Archivo de la categoría ‘Derechos’

A una semana de la huelga feminista

Por Belén de la Banda

Mañana será viernes. Y faltará una semana para una jornada histórica. La del 8 de marzo de 2018, estoy segura, no la olvidaremos nunca. Todavía tengo la piel de gallina cada vez que recuerdo o recupero las imágenes del año pasado. Tuve la suerte de vivirla acompañando a una lideresa africana, Julie Cissé, impulsora de los derechos económicos de las mujeres rurales de Senegal. No sé cuál de las dos estaba más emocionada, impresionada, energizada y conmovida en medio de la ciudad, paralizada por y para las mujeres. Me sorprendió la rapidez con la que ella entendía que también esta huelga, esta manifestación, eran por ella y por sus hermanas.

Todo lo que rodeó a esta fecha fue una experiencia de crecimiento exponencial para numerosos grupos y espacios de mujeres en todo el país. Fue una oportunidad de conexión y reconocimiento, un tiempo de unión del que han salido, en todas partes, numerosas iniciativas.

Entre ese 8 de marzo y el que ahora se acerca, todas hemos crecido, aprendido, desarrollado. Y muy especialmente las jóvenes y adolescentes, que con sus preguntas, con su negativa a aceptar que las cosas tengan que ser como son, que la realidad no sea como les decimos que es, se han convertido en nuestras maestras.

Hemos compartido letras y músicas. Nos hemos dejado inundar por nuestras propias voces.

Han surgido muchos liderazgos nuevos. Y también muchas experiencias de trabajo en equipo, de éxito. Nos hemos acercado a mujeres con las que tenemos muchas o pocas cosas en común. Hemos descubierto que las opresiones son múltiples. Nos hemos puesto al lado de nuestras hermanas en el sector de los cuidados.

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Hombres y mujeres para el feminismo

Por Flor de Torres Porras

Hace unas semanas leíamos a Rosa Montero en un espléndido artículo titulado ‘Corazones Blancos’, que decía :  ‘a esa legión de hombres inteligentes y sensibles es a la que nos estamos dirigiendo las mujeres’

Aunque los hombres no son el motor del feminismo, -porque no es posible invisibilizar la hermosa y digna lucha protagonizada por tantas mujeres, movimientos sociales y reivindicativos de la igualdad-, ellos sí  han de contribuir con su complicidad  y activismo a la lucha feminista para lograr la igualdad de género efectiva. La igualdad  como derecho fundamental se consagró hace 40 años en la Constitución Española, en al Art 14.

Ahora buscamos la igualdad real. Es la que construye e el  camino de la  lucha feminista, proclamada como su motor. A lo largo de años se ha ido forjando un sólido edificio, a pesar del cuestionamiento que trata de debilitar sus pilares. A pesar de las dudas impuestas por argumentarios interesados de quienes nunca han luchado por la igualdad, que no creen en ella, que alimentan sus  discursos con falsos mitos y afirmaciones sin apoyo científico, empírico o empático. Sombras lanzadas a la igualdad que estamos construyendo y  que solo  sirven para   perpetuar el patriarcado, en el que se asientan como agentes ejecutores de la desigualdad.

El feminismo ha logrado grandes avances hacia la igualdad. Imagen de Melany Rochester / Unsplash.

Pero dentro del corazón de la igualdad, como eje y motor, sigue avanzando  un feminismo robustecido. Feminismo inclusivo con la complicidad de los hombres. Y ello es así porque la  palabra igualdad  ya no conoce límites. Avanza y deconstruye privilegios basados en la sociedad patriarcal. No hay modelo de sociedad igualitaria, de  estado social y democrático de Derecho que no sea creado, entendido y dirigido en igualdad por hombres y mujeres. Es en las personas donde ha de convivir e ponerse en práctica. Crecer y ampliarse como valor fundamental.

Por ello siguiendo la estela de Rosa Montero hemos de dirigirnos a todos y cada uno de los hombres para que reflexionen sobre el camino transitado por el feminismo, y se incorporen a él. Que se comprometan en la lucha por la igualdad y que entiendan  que hay que romper en mil pedazos  su  complicidad con la desigualdad.

Sigue siendo esta la revolución pendiente: la de los hombres que renuncien a perpetuar el actual modelo de inequidad.  Que esa renuncia abarque la negación de una vez y para siempre a ser utilizados como instrumentos de control del patriarcado.  Hombres que miren cara a cara al Machismo y a lo que  Marcela Lagarde  nombró como “la escisión del género” o extrañamiento entre las propias mujeres que provoca la escisión del propio género femenino dando pie a la naturalización del  patriarcado como la única forma de convivencia. Y que tras  esa nueva mirada feminista ya no se reconozcan en ello.

