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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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La tele tiene una cita en León

Mañana empieza en León el 33º Seminario de AEDEMO de Televisión, al que desde hace unos años se le añade el adjetivo multipantalla.

Es la cita anual que reúne a los investigadores de audiencia de las cadenas y las agencias de medios, a los institutos de investigación y a los comerciales de uno y otro lado.

Las cosas han cambiado mucho desde aquel año, a mediados de los ochenta, en que empezaron a celebrarse, en Gandía, estos seminarios. Entonces sólo había televisiones públicas (TVE y las primeras autonómicas); aún no había audímetros: la medida de la audiencia nos la daba el EGM tres veces al año. Por supuesto no existía Internet y nadie habría imaginado que íbamos a poder ver miles de programas de televisión en un aparato, el móvil, que lleváramos en el bolsillo.

Los seminarios de AEDEMO han ido acompañando con sus análisis todos estos cambios.

En León analizaremos la influencia de YouTube y los youtubers, la pasión por las series, la medición de los programas, como el fútbol, que se ven fuera de casa, la convergencia de la medición de Internet y Televisión y muchos otros temas de actualidad.

Seguro que va a estar interesante.

Y seguro que echaremos de menos a Luis, que siempre ha sido el alma de estos seminarios. Esperemos que se recupere pronto. ¡Mucho ánimo!

¿Se acaba la hegemonía de Tele 5?

Tele 5 ha sido la cadena de mayor audiencia durante 27 meses consecutivos, nada menos que dos años y tres meses. Pero esa larga serie se terminó en noviembre de 2016.

Diciembre es un mes especial, con una segunda parte en la que, tradicionalmente, la comercialización es diferente y los ingresos comerciales disminuyen. Tele 5, la cadena comercial por excelencia, podría haber descuidado ese periodo, algo menos interesante. Eso podría haber explicado el triunfo de Antena 3 en diciembre. Ya se sabe: un grano no hace granero.

La salida de mercedes Milá no le ha sentado bien a Gran Hermano

Pero en enero se ha repetido la historia: Antena 3 se destacó desde el primer día; a falta de una semana Tele 5 se acercó y llegó a situarse a sólo un  décima de su rival. Pero el último fin de semana Antena 3 arrasó y dejó a Tele 5 sin posibilidades.

Al final Antena 3 ganó por tres décimas. Es una diferencia pequeña.

Son ya dos meses, o todavía sólo dos meses. Es muy pronto para sacar conclusiones. Pero podría ser un aviso.

Una manera de hacer televisión que ha tenido gran éxito a lo largo de los años (crear personajes populares en programas de supuesta realidad y seguirlos después a lo largo de una gran parte de la programación) ¿podría estar agotándose?

El modelo Gran Hermano, Supervivientes, Sálvame, (en versiones normal y VIP)… ¿tiene fecha de caducidad?

No lo sé.

Lo que sí sé es que ese modelo ha empezado a encontrar debilidades en su parte comercial. Si un número cada vez mayor de anunciantes no está dispuesto a asociar la imagen de su marca a ese tipo de programas, el modelo puede tener problemas.

Quizá sea eso lo que ocurre.

Veremos.

El año de la nueva televisión (I)

Llevábamos unos cuantos años diciendo que tenía que llegar el año del móvil; parece que ya se ha producido y casi no nos hemos dado cuenta. Algunas compañías nos dicen que ya sirven a móviles más del 70% de sus inserciones; algo muy importante en un mercado publicitario cada vez más digital donde Internet ya hace tiempo que es el segundo medio por inversión y que en 2017 podría acercarse mucho al 30% de la inversión total en medios. Móvil primero (casi siempre dicho en inglés) es ahora el nuevo mantra de las empresas.

También llevan muchos años hablándonos de la muerte de la televisión lineal y el auge de otras formas de ver contenido audiovisual. Es verdad que el consumo de la televisión de toda la vida cae cada año en los úlimos cuatro, pero todavía se mantiene (si hacemos caso a Kantar) en 230 minutos por persona y día. Una pérdida acumulada de 16 minutos en cuatro años, casi un 7%, seguramente preocupante para los gestores de las grandes cadenas pero poco más que anecdótico si pensamos en un cambio de comportamiento con trascendencia social…y publicitaria. Con casi cuatro horas de atención al día, la televisión lineal sigue siendo, con mucha diferencia, la primera actividad de ocio de los españoles.

