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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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La Radio On Line es el futuro ¿También el presente?

No sé si la Radio On Line camina imparable, como dice el gran experto Gorka Zumeta (al que ya seguía y conocí personalmente en el evento de AERO), ni si está de moda, como también dice él mismo en un tuit.

Lo que sí parece claro es que está de rigurosa actualidad. La semana pasada participé en una mesa redonda que siguió a la Asamblea de AERO (Asociación Española de Radio On Line), la organización que preside la dinámica Elisa Escobedo, a quien agradezco su invitación.


(El autor del blog durante su intervención. Fotografía: Gorka Zumeta)

La semana que viene, el día 22, la IAB organiza una Jornada de Radio On Line.
Todavía más: una semana después, el 29, el Colegio de Ingenieros organiza la jornada La encrucijada tecnológica de la Radio.

Tres eventos sobre el tema en menos de tres semanas seguro que quieren decir algo.

Siempre fui un apasionado de la Radio. En mi casa tardó en entrar la televisión y las veladas tenían por centro el aparato de radio (Cabalgata fin de semana, Matilde, Perico y Periquín, El Gran Musical o Ustedes son formidables forman parte de mis recuerdos de infancia y adolescencia). Siempre estudié con la radio como fondo.

Disfruté mucho cuando, años después, acabé convirtiéndome en el especialista en audiencia de Radio de RTVE y representé a la Radio en la Comisión Técnica de AIMC o dirigí dos estudios de audiencia de Radio en la Comunidad de Madrid en los que conseguimos que participaran todas las emisoras existentes entonces, desde las grandes cadenas a las pequeñas nuevas emisoras de pueblo o de barrio. Años después, ya en Zenith, hicimosun estudio Menfis, de eficacia publicitaria, para la SER y GDM.

Mi intervención en la mesa redonda del día 9 se refería a las previsiones de inversión en Radio On Line. Hace unos meses me pidieron que incluyera en mis estudios Vigía y Zenthinela preguntas referidas a ese tema. Estos estudios se basan en opiniones, pero en opiniones cualificadas, de expertos en el mercado publicitario. Y suelen llenar huecos: cuando no hay ninguna información sobre un tema es bueno tener un dato, aunque esté basado en opiniones. Eso han pensado en su momento (2002) los Diarios Gratuitos; o en 2008 los Móviles, los Blogs o las Redes Sociales; o en 2009 los Medios para Inmigrantes; o en 2010 el Vídeo On Line; o en 2011 la Publicidad Exterior Dinámica (Digital signage); o en 2012 las Apps o ahora la compra programática o la propia Radio On Line. Para algunas de esas especialidades sigue sin existir un dato de otra fuente.

Los anunciantes del panel Zenthinela estimaban en febrero que la inversión en Audio On Line representa el 6,5% de toda la inversión en publicidad on line; los directivos de medios del panel Vigía situaban en marzo esa estimación en el 5,3%.

A mediados de los años ochenta participé en una Rencontre Internacional de Radio; expertos europeos de un buen número de países hablaban de la Radio como el medio del 10% porque ese era el porcentaje aproximado que se llevaban del total de las inversiones publicitarias en medios (en España nunca se ha separado mucho de esa cifra; en 2014 se situó en el 9,3%). Yo creo que a medio plazo ese 10% de la inversión digital puede ser un buen objetivo para la radio on line. Ví que desde la Asociación eran más optimistas; no me parece mal el optimismo como objetivo.

Recuerdo que hace ya casi veinte años, en el curso Nuevos medios, nueva publicidad, ¿nueva financiación? que organizó Zenith en la UIMP en Santander, Jaime Agulló, que entonces estaba en mi equipo, me dijo: la Radio Digital no funcionará mientras no nos demos cuenta de que todos llevamos un receptor (el móvil) en el bolsillo. Ahora ya es así.

