Por Carmen García Huerta
¿Qué hacemos con las ilustradoras? Me refiero a ellas porque yo lo soy, pero muy posiblemente esa pregunta se pueda aplicar a otros campos profesionales. Soy ilustradora y la poca sociología que yo pueda aventurar se limita a mi pequeña parcelita. Llevo ya un porrón de años dedicándome a lo mío, y no sé si lo que ocurre ahora es mejor o peor que lo de antes. Porque hace unos años yo era ilustradora en general; es verdad que, como en todo, éramos menos chicas, pero nunca sentí que mi trabajo fuera percibido distinto por tener mano femenina, y yo no producía nada deliberadamente desde mi condición de mujer. Y aquí pregunto, hombre: ¿te imaginas produciendo desde tu condición de varón? Aposta, quiero decir. ¿A que tú tampoco puedes? ¿A que te sientes universal y no peculiar? Yo también. Sin embargo, ahora resulta que soy ilustradora, pero muy acabado en «A»…