Entradas etiquetadas como ‘Violencia machista’

Paramos porque nos sobran los motivos

Por Nerea Novo

Nota de las editoras: Este post ha sido programado para su publicación de forma automática. Porque hoy 8 de marzo, #LasBloguerasParamos

El 2 de marzo se cumplían dos años del feminicidio político de Berta Cáceres, la líder indígena hondureña, feminista y activista por el cuidado del medio ambiente. Dos años en los que los pasos feministas resonaron por todo el planeta e hicieron temblar estructuras milenarias, quasi-sacrosantas, que habrían emocionado a Cáceres.

El 8 de marzo de 2017, un año después de su feminicidio, organizaciones de más de 50 países convocaron un Paro Internacional de Mujeres centrado en el grito Ni Una Menos, como respuesta a la insostenible violencia machista que culmina en el feminicidio, pero que se manifiesta a todos los niveles en los ámbitos social, cultural, económico, político y sexual por todo el mundo. La respuesta fue masiva y solo el principio de un despertar global, diverso y, lo más importante, un despertar sin miedo.

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¡ Por el buen trato ! Concurso de propuestas innovadoras

Por Nieves Lara

Avanza sin parar… Chantajes, desprecios, acoso, violencia sexual, manipulación, agresiones físicas… Y solo nos llega una parte, solo inunda nuestros telediarios una parte. Una parte mínima de un todo que compone la lacra de la Violencia de Género.

A finales del año pasado, sabíamos que más de 1 de cada 4 jóvenes (entre 15 y 29 años) ve como “normal” la violencia machista dentro del seno de una pareja (Barómetro 2017 de ProyectoScopio, Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y FAD) y descubríamos la escalofriante cifra de 1000 mujeres asesinadas en los últimos 15 años.

La Violencia de Género se asienta en un sistema que nos divide y nos obliga a encajar en unos moldes según nuestro sexo. Con él, la libertad y el derecho de poder ser quien queramos ser desaparecen… Nos toca a todas y todos, y por eso, debemos detenerlo.

La violencia no sólo afecta a las mujeres, sino a toda la sociedad. Imagen de TrasTando.

Cada vez son más las herramientas con las que contamos para sensibilizar y trabajar esta violencia con los/as adolescentes pero necesitamos seguir avanzando, poniendo cada vez más baches en ese horrible camino que dibuja la violencia machista. “Pero eso cuesta mucho, profe”, me decía un chico en un taller de los que imparto. ¡Y así es! Cuesta, duele y el esfuerzo será enorme pero cada uno/a de nosotros/as podemos aportar nuestro granito y transmitir la esencia del amor: ¡el amor NO duele, el amor NO resta, el amor SUMA!

Por todo esto y más, ponemos en marcha el I Concurso de Propuestas Innovadoras por el Buen Trato en la Fundación Luz Casanova. Porque sabemos que somos muchas personas las que podemos alzar la voz y gritar contra esta violencia.

¿En qué consiste el concurso? Vídeos, imágenes, canciones, merchandising… todo lo que se te ocurra para sensibilizar a nuestra población adolescente sobre las relaciones de pareja que establecen, poniendo el foco en las alternativas positivas frente a una relación tóxica.

Podrás mandar tus obras hasta las 00:00h del día 10 de febrero y a finales de febrero anunciaremos la propuesta ganadora. La entrega de premios se hará en nuestras Jornadas de Buenas Prácticas y Propuestas Innovadoras contra la Violencia de Género en Adolescentes del 28 de febrero.

Si eres estudiante de Formación Profesional o Universitario/a de la Comunidad de Madrid, ¡no dudes en participar!    Consulta las bases del concurso

Nieves Lara es Psicóloga, Sexóloga y Experta en violencia de género y menores, de la Fundación Luz Casanova

 

 

56 personas que nos faltan

Por Flor de Torres Porras

Nos faltan 48 Mujeres y 8 menores que en 2017 han sido víctimas directas de la violencia de género. Pienso en cifras y personas. Me imagino qué ocurrirá en los días que pasan entre el momento en que genero estas reflexiones y su publicación. Ignoro si cuando lo lean se habrán sumado más mujeres al contador de las víctimas de la desigualdad. A ese recuento doloroso de las víctimas mortales y de sus hijos. Qué historias y qué vidas encerrarán esas nuevas cifras. Y qué inmensa tragedia social que nunca tengamos al día los números mortales de la violencia de genero.