Y sobre este entramado sociológico, la Justicia tiene un papel fundamental, y lo está asumiendo. En 2018 ,una tras otra, han ido iluminando el camino judicial varias Sentencias del Tribunal Supremo, abriendo un camino de luz y esperanza hacia la igualdad. Son sentencias que reconocen la desigualdad estructural a la que la mujer se ve sometida por el hecho de ser mujer. Todas estas resoluciones vienen avaladas y precedidas por las más de 200 sentencias que avalan la constitucionalidad de la Ley Integral contra la Violencia de Género (L.O 1/2004)

En una muy reciente Sentencia del Tribunal Supremo del 20/12/2018 se resuelve en Pleno un recurso de la Fiscalía contra la absolución de una pareja, hombre y mujer,  donde se argumentaba que no había situación de desigualdad por existir entre ellos una agresión mutua. Se  reconoce en ella que no por ello se ha de dejar de contextualizar como acto de violencia la que se ejerce sobre la mujer con ocasión de una relación afectiva de pareja. Pues constituye acto de violencia de género cualquier acto de poder y superioridad de los hombres frente a las mujeres con independencia de cuál sea la motivación o la intencionalidad. Son actos de desigualdad estructural que no necesitan motivarse como actos de violencia de género.

Previamente a esta sentencia, los menores se  fueron reforzando como víctimas directas de la violencia de género, aun sin ser testigos presenciales de las agresiones a sus madres. Tan solo con su percepción. O la necesidad de imponer medidas de alejamiento de forma imperativa aun sin acto de violencia física, en la necesidad de seguir el camino de atender y prevenir las otras violencias que atacan la integridad moral de las mujeres víctimas de violencia de género. Caminos ya amparados previamente en el Tribunal Constitucional, justificados ante la  mayor carga penal en los delitos cometidos a las mujeres en el ámbito de la pareja.

Se dirimió la plena constitucionalidad y vigencia  de la redacción del art. 153 ,1 del Código Penal  para las agresiones en el ámbito de la pareja o expareja y se declaró constitucional la distinta carga penológica si es agresor hombre (153,1)  que si es mujer  (153,2) y se justificó  así:

«No es el sexo en sí de los sujetos activo y pasivo lo que el legislador toma en consideración con efectos agravatorios, sino -una vez más importa resaltarlo- el carácter especialmente lesivo de ciertos hechos a partir del ámbito relacional en el que se producen y del significado objetivo que adquieren como manifestación de una grave y arraigada desigualdad. La sanción no se impone por razón del sexo del sujeto activo ni de la víctima ni por razones vinculadas a su propia biología. Se trata de la sanción mayor de hechos más graves, que el legislador considera razonablemente que lo son por constituir una manifestación específicamente lesiva de violencia y de desigualdad.”

(Sentencia del Tribunal Constitucional  59/2008 de 14 Mayo de 2008, entre otras)

El Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional  están convalidando y aplicando  con esta jurisprudencia la necesidad de llegar a la igualdad a través de la discriminación positiva. Y  se  hace por el camino marcado por  la propia Constitución Española a través de la búsqueda de un principio de igualdad real. En sus resoluciones se materializa la exigencia de aplicar el principio constitucional del Art 9,2 donde se avala la discriminación positiva como medio de superar los obstáculos a la igualdad de diversos grupos:

Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social.”

Por tanto, quien cuestiona la igualdad tomando como base los resultados de pena distintos si la persona responsable es hombre o mujer lo hace solo desde la superficie de un problema de enorme magnitud. Desde el desconocimiento o, lo que es peor, el rechazo  de una realidad: la desigualdad estructural que determina la violencia de género. O dicho de otro modo, ignora la base constitucional que destaca la necesidad de neutralizar la  desigualdad y evitarla. Y la doctrina consolidada por el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional, que atienden desde el ámbito judicial la mayor frecuencia y gravedad de las agresiones de hombres a mujeres en el ámbito de la pareja.

No confundamos. Estas medidas no rompen con el principio de presunción de inocencia, un precepto constitucional que preside todas nuestras actuaciones judiciales. Todos los procesos y todos los derechos. Pero ha de convivir en cada proceso de violencia a la mujer con la constatación empírica de la frecuencia y lesividad de la violencia de género, que precisamente por estos motivos se escindió de la violencia familiar.