También hay otras opiniones: el representante de una de las mayores cadenas de radio, uno de los líderes también en digital, me decía que esas cifras son muy exageradas. También me decía que los anunciantes pagan por la audiencia de la cadena y no están dispuestos a pagar más por lo digital (ni el medio a distinguir la audiencia digital, interpreto). Ese error, regalar la audiencia digital cuando la parte importante estaba en la oferta analógica, ya lo cometieron en su momento los diarios de papel. Luego es muy difícil, casi imposible, cobrar por lo que se ha regalado, incluso cuando lo digital es ya la parte del león.

No sé si la cifra real estará más cerca del 6% o del 4%; estoy seguro de que la inversión en Audio Digital va a crecer con fuerza en los próximos tiempos. También estoy seguro de que si los grandes regalan la audiencia digital se lo estarán poniendo muy difícil a las numerosas pequeñas emisoras digitales que están surgiendo. Unas emisoras con una multitud de especialidades diferentes, como puso de relieve Elisa Escobedo al final de la mesa redonda.

Y ya saben, si quieren saber mucho más sobre la radio digital (y sobre la radio en general) visiten el blog Gorka Zumeta-Comunicación.

La publicidad creció un 5% en 2014 y crecerá más en 2015

Esta mañana se ha presentado el informe i2p sobre inversión publicitaria. Después de unos cuantos años desastrosos, ahora toca empezar a recibir buenas noticias: i2p se ha adelantado a su competencia.

Como ha explicado Enrique Yarza en la presentación, la inversión publicitaria está muy relacionada con la evolución del PIB y del Consumo. Durante los años en que esas variables han caído, la inversión publicitaria caía con más fuerza. Ahora se ha invertido la tendencia.

En 2014 la Inversión creció un 5% en el conjunto de los medios. Más en el Cine (9,3%) y en Televisión (9,1%); exactamente un 5% en Internet y menos en los otros medios; incluso los Medios Impresos siguieron cayendo, aunque a un ritmo mucho menor que en años anteriores.

El año fue de menos a más. En el primer trimestre se registró una pequeña caída, pero en los otros tres el mercado creció con fuerza. En el último trimestre crecieron todos los medios, incluso los impresos.

Aunque la proporción de ingresos entre papel e internet sigue siendo muy desigual (80%/20%) si se suman las dos fuentes de ingresos los Diarios crecieron en 2014 más de un 1%.

Para 2015 se espera un crecimiento promedio del 5,8%. Todos los medios crecerían, con la única excepción de los Suplementos.

Mientras el crecimiento de la inversión en Televisión se debe al aumento de precios (que ha hecho disminuir el número de anunciantes que pueden tener acceso al medio) la inversión en otros medios (especialmente Radio e Internet y, en menor medidad, Diarios) crece por la llegada de nuevos anunciantes, sobre todo locales.

Pese al crecimiento de la Inversión, la cifra alcanzada es similar a la que se obtenía en 1995, ya que desde 2007 se ha experimentado una caída del 48,8%.

Internet ha proporcionado a las marcas nuevos canales de comunicación con sus consumidores, que no pasan por la utilización de medios de comunicación convencionales por lo que no se reflejan en las cifras de inversión en medios. Por esta razón todo parece indicar que tardaremos muchos años en alcanzar las cifras de 2007.

Este año podemos

Todas las previsiones parecen estar de acuerdo: la inversión publicitaria crecerá este año, en el mundo y en España.

Después de una dura travesía del desierto que ha llevado a nuestro negocio, y a la economía nacional, a unas cifras impensables hace tan solo unos pocos años, 2014 se ha cerrado con crecimiento y 2015 apunta buenas maneras.

Estamos en año electoral. Por ello se reducen las retenciones en el IRPF, se devuelve a los funcionarios la paga que se les quitó en 2012, se moderan las subidas de precios y se mantienen algunos estímulos económicos como el Plan PIVE. Todo eso libera algo de dinero para el consumo y la industria publicitaria apoyará este empuje.

Pero es año electoral. Las elecciones europeas del año pasado nos trajeron la sorpresa de un nuevo partido que desde entonces no deja de crecer en las encuestas.