Netflix apuesta fuerte por la publicidad exterior. (Foto del autor)

Pero ahora, quizá, sí. Ahora que la televisión de pago ha batido su récord de consumo (que databa de 2010, nada menos) y que ofrece muchas más posibilidades de visionado en diferido o en dispositivos diferentes del televisor del hogar; ahora que a la llegada de Netflix a finales de 2015 se han unido hace poco HBO (en noviembre) y Amazon Prime Vídeo (en diciembre) que completan con la veterana Yomvi la oferta de vídeo en streaming quizá se produzca ese sorpasso que los fans de las series americanas y los gurús de los nuevos dispositivos nos vienen anunciando desde hace años.

A veces confundimos las tendencias con la situación actual. No se puede olvidar que España ha sido un país reacio a pagar por ver televisión ni que todavía hay mucha gente que prefiere ir a restaurantes de menú del día antes que enfrentarse a una carta con opciones casi infinitas frente a las que se hará un lío antes de decidir.

Volvemos a tener claro que el contenido es el rey y de nuevo grandes operadoras de telecomunicaciones apuestan por que el contenido sea el principal argumento de sus ofertas comerciales. Ya lo vimos al principio del milenio (¿se acuerdan de Quiero TV y de Vía Digital?) pero ahora parece que va en serio.

Todas las cadenas de televisión han apostado por Internet y por el visionado en diferido con ofertas de televisión a la carta, pero por el momento supone una audiencia marginal, al menos en el televisor y en todo lo que mide Kantar: supone 3 minutos al día, poco más de un 1% del total, y no ha crecido en 2016.

¿Será 2017 el año de la explosión y el cambio de tendencia?

Veremos

(*) Este artículo y los dos que le seguirán se publican en el número de enero de la revista IPMark. Un año más me encargaron un artículo con previsiones sobre medios.

Hace falta una nueva manera de medir la audiencia de Televisión

Soy lector habitual de BezDiario. Creo que hacen una excelente selección de temas de interés y los tratan con la profundidad adecuada.

Pero el día de Reyes fue mi amigo Eladio Gutiérrez quien me puso al tanto mediante un mensaje de correo electrónico: había un artículo La muerte del audímetro tradicional firmado por Miriam Puelles que, indudablemente, me interesaba.

El día de Reyes en mi casa ha sido siempre una revolución; ahora, con un nieto de tres años, mucho más. No pude hacer mucho más que leer el artículo y tuitearlo:

Ahora y aquí voy a explicar el porqué de mi frase en el tuit.

Es indudable que debemos ir hacia un sistema de medición capaz de medir el consumo audiovisual sea cual sea el momento, el lugar o el dispositivo en el que se vea. El concepto ATAWAD (any time, anywhere, any device) del que ya hablé aquí, pronto hará cuatro años.

Es cierto también que desde entonces se ha agudizado el problema, que cada vez se producen más visionados en momentos diferentes del de emisión y en dispositivos diferentes de los televisores del hogar principal. El visionado en grupo en el hogar está pasando a la categoría de excepcional.

Vel la televisión como lo hacían en los 80 los personajes de Cuéntame es ya excepcional. (Foto: TVE)

Pero del informe de Barlovento que ya comenté aquí no se desprende una tragedia para la audiencia que mide Kantar. Es verdad que el consumo cae por cuarto año consecutivo pero se mantiene aún en 233 minutos por persona y día, una cifra que supera a la de cualquier año anterior a 2010 y en aquellos momentos nadie habría dicho que la Televisión estaba en crisis, o al menos en una crisis mayor que la que empezaba a vivir el país y las economías occidentales. (Es verdad que está hecho a partir de datos de Kantar, con todo lo que eso pueda signifiar).

Siguiendo con el excelente artículo de Puelles: el público de la Televisión está envejeciendo pero el consumo siempre ha sido mayor entre las personas mayores y las personas que sólo trabajan en el hogar que entre los jóvenes. Tienen más tiempo y menos disponibilidad para otras opciones de ocio. En ese sentido sí son los jóvenes quienes se están trasladando en mayor medida hacia otros dispositivos y otros modelos de consumo.

