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Sin mujeres no hay democracia

Por Laura Hurtadolaura hurtado

La ausencia de mujeres en el nuevo Gobierno griego ha desatado las críticas de miles de personas en todo el mundo, ya sea a través de las redes sociales, en tertulias o debates en la calle. El hashtag #SinMujeresNoHayDemocracia ha sido trending topic y es que a la gente cada vez le cuesta más entender que no se incluya a las mujeres en los espacios donde se toman las decisiones. Allí donde, en definitiva, se decide lo que nos afecta a todos (y a todas).

Desde Oxfam Intermón promovemos la participación de las mujeres en la política. En la foto, asistentes al Congreso Mujeres y Paz de Colombia de 2013, donde se pedía más presencia de mujeres en las negociaciones de paz. (c) Pablo Tosco / Oxfam Intermón.

Desde Oxfam Intermón promovemos la participación de las mujeres en la política. En la foto, asistentes al Congreso Mujeres y Paz de Colombia de 2013, donde se pedía más presencia de mujeres en las negociaciones de paz. (c) Pablo Tosco / Oxfam Intermón.

Lamentablemente, estamos muy acostumbradas a que prescindan de nosotras en los círculos de poder. La presencia de mujeres en los parlamentos del mundo ronda el 14%. En las grandes empresas, en los puestos más elevados, también brillamos por nuestra ausencia. Y es bastante habitual que no se nos escuche en temas en los que tenemos mucho que decir, como por ejemplo, sobre violencia o el aumento de la desigualdad. Por ejemplo: las mujeres solo representan un 8% en las negociaciones de paz, aunque representan el 90% de las víctimas de las guerras, según la ONU.

Desde Oxfam Intermón hace muchos años que apoyamos a las mujeres para que participen activamente en todos los espacios de decisión. Ya sea en casa, en el trabajo, en las calles y las plazas, y también en los órganos de gobierno: locales, nacionales, regionales e incluso internacionales. Promovemos que se organicen, que se formen políticamente, para que puedan defender y exigir sus derechos. Que sus voces sean escuchadas donde se “cocina” su presente, y su futuro.

No es fácil meterse en política. Y menos para una mujer en el contexto antes descrito, ocupado principalmente por hombres. Hace poco entrevisté a una activista ecuatoriana, Johanna Izurieta, coordinadora de la Fundación Yerbabuena. Se acababa de inscribir a un movimiento político y presentado a unas elecciones y explicaba que se sentía ‘como una exploradora que se adentraba en una selva tupida, un gran desafío lleno de obstáculos’.

Su país, Ecuador, como Costa Rica y Nicaragua, son los únicos de América Latina que han conseguido paridad en la conformación de las listas para elección popular. Eso garantiza que sus Parlamentos tengan un elevado número de mujeres (en Ecuador es del 35%). ‘Un porcentaje que sería mucho más reducido, e incluso nulo, si no fuera obligatoria la paridad en la conformación de las listas‘, asegura Izurieta que sabe que ‘el acceso de las mujeres a la política es todavía difícil. Las mujeres debemos negociar en el seno de nuestras familias, por el tiempo que demanda la política. Y además, tener recursos o apoyos financieros fuertes para que la participación tenga posibilidades reales de elección’.

Sin embargo, las mujeres como Johanna, que han dado los primeros pasos en esta selva llamada política, no van a rendirse fácilmente. ‘Estoy convencida de que es importante que las mujeres tomemos todos los espacios públicos, realicemos propuestas de políticas públicas y exijamos el avance en nuestros derechos’. Ellas están haciendo camino para que otras mujeres las puedan seguir en esta odisea. Se necesita más preparación, más formación, y múltiples recursos para que haya más mujeres en el poder. Pero sin ellas, no habrá democracia. Sin ellas, el mundo no será justo.

Laura Hurtado es periodista y coordina el proyecto Avanzadoras de Oxfam Intermón.

Olga transita hacia la libertad

Por Andrea DiezAndrea Díez 70px

Yo las veía pasar‘ cuenta Olga, 47 años, mamá de un hijo y alguna vez residente en El Carmen de Bolívar, uno de los tantos territorios castigados por el conflicto armado colombiano. “Traían consigo a sus hijos pequeños, yo las miraba pasar y veía su agonía”. Pero Olga intuía, por aquellos años, que un hilo invisible la unía con esas mujeres que bajaban de la montaña: “ellas, víctimas del conflicto colombiano, y yo, de la violencia de pareja…”, recuerda, y también que en aquellos años no podía reconocerse como víctima “pese a que guardo cicatrices de tantos golpes en mi cabeza”.