Y es así por ser un modelo objetivo y reproducido de un arraigado sistema patriarcal que determina un repertorio  de conductas que atentan a las mujeres por el hecho de serlo y en el ámbito de la pareja. Es lo que el feminismo siempre denunció, y seguirá haciéndolo. Lo que hoy como realidad social y evidente se consolida también  en la Doctrina del Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional.

Por eso Rosa Montero nos emocionaba cuando finalizaba su artículo con esta argumentación dirigida a  los Hombres:

“No debería darles las gracias, porque agradecer a un hombre que pelee por un mundo más justo (el antisexismo nos atañe a todos) es como agradecer a tu pareja que ponga la lavadora, pero se las doy, porque aún me emocionan demasiado. A esa legión de hombres inteligentes y sensibles es a la que nos estamos dirigiendo las mujeres. Amigo, hermano, amante, muestra tu corazón blanco y lucha conmigo

Creo que el mejor homenaje a las mujeres víctimas de violencia de género, que afrontan la heroicidad de denunciar, de atravesar un proceso judicial acompañadas de sus miedos, sus peligros y sus inseguridades, es escucharlas y caminar junto a ellas. Que se sientan amparadas por todos los hombres y las mujeres que luchan por una igualdad real y ya incuestionable.

Flor de Torres Porras es Fiscal Delegada de la Comunidad Autónoma de Andalucía de Violencia a la mujer y contra la Discriminación sexual. Fiscal Decana de Málaga.

Ciberfeminismo contra la violencia

Por Eva Moure

Sólo hace un par de meses que supimos que la RAE (Real Academia) había decidido incorporar ‘sororidad’ como nueva palabra al diccionario. ¡Nueva! ¡Una palabra usada desde hace décadas! Mientras las instituciones y espacios oficiales van a remolque, la calle camina imparable.

Antonia Santolaya / Oxfam Intermón

Notas visuales realizadas por la ilustradora Antonia Santolaya durante la reunión de ciberactivismo organizada por Oxfam Intermón en Madrid. (c) Antonia Santolaya / Oxfam Intermón

Hace pocas semanas tuve la suerte de compartir jornadas con un grupo de activistas feministas de Africa, América Latina y España que se juntaron en Madrid, invitadas por Oxfam Intermón, para plantear estrategias de innovación digital contra los diferentes tipos de violencia machista. También para compartir experiencias y propuestas, para tejer red. Sororidad internacional en estado puro. Está claro que lo que compartimos es infinitamente mayor que lo que nos separa. En Argentina, Sudáfrica, Gambia, Colombia, España, Brasil o Marruecos.

De entrada, muchos hechos y datos demuestran que las violencias machistas ocurren en todo el mundo de forma sistemática, aunque hay quien todavía las niega o afirma que se trata de casos aislados. ‘Los datos son claves para conseguir políticas públicas, por eso es importante que se reconozcan los datos reales, no solo los oficiales’, comenta Nerea de Feminicidio.net.

Las movilizaciones sin precedentes también son un punto en común. El #NiUnaMenos en Argentina, el histórico 8 de Marzo pasado en España, el Total Shutdown (Paro total) del verano pasado en Sudáfrica, con miles de mujeres de todo el país movilizadas contra la violencia machista en uno de los países con mayor número de feminicidios del mundo y, al mismo tiempo, con las leyes más avanzadas en materia de defensa de los derechos de las mujeres. Leyes que no se cumplen. 

(c) Antonia Santolaya / Oxfam Intermón

Notas visuales de Antonia Santolaya durante la reunión de ciberfeminismos celebrada en Madrid y organizada por Oxfam Intermón. (c) Antonia Santolaya / Oxfam Intermón

El colectivo feminista habla de violencias, en plural, porque son varias. Y en los últimos años, la violencia digital es una de las últimas incorporadas. El auge del ciberactivismo ha multiplicado las posibilidades tanto de defender derechos como de recibir ataques, sufrir acoso o violencia machista en la red. Varias activistas africanas lo cuentan en este artículo. En América Latina, experiencias como la de Las Igualadas buscan abordar temas de género de forma divulgativa, y lo hacen de forma desenfadada y directa.