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El amor no duele

Por Flor de Torres 

Más allá de actos, lazos y recuento de víctimas, en la lucha contra la violencia de género aún queda pendiente una revolución desde el interior. Aquella a la que debemos ir juntos mujeres y hombres en armonía e igualdad. Una batalla, una revolución desde la profunda defensa de las víctimas y de sus familias para que el desgarro de la pérdida de vidas no vaya acompañado por la incomprensión y la frustración. Porque el amor no duele.

El amor no duele. Imagen de Vladislav Muslakov en Slack.

Pero esta revolución debe venir también del lado masculino. Hombres y mujeres debemos compartir una idea: la violencia de género está instalada en la desigualdad. La sociedad aún no puede ganar la partida porque, pese a que el Estado y la ley se han volcado en las víctimas, aún se pone en entredicho la violencia de género y se hace contrapeso con falacias sobre falsas denuncias o indeterminados privilegios en la atención a las víctimas.

Se acaba de presentar la Memoria de la Fiscalía General del Estado en la apertura del Año Judicial. De un total de142.893 denuncias en Violencia de Genero en 2016 resultaron condenadas o en causas tramitadas por denuncia falsa sólo 14 de ellas. Solo un 0,01%. Empírica y científicamente queda fuera de toda duda la veracidad y contundencia de la violencia de género.

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Activismo contra la violencia de género

Flor de Torres

Cada vez que me llega una nueva noticia, desgarradora, del presunto asesinato de una mujer, recuerdo las palabras del maestro Eduardo Galeano, que nos dejó el testimonio  de su inmensa coherencia y compromiso contra la violencia de género en reflexiones tan contundentes como esta:

‘Hay criminales que proclaman tan campantes: “la maté porque era mía”. Así nomás, como si fuera cosa de sentido común y justo de toda justicia y derecho de toda propiedad privada, que hace al hombre dueño de la mujer.

Pero ninguno, ninguno, ni el más macho de los supermachos tiene la valentía de confesar: “La maté por miedo”, porque al fin y al cabo el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo’

2017 ya comienza a formar parte de esta dolorosa estadística de violencia hacia las mujeres. Y todo esto cuando aún no nos hemos recuperado de las imágenes de los últimos meses. Como las que hemos visto en la historia de  Esther al  volver a su casa de Alicante: vil y cobardemente esperada por su  maltratador  en el ascensor. Golpeada, arrastrada, empujada, humillada, masacrada, cosificada, maltratada y denigrada. Víctima de golpes directos y certeros que se dirigían contra su integridad física y de la misma forma contra su integridad moral.

Protesta contra los feminicidios. Imagen de J. C.

Esa imagen de la violencia de género a la  que Esther puso rostro, con esas imágenes grabadas en el portal de su casa, es la historia que  normalmente no se ve,  pero que es tan real y trágica como la de cada una de  las mujeres asesinadas.

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Cuando llega el momento de decir basta

Por Nuria Coronado

Cada cuatro minutos una mujer denuncia en España a su maltratador. Un tic, tac de reloj insufrible que marca para siempre a quien solo comete un error: enamorarse de la persona equivocada. Cris Papin, militante y activista en redes sociales del PSOE en Galicia, lo sabe bien. Le duele aún ‘revolver en la basura de esos recuerdos’, pero lo hace porque como dice en su perfil de Twitter lo importante es ser útil. ‘Dar la cara y denunciar a los maltratadores es el principio del fin de una condena impuesta en la que se sufre una humillación indescriptible. Si mi ejemplo sirve para que una sola mujer, se anime a denunciar, habrá merecido la pena porque habrá salvado su vida‘.

Cris Papin, con una compañera de partido. Imagen de Nuria Coronado.

Cris Papin, a la izquierda, con una compañera de partido. Imagen de Nuria Coronado.

Cris conoció a su maltratador con 31 años y siendo madre separada. ‘Me enamoré como una loca de él‘. De su primera relación aprendió que no quería discutir y por ello con su verdugo empezó cediendo parcelas. Ahí comenzó un calvario que duró diez años. ‘Es una espiral que te come y de la que no puedes salir. Una situación que nunca pensé me pudiese pasar a mí, una mujer que me creía con carácter’. Su historia pasó del ‘no me gusta que venga tu madre‘ a lograr que se distanciase de amigos o familiares.  ‘En las pocas salidas a comer o cenar con amigos no abría la boca para no molestarle y evitar así una bronca en casa. Cualquier halago hacía mí era hacerle de menos a él y no estaba dispuesto a soportar o permitir tal agravio’, recuerda.