Un día la violencia política también golpeó su puerta. Al igual que esas otras mujeres, huyó de su casa a la medianoche, cargando a su hijo, y se convirtió en una desplazada más. O no. Porque mientras corría en la oscuridad Olga se repetía: “soy libre, soy libre, hasta hoy me hiciste daño”.

Las escuelas de formación política ayudan a miles de mujeres como Olga a ser lideresas capaces de luchar por sus derechos (c) Funsarep

Las escuelas de formación feministas acompañan a miles de mujeres como Olga para que exijan sus  derechos (c) Funsarep

Fue Arjona el pueblo que la recibió, a ella y a otras mujeres, y FUNSAREP la organización que le abrió sus puertas para que su cuerpo y su corazón pudieran, por fin, iniciar un camino nuevo. Olga fue una de las participantes de la Escuela de formación que acompaña a las mujeres en la exigibilidad de sus derechos a Verdad, Justicia y Reparación, aprende de ellas y les da herramientas para que sean sujetas de derechos, ya no más víctimas.

Hoy Olga es lideresa de una organización vecinal de mujeres. Da conferencias. Creó una casa de acogida para mujeres víctimas de violencia. Por eso, cuando los organismos internacionales se preguntan: ¿vale la pena seguir invirtiendo en las escuelas de formación para mujeres? me sale responderles: pregúntenle a Olga. Ella es una de las 16.000 mujeres que en los últimos cuatro años ha participado de procesos de formación de organizaciones feministas y del movimiento de mujeres en el marco del convenio “Formación y Empoderamiento de mujeres populares y diversas para la construcción de Nuevas Ciudadanías en Colombia, Perú, Ecuador y Brasil”. Ella es una de las miles que se convirtió en líder, dirigente, activista política, militante, mujer política para transformar las injusticias. Una de las miles que hoy, gracias a la oportunidad de romper el aislamiento que les ofrecen las Escuelas de Formación feministas, puede decir: “me duelen las mujeres abusadas. Porque yo soy mujer. Por eso trabajo con las mujeres en mi barrio. Por eso ellas se sienten libres”.

 

Andrea Diez es Responsable Regional de Programas de Derechos de las Mujeres para América del Sur en Oxfam Intermon, feminista y licenciada en Comunicación Social.

Mayte Martínez: el deporte como escuela de vida

Por Laura Martínez ValeroLaura Martínez Valero

El deporte, muchas veces asociado únicamente al cuidado del cuerpo, es mucho más que una actividad física. Es una forma de educación y de sensibilidad hacia los problemas sociales. Así lo ve la ex atleta española Mayte Martínez: ‘A mí el deporte me ha dado valores como el respeto, la solidaridad o el compañerismo’, afirma. Valores que actualmente, Mayte intenta transmitir a sus alumnos y alumnas en la escuela de atletismo Mayte Martínez Racing que dirige en Valladolid. ‘Queremos que los chavales a la vez que aprenden atletismo se formen con valores. No queremos niños que tengan un alto rendimiento deportivo, lo que queremos es que vengan a aprender, a jugar, a divertirse, a compartir experiencias con otros compañeros y sobre todo a respetar’.

Mayte Martínez y Chema Martínez durante la presentación del Oxfam Intermón Trailwalker Madrid, que tendrá lugar los días 5 y 6 de julio

Mayte Martínez y Chema Martínez durante la presentación del Oxfam Intermón Trailwalker Madrid, que tendrá lugar los días 5 y 6 de julio. (C) Ana Sara Lafuente / Oxfam Intermón

Por ello, Mayte no ha dudado en apoyar este año el Oxfam Intermón Trailwalker, una carrera solidaria en la que equipos de seis personas, cuatro corredores y dos de apoyo, recorren juntos 100 km en un tiempo máximo de 32 horas y deben recaudar al menos 1.500 euros antes del día del evento, que se destinarán a los proyectos de la ONG en todo el mundo. ‘Afortunadamente cada vez se está buscando más, sobre todo en el deporte popular, una vertiente muy marcada de deporte y solidaridad. Yo, como deportista ahora ya popular, estoy encantada de poder participar y que haya muchísimas iniciativas en las cuales los beneficios recaigan en causas y gente que realmente lo necesita’, explica.