Su propuesta les ha valido millones de aplausos. También muchos ataques que, como a tantas activistas, las obliga a buscar estrategias de autodefensa.  ‘El objetivo de las violencias machistas es expulsar a las mujeres del espacio público’, escucho. Asustando, acorralando, avergonzando, provocando autocensura, entre otras cosas. La cuestión de fondo: las violencias machistas provienen de la desigualdad de género y de unas creencias afianzadas que es necesario desmontar si queremos una sociedad más justa y equitativa.

Hay trabajo por hacer. Y para ello es imprescindible unir fuerzas y compartir recursos. Es lo que hicieron las activistas que se juntaron en Madrid y a las que la ilustradora Antonia Santolalla siguió durante dos días para contar, con gran talento, en ilustraciones como las que acompañan este texto, cómo tejer redes saltando fronteras de todo tipo. En una palabra, sororizando.

Eva Moure es periodista y trabaja en Oxfam Intermón

Tu futuro en una cesta

Por Carmen Suárez

Moina Sardar tiene 35 años y vive junto a su marido, Lucas, y el menor de sus dos hijos, Munna, de 15, en Manikhar, una pequeña población de 370 habitantes rodeada de estanques, palmeras y arrozales en el sudoeste de Bangladesh. Su hijo mayor Mikhal, de 20 años, estudia en la ciudad de Dhaka.

Junto a un grupo de mujeres de la comunidad, Moina produce cestas con hoja de palma. Esta ocupación les permite obtener sus propios ingresos y aportar dinero a la economía familiar. Todas ellas trabajan para BaSE, una organización de comercio justo creada en Bangladesh, que coordina y promueve los productos de artesanía de varios grupos de mujeres de ese país.  Nació en 1977 y actualmente la integran más de 10.000 productoras (el 99% son mujeres), organizadas en 17 grupos, uno de ellos compuesto por personas que sufren alguna discapacidad.

Puspo Biswas muestra una de las cestas elaboradas por ella en la comunidad de Kamarali, en Bangladesh. Imagen de Pablo Tosco/Oxfam Intermón

Puspo Biswas muestra una de las cestas elaboradas por ella en la comunidad de Kamarali, en Bangladesh. Imagen de Pablo Tosco/Oxfam Intermón

En BaSE se busca esencialmente dar una oportunidad a las mujeres que, como Moina, tienen el acceso limitado al de trabajo.  Tener ingresos les permite contribuir económicamente con los gastos de la familia, la situación cambia, se las considera de otra manera. Gracias al comercio justo, tienen la oportunidad de salir de la pobreza y recuperar la dignidad en su entorno social.

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Laura Luelmo: por qué los hombres deberían salir hoy a gritar

Por Lula Gómez

Desgraciadamente, a muchas personas no nos hace falta esperar a la autopsia para saber lo que ha pasado, y no estamos locas. Me basta, como a todas, la certeza de que la profesora Laura Luelmo está muerta. Su delito: ¿salir a correr, ser mujer? La han matado. Su cuerpo apareció semidesnudo y oculto entre unas matas. Todos sabemos lo que significa.

En mi vida, significa cosas muy concretas. Significa que debo seguir cogiendo las llaves con fuerza, cuando voy a casa por la noche. Quiere decir que si eres chica mejor no debes correr por la noche. Quiere decir que yo, como todas las mujeres, no soy libre de pasear, disfrutar, salir, correr y vivir.

Concentración en la plaza de la Constitución de Zamora en repulsa por la muerte de la profesora zamorana Laura Luelmo, cuyo cadáver fue encontrado en El Campillo, Huelva. MARIAM A. MONTESINOS / EFE

Porque quiero democracia para todas, para la mitad de la población, quiero ver un #PorTodos (se lo he visto a Soledad Murillo, Secretaria de Igualdad): pedía la implicación de los hombres. Nosotras estamos casi todas: no podemos tolerar más que una chavala no pueda salir a correr a la calle por miedo a no volver.

Estamos desoladas, cabreadas, tristes, hartas: no soportamos una muerte más. El horror: las casi mil mujeres asesinadas en España y contabilizadas, el clamor de la desigualdad, el #MeToo y el feminismo nos están uniendo.

Ahora les toca a ustedes, señores. Quiero ver a todos mis amigos en las calles e indignados #PorTodos los hombres feministas que no toleran que la democracia solo la pueda disfrutar la mitad de la población. Quiero verlos llorar de dolor y desgarrados, con nosotras. Porque si no lo están, están contra nosotras.

Anhelo un país en el que cada vez más #PorTodos entiendan que nos agreden cuando creen que nos piropean, cuando se van de putas, cuando debemos volverles a explicar lo necesaria que es la paridad, la corresponsabilidad o una ley contra la violencia machista.