Con el pasar del tiempo tuvieron un hijo y a los reproches se sumaron los silencios prolongados como castigo, el ser agarrada por el cuello o recibir patadas en las espinillas o en la barriga incluso estando embarazada. ‘Era insoportable. Era su esclava.  Ni siquiera me podía negar a tener sexo con él fuese cuando fuese’. Humillaciones en el cuerpo y en el alma que paró definitivamente hace cinco años (un 11 de septiembre) cuando encontró la fuerza para ponerle una denuncia por maltrato en el cuartel de la Guardia Civil. ‘Ese día dije basta al ver que además de agredirme a mi intentó hacerlo con mi hija de 16 años. Saqué el coraje de madre y me fui a denunciarle’.

Al que de puertas para afuera era un conocido y respetado empresario (además de concejal y compañero de partido) se le cayó la máscara. ‘Desde entonces tiene una orden de alejamiento que durará hasta 2020′ . Aun así tiene una espina clavada. El juez que dictó sentencia reconoce la violencia de género denunciada contra ella y su hija junto a un rosario de siete delitos, pero no contra su hijo. ‘Tiene sentencia de maltrato y para rebajar su pena se declaró culpable, pero el juez ha determinado su derecho a conciliar y a ver a nuestro hijo’, relata triste. ‘Cada vez que tiene que ir con él me llama por teléfono para decirme que le humilla y le veja y me pregunta cuándo será la última vez que tiene que ir’. Por eso Papín clama porque se haga ya un Pacto de Estado que evite este sufrimiento: ‘un maltratador no es un buen ejemplo para sus hijos’.

Esta socialista también ha aprendido que frente a lo que mucha gente piensa, no hay un perfil de maltratada pero sí de agresor: ‘La violencia de género no es que te levanten la mano o te humillen, es un proceso de dominio perverso en el que el maltratador se siente fuerte y no quiere cambiar porque lo ve correcto y la mujer es la que pierde en todos sus derechos. Mi maltratador decía que nuestro matrimonio era lo normal, y el de los demás no‘, recalca.

Aunque la historia de Cris aún no se pinta a todo color, reconoce que por fin, gracias por un lado a su familia y amigos, pero en especial a sus compañeros de partido, a quien estará siempre agradecida ‘por haberla animado y no sentir pena de ella’, ha vuelto a recuperar las ganas de vivir. Su psicóloga que le animó a volver a vivir a través de una pasión y se volcó en dos: la política y las redes sociales. Ha formado parte del equipo de redes de Pedro Sánchez.  ‘Gracias a lo que sabía como community manager y a mi partido he encontrado el camino de nuevo’, dice. También ha recuperado la sonrisa. ‘Tuvo que pasar un año desde que puse la denuncia y me fui con mis hijos hasta que me reí libremente sin mirar a los lados’.

Ojala su valiente testimonio sirva de ejemplo a otras mujeres y sobre le ponga las pilas a quienes tienen el poder  y el deber de pensar en quienes son tan vulnerables como valiosas y valientes.

NuriaCoronadoNuria Coronado es periodista, editora en www.lideditorial.com  y responsable de Comunicación de Juan Merodio

 

La víctima número 54

Por Charo Mármol

‘Recuerdo que andaba liada con el almuerzo, me es imposible olvidar ese día, cuando recibí una llamada de teléfono de Alicia donde me anunciaba que dejaba a Fran y se venía a casa con el niño.  Al fin se decidía. Se suponía que en un par de horas a lo sumo se reuniría conmigo, pero tardaba. Intenté localizarla a través del móvil, imposible, no contestaba, imaginé que podría estar conduciendo. Esperaría un poco más. Fue tomar aquella decisión y sonar el teléfono de casa. Jamás pude imaginar lo que habría de escuchar. Mi hija estaba ingresada en el hospital, presuntamente, como oficialmente había que denominarlo, por agresiones físicas de su marido. Creí que el mundo se hundía a mis pies’.