Hacer 100 kilómetros en 32 horas puede parecer demasiado, incluso aunque haya un trasfondo social. Sin embargo, los casi 500 equipos que participaron en la edición de Girona de este año y los 130 equipos que ya se han inscrito para la edición de Madrid de los próximos 5 y 6 de julio (cuyas inscripciones estarán abiertas hasta el 15 de junio) parecen confirmar lo contrario. ‘No es un reto sencillo, pero yo creo que eso también es lo que motiva. Si fuera hacer cinco kilómetros yo creo que perdería parte del atractivo. Con un poquito de entrenamiento, mucha motivación y ganas es totalmente asumible’, afirma Mayte.

Motivación y firmeza no le faltan a Mayte a la hora de reivindicar otros retos como la igualdad de la mujer o que se dé mayor relevancia informativa al deporte femenino. “En los medios de comunicación somos las grandes olvidadas y al final que un deportista tenga más o menos reconocimiento depende de que su cara, sus resultados y sus hazañas estén en los medios. Un ejemplo muy evidente es coger cualquier periódico o mirar en internet. O te vas a al apartado específico de ‘mujeres y deporte’ o las portadas deportivas prácticamente las acaparan ellos al 100%”, explica Mayte. Esta desigualdad tiene dos vertientes: la propiamente deportiva y la directiva. ‘Hay muy pocas mujeres que estén dirigiendo federaciones, organismos relacionados con el deporte o clubes. No deja de ser un reflejo de nuestro papel en la sociedad, en la que también es difícil ver a mujeres en consejos de administración, que están ocupados en grandes porcentajes por hombres’. Por esta y otras causas seguirá trabajando Mayte Martínez, para cambiar el mundo a través del deporte.

Laura Martínez Valero trabaja en el equipo de comunicación de Oxfam Intermón y participa en el proyecto Avanzadoras

República Dominicana: vencer el ‘huracán desigualdad’

Por Susana ArroyoSusana Arroyo

Los desastres no son naturales. Las lluvias y las tormentas sí, pero sus efectos sobre la vida de las personas pueden evitarse; o al menos reducirse, y mucho. Eso lo sabe bien Flor Deli Cabrera, productora de leche y dirigente de la Federación de Campesinos Independientes Mamá Tingó, que a sus 54 años presume de recordar cada uno de los huracanes que han azotado a su comunidad, Las Terreras, en la República Dominicana: “Los recuerdo todos desde que tengo uso de sentido. En el huracán David, en 1979, perdí las vacas; lo mismo me pasó con Olga y Noel en 2007”.

Flor Deli no habla con tristeza, sino con el temple de quienes llevan toda su vida volviendo a empezar, sacando fuerza de donde parece no haberla. “En 2012, el huracán Sandy nos dejó sin nada de la noche a la mañana, pero nos levantamos y luchamos por la comunidad, porque eso siempre vale la pena”, asegura. Ella habla también con la esperanza y el poder que nacen de su capacidad (y de la de su gente) de salir adelante.

Pero el más destructivo de todos los desastres que afectan a esta isla del Caribe es la desigualdad: el 42,2% de la población dominicana es pobre, aunque el crecimiento económico del país supera al de la región latinoamericana. ¿Por qué? Gracias al turismo, la minería y la exportación de azúcar, la economía ha crecido de manera sostenida durante las últimas décadas, pero también lo ha hecho la brecha social. Cada vez hay menos gente que tiene mucho y sigue habiendo mucha gente que tiene poco, debido a la escasa inversión pública, el debilitamiento del Estado y la ausencia de políticas económicas y fiscales que redistribuyan la riqueza. Ahí nace la verdadera tragedia.

Cuando es desigual el acceso a la salud y la educación, a la vivienda digna y a los recursos productivos es cuando miles de personas, como Flor Deli, quedan sobreexpuestas a huracanes, tsunamis y otras amenazas a las que se enfrenta el país. Esa injusticia, como los desastres, tampoco es natural.