Señores, amigos, compañeros, griten #PorTodos los que entienden que si no sois feministas, sois machistas y lo peor: que el machismo mata. Por favor, no lo hagan por sus hijas o hermanas, si las tienen. No quiero escuchar eso de «si le pasa a alguien cercano… cojo un bate de béisbol». No. Piensen en que la democracia no funciona si no es para todas (las personas). A Laura, un hijo de putero la ha matado porque la vio correr y pensó que tenía derecho sobre su cuerpo. A Laura la han asesinado por ser mujer.

#PorTodas, #PorTodos vomiten sobre quienes siguen diciendo que somos unas feminazis, que ya hay igualdad y que estamos locas. Locas de dolor, sí. Quiero pensar que vosotros también.

Lula Gómezescritora y periodista. Dirige su propia agencia de comunicación desde la que propone contenidos, edita, crea y ejecuta ideas de comunicación. Ha escrito el libro y dirigido el documental Mujeres al frente, la ley de las más nobles, sobre siete protagonistas de la historia reciente de Colombia. 

Justicia patriarcal, una vez más

Por Nerea Novo

A finales de abril de 2018 se conoció (y nos indignó) la sentencia emitida por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra contra los cinco miembros de La Manada (José Ángel Prenda, Alfonso Jesús Cabezuelo, Ángel Boza, Jesús Escudero y Antonio Manuel Guerrero). Los magistrados alegaron que no hubo violencia ni intimidación en la agresión sexual sufrida por la joven madrileña el 7 de julio de 2016. El delito por el que se les condenó entonces fue abuso sexual, en lugar de agresión sexual.

Manifestación ante la sentencia de la Manada. Imagen Nerea Novo / Feminicidio.net

Hoy el Tribunal Superior de Justicia de Navarra ha confirmado la condena de nueve años para los agresores sexuales y ha contado con solo dos votos particulares que consideraron que sí existió un delito continuado de agresión sexual al “apreciar la existencia de intimidación”. La Justicia Patriarcal se reafirma por segunda vez en no reconocer la violación y dar un mensaje de impunidad. La única esperanza ahora está puesta en que se pueda recurrir la sentencia al Tribunal Supremo.

El rechazo social ante esta actuación de la justicia patriarcal inundó las calles de todo el Estado y ha sido galardonada con el ‘Garrote de Plata’, al ser considerada la segunda peor sentencia a nivel mundial sobre igualdad de género, según la organización Women’s Link.

El caso de La Manada es especialmente mediático por lo paradigmático que resulta: un grupo de hombres desconocidos para la víctima, o que conocen ese mismo día, violan a una joven, imitan prácticas aprendidas de la pornografía hegemónica e incluso llegan a pornificar la agresión, la graban y la difunden entre sus redes.

El imaginario patriarcal de la pornografía hegemónica también afecta al magistrado Ricardo González, que en su voto particular identifica en la grabación “actos sexuales en un ambiente de jolgorio y regocijo”, abogando por la absolución de los acusados.

Desde 2016, el año en el que actuaron los integrantes de La Manada también en Pozoblanco, en nuestra sociedad se ha disparado la alerta social por este tipo de agresiones. Tal es así que desde 2016 hemos registrado 80 casos de agresiones sexuales múltiples en la herramienta online GeoviolenciaSexual.com. De ellas, el 64% fueron perpetradas en 2018, a falta de terminar el año. La documentación de estos casos refleja una clara tendencia al alza en la denuncia de estas brutales agresiones. La justicia patriarcal, con sentencias como la de hoy, supone una piedra en el zapato en este camino y cada vez más empuja a las mujeres a recurrir a la denuncia pública frente a la judicial en busca de apoyo social.

Como el caso de La Manada, dos de cada tres agresiones fueron perpetradas por grupos de hombres desconocidos o cuyo primer contacto con la víctima fue ese mismo día. Un 12,5% fue pornificada por los agresores, que grabaron o fotografiaron a su víctima durante la agresión. Más de la mitad de los casos fueron agresiones perpetradas de madrugada. Y, como La Manada, uno de cada diez robaron a sus víctimas.

