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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

Un buen año cuajado de incertidumbres (I)

Hace ahora tres semanas escribí un artículo para la revista IPMark, en papel. Hoy me ha llegado, el papel se lleva su tiempo.

Ya es el sexto año en que me piden un artículo en el que refleje mis previsiones para el año que empieza. Se publica en el número de la primera quincena del año. Hacer previsiones sobre el mercado publicitario es complicado; lo ha sido especialmente durante estos últimos años. Creo que casi siempre acierto en las grandes tendencias y casi siempre fallo, y estos años aún más, en los detalles. Le pasa a cualquiera.

Como alguna de las cosas a las que me refería cuando escribí el artículo ya han variado ahora, en esta casi reproducción, las apostillaré (las apostillas, en cursiva).

El artículo es largo, así que lo reproduciré en tres posts, no sé si sucesivos.

Aquí va el primero:

Escribo estas líneas la primera semana de enero. Cuando se publique se habrán aclarado muchas de mis dudas. O no.

Bueno, algunas se han aclarado; otras se han acentuado.

Hace más de tres meses que se celebraron las elecciones catalanas y aún no sabemos si se formará Gobierno. Todo parece indicar que no y que volverá a haber elecciones (los catalanes ya están muy entrenados) en marzo. Pero podría ser que tal vez…o quién sabe si quizá.

Así que no sabemos en qué quedará el desafío independentista.

Al final fue que tal vez y tuvimos sorpresa, nuevo Gobierno, con nuevo Presidente y una misión clara: emprender los pasos hacia la ruptura con España. Hay desafío, aun reconociendo que la composición actual del Parlamento no tiene la fuerza suficiente para provocar esa ruptura.

De las elecciones generales sólo han pasado poco más de dos semanas pero, pese a que las fiestas producen un cierto distanciamiento, en lo político se nos han hecho eternas. No parece que nuestros representantes muestren mucha disposición a llegar a unos pactos que, si ya eran necesarios, los resultados electorales han hecho inevitables. Se impone el diálogo, algo a lo que los actuales políticos no están acostumbrados, y la composición de un Gobierno de coalición, lo que obliga a ceder a las partes implicadas, algo aún menos habitual.

Transcurridas tres semanas más no parece haber habido muchas conversaciones privadas (salvo el acuerdo para constituir la mesa del Congreso) y las públicas se limitan a las mutuas descalificaciones habituales. Un mal camino si algún tipo de pacto es ineludible.

En Bélgica estuvieron año y medio sin Gobierno y no les fue mal: se frenaron los recortes y también el endeudamiento. Pero esa no parece una situación posible en España.

China complicó el comienzo de año de las Bolsas

La economía china, que ha sido el motor de la mundial en los últimos años y ya mostró algún signo de debilidad el pasado verano, parece atravesar serias dificultades. En los siete primeros días del año sus Bolsas tuvieron que cerrar dos veces al rebasar la caída diaria del 7% que se había impuesto como tope para proteger a los accionistas. Esas caídas arrastraron a las Bolsas de los demás países, que viven el peor comienzo de año de su historia.

Las caídas siguieron durante las tres primeras semanas; la semana pasada se produjo una fuerte (pero insuficiente) recuperación y de nuevo vuelven a caer. Malos augurios.

Nunca he creído que fiar todo el crecimiento del mundo a los bajos precios de la mano de obra china, a costa de crear aquí paro subvencionado, fuera la mejor idea del capitalismo occidental, así que no sé si el hecho de que esto se rompa es una mala noticia.

Arabia Saudí empezó el año ejecutando a 47 presuntos terroristas, entre ellos uno de los líderes de la minoría chií, lo que ha desatado la ira de Irán, el gran país chií (y ninguna crítica en el Occidente defensor de los derechos humanos) y augura una guerra del petróleo, de momento sólo económica, que nos ha traído los precios más bajos en 15 años. Todo eso pocos días después de que el mundo llegase al mayor acuerdo para frenar el calentamiento global, que a España le pilla con el paso cambiado, en pleno retroceso de las energías renovables.

El petróleo barato, de momento, puede ser una oportunidad.

Los enfrentamientos entre Arabia Saudí e Irán no parecen haber pasado a mayores, pero los saudíes han inundado de petróleo los mercados y los precios siguen bajando hasta límites que, nos dicen ahora, son malos para la economía.

El Daesh (antes llamado Isis o Estado Islámico) sigue campando a sus anchas por medio Oriente Próximo y amenazando a Europa con los ataques de fanáticos islamistas radicalizados. El año pasado la mayor víctima de sus ataques fue Francia pero la limitación de libertades y el aumento de las medidas de seguridad se han extendido a toda Europa. La abundancia de policías en nuestras calles tranquiliza y amedrenta a la vez.

Una Europa que no tiene muy claro cómo afrontar el problema de los millones de refugiados que llegan empujados por ese conflicto. Grecia ha pasado de ser hace un año el problema económico de Europa a ser ahora la puerta de entrada de millones de personas a las que tiene que alimentar en su paso hacia países más ricos.

Dos conflictos, el de los islamistas y el de los refugiados, relacionados entre sí y que no han cesado en este mes, con nuevos episodios, en Burkina Fasso, Somalia y otros lugares y con la continua llegada de refugiados. Y curioso papel el de Grecia, que nadie parece plantearse ahora.

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