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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

Trend Observer: el estudio de tendencias de Ipsos Media

Seguimos con los cumpleaños.

El lunes estuve en Ipsos donde presentaban un estudio de tendencias: el Trend Observer. Me invitó Pedro Molina, un amigo de muchos años.

Resulta que Ipsos cumple sus primeros 50 años en España. Claro que entonces no se llamaba así. Ha tenido diversos nombres, siempre relacionados con Eco, hasta que lo compró la compañía francesa que es ahora su propietaria.

El hecho de ser una gran multinacional hace posibles estas cosas: Trend Observer es un estudio a nivel mundial (Tokio, Londres, París, Nueva York, las cuatro ciudades líderes en innovación) que trata de detectar las tendencias emergentes en el mundo.

Creo que ya dije el otro día que la presentación fue muy interesante; el estudio, desde luego, lo es.

No debo profundizar mucho en la presentación de este año; sólo citaré las dos tendencias claves: este es el primer año del consumo sostenible y por otro lado el todopoderoso consumidor siente cada vez más que tiene los pies de barro. ha ido dejando trozos de su identidad por todas partes y ahora no los puede controlar.

Hoy he visto un anuncio del modelo Prius de Toyota que está muy relacionado con la primera idea.

Ahora tengo delante una presentación que recorre los diez años anteriores del estudio, desde 1997 a 2007.

Se distinguen tres periodos. Entre 1997 y 2000 predominaba el optimismo, teníamos muy clara nuestra sociedad del bienestar, creíamos en el progreso y confiabamos en las redes. Todo lo bueno iba a ser posible y mucho de ello lo haríamos nosotros mismos.

En 2001 pincha la burbuja de internet y las Torres Gemelas son atacadas. Empieza una época (2001-2005) marcada por el miedo y por el hipercontrol; cada vez nos sentimos más vigilados, lo que no impide que podamos ser víctimas de nuevos ataques (Madrid, Londres, Bombay…). Pero también nuestra vida profesional puede resentirse (la Argentina del corralito). Se produce una vuelta a lo clásico y a las raíces nacionales.

Los dos años siguientes han sido los de la transparencia. Por un lado contamos muchas cosas voluntariamente en redes sociales, queremos envases transparentes que dejen ver el producto, se quiere conocer el impacto ambiental de lo que hacemos o consumimos.

Por otra parte nos sentimos indefensos ante el exceso de información sobre nosotros que está diseminada y que alguien puede manejar en nuestra contra.

Todo esto, cómo no, tiene su lado bueno y su lado malo.

Cada uno tiene su manera de verlo.

Yo veo más las ventajas y las oportunidades.

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