Sabemos que ha crecido apoyándose en los medios de comunicación (Televisión e Internet sobre todo) pero no conocemos su postura sobre la publicidad, vital en una sociedad de consumo que Podemos cuestiona.

Pronto habrá elecciones en Grecia. (*) Si se produce el esperado triunfo de Syriza empezaremos a tener una información algo mejor. Si Podemos consigue alguna cuota de poder en las autonómicas ya veremos algo más.

Pero pase lo que pase estamos experimentando los efectos de un importante revulsivo contra la corrupción.

La solución, a final de año. Mientras tanto, podemos crecer.
(*) Este post reproduce la columna que escribí para la edición en papel de la revista IPMark. Desde entonces ya hemos visto que triunfó Syriza y que las reacciones de los mercados no han sido tan duras como en principio se esperaba. También sabemos que la Administración Pública aumentará su inversión en publicidad.

El Gobierno, las cadenas de televisión y Podemos

El viernes pasado, en la tertulia en la que participé en Capital Radio, alguien preguntó si pensábamos que la publicidad volvería este año a TVE. La respuesta me salió del alma; no lo pensé demasiado y dije (minuto 27:37 a 27:50):

habrá o no habrá publicidad en TVE en función de los intereses del Gobierno y de cómo quiera presionar a las otras cadenas para que traten mejor o peor a Podemos.

Supongo que es políticamente muy incorrecto, pero me temo que yo soy así.

Pero veo que no soy el único que lo piensa.  Leo en El Confidencial un artículo en el que se habla de la pax audiovisual que estaría planteando el Gobierno en un año tan cargado de elecciones como el que vamos a vivir.

Una primera fase sería una nueva regulación sobre el espectro radioeléctrico que evitara la supresión de ocho canales más y la convocatoria de un nuevo concurso. La segunda, mantener la vuelta de la publicidad a TVE como espada de Damocles.

El Gobierno lo quiere todo. Escoró hacia la extrema derecha los informativos de TVE (lo que les ha hecho perder su liderato en audiencia…y seguir cayendo); tienen a su favor a las cadenas cabeceras de cada grupo (Tele 5 y Antena 3). Pero no les vale; necesitan también las segundas cadenas (Cuatro y La Sexta) o al menos que no alimenten al peligro en que, desde su punto de vista, se ha convertido ya Podemos.

Así que esa pelota sigue en el tejado. Y seguramente seguirá ahí.

Gestores del corto plazo (0)

No han pasado mucho más de diez años desde que nos hablaron del fin de la historia y de los ciclos, algo así como que el crecimiento sería ya continuo, cuando nos hemos visto sumidos en la crisis más profunda en casi cien años.

¿Qué ha pasado para que todo cambie de una manera tan radical?

En una sociedad que ya tendía hacia el corto plazo (el directivo sólo piensa en su bonus de este año; lo que le pase a su empresa a medio plazo no le importa porque muy probablemente dentro de dos años trabaje para la competencia) la globalización y la digitalización han hecho posible acortar aún más ese plazo. Las decisiones se toman ahora pensando en la evolución de la cotización de Bolsa hoy mismo y sabiendo que esa cotización puede verse influida por lo que ahora mismo esté decidiendo alguien en Tokio, en Sidney o en San Francisco.

La Bolsa, además, penaliza la contratación de personas y premia la reducción del equipo humano, sin ningún tipo de matices. Expulsar capital humano, sea del tipo que sea, incluso cuando se trata del talento que hace progresar a la empresa, tiene una prima en la cotización bursátil. Todo esto ha traído una generación de directivos que no piensan en el futuro, mucho más allá del mes, justo en el momento en el que las transformaciones que se están produciendo, debidas precisamente a las mismas causas, exigirían una mirada mucho más estratégica y a largo plazo. ¿Qué debería ser mi empresa dentro de diez años en el nuevo panorama que nos abre un mundo interconectado, digitalizado, globalizado?