Flor Deli Cabrera ya sabe cómo reducir el impacto de los huracanes que cada cierto tiempo la obligaban a volver a empezar (c) Fran Alonso / Oxfam Intermón

Flor Deli Cabrera ya sabe cómo reducir el impacto de los huracanes que cada cierto tiempo la obligaban a volver a empezar (c) Fran Alonso / Oxfam Intermón

Aumentar el poder de las personas

¿Cómo romper ese círculo desastre – recuperación – desastre otra vez? ¿Cómo evitar que la desigualdad nos gane la partida? Pues construyendo poder. Preparamos a las comunidades para que conozcan sus amenazas, incrementen sus capacidades y recursos para afrontarlas y exijan a las autoridades su derecho a recibir una atención de calidad antes, durante y después de las emergencias. A la vez, de la mano de organizaciones locales socias, solicitamos al Estado políticas públicas que reduzcan la pobreza y la desigualdad, que protejan los medios de vida de la población y que ayuden de forma rápida y eficaz a las personas más afectadas por los desastres.

La percepción del riesgo es absolutamente subjetiva. La gente que vive en las riberas de los ríos o en las laderas de las montañas propensas a los deslizamientos no suele pensar que su vida está en riesgo, por increíble que parezca. Tiene “naturalizada” la amenaza a la que está expuesta y, sobre todo, su vulnerabilidad ante ella. Cambiar ese chip puede tardar años.

Un logro importante es que, hoy, la gente es más consciente de las amenazas que la rodean y del efecto que tienen sobre sus vidas. Atrás quedaron expresiones como “los huracanes no pasan por aquí” o “las tormentas tropicales se producen cada 18 años”. Cada vez son más las personas que, como Millys Espinoza, exigen su derecho a una vida segura y se preparan para conseguirla.

Salvar vidas que salven vidas

Cada año, las tormentas, las depresiones tropicales y los ciclones amenazan a la República Dominicana desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre. Las lluvias, inundaciones y deslizamientos que llegan a su paso golpean con especial fuerza a la agricultura campesina, un sector castigado por las pérdidas, las deudas y el abandono estatal.

Estamos hartas de perder las cosechas todos los años, pero estos huertos comunitarios podrían solucionar de una vez por todas los problemas que tenemos después de cada inundación”, dice Millys Espinoza, que vive en El Peñón, en la provincia de Barahona. Como muchas mujeres productoras, ahora sabe que la construcción de huertos familiares en zonas no inundables facilita y mejora su alimentación y la de su comunidad. “Más de treinta años viviendo en el campo y no comía hortalizas. ¿Se imagina? ¡Ahora como vegetales todos los días!”, cuenta orgullosa. “Me como lo que siembro, y lo que sobra, lo vendo.” Con ese dinero, esta joven madre de tres niños paga deudas y ahorra para comprarse una casa, una que ningún huracán se pueda llevar.

Su historia es la de otras 35 mujeres afectadas por el desborde del río Yaque en El Peñón. La de casi cuatro millones de dominicanos que viven en la pobreza. La de 1.500 millones de personas que viven en lugares inseguros en todo el mundo. Millys y Flor Deli deben estar en el centro de todos los esfuerzos (estatales, privados y de la cooperación internacional) que tengan como objetivo el desarrollo real, sostenible y justo de la República Dominicana.

 

Susana Arroyo es responsable de comunicación de Oxfam en América Latina. Tica de nacimiento, vive en Lima. Quiere que cambiar el mundo nos valga la alegría, no la pena.

Un día es un día

Por Belén de la Banda @bdelabanda

Decía una de nuestras colaboradoras que el Día de la Mujer en este blog es todos los días. Pero eso no evita que cuando llega una jornada como la del 8 de marzo tengamos que pararnos a pensar, mirar alrededor, y reconocer cuántos problemas nos afectan, y sobre todo cuántas y qué grandes contribuciones hacemos las mujeres a nuestra sociedad, y a nuestro mundo.

Y esta mirada va a empezar en Colombia. Porque desde allí, una de las mejores periodistas del mundo, Jineth Bedoya, viene para alertarnos de una realidad de injusticia tan brutal que está acabando literalmente y en muchos otros sentidos con las vidas de muchas mujeres. Y a proponernos su campaña, ‘No es hora de callar’, nacida de su dolorosa experiencia y de la elaboración personal de su miedo con su increíble valentía y su coraje. El lunes conoceremos aquí mucho más sobre su historia y la de muchas mujeres de su país.