Y sí, que la audiencia se vaya hacia otros tipos de consumo es un problema para las cadenas tradicionales; sobre todo si esa audiencia no se mide. La audiencia es la mercancía por la que se paga en el mercado publicitario que es la principal fuente de ingresos de la Televisión.

El problema del audímetro no es que sólo registre la televisión lineal (de hecho también mide el consumo en diferido siempre que se haga en televisores del hogar principal: el año pasado eso ha supuesto 3 minutos por persona y día. No parece una tragedia). El problema es que no mide consumos fuera del hogar o fuera del televisor y eso sí puede estar creciendo algo más.

La audiencia social complementa pero no cambia el dato de audimetría y, por el momento, no tiene valor comercial.

Así que estoy completamente de acuerdo con Miriam Puelles cuando dice:

Es necesario poder congregar en un mismo sistema la medición de visionados para cada una de las pantallas o dispositivos, con conocimiento preciso de qué se ve y quién ve cada una de las opciones. Pero no solo en la televisión tradicional, sino también en las redes sociales, smarpthones, tablets, videoconsolas e infinidad de plataformas y soportes disponibles.

pero discrepo bastante con la forma en la que llega a esas conclusiones.

Creo que el audímetro tradicional ha hecho un gran servicio a lo largo de sus más de treinta años de historia, pero en una época de transformaciones tecnológicas aceleradas como la que hemos vivido treinta años son una eternidad.

La misma tecnología que nos ha complicado tanto la realidad que tenemos que medir nos acabará dando las soluciones que necesitamos.

Creo que cada vez están más cerca.

En todo caso muchas gracias a Miriam Puelles por su magnífico artículo y por poner de actualidad un tema sobre el que los profesionales debemos profundizar y encontrar soluciones. En ello estamos.

Tele 5 dominó en 2016

Fiel a su costumbre, la consultora Barlovento Comunicación ha publicado hoy, 2 de enero su informe sobre la audiencia de las Campanadas que sirve de prólogo al informe anual de audiencias, un informe que en los últimos años anticipa a la última semana de diciembre, a sabiendas que los grandes datos no van a cambiar.

Las Campanadas de fin de año son uno de esos pocos territorios en los que La 1 de TVE sigue manteniendo la tradición de liderar la audiencia. Este año también lo ha hecho (5.192.000 espectadores y 38,8% de cuota) aunque cada vez se le acercan más sus competidoras: pierde 8,7 puntos de cuota respecto al año pasado.. Antena 3 aprovecha el morbo del vestido que llevará Cristina Pedroche y el tirón del cocinero Chicote para reunir a 2.319.000 espectadores y conseguir un 17.3% de cuota; Tele 5 se contuvo esta vez y con Lara Álvarez y Carlos Sobera consiguió 1.676.000 espectadores y el 12.5% de cuota.

La 1 mantiene su liderato en las Campanadas de fin de año. (RTVE)

En los datos anuales Tele 5 no ha tenido rival…o sí, al final. La cadena de Vasile ha dominado durante los once primeros meses del año (completando una serie de 27 meses consecutivos de liderato) pero ha perdido en diciembre, cuando le ha superado Antena 3 por cinco décimas (13,3% frente a 12,8% de Tele 5). En el total anual el triunfo es claro: 14,4% para Tele 5 frente a 12,8% para Antena3. Lejos queda La 1 con 10,1% aunque supera por tres décimas el resultado de 2015 gracias a una mejoría en los últimos meses.

Antena 3, en cualquier caso, le saca a su audiencia mejor rendimiento comercial que su rival; cada vez son más los anunciantes que rechazan planificar su publicidad en algunos de los programas de mayor audiencia de Tele 5 (Gran Hermano, Sálvame,…) lo que ayuda a la cadena de Carlotti. 2016 ha sido un año bueno para la inversión publicitaria en televisión que, poco a poco, va recuperando lo perdido a lo largo de la crisis.

El consumo de Televisión cae por cuarto año consecutivo; aun así se mantiene en 233 minutos diarios (230 en directo y 3 minutos al día en diferido). Casi cuatro horas diarias para algo que, una y otra vez, nos declaran a punto de morir.