Esto que acaban de leer forma parte de uno de los relatos que hemos recibido en la convocatoria del I Concurso de Relatos Cortos sobre Violencia de Género que hemos convocado en la Fundación Luz Casanova.

Entonces me di cuenta de que podría haber sido la víctima número 54. Imagen de TrasTAndo

Entonces me di cuenta de que podría haber sido la víctima número 54. Imagen de TrasTAndo

A los dos meses de mi embarazo empezaron los golpes y las palizas. He denunciado tres veces, pero las  dos primeras  volví a tomar contacto con él y me volví a creer las mentiras que me decía y las promesas que me hacía. La tercera denuncia fue porque él me dio una gran paliza;  me tuvieron que ingresar en el hospital y operarme, me rompió la mandíbula.

Entonces me di cuenta de que yo podía haber sido la víctima número 54. Nunca  olvidaré este número, ni el día en que mis amigas me  preguntaron dónde tendrían que llevarme la próxima vez las flores, si al hospital o al cementerio. Entonces me di cuenta que mi carrera era hacia el cementerio, que no iba a ninguna otra parte’.

Esto corresponde a una historia real. Es la historia de Maribel (por supuesto es un nombre ficticio). He quedado con ella en una soleada mañana del mes de mayo. Tiene 31 años y tres hijos. Hace cuatro meses que está en el Centro de emergencia  Luz Casanova. La veo tranquila, contenta, con ganas de hablar, aunque durante nuestra conversación, en un par de ocasiones, su voz se entrecorta y los ojos se le llenan de lágrimas al rememorar lo vivido.

Es ella la que ha pedido hablar conmigo. Muchas mujeres no quieren hablar, quieren olvidar el calvario por el que han pasado. Maribel quiere hablar porque quiere decir algo a las mujeres que viven una situación como la que ella ha vivido: ‘Yo quiero contar mi historia para decirles a las mujeres que viven una situación como la mía que hay salida y que hay mucha ayuda. No estamos solas. Porque eso es lo que piensas cuando está viviendo el infierno de los malos tratos, ¿adónde voy con mis hijos tan pequeños?. Hay salida y hay mucha gente que está dispuesta a ayudarte. Simplemente hay que descolgar un teléfono y llamar. No hay que llegar al extremo de verte en un hospital. El no va a cambiar, no cambian porque yo le he dado mil oportunidades y a él nunca le he importando, porque si le hubiera importado algo no me habría hecho lo que me ha hecho. El amor no golpea, y esa es la única forma de querer de “ellos”, los golpes  y los celos  es la gran enfermedad que tienen’

En nuestra conversación le pregunto cómo se encuentra ahora después de este tiempo en la Casa. ‘Cuando denuncio y llego a la casa no podía hablar mucho. No sabía si lo que estaba haciendo estaba bien o mal. Estaba muy confundida.. No podía hablar no sólo porque no tenía apenas habla sino porque no sabía bien lo que estaba haciendo, si estaba bien o mal. Me sentía culpable porque él estaba en prisión preventiva. Yo me preguntaba ¿qué he hecho? El está en la cárcel por mi culpa. En ese momento me sentía culpable, pero yo no lo he metido en la cárcel, el sólo lo ha hecho: duerme y despierta en una celda porque él lo ha querido’  Continúa ‘He llegado a este punto con mucha ayuda de las profesionales de aquí, me he dado cuenta de que yo no había hecho nada. Aquí me han ayudado a verbalizar y poner nombre a lo que vivía: yo era una mujer maltratada aunque cuando  lo estaba viviendo y oía hablar de los malos tratos,  pensaba: yo no estoy viviendo nada de esto, él no es tan malo…. No quería poner nombre a lo que estaba viviendo….’

Seguimos hablando y me habla de sus hijos y de la fuerza que recibe de ellos para emprender esta nueva etapa de su vida. ‘Si miro al futuro quiero vivir y quiero ser feliz. Doy gracias a Dios porque tengo otra oportunidad para estar con mis hijos, doy gracias a Dios por mi familia y por mis hijos, sobre todo por mis hijos que ahora cuando les miro pienso que podría haber dejado a tres niños pequeños sin madre, esto para mi es muy importante, el estar viviendo con ellos esto es lo que me da la fuerza, todo la fuerza que me faltaba me la han dado mis hijos’

Mi conversación con Maribel acaba y ahora leo los relatos enviados al Concurso. Muchos son terribles, pero como tantas veces la realidad supera a la ficción. Cuando escribo estas líneas 28 mujeres han sido asesinadas en España sólo por el hecho de ser mujeres. Muchas otras viven en silencio y en soledad un verdadero calvario.