Tenemos un buen ejemplo en nuestro pequeño mundo de publicidad y medios de comunicación en España en los últimos años. Sólo hay que remontarse dos años, hasta 2007, para encontrarse a las dos empresas más rentables entre todas las cotizadas en Bolsa en Europa. Por supuesto, esos beneficios se repartieron entre los accionistas. ¿El futuro? ¿Eso qué es? ¿Alguien conoce el significado de la palabra invertir?

Dos años después, en plena crisis económica, la rentabilidad ha bajado mucho, aunque sigue siendo positiva, no como en otros sectores. Hay que poner en marcha el lobby, presionar al Gobierno y conseguir que suprima la publicidad de la televisión pública. Sorprendentemente, la cosa funciona. Sería la ocasión de reducir el tamaño de los bloques y vender a los anunciantes mayor eficacia y a los espectadores respeto (ya llegará el momento de volver a venderlo todo cuando vuelva a haber dinero), pero ¿para qué? Sigamos vendiendo bloques largos a cualquier precio, aunque ingresemos menos. El accionista estará contento, sobre todo si volvemos a repartir todos los beneficios en forma de dividendos. Invertir ¿para qué?

Cuando llegue el momento, ya sin televisión pública, subiremos los precios, con la misma saturación, con menor eficacia, pero a los anunciantes no les quedará más remedio que venir a nosotros. Tenemos la sartén por el mango y, si hace falta, volveremos a presionar a papá Gobierno, que está débil y seguro que se deja.

No están los tiempos para bromas. Haría falta conseguir nuevos consensos en medición, como los que hace más de cuarenta años dieron origen a un EGM aún vigente, o los que hace veinte hicieron posible una audimetría de televisión que hasta ahora nos ha servido para regular un mercado complejo.

Pero ahora hay una nueva televisión, cada vez es mayor la parte de televisión mal medida por la audimetría y tenemos Internet, con múltiples medidas pero ninguna consensuada, ninguna que se adapte a las necesidades de los anunciantes. Necesitaríamos líderes del mercado con amplitud de miras, capaces de pensar en las necesidades comunes y en mirar hacia los próximos ¿diez? ¿quince? años. Capaces de poner en marcha la medición consensuada de Internet y de la nueva televisión que el mercado necesita. Pero yo no los veo por ninguna parte. Todo lo contrario, si algún técnico se atreve a pedir que se tomen decisiones en la dirección adecuada, seguro que veremos a su jefe llamando a la Reina de Corazones: ¡que le corten la cabeza!

Mientras tanto seguimos viendo como el mercado publicitario reduce su tamaño cada año: ¡un 11%! ¡un 21%! Se multiplica por 5 o por 6 la caída de la economía. Y se vuelve a las cifras de 1999.

Vemos cómo van cerrando unos medios detrás de otros, cómo desfilan multitud de personas hacia el exterior de sus agencias.

Pero quienes tomaron las decisiones que han llevado a este caos cobrarán sus bonus este año.

¡Y todos tan contentos!

Este artículo se publicó en I&M (Investigación y Marketing) la revista de AEDEMO a comienzos de 2010 y aunque en gran parte mantiene su vigencia lo he actualizado en el publicado ayer en este mismo espacio.

Gestores del corto plazo (1)

Hace ya quince años nos hablaron del fin de la historia y de los ciclos. Extinguido ya el enemigo del capitalismo y con la llegada acelerada de nuevas tecnologías, el crecimiento sería continuo; ya no habría de qué preocuparse. Sin embargo no habían pasado ni ocho años desde aquella optimista profecía cuando el mundo se vio sumido en una de las crisis económicas más profundas y prolongadas que se recuerdan. Precisamente por los abusos de ese capitalismo triunfante que iba a terminar con los ciclos.

Siete años después, con millones de parados más, con las centenarias cajas de ahorros desaparecidas y tras cientos de miles de deshaucios aún nos preguntamos qué pasó para que todo cambiara tan radicalmente.

