Por Eloisa Molina
«Después de graduarme en 2001, me ofrecí voluntariamente como formadora en temáticas de conciencia de género y promotora de salud y nutrición en un campamento de desplazados internos durante dos años», dice Dora Wani. Entonces arrancó su pasión por la ayuda humanitaria, una pasión que se convirtió en trabajo durante 16 años. La cooperante nació y vivió en Jartum, Sudán, hasta que su familia, incluidos sus cuatro hermanos, se mudaron a Sudán del Sur en 1987, donde estudió educación secundaria. Sin embargo, el conflicto por la liberación del país estalló y tuvo que regresar a Jartum en 1990 como refugiada, un hecho que le marcó para el resto de su vida.