No todas las víctimas son mujeres. Dos de los 80 casos tuvieron víctimas masculinas, como el caso de un niño de 9 años violado por cuatro de sus compañeros de colegio en Chilluévar (Jaén). El 100%, es decir, todas las agresiones sexuales múltiples documentadas desde 2016 fueron perpetradas por grupos formados exclusivamente de varones. Por eso, y porque la justicia patriarcal no puede seguir cayendo en el negacionismo de las violencias machistas reconocidas en el Convenio de Estambul que España ha ratificado y está obligada a cumplir, esta tarde las manifestaciones de protesta volverán a inundar las calles: por una justicia digna para las supervivientes de la violencia sexual. Yo voy.

Nerea Novo forma parte del equipo de Feminicidio.net

Una mujer de cuidado

Por Belén de la Banda

Hace dos viernes, Rafaela Pimentel, activista feminista que defiende a las trabajadoras del sector de los cuidados, nos dirigía unas palabras tras ganar merecidamente el Concurso Avanzadoras. Nos habló de cómo, probablemente, estábamos allí esa mañana gracias a que había personas como ella cuidando de nuestras casas y de nuestras criaturas. Nos preguntó hasta qué punto nuestro éxito profesional y nuestro bienestar tenían que ver con mujeres que se hacen responsables de nuestros mayores, nuestras comidas y nuestra limpieza.
Tenía toda la razón. Porque los cuidados son un sector valioso, que aporta a la sociedad ventajas mucho menos apreciados que otros servicios mejor pagados y mucho mejor considerados.

Rafaela Pimentel, ganadora del Concurso Avanzadoras 2018. Imagen de Jorge París/20minutos.

Y tendríamos que pensar cómo esas mujeres, que están absolutamente presentes en nuestras casas y nuestras vidas, carecen de los derechos laborales más básicos que tiene cualquier trabajadora, o trabajador. En 2018 y en España.
La falta de valoración de ese trabajo fundamental tiene consecuencias funestas. Decimos que son de la familia, pero aceptamos que no tengan los mismos derechos que cualquier otra persona de nuestro entorno, que no puedan acceder a cuidados médicos, a paro, o a una jubilación digna.

Si su trabajo sostiene nuestro mundo, queremos ver ese trabajo, y su reconocimiento, en el Régimen General de la Seguridad social ya. Como comprometieron los políticos, y como ahora tratan de evitar mediante vergonzosas enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado.

Así que aquí estoy, orgullosa de avanzadoras como Rafaela, y de la portada que 20minutos le dedicó hace unos días. Y muy avergonzada por nuestra inercia social, y por la irresponsabilidad de nuestros políticos. Ya es hora de cambiar esta injusticia.

Puedes apoyar la labor de Rafaela y sus compañeras firmando la petición en change.org

Belén de la Banda es periodista y trabaja en Oxfam Intermón. Comprometida con el Proyecto Avanzadoras.

Los mitos de la violencia sexual

Por Bárbara Tardón

“El mito es un habla despolitizada”. La afirmación que en 1953 realiza el filósofo y semiólogo Roland Barthes es extrapolable a la realidad presente de las mujeres, víctimas y supervivientes de violencia sexual en el Estado español, por el escenario de desprotección y garantía de sus derechos.

Los mitos sobre la violencia sexual empañan cualquier intento de alcanzar la justicia y la reparación frente a los derechos humanos vulnerados. Sostienen la discriminación y la aúpan hasta la estratosfera. Parecen inmortales e intocables. He de confesar que incluso yo misma me he sentido atrapada a veces por esos mitos. El estereotipo de género es como si te enganchara, como si no fuera nada. Pero lo es todo.

Manifestación contra la violencia sexual y judicial hacia las mujeres. Imagen: Francisco Ruano / Amnistía Internacional.

Sin rodeos, puedo concluir -después de más de un año investigando para la Sección Española de Amnistía Internacional sobre la violencia sexual en el Estado español-, que el mito, el estereotipo o el prejuicio de género se encuentra estampado de forma generalizada en cada una de las instituciones cuyo deber es acompañar y restituir los derechos humanos de las víctimas de violencia sexual. El estereotipo de género se cuela y se arrastra por las comisarías, por los juzgados, por los hospitales y medios de comunicación, por las calles de nuestras ciudades. Donde menos te los esperas, ahí están.

¿No será que es una discusión entre novios?-, le comentó una trabajadora social de un hospital a una mujer entrevistada para nuestra investigación, después de ser violada por su ex novio.

Vaya niña más ligerita!- afirmó una abogada de un condenado por acoso sexual en relación a una niña de 15 años que terminó suicidándose tras el acoso.

 

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¿Qué significa la perspectiva de género en la Justicia?

Por Flor de Torres Porras

En 2017 según los