Sagrario Mateo, Presidenta de Aprodemm y ganadora del concurso #Avanzadoras junto con dos colaboradoras.

Sagrario Mateo, Presidenta de Aprodemm y ganadora del concurso #Avanzadoras junto con dos colaboradoras. Imagen: Aprodemm.

Las últimas semanas hemos tenido un montón de enormes y esperanzadoras referencias de mujeres que inspiran, que invitan, que sacan del hoyo, que apoyan, que empujan, que tiran, que resisten, que de mil formas diferentes solucionan problemas y llenan huecos. Aquí, en nuestro entorno, y en el mundo. Más de 220 propuestas se han presentado al Concurso #Avanzadoras, en sólo unos días. El jurado no lo ha tenido nada fácil por la calidad y variedad de contribuciones. Todas sin excepción merecen el homenaje, así que esperamos que puedan identificarse en alguna de las cualidades de nuestra Avanzadora española, Sagrario Mateo: su capacidad para superar su propia condición de víctima, y ayudar a otras personas a salir del maltrato.

Junto con Sagrario rendimos homenaje a miles de Avanzadoras que lo merecen. Y seguimos celebrando desde aquí todos los días, pero especialmente el 8 de marzo, esa inmensa e impagable energía para cambiar el mundo.

 

Belén de la Banda es periodista y trabaja en Oxfam Intermón

Cien historias

Por Belén de la Banda 

Desde que, hace unos días, lanzamos el concurso Avanzadoras que hoy termina, andaba yo con cierta preocupación. No tengo duda, porque conozco unas cuantas, de que en España hay muchas mujeres que merecen un premio, un homenaje, un reconocimiento y ganar el concurso.

Lo que pasa, al menos con las que yo conozco, es que parte de su liderazgo y de su compromiso es no asumir protagonismos innecesarios, ni ‘figurar’, ni echarse flores. Como me dijo una vez Isabel sobre sus muchas colaboraciones en proyectos solidarios: ‘prefiero que no sepa la mano derecha lo que hace la izquierda’. O como me ha dicho muchas veces Arantxa cuando le felicito por alguna de sus iniciativas: ‘no es mérito mío, es de todos’. En fin, que conociendo un poco el perfil, me temía que hubiera que colgar el cartel de ‘concurso desierto’.

Avanzadoras de distintos países, reunidas en Madrid en octubre de 2013. Imagen: Belén de la Banda / Oxfam Intermón

Avanzadoras de distintos países, reunidas en Madrid en octubre de 2013. Imagen: Belén de la Banda / Oxfam Intermón

En la primera semana, me dicen, llegaron cien historias. Historias de mujeres que se preocupan por su entorno natural, por las niñas y niños, por defender y proteger a los animales, por las personas que sufren discapacidades de diversos tipos, por enfermedades raras, por las muchas carencias sociales que se viven en nuestro país, por otras personas desfavorecidas

Hay propuestas corales, que presentan a una Avanzadora, y propuestas individuales que presentan a varias. Hay Avanzadoras que se presentan a sí mismas, y otras que presentan a compañeras de asociación, de actividad, de enfermedad, o de barrio. Una inmensa red de primas, hijas, madres, conocidas y seguidoras de internet admiradas por quienes las conocen. Líderes, consejeras, mujeres que escuchan o que impulsan, que se activan y que activan a otros… Un enorme abanico de más de cien historias. Lo va a tener muy difícil ese jurado.

Lo bueno no es sólo que esas Avanzadoras existan. Es que a su alrededor hay muchas personas que las quieren, que admiran su esfuerzo, su iniciativa, su ejemplo, y están dispuestas a que su tarea se conozca, a que otras personas apoyen sus causas.

Y todavía puede ser mucho más. Hoy, hasta las 12 de la noche, hay posibilidad de seguir presentando a esas Avanzadoras que merecen un reconocimiento.

 

Belén de la Banda es periodista y trabaja en Oxfam Intermón

Tú la conoces

Por Belén de la Banda @bdelabanda

Seguro que la conoces. Está muy cerca de ti.  Es esa mujer a la que admiras porque gracias a ella las cosas en tu trabajo, en tu familia, en el colegio de tus hijos, en tu barrio, en tu pueblo, en tu asociación o en tu ciudad, funcionan mejor. Porque ha conseguido que algo cambie. O porque tiene un objetivo que merece la pena, se está moviendo y merece conseguirlo.