Ha sido un buen año para la televisión de pago, que gana algo más de punto y medio respecto a 2015 y con una cuota del 20,4% supera por dos décimas su récord anterior que se remontaba a 2010.

Ha sido también el año de las nuevas concesiones; en el cómputo anual se quedan en un 2,3% pero la tendencia es creciente y en diciembre llegaron a un 3,8%.

Y asistimos a una nueva batalla que tendrá, dicen, serias consecuencias en el consumo audiovisual: los grande operadores mundiales de la televisión en streaming han puesto su punto de mira en el mercado español: a Netflix, que llegó en octubre de 2015 se han unido recientemente HBO (a mediados de noviembre) y Amazon Prime Video (en diciembre). Con la ya veterana, para este mercado, Yomvi, completan un panorama con mucho potencial, especialmente porque tiene el apoyo de las operadoras de telecomunicaciones.

El año 2017 promete ser interesante.

La televisión se muere

Hay días para todo. Incluso hay días en los que coinciden dos o más dedicatorias. Hoy 21 de noviembre es el Día Mundial de la Televisión.

¿Cómo está hoy la Televisión? Llevamos años oyendo que la Televisión se muere; incluso sin remedio. Pero ¿es cierto?

Tengo muy reciente la clase que di el viernes en el ICEMD sobre El sector televisivo y que me sirvió para actualizar los principales datos respecto al medio.

Aunque hay experimentos previos, incluso en el último decenio del siglo XIX, se considera que la Televisión es un invento de los años veinte del siglo pasado; las primeras emisiones de lo que luego serían canales para el público se sitúan en 1930. En España acabamos de celebrar los 60 años de la primera emisión de TVE (el 28 de octubre de 1956) y los cincuenta del UHF, la actual La 2, en noviembre de 1966.

Desde entonces no hemos vivido un mes sin cambios en el sector, unos cambios que se han acelerado en los últimos tiempos, en muchos casos motivados por la digitalización galopante de la sociedad. La Televisión ya no se ve como antes, toda la familia alrededor de un mismo aparato concentrados para ver lo mismo que se estaba viendo en la mayor parte de los hogares del país. Ahora es muy posible que cada miembro de la familia esté viendo una cosa diferente en un dispositivo diferente mientras, con una gran probabilidad reparte su atención con otro o varios aparatos diferentes.

Pero la Televisión sigue siendo el medio de mayor cobertura (más del 85% de los españoles ve la televisión un día cualquiera) y sigue siendo la actividad a la que se dedica más tiempo después de dormir. Aunque el consumo cae desde el máximo alcanzado en 2012 todavía sigue estando muy próximo a las cuatro horas diarias de promedio y es superior al de cualquier año anterior a 2010. ¿Se muere la Televisión? El muerto está muy vivo.

Mi amigo Eladio Gutiérrez hace mención hay a un documento de tres grandes asociaciones europeas en el que se recalca esta misma situación: la Televisión mantiene en toda Europa su situación de dominio, incluso entre los jóvenes, el grupo en el que puede estar más amenazada; incluso en el Reino Unido, el país en el que las alternativas digitales tienen más fuerza.

Eso sí: se trata de un medio muy diversificado, con una audiencia muy fragmentada: ya nunca encotraremos a más del 60% de la población viendo el mismo contenido como ocurría a veces a mediados de los ochenta; ya es muy raro que un programa alcance los diez millones de espectadores, incluso si es uno de los partidos del siglo que el fútbol nos ofrece en varias ocasiones cada año.

Las campanadas de año nuevo en TVE siguen siendo uno de los programas de mayor audiencia del año (FOTO: TVE)

Las campanadas de año nuevo en TVE siguen siendo uno de los programas de mayor audiencia del año (FOTO: TVE)

Puede parecer contradictorio pero ese medio de audiencia fragmentada está muy concentrado desde el punto de vista empresarial. De las más de 280 emisoras medidas por Kantar en octubre dos grupos (Mediaset y Atres) concentran el 58,5% de la audiencia, casi el 81% de la publicidad emitida y más del 87% de los ingresos publicitarios.

No nos debería sorprende si tenemos en cuenta que, en el ámbito digital a nivel mundial, dos empresas Google y Facebook concentran el 85% de los ingresos y dejan el restante 15% para varios millones de otras empresas (algunas tan grandes como Apple, Amazon, Twitter o Baidu).