En una sociedad dominada por el corto plazo (el directivo sólo piensa en su bonus de este año; lo que le pasara a su empresa a medio plazo no le importaba porque muy probablemente dentro de dos años trabajaría para la competencia) la globalización y la digitalización han acortado aún más ese plazo. Ahora las decisiones se toman pensando en la evolución de la cotización de la Bolsa hoy mismo y sabiendo que esa cotización se verá influida por lo que ahora mismo esté decidiendo alguien en Tokyo, Sidney o San Francisco (y cada vez más en Shanghai o Hong Kong).

La Bolsa, además, penaliza la contratación de personas y premia la reducción del equipo humano, sin ningún tipo de matices. Expulsar capital humano, sea del tipo que sea, incluso cuando se trata del talento que hace progresar la empresa, tiene una prima en la cotización bursátil.

Todo esto ha traído una generación de directivos que no piensan en el futuro, mucho más allá de fin de mes, justo en el momento en que las transformaciones que se están produciendo, debidas precisamente a las mismas causas, exigirían una mirada mucho más estratégica y a largo plazo. ¿Cómo debería ser mi empresa dentro de diez años en el nuevo panorama que nos abre un mundo interconectado, digitalizado, globalizado?

El pequeño mundo de la publicidad y los medios de comunicación en España ha sido un buen ejemplo de todo esto en los últimos años. En 2007 las dos empresas cotizadas en Bolsa más rentables de Europa eran nuestras dos televisiones privadas. Los beneficios que obtenían se repartían religiosamente entre los accionistas. ¿Invertir?¿El futuro?¿Eso qué es?

Pero no pasa nada. Cuando, ya en plena crisis, bajó la rentabilidad (aunque siguió siendo positiva) bastó presionar al Gobierno de turno para conseguir que se suprimiera la publicidad en la televisión pública. Con esa inyección de varios cientos de millones de euros la rentabilidad se recuperó. ¿Hacer mejor programación?¿Cambiar la política comercial? ¿Para qué? Ya nos aprovecharemos cuando vuelvan las vacas gordas.

Por supuesto, el Gobierno que sustituyó al que tomó tan discutible medida no la revocó en ningún momento.

Ahora que el mercado publicitario parece empezar a reaccionar es el momento de subir los precios y ordeñar más a la vaca. Los anunciantes siguen necesitando la televisión y no les queda otra alternativa que pasar por el aro.

Claro que los anunciantes no son conscientes de la fuerza que podrían tener; y si lo son no son capaces de explotarla. El corto plazo nos exige comprar barato ¿qué es eso de comprar mejor?¿Pagar por una mayor calidad? ¡Ni pensar! Yo quiero calidad, pero que no me suban el precio.

Mucha  de la televisión que se ve ahora, sobre todo los jóvenes, pero no sólo los jóvenes, no se mide o se mide mal. Nos dejamos fuera muchas cosas a pesar de que ya disponemos de la tecnología para medirlo bien. Haría falta un nuevo consenso, quizá algún lider que se pusiera al frente. ¿Alguien lo ve?¿Alguien intuye quién podría ser? Yo no.

Es más: el corto plazo es tan corto en algunos casos que llevamos varios años en los que el Presidente elegido de la IAB (la asociación de la publicidad digital, que podría ser una de las que liderara el proceso) nunca llega a completar su mandato de un año; antes de ese plazo ya ha cambiado de empresa (o, en el peor de los casos, se ha ido a su casa).

Al menos en 2011 se llegó a un consenso para recomendar un medidor de Internet (o de digital, para ser más amplio) y se eligió a ComScore. Es difícil imaginar un acuerdo más débil, pero al menos hubo un acuerdo. Recientemente se ha prorrogado la recomendación, aumentando las exigencias a ComScore.

Necesitaríamos líderes del mercado con amplitud de miras, capaces de pensar en las necesidades comunes y de mirar a los próximos ¿diez?¿quince? años; capaces de hacer que se alcancen los necesarios consensos de mercado. Pero yo no los veo por ninguna parte.