Concurso Avanzadoras

Concurso Avanzadoras organizado por Oxfam Intermón

En nuestro trabajo en Oxfam Intermón, y también en este blog y en 20 minutos, conocemos a mujeres así que viven en todo el mundo. Es emocionante ver cómo son capaces de cambiar la realidad, de hacerla mejor cada día. Poco a poco o a grandes saltos. Durante mucho tiempo estuvimos buscando la forma de contar lo que hacen sin caer en lugares comunes o frases manidas. Costó bastante. Pero finalmente encontramos la palabra Avanzadoras: define a las mujeres que avanzan y hacen avanzar. Seguro que conoces el perfil.

Mujeres como Elena Alfaro, arquitecta y madre de dos hijas, que está moviendo cielo y tierra para que las familias españolas tengan libros de texto gratuitos. O María Alexandra Vásquez, abogada colombiana que lucha para defender los derechos de las personas inmigrantes que acuden a la ONG en la que trabaja. O Laura G. Estévez, oncóloga que trabaja día tras día para que se tenga en cuenta el lado emocional del cáncer de mama.

Sabemos que son muchas, y que también están aquí, en nuestro país. Y con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, queremos rendirles un pequeño homenaje. Por eso te pedimos que nos ayudes a conocerlas y hemos lanzado este concurso. Si conoces a una de ellas, o tú misma lo eres, no dudes en participar. Necesitamos conocerlas para ayudar a su causa. El premio será facilitar su encuentro con los medios de comunicación el próximo 7 de marzo  y realizar un vídeo con su historia para que todo el mundo conozca lo que valen y ayudar a que consigan sus objetivos.

Seguro que conoces a alguien en tu entorno (alguien de tu familia, una amiga, una compañera del AMPA de tu colegio… y seguro que merece la pena que todos la conozcamos. Porque con Avanzadoras como ella, este mundo es mejor. Ayúdanos a encontrarla antes del 3 de marzo.

Porque cuando avanza ella, avanzamos todos.

Belén de la Banda es periodista y trabaja en Oxfam Intermón

Las herederas de Madre Coraje

Por Belén de la Banda   @bdelabanda

Hace unos días, mi compañera Cristina, una histórica de esta casa, me contaba la enorme emoción que sintió -ella y todo el equipo de Intermón Oxfam en aquel momento- cuando recibieron a María Elena Moyano, la dirigente de los comedores populares de Villa el Salvador, promotora de una de las organizaciones populares contra la pobreza más exitosas del mundo. Y el enorme dolor y sufrimiento que supuso su terrible asesinato por parte de Sendero Luminoso, muy poco tiempo después. En aquel entonces muchas personas sentimos que había que hacer algo urgentemente para que algo así nunca volviera a repetirse.

María Elena Moyano, dirigente popular de Villa el Salvador, Lima, Perú. Madre Coraje

María Elena Moyano, dirigente popular de Villa el Salvador, Lima, Perú. Madre Coraje

 

La visita de María Elena, y su asesinato,  lanzaron las alertas aquí en España, también, sobre algo terrible que estaba ocurriendo en el Perú, donde buenas personas, personas sencillas que sólo se preocupaban por alimentar y mantener vivas a sus familias y comunidades eran consideradas un peligro tanto por los poderes establecidos como por las fuerzas subversivas. El esfuerzo de María Elena, Madre Coraje entre madres coraje, ha tenido muchos frutos, y sigue siendo una inspiracón y un ejemplo en todo el mundo. Otras dirigentes de comedores, amenazadas como María Elena, se salvaron quizá gracias a que su lucha se hizo más conocida y universal. Muchas cosas han cambiado desde entonces.

Por eso, esta semana siento que algo importante puede ocurrir. Hoy empezamos a recibir en Madrid a mujeres de 14 países cuyas biografías son dignas de ‘Mujeres Coraje‘, -porque no todas ellas son madres, aunque hay alguna que tiene diez hijos y me gustaría mucho saber cómo se organiza-. Lo que sí son todas es líderes sociales y hasta políticas, mujeres que con su esfuerzo hacen avanzar a las comunidades de las que forman parte. Que anteponen el bien común a sus intereses personales. Que son capaces de conseguir nuevas leyes, acuerdos de paz, normas comerciales más justas, el respeto a sus idiomas, fundar cooperativas de éxito, exportar productos a todo el mundo, educado cientos de personas, defendido los árboles y los ríos de sus valles, protegido la integriddad sexual de las niñas, dotado de agua limpia a sus pueblos.

