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Desenfocada

Por Flor de Torres Flor de Torres + nueva

Desenfocada es estar sometida a perturbaciones continuas, a incertidumbre, angustia, al desconocimiento de prioridades. Es estar presa.

Enfocada es identificar prioridades, conductas, aptitudes que dirigen tu existencia con el único aliado de la libertad.

Enfocarse es vivir en libertad. Ser libre. Desenfocarse es dejarse arrastrar por la tormenta de la violencia de género.

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Y es que el tercio de la población aún sigue conviviendo y tolerando el control del agresor como forma de relación de pareja. Un 32,6% de hombres lo ve inevitable y un 29% de mujeres tolera la violencia de control en la mujer en determinadas circunstancias. Ello según la encuesta de la Universidad Autónoma de Madrid sobre el impacto de la percepción social de la violencia de género.

Parte de los encuestados legitiman así la situación de mujeres que están atrapadas por el terror ambiental, el miedo a vivir, el sometimiento, el ataque a la integridad moral, el chantaje emocional, la ira, la posesión, la manipulación del sentimiento, la coacción, la amenaza vedada, la injuria, la agresión moral y verbal. Mujeres que desenfocan el problema como víctimas sin verlo.

Estos encuestados, mujeres y hombres, toleran la violencia psicológica sin verla. La desenfocan porque no se materializa en la agresión del cuerpo pero sí en el alma, porque es la no visible. Y es que sin enfocar no se ve y no se siente. Se toleran como algo ‘inevitable’ o ‘justificable en determinadas circunstancias’ la violencia psicológica y los micromachismos. Pero es pura matemática: cuando la severidad de la manipulación no alcanza los resultados esperados, vendrá de forma inmediata la agresión física.

Esta tolerancia a la violencia de género invisible la desenfoca y nos impide ver la violencia psicológica en toda su extensión. Es irreconocible en esa parte de la población que aun siente que los celos y la propiedad son parte del amor y que ignoran la forma de amar en libertad: Sin posesión ni cosificación.

Por ello hay que enfocar bien la cuestión. Enfócate. Observa las conductas y comportamientos de control y dominio de “baja intensidad”, naturalizados, invisibilidades y legitimados que son realizados impunemente con o sin conciencia de ello. Su objetivo es el control, el poder, el aislamiento como actos previos a la violencia de género. Y esas legitimaciones son los micromachismos. Un concepto acuñado por el profesor Luis Bonino, Psicólogo, terapeuta y director del Centro de estudios de la Condición Masculina.

Los micromachismos hacen tolerables comportamientos que son auténticos obstáculos y resistencias a la igualdad de las mujeres en lo cotidiano por parte del futuro maltratador. Micro-machismos que surgen como previas formas de dominación ocultas incluso a las que lo padecen y son sus destinatarias: Las mujeres en el ámbito de la pareja y que derivaran en violencia de género. Es un poderoso predictor de ella.

Y así conviven con nosotros en el dia a dia sin dar la cara, tolerados y naturalizados. Para Bonino, los micromachismos utilitarios fuerzan la disponibilidad de la mujer de diversos aspectos ‘domésticos y cuidadores’ del comportamiento femenino tradicional, para aprovecharse de ellos. Se realizan especialmente en el ámbito de las responsabilidades domésticas, los micromachismos encubiertos, abusan de la confianza y credibilidad femenina ocultando su objetivo, los micromachismos en crisis fuerzan la permanencia en el statu quo desigualitario cuando éste se desequilibra, ya sea por aumento del poder personal de la mujer, o por disminución del varón precede a los micromachismos coercitivos que sirven para retener poder a través de utilizar la fuerza psicológica o moral.

Por ello tras un aislamiento doméstico, tolerado y de pareja encubriendo el objetivo de la dominación como forma ‘justificable’ e ‘inevitable’ como recoge la encuesta, se está transitando desde la ‘normalidad’ al micromachismo y de ahí como su antesala a la violencia de género. Y por el abuso de la desigualdad que lleva al estado de crisis al uso de la fuerza (psicológica o moral).

Observémoslo y no lo toleremos. Enfoquemos los micromachismos. Es el tránsito necesario para dejar de desenfocarlos. No consideremos el control como inevitable o justificado, sino simplemente nocivo, tóxico y predelictivo. Solo así tendremos el privilegio de pasar de las prisiones de la violencia de género y del micromachismo a un amor en libertad.

 

Flor de Torres Porras es Fiscal Delegada de violencia a la mujer y contra la discriminación sexual y de género en Andalucía.