Mientras tanto el mercado publicitario se ha visto reducido a la mitad y podría tardar más de veinte años en recuperar sus cifras de 2007.

Muchos medios han cerrado; casi todas las agencias han reducido su personal; los que siguen teniendo trabajo cobran menos que hace siete años.

Pero quienes tomaron las decisiones que produjeron este caos cobraron sus bonus o sus millonarias indemnizaciones.

¡Y todos tan contentos!

Este artículo es la actualización del que publiqué con el mismo título a comienzos de 2010, hace ya casi cinco años en Investigación y Marketing (I&M) la revista de AEDEMO. Creo que mantiene (incluso acentuada) toda su vigencia.

Sin publicidad

Últimamente se habla mucho de Ello, la red social que se define como alternativa a Facebook. Sus ventajas: no va a vender los datos de sus miembros y…no va a tener publicidad. Nadie sabe aún de qué van a vivir; cómo van a financiar sus desarrollos, pagar los costosos servidores y los sueldos de sus empleados.

Tras casi tres años de calvario, Leopoldo González Echenique ha dimitido como Presidente de RTVE. La fórmula de financiación que propuso el PSOE para eliminar la publicidad de la televisión pública y que el PP ha mantenido, se ha demostrado inviable. Su sucesor tendrá que reducir la plantilla, cerrar canales, vender edificios…o negociar la vuelta de la publicidad.

Pero ningún gobierno se atreverá a decretar la vuelta de la publicidad. Mucho menos ahora, cuando por la falta de medios de TVE y por otros errores, los informativos de la televisión pública tienen menos audiencia que los de las privadas. ¿Quién se va a atrever a quitarles el caramelo cuando la creencia de que la televisión decide las elecciones está todavía muy asentada?

La publicidad no molesta; molesta su abuso. Pero la insistencia en conseguirla a precios cada vez más reducidos nos ha llevado a una saturación excesiva. Ahora a los publicitarios nos miran mal. Nos lo hemos ganado.

No hemos sabido transmitir el valor que aporta la publicidad a una sociedad que quiere tenerlo todo gratis.

Y el camino de vuelta, si existe, será muy escabroso.

 

(*) Este artículo se ha publicado este mes en la revista IPMark. Lo escribí hace algo más de un mes. Hoy, que ya tenemos nuevo Presidente de RTVE, ya sabemos que uno de los objetivos de José Antonio Sánchez es conseguir que se acepte alguna fórmula para que los ingresos por publicidad vuelvan a la Corporación. Sería bueno para todos.

TVE: lentamente hacia su desaparición (IV)

Es triste tener que volver cada cierto tiempo sobre el mismo tema.

Pero la realidad es muy terca; y los políticos más.

Hace algo más de un año, cuando la audiencia de La 1 y de sus informativos se deterioraba paso a paso, escribí una serie de tres post sobre este tema: el 14 de mayo; el 2 de junio y el 2 de agosto de 2013.

Desde entonces la situación se ha seguido deteriorando. Los informativos ya no son líderes ni siquiera considerando lo que llaman emisión simulcast (sumar a los espectadores de La 1 los que ven el mismo informativo en el canal 24 Horas) según recogen los informes de la consultora Barlovento Comunicación. La audiencia en muy pocas ocasiones alcanza el 10% de participación.

La situación financiera, como era de esperar, ha vuelto a ser insostenible. El déficit de la cadena, sin publicidad y a expensas de los pagos en plena crisis de las otras cadenas (sus competidoras) y las operadoras de telefonía, no deja de crecer.

Pero el Gobierno congela la subvención (lo que hará que el déficit, de nuevo, se multiplique).

Tanto los anunciantes, desde la AEA, su asociación, como los espectadores, desde la AUC piden un modelo de financiación estable. Los anunciantes ofrecen su apoyo si vuelve la publicidad.

Pero el ministro Montoro ahoga cualquier vía de financiación pese a decir que defiende la televisión pública.

