiende a cero. Si basta con que la mitad de un contenido aparezca en pantalla durante un segundo para contarlo como contacto, tendremos muchos contactos (y el anunciante pagará por ellos) pero su efecto será mínimo. Parece que ahora se empieza a intentar solucionar el error (también desde Estados Unidos, donde nació, y se empieza a considerar el tiempo: se habla ya de Coste por Hora, aunque los contactos duren unos pocos segundos).

Algo debería cambiar.

Como estamos en pleno proceso de preconcurso para la selección de un nuevo (o el mismo) medidor recomendado para Internet, mi mente se puso a soñar: ¿Y si fuéramos capaces de mirar a largo plazo? ¿Y si nos olvidáramos de los intereses de cada uno y nos centráramos en los colectivos del mercado publicitario y de los medios? ¿Y si pensáramos en la posibilidad de encontrar un medidor multimedia, ahora que la tecnología seguro que nos ayuda a hacerlo posible? Y¿ si eso lo hiciéramos como mercado y no como empresas que tienen que competir cada día? ¿Y si recuperáramos el espíritu de los sesenta cuando se pusieron en marcha, entre otras cosas, la OJD y el EGM, como fruto de acuerdos de mercado? ¿Y si…?

Lo siento: había muchos más «y si…» pero desperté oyendo a Fernando Santiago que, en la comida, nos decía, siempre realista: si ahora tuviera que ponerse en marcha el sistema de audimetría, no saldría adelante.

Como decía Calderón: los sueños, sueños son, pero ¿a que sería bonito?

Ilusión por la Academia de la Publicidad

La Academia de la Publicidad afronta una nueva etapa.

El pasado mes de julio se eligió una nueva Junta. Pablo Alzugaray, su tercer Presidente, llega acompañado por una buena dosis de savia nueva, junto con la continuidad que aportan varios miembros de la Junta anterior. Consigue así un interesante cocktail de continuidad, ilusión, empuje y nuevas ideas.

Primera reunión de la Junta Directiva 2017. FOTO: Academia de la Publicidad

El objeto fundamental de la Academia sigue siendo el que ya tenía cuando la fundó Julián Bravo, su primer Presidente, pronto hará diez años: seleccionar y nombrar Académicos de Honor, un pequeño número de personas (cuatro al año, como máximo) que hayan destacado en nuestra profesión a lo largo de su vida.

La Academia se define así como una fábrica de referentes. Los Académicos de Honor lo son por: mérito, integridad, generosidad y ejemplaridad durante una trayectoria profesional no inferior a veinte años. A diferencia de lo que se pedía en los primeros estatutos de la Academia, pueden ser profesionales que sigan en activo.

Sigue en pie el objetivo de colocar un publicitario en la RAE. Sabemos que es un camino largo pero ya se han dado importantes pasos en la buena dirección.

Se ha creado el reconocimiento al Publicitario del Año para quien haya destacado por su labor durante ese periodo y se ajuste a los valores de la Academia.

Hay otros proyectos, siempre en la línea de fortalecer la memoria y el prestigio de una profesión como la nuestra basada en crear contactos muy efímeros pero que en muchas ocasiones provocan cambios sociales que permanecen durante muchos años.

La Junta Directiva se ha organizado en grupos de trabajo de tamaño reducido para abordar las diferentes actividades.

La Academia de la Publicidad emprende esta nueva etapa cargada de ilusión, convencida de que los proyectos que aborde van a interesar a la profesión y conseguirán el apoyo económico necesario.

¿Aún no eres socio?

(*) Este artículo apareció en la revista IPMark, en papel, en su número correspondiente a octubre de 2017

En este enlace puedes escuchar una entrevista sobre la Academia