Por Flor de Torres Porras
El patriarcado es un concepto con una fuerte carga ideológica que en la medida que se avanza en igualdad se desarma como noción, maquinaria e idea.
Ha tenido la capacidad de construirse milimétricamente en una estructura social e histórica tras años, siglos y milenios. Pero no se acostumbra a su desarme. Y es que en la medida que avanzamos en igualdad: Pierde poder.

Imagen de la justicia. Dublin Castle. Fotografía: B. de la Banda
La perspectiva de género y su explicación desde la visión patriarcal es un terreno resbaladizo en todas las relaciones de poder, instituciones, relaciones sociales, académicas, asistenciales, intelectuales e incluso jurídicas donde se supone que la Justicia ha de primar.
Y es por ello que surgen discursos muy interesados con la expresión post-patriarcado para rubricar realidades supuestamente más avanzadas, o emergentes, en cuanto al disfrute de condiciones de género supuestamente cada vez más igualitarias. Pero caen en su propia trampa, pues no se puede avanzar, construir una cultura post- patriarcal sin estudiar, reconocer y dar por hecho el porqué de su previa existencia. Tan solo con su desvalor y negación.