Pedro Sánchez, el nuevo Secretario General del PSOE, arremete contra el Gobierno y dice que los ingresos son más que suficientes (el actual sistema de financiación lo decidió el Gobierno de su correligionario Zapatero), que lo malo es la gestión.

El Presidente de la Corporación RTVE, Leopoldo González Echenique (en teoría un hombre de la vicepresidenta) anuncia primero que tendrá que prescindir de canales como Teledeporte y finalmente dimite ante la impasibilidad de la mayor parte de los políticos (incluidos, ¿o especialmente? los de su partido).

Ahora ya sabemos quién es el encargado de seguir el trabajo: José Antonio Sánchez, que ya fue Director General en la época de Aznar y que ahora ejercía las mismas funciones en Telemadrid tiene la difícil misión de ¿reflotar? la cadena pública estatal.

Conociendo su trayectoria y los magníficos datos de Telemadrid podemos esperarnos lo peor.

Al menos no nos va a caber ninguna duda sobre la imparcialidad de los informativos.

¿La medición de audiencia beneficia a los canales grandes?

Yo he ido pocas veces a un juzgado.

Hace ya unos cuantos años, a mediados de los noventa, me llamaron para declarar como testigo en un juicio contra Sofres. Un pequeño canal de televisión local les había denunciado porque los datos del medidor de audiencias les perjudicaban.

Como suele ocurrir, el juez no entendía nada sobre el tema, seguramente muy técnico para él. Me hizo unas pocas preguntas, alguna de ellas bastante desconcertante, y me dejó marchar.

Por supuesto, Sofres ganó el juicio y unos años después el pequeño canal local desapareció, como la mayoría de los canales locales de los años noventa.

Leo ahora que la cadena 13TV está preparando una denuncia contra Kantar Media (el actual nombre del medidor, el antiguo Sofres) por favorecer a Mediaset y Antena 3.

Algunos de los argumentos que leo son bastante peregrinos:  partidos de fútbol similares de la Liga Adelante tiene más audiencia en La Sexta que en 13TV. Programas que llegan a ser trending topic luego no tienen grandes audiencias…

¿Por qué creo que son peregrinos?

Una cadena tiene un plus simplemente por tener un número más bajo (6 es menor que 13) porque se llega antes en el habitual zapping secuencial.

Una cadena tiene un plus por llevar más tiempo en el mercado: estará sintonizada en muchos más televisores de muchos más hogares.

Ser trending topic en Twitter tiene poco que ver con la audiencia. Miden dos cosas diferentes.

Ahora, si me preguntan si 13 TV se mide igual de bien que Tele 5 o Antena 3, mi respuesta es no. El grado de precisión con que se miden las audiencias es mayor para las audiencias grandes que para las pequeñas. Un error de muestreo de la misma magnitud (y no nos olvidemos de que se utilizan muestras para medir) afecta más a una audiencia pequeña que a una grande. Pero esto sirve también para programas dentro de una misma cadena: un programa de Tele 5 de las tres de la madrugada se mide con menor precisión que uno de las diez y media de la noche.

Para conseguir una mayor precisión habría que utilizar muestras mucho más grandes. Pero una mayor precisión no daría (o no siempre) audiencias mayores. Simplemente estarían mejor medidas (las de 13TV y las de las grandes cadenas) y sería mucho más caro. En estos tiempos nadie está dispuesto a pagar más simplemente para medir mejor.

El problema por el que 13TV tiene menos participacion en el mercado publicitario que la que cree que le corresponde, no es ese: en un momento de creciente fragmentación, los anunciantes y sus agentes tienden a concentrar su publicidad en un número relativamente pequeño de soportes. Estar en todos sería muy complicado, casi imposible, de gestionar. Esto perjudica a 13TV y a todos los pequeños.

Espero que 13TV finalmente no vaya a juicio: lo perdería.

¡Ah! y si va a juicio espero que no me llamen como testigo.

¿Cuánto te costaría Internet sin publicidad?

