Por Beatriz Blanco
La semana pasada, el 8 de marzo, el violeta se mezcló con el negro en las calles por las mujeres muertas por violencia de género y se realizó un paro simbólico en muchos lugares del mundo para reivindicar la igualdad. Desde la Fundación Luz Casanova nos unimos al Paro Internacional de Mujeres y nuestras voces se alzaron junto a las de miles de mujeres de más de 23 países. El objetivo: conseguir que la igualdad sea una realidad y ninguna mujer sufra injustas condiciones laborales, exceso de cargas de trabajo, sueldos inferiores, abusos sexuales, violaciones, matrimonios forzados… ni mucho menos que sean asesinadas. La Fundación Luz Casanova, junto con otras organizaciones también decoramos la madrileña Plaza de Chamberí con mandalas tejidas en distintos talleres de igualdad. Porque #MadridNecesitaFeminismo
Hubo quién planteó: ‘¿y para cuándo el día de los hombres?’ La respuesta, sencilla: ojalá que no existiese el Día de la Mujer, porque ello significaría que se ha acabado con desigualdad salarial (en torno al 24%), que ya se ha roto el techo de cristal, y por supuesto que ya no existe violencia de género en ninguna de sus manifestaciones.
Está claro que algo no se hace bien cuando cada año siguen muriendo a manos de sus parejas o ex parejas una media de sesenta mujeres y solo el 1,8% de la población, según el CIS de enero, lo considera un problema grave. Es casi inconcebible esta percepción, sobre todo porque las muertes son solo la punta del iceberg del maltrato.