También está muy concentrado el sector de la producción: según datos proporcionados por Barlovento Comunicación sólo cuatro de las cincuenta y tres productoras de las que se ha emitido algún programa entre enero y octubre han producido más de quinientas horas de programas; entre las cuatro suponen más del 54% de la producción; en el otro extremo cada una de las 33 con menor producción ha producido menos del 1%; entre todas suman menos del 10% de la producción emitida.

La Televisión de Pago ha experimentado un fuerte crecimiento estos últimos años, empujada por las operadoras de telecomunicaciones pero sigue siendo la hermana pequeña: aproximadamente un 35% de los hogares pagan ahora por disponer de esa oferta más amplia.

La Televisión vive tiempos interesantes: cada vez más contenidos se ven en dispositivos diferentes del televisor; cada vez más contenidos provienen de personas o empresas que no estaban en el circuto tradicional. Pero con todos los cambios, innegables, creo que el medio sigue gozando de una salud envidiable.

El legado de Obama

Conozco a Ramón Colom hace muchos años. Coincidimos, muy poco, cuando los dos trabajábamos en RTVE. En los últimos años hemos recuperado una relación, esporádica pero cordial.

A finales de septiembre me llamaron de su parte para proponerme participar en el programa Millennium que él dirige, en una emisión dedicada al legado de Obama.

¿Por qué yo? Conozco a Obama, como todo el mundo, pero no soy, ni de lejos, un especialista.

-No te preocupes. Ramón sabe lo que hace. Ya verás como todo sale bien.

Y allí que fui, el 7 de octubre, a los estudios donde se graba el programa, en Villaviciosa de Odón.

El programa se ha emitido esta semana, en la noche del lunes al martes. Según los datos de Kantar lo vieron en directo un total de 59.000 espectadores. Confío en que alguien más lo haya visto en diferido, como unas cuantas personas de mi entorno.

Como me esperaba, los otros contertulios tenían mucho más concocimiento que yo: Carlos Westendorp había sido embajador en Washington durante cuatro años y había vivido allí la primera campaña de Obama; Elvira Lindo ha pasado en Nueva York nada menos que once semestres, desde antes de la llegada de Obama y durante todo su mandato; Álvaro Longoria se ha formado en Estados Unidos y ha realizado allí parte de su trabajo cinematográfico.

Y luego estaba yo. Que he visto mucho cine, he leído mucho sobre Estados Unidos…pero he estado allí poco menos de una semana…y justo en Nueva York, que quizá no sea lo más representativo.

Creo que no quedé tan mal. Lo puedes ver aquí.

Obama puede estar satisfecho de su legado

Obama puede estar satisfecho de su legado

Intenté centrarme en las campañas de Obama hacia la presidencia, un modelo desde todos los puntos de vista y en los aspectos de su presidencia más relacionados con la comunicación. Al fin y al cabo es a lo que yo me he dedicado. Pero una vez comenzado el coloquio hay que hablar de todo lo que se plantee.

Hay que distinguir entre la época de Obama y su legado. Obama llegó al poder en un momento muy complejo, al poco tiempo de iniciarse la mayor crisis económica de los últimos noventa años, con una situación internacional compleja y en un momento de transformación tecnológica acelerada. Muchos de estos aspectos estaban muy relacionados con la actuación de su antecesor.

La situación económica es ahora mucho mejor que cuando Obama llegó. En el plano internacional hay luces y sombras: los acuerdos con Cuba (rompiendo una política que había fracasado durante cincuenta años) y con Irán (tras más de venticinco años de ruptura) son avances hacia un mundo mejor; la situación en Oriente Medio, con las crisis de Siria, Libia o el Yemen y la aparición y desarrollo del Daesh son puntos negativos. Todos fuimos muy ingenuos con las primaveras árabes, sin pensar que lo que venía después podía ser peor. El fundamentalismo islámico ha crecido durante sus mandatos. ¿Habría sido diferente con otro tipo de políticas?

Durante el mandato de Obama se produjo la acción contra Bin Laden y se ha intensificado la utilización de drones y las acciones bélicas sin presencia humana. Dos tipos de actuaciones discutibles pero que, casi desde cualquier punto de vista son mejores que sus alternativas (larga guerra en Afganistán, conflictos con participación masiva pero sin finalización).