Queremos tener todos los contenidos de Internet gratis, sin publicidad y que las empresas que nos dan todo eso no trafiquen con nuestros datos. ¿Estamos en el País de Nunca Jamás, de Peter Pan?

Estos días se está comentando mucho el informe Adblocking goes mainstream (Bloquear la publicidad se hace mayoritario, en traducción aproximada) realizado por la empresa Page Fair, con la colaboración de Adobe. El pasado día 9 Enrique Dans, @edans, seguramente el bloguero más influyente de España, lo comentaba en su blog.

Según el estudio, que es la continuación de otro realizado hace un año, los navegadores provistos de software de bloqueo de la publicidad son ya 144 millones en todo el mundo, una cifra espectacular, pero no tanto como su evolución: en un año ha aumentado un 167%, es decir que casi se ha triplicado.

Dans señala que una gran parte de la publicidad presente actualmente en Internet es molesta, y apuesta por una autorregulación del sector. El problema es que los sistemas de bloqueo no distinguen entre publicidad molesta y publicidad grata, aceptable, por lo que toda se bloquea, sin dar oportunidad a las buenas prácticas. La solución propuesta por AdBlok Plus (que las marcas que lleguen a compromisos que eviten esa publicidad molesta sean incluidas en una lista blanca que pase el filtro) parece un tanto ingenua.

Otro gran influyente en temas de tecnología, Antonio Ortiz, @antonello, en su blog Error 500, se preocupa por el porvenir de los medios ante la situación que puede llegar a producirse. Mientras las personas que bloqueaban la publicidad eran un 1% no había por qué preocuparse; el problema se producirá cuando ese porcentaje llegue al 13 (ahora estamos ya en el 5).

¿Qué ocurrirá con los medios (que se financian con publicidad, no nos olvidemos) cuando los usuarios, en una gran proporción, la bloqueen? Antonio propone dos soluciones: la publicidad integrada en los contenidos (que ahora llaman nativa) y el pago directo a los medios. Pero aunque el estudio de PageFair habla de un 29% de usuarios dispuestos a pagar por contenidos @antonello no lo cree realista. Yo tampoco, al menos en España. Y la publicidad integrada corre el riesgo de situarse en la frontera de lo aceptable si no se identifica claramente como algo separado del contenido editorial del medio.

Hace unas semanas la empresa ebuzzing presentó un estudio sobre este tema en el Reino Unido. En el estudio, realizado por la empresa Censuwide, un 98% de l0s encuestados declaró que no estaba dispuesto a pagar por una Internet sin anuncios. En los casos en que existe una versión premium sin publicidad el 77% de la población nunca paga por ella. Ebuzzing calculó que, en el Reino Unido, cada usuario debería pagar 170€ al año para mantener una Internet con los mismos servicios que la actual.

Creo que las cifras no son extrapolables directamente a España, donde pagar por los medios ha sido siempre un fenómeno muy minorotario. Lo más probable es que el porcentaje de quienes no están dispuestos a pagar sea aún más alto.

Recordemos que cuando Whatsapp anunció que iba a cobrar 89 céntimos de euro al año casi se monta una revolución. En muy poco tiempo se nos había olvidado que antes de la llegada de esta herramienta para mandar mensajes SMS, pagábamos por cada mensaje una cantidad comparable a esa.

Una empresa como Spotify (la plataforma de streaming con mayor volumen de suscripción a nivel mundial) que ofrece música a gusto del consumidor a cambio de escuchar publicidad y tiene una versión premium a un precio muy asequible tiene, según cifras no oficiales, un 25% de usuarios premium a nivel mundial, pero un porcentaje mucho menor en España.

Si queremos seguir recibiendo de forma gratuita los contenidos que disfrutamos ahora en Internet tendremos que estar dispuestos a recibir a cambio publicidad. Otra cosa será que exijamos a los anunciantes y a los publicitarios que encuentren y utilicen fórmulas que sean lo menos molestas que se pueda.

En todo caso, siempre podemos recordar que si el producto que usas es gratis es porque tú eres el producto.