Hay salida. Solo hay que descolgar el teléfono y marcar: 016

Video de la casa de acogida Luz Casanova:

Charo MármolCharo Mármol es comunicadora, feminista, militante de causas perdidas y autora del blog La mecedora violeta.

 

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Tirar la piedra y esconder la mano

Por Maribel Maseda

Hace unos meses  vi estupefacta una parte de una película de la década de los 50 en la que el marido de una señora la ponía sobre sus rodillas y la azotaba mientras ella sollozaba. El hijo pequeño le decía ‘¡mamá!, papá te está pegando!!’ a lo que el padre respondía con absoluta normalidad ‘claro, hijo’. Y el hijo  replicaba mirando con fascinación la escena:  ‘¡entonces es que papá te quiere, mamá!’ y a la madre se le iluminaba la cara y recibía entonces los azotes feliz, sin sollozos.

Ejemplo de campaña contra la violencia dirigida a las mujeres. Imagen: JSE

Ejemplo de campaña contra la violencia dirigida a las mujeres. Imagen: JSE

‘¿porqué no le deja?’. ‘Cómo puede seguir con él?’-

’con toda la información que hay hoy en día, ¿cómo siguen metiéndose en relaciones así?’-

La única parte real de esta escena es la de que el maltratador realmente se cree en el derecho y el poder de pegar a su mujer, no porque la quiera, sino porque la cree ‘suya’. Nos preguntamos porqué la violencia contra la mujer continúa y lo hacemos sin tomar conciencia de la cantidad de mensajes contradictorios que se dictan y se consienten.

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Sobrevivir

Por Flor de Torres

Decir ‘violencia de género’ es hablar de tragedias personales y a la vez familiares. Es hablar de una tragedia que arrastra  víctimas de todos tipos: un dolor que va mucho mas  allá de un asesinato. Tragedias  que se multiplican entre familiares y que se arrastrarán de por vida y en generaciones posteriores.

Dolor en la familia. Imagen de TrasTando.

Dolor en la familia. Imagen de TrasTando.

Siempre me preocupa mucho pensar cómo se puede sobrevivir siendo madre  de una  victima de violencia de género. O siendo el  hijo de una mujer asesinada por tu padre.  Para darme una respuesta está a mi lado Luva Petrova, madre de Irina y abuela de Sergio, asesinados  por la violencia de género de su pareja y padre respectivamente. Sergio apenas tenia 8 meses y estaba siendo amamantado por Irina, su madre, en su casa de Málaga. Hablo mucho con Pilar Gallardo, que intenta sobrevivir  sin su hija Leonor asesinada por su padre en el régimen de visitas en Campillos (Málaga): una víctima de la violencia de genero cuando apenas había cumplido 7 años. Siento la tragedia de la familia de Ana Padilla: cuando Ana fue asesinada por su pareja, toda la familia -su madre, sus hermanas y sus dos hijos- se volcó en el activismo contra la violencia.

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Celos y violencia: en la frontera del Derecho

Por Flor de Torres flor de torres nueva recortada

Que una mujer ponga fin a una relación sentimental de forma unilateral nunca debe servir para justificar conductas violentas por parte de su pareja. Los celos envuelven esas reacciones tras las rupturas. Pero son solo eso: su envoltorio. No la causa ni el fin de las mismas. Su origen es la posesión y su consecuencia es la violencia de género. Por tanto nunca servirán para atenuar una conducta ilegal como es la violencia de género basándose en un estado pasional. Esta afirmación categórica encuentra su eje en la igualdad de hombres y mujeres, en el Artículo 14 de nuestra Constitución y desde luego en el sentido común. Y aparece refrendada doctrinalmente por el Tribunal Supremo: En una muy reciente sentencia donde se concluye que ninguna conducta de violencia hacia las mujeres puede tener su atenuación basada en un ‘estado pasional‘ o en el difuso concepto de ‘celos’ (salvo casos excepcionales y contrastados pericialmente con oscurecimiento grave de sus facultades psíquicas y disminución de la inteligencia y voluntad, excediendo del leve aturdimiento que suele acompañar a los delitos de violencia de género, y basados en causas de enfermedades previas).