Éstas son las mujeres que logran cambiar el mundo. Estoy muy contenta y orgullosa de tener la oportunidad de conocerlas. El viernes 11 de octubre de 12:30 a 2 del mediodía, podréis conocerlas vosotros también por streaming, y preguntarles en twitter con la etiqueta #avanzadoras.

Porque ellas son herederas de María Elena, y todos tenemos derecho a compartir esa herencia.

Belén de la Banda es periodista y trabaja en Intermón Oxfam

Avanzadoras

Sole GiménezPor Sole Giménez

Avanzar: Adelantar, progresar o mejorar en la acción, condición o estado.
Avanzadora: Mujer que se adelanta, progresa o mejora en la acción, condición o estado.
Esta última definición se ha tenido que inventar para la ocasión, porque la palabra Avanzadora no existe para la Real Academia de la Lengua, aunque seguro que os resulta evidente el término para definir el sentido y la vida de muchas mujeres a las que habéis conocido. Porque avanzadoras existen desde el principio de los tiempos.

http://www.intermonoxfam.org/es/que-hacemos/proyectos/avanzadoras

Senaida Cosagua y Aminata Wone, dos de las protagonistas Avanzadoras

Hablamos de mujeres que han sido y son ejemplo de fuerza, coraje y empuje, mujeres llenas de osadía y atrevimiento, que no se conforman con vivir en la estrechez impuesta por los demás y rompen barreras, de tal manera que van abriendo camino para que otros se cuelen por esas grietas que amplían horizontes. Han traído y siguen trayendo consigo avances para otras mujeres y para toda la sociedad que se vuelve más tolerante, justa y equilibrada, más honesta con la realidad obvia de un mundo con dos sexos. La sociedad entera sale ganando cuando todas las voces participan en el coro y no sólo la mitad y esa participación empezó siendo un empeño, la mayoría de las veces una necesidad de unas pocas mujeres avanzadoras.

Desde la más humilde hasta la más laureada son mujeres dispuestas a ser dueñas de su destino, que conocen lo que significa ser invisibles, que han sufrido el desprecio por su sexo pero que han decidido avanzar, porque las avanzadoras van en contra de la pasividad y el inmovilismo, entienden que su dignidad va unida a su compromiso con la libertad y ser libre en este mundo siempre significa rebelarse, cambiar, traer algo nuevo, avanzar.

Para ellas y junto con ellas lleva trabajando Intermón Oxfam muchos años, en decenas de países, con cientos de casos que han ayudado a transformar la vida de miles de personas. Su objetivo ha sido que ese viento de cambio que tantos beneficios aporta tanto para esas grandes mujeres como para sus comunidades siga generando un cambio evidente y positivo hacia la igualdad en esas sociedades tan injustas y duras para la mujer. Lo que hacen personas como Aminata Wone en Mauritania, Senaida Cosagua en Guatemala, Darem Yelesh en Etiopía, o Eva Pineda en Nicaragua es impulsar la vida de sus familias, comunidades y países por encima de todas las barreras.

La diferencia es que ahora cualquier persona que lo desee puede apoyar el trabajo incansable y tantas veces desconocido de estos cientos / miles de mujeres que en sus distintas comunidades, y la mayoría de las veces en muy difíciles circunstancias, vienen haciendo en pro del progreso de sus familias, de su entorno, de su pueblo, ciudad, estado, país… Ahora estos avances están en peligro por la falta de recursos que trae consigo la aplastante crisis (a veces me pregunto si para algunos no será ésta la oportunidad para perderlos)

Con Avanzadoras podemos seguir apoyando de forma continuada a estas heroínas de nuestro tiempo, más allá de crisis y dificultades, para no dejar de impulsar el necesario y vital cambio de equilibrios en el derecho a la libertad de oportunidades, de elección, acción y pensamiento. Un cambio que trae de la mano una nueva sociedad más justa y equitativa para más del 50% de la población y que es un cambio imprescindible y urgente para construir un nuevo mundo.

 

Sole Giménez es Embajadora del proyecto Avanzadoras de Intermón Oxfam.