Obama no ha cerrado Guantánamo, una de sus promesas electorales y eso pese a que ya quedan allí muy pocos presos. Este hecho tuvo cierto peso en el programa. Aún podría hacerlo y se apuntaría un buen tanto final.

En política interior la Ley de Cuidados Accesibles (Obamacare) contó con una fuerte oposición pero ha conseguido reducir de 50 a 32 millones el número de personas si ningún tipo de seguro médico. Un avance que podría haber sido mayor.

Los tiroteos masivos, las tensiones raciales y los incidentes entre policías y personas de raza negra han sido abundantes durante su mandato. Aunque lo ha intentado no ha sido capaz de racionalizar la venta de armas. La segunda enmienda y los partidarios de que todo el mundo tenga acceso a armas para defenderse hacen muy complicado solucionar este problema. Una verdadera lacra para su país.

La explosión tecnológica ha dado muchas más capacidades a los ciudadanos (en Estados Unidos y en todo el mundo) pero también a las corporaciones y a las administraciones. Ahora todos estamos más vigilados, al menos potencialmente. Pero habría ocurrido igual, o parecido, con cualquier otro presidente.

Cuando llegó Obama al poder las expectativas fueron tan altas que era casi imposible cumplirlas, pero creo que el balance ha sido bueno, casi en cualquier sentido mejor que la época de su predecesor Bush junior.

60 años

Hoy hace sesenta años de la primera emisión de Televisión Española.

Para la gente de mi edad fue todo un acontecimiento ver las imágenes de algo que se estaba produciendo a mucha distancia.

Una imagen de los primeros años de TVE.

Una imagen de los primeros años de TVE.

Mi padre, un sesudo profesor de instituto, nunca fue muy partidatio de aquella ladrona del tiempo: ¡sus hijos teníamos que estudiar! Sólo muchos años más tarde los partidos de fútbol le engancharon. Así que el primer aparato que entró en casa lo hizo bastante después cuando mi hermana Blanca tuvo que permanecer varios meses en cama por una enfermedad del corazón y la tía Cristi se lo regaló para paliar su aburrimiento.

Al principio yo sólo veía la televisión algún rato suelto en los escaparates de una tienda de la calle Dato al volver del instituto. Luego subía a verla en ocasiones especiales (el Tour de Francia, Eurovisión,…) a casa de la vecina del segundo, Eloísa, una señora algo mayor que mi madre que tenía tres hijas más o menos de mi edad pero con las que yo nunca coincidía.

No sé lo que pensaría mi padre cuando mi primer trabajo fue precisamente en RTVE a donde llegué el año en que la tele iba a cumplir sus primeros veinte años.

Seguramente aún le pareció peor cuando quince años después dejé mi puesto en la cadena estatal (que había ganado por oposición, algo sagrado para la gente de la edad de mi padre…y para la de la mía) para irme ¡a una empresa de publicidad! una actividad que, sin ninguna duda, consideraba menor y, muy probablemente, poco adecuada para un licenciado en Matemáticas.

Pero la televisión, y más tarde los medios en general, ha sido el centro de mi vida, mi pasión y el trabajo con el que me he ganado, bastante bien, la vida.

Aquel 28 de octubre de 1956 yo acababa de iniciar mi primer curso en la preparatoria de ingreso del Instituto Ramiro de Maeztu de Vitoria (aunque saqué muy buenas notas tuve que repetirlo un segundo año por razones de edad). Seguramente no me enteré de que se había puesto en marcha un nuevo medio de comunicación que, aunque entonces no llegaba a Vitoria (sólo se pudo ver en algunas zonas de Madrid) ya había empezado a marcar mi vida.

¡Felicidades TVE!

Otro día hablaremos de la trayectoria de una empresa que ahora, como casi siempre, vive un momento muy complicado.

Y si quieres recordar un buen número de programas de todas sus épocas, aquí puedes hasta votar el que te parece mejor.

La inversión publicitaria crece con fuerza en el mundo

Cuando en el mes de junio el Reino Unido votó su salida de la Unión Europea muchos pensamos que esa medida, el Brexit, tendría, entre otros muchos efectos, una repercusión negativa en la inversión publicitaria. En el Reino Unido y en el mundo.

Cameron dimitió tras el referendum

Cameron dimitió tras el referendum

Todavía es muy pronto para que se noten todos los efectos pero de momento no está siendo así.

España lleva ya más de trescientos días sin gobierno. Hay quien dice que eso es muy malo para la economía; y si fuera así la inversión publicitaria se resentiría. Por el momento la economía española va bien y la inversión publicitaria crece con fuerza. No sé lo que pasaría si esta situación de provisionalidad y gobierno en funciones se prolongara mucho más tiempo. Pero hasta ahora las cosas no van mal.

La inversión publicitaria en el mundo está atravesando un buen año. Los Juegos Olímpicos han ayudado; la campaña presidencial en Estados Unidos también. Incluso nos dicen, en el informe que presentó hace unos días el grupo ZenithOptimedia que ha venido bien la campaña electoral en un país tan periférico como puede parecernos Filipinas.

La inversión crece a un ritmo algo mayor que el esperado y las previsiones para 2017 también son buenas.

Pero la evolución no es igual para todos los medios. El papel sigue su caída; la Televisión aguanta con firmeza y el gran trinfador es el Móvil. En España aún tendremos que esperar para ver el despegue del Móvil. Que se producirá. Sin duda.

El zapping disminuye

Hace unos días mis amigos de Barlovento publicaron un interesante informe, que ha tenido una importante repercusión en los medios.

El zapping dejó de ser noticia; últimamente se hablaba muy poco de ese tema. Supongo que se daba por hecho que ese era un tema que estaba ahí y que no habría variado en los últimos años.

Pero no es así. Según el informe de Barlovento (basado en datos de Kantar Media) el número de cambios de canal ha disminuido drásticamente: ha pasado de 21 al día en el año 2009 a 12 en la actualidad.

Robert Adler, inventor del mando a distancia (y, con él, del zapping)

Robert Adler, inventor del mando a distancia (y, con él, del zapping)

¿A qué se debe esta disminución?

Barlovento presenta los hechos pero no entra en los motivos. Voy a intentarlo yo. Estas podrían ser algunas de las explicaciones:

1.- En estos últimos años la oferta audiovisual ha aumentado de manera exponencial. Podría ser que cada espectador (o un número cada vez más elevado de espectadores) tiene claro que está viendo lo que quiere ver y por tanto no necesita cambiar de canal para buscar alternativas. Puede explicar una pequeña parte de la reducción.

2.- Los bloques publicitarios de tamaño descomunal (más de 30 spots consecutivos) que hace unos años eran habituales ahora son mucho menos frecuentes. Además hay un número elevado de bloques que van precedidos por un aviso de su duración aproximada. Puede que quienes huyen de la publicidad se limiten a un cambio y vuelvan cuando ha transcurrido el tiempo marcado. Puede ser. Y aquí habría otra parte de la explicación.

3.- En 2009 todavía había publicidad en TVE. Ahora los espectadores de sus cadenas (desgraciadamente muchos menos desde entonces) seguramente harán menos zapping. Explicaría otra parte.

4.- Cada vez son más las personas que simultanean su visionado de televisión con otros dispositivos. Lo relevante no es si el televisor es la primera o la segunda pantalla en este caso. Si la atención está repartida, cuando llegan los bloques de publicidad se concentrará más en el otro dispositivo. El televisor queda ya claramente como segunda pantalla y no hace falta cambiar de canal. Seguro que aquí hay una parte mayor de la explicación.

y 5.- En la misma línea que la anterior: cada vez hay más programas, ya casi todos, que buscan la interacción con los espectadores en una segunda pantalla mediante la introducción de hastags. Si estás dialogando sobre el programa, a través de Twitter, WhatsApp, Facebook, Snapchat o cualquier otra red, la probabilidad de que te vayas a otra cadena disminuye.

Estas dos últimas explicaciones eran las que encontrábamos en Zenith cuando, hace algo más de un año, realizamos el estudio sobre el fenómeno multipantalla.

Que disminuya el número de cambios de canal es una buena noticia para las cadenas (¿y para los publicitarios?). Que se deba a una dispersión de la atención no sé si será tan bueno.