El celoso extremeño

Ilustración de ‘El celoso extremeño’ de Miguel de Cervantes. Imagen: Editorial Kapelusz.

Porque en palabras del Alto Tribunal ‘las personas deben comprender que la libre determinación sentimental de aquellas otras con las que se relacionan no puede entrañar el ejercicio de violencia alguna en materia de género… La actuación se ha de producir dentro de un cierto sentido ético ya que su conducta y sus estímulos, no puede ser amparada por el Derecho cuando se apoyan en una actitud antisocial reprobada por la conciencia social imperante… Los celos no constituyen justificación del arrebato u obcecación (STS 904/2007, de 8 de noviembre). El desafecto o el deseo de poner fin a una relación conyugal o de pareja no puede considerarse como un estímulo poderoso para la parte contraria y no tiene eficacia para sustentar una posible atenuante de arrebato u obcecación (SSTS 1424/2004, de 1 de diciembre y 201/2007, de 16 de marzo)’.

Afirmaciones como esta sientan doctrina. Reajustan y deconstruyen los falsos mitos del ‘amor romántico‘ unido al difuso concepto de ‘celos‘ o  ‘estado pasional‘ para justificar conductas que hoy son delitos de violencia a la mujer amparadas en el arrebato y la obcecación que produce el abandono. Porque toda relación debe desenvolverse en un plano de igualdad. Como la única que debe prevalecer.

Esos falsos mitos sobre la violencia de género están basados en creencias estereotípicas. Son falsedades se sostienen amplia y persistentemente, y sirven para minimizar, negar o justificar este tipo concreto de violencia. Y lo que es peor: para darle carta de naturaleza o atenuar conductas que denigran y devalúan la igualdad de las mujeres.

Tengamos argumentos para rebatirlos, los ojos, los oídos, los sentidos bien abiertos pues parecen surgir nuevos modelos que desarrollan un discurso a menudo paternalista y falsamente instalado en la igualdad que nunca han creído. Y es necesario tener el refuerzo legal de Resoluciones tan claras y ejemplares como estas del Tribunal Supremo.

No se pueden legitimar los discursos disfrazados de igualdad pero que mantienen ejes de control a la mujer basados en el modelo que precisamente critican, cuestionando, negando y poniendo en duda tanto las situaciones de discriminación que padecen las mujeres como las medidas para corregir estas desigualdades.

Pero: ¿por qué ignoran realidades contrastadas empírica y judicialmente? ¿Cómo combatirlas? ¿Cómo desnudar el disfraz de los salvadores, los protectores que no creen en la igualdad como antídoto de la violencia de género? ¿Qué lenguaje? ¿Qué construcción hemos de utilizar para que se instalen en el discurso de la igualdad y no vuelvan con por el mismo camino que renuncian para cuestionarla?

Tal vez ignoren -o no les importe- que la ONU manifieste constantemente que ‘la forma más común de violencia experimentada por las mujeres en todo el mundo es la violencia dentro de la pareja’. Cabría comenzar por destruir definitivamente el sistema patriarcal tan pegado a la propiedad y a la posesión, donde se legitiman conductas basadas en los celos y que derivan en la violencia de género.

Por ello los celos no tienen el acogimiento social ni mucho menos el legal en la violencia a la mujer. Los celos son un pariente muy lejano del amor, una falsa sensación del querer. Encierran el miedo a la pérdida y una profunda inseguridad. Y es que los celos se adentran en la propiedad y en la cosificación. Son expresiones de posesión y como tales, antídotos de libertad. Están del lado de la cobardía. Son la antesala de la violencia de género.

Y por ello los celos no tienen ningún encaje legal ni social. Resoluciones como esta del Tribunal Supremo sirven para indicar el camino de la igualdad porque nos ayudan a deconstruir la desigualdad tan profundamente enredada en la violencia a las mujeres. Y lo estamos haciendo paso a paso edificando el sólido edificio de la igualdad desde sus cimientos.

Flor de Torres Porras es Fiscal Delegada de la Comunidad Autónoma de Andalucía de Violencia a la mujer y contra la Discriminación sexual. Fiscal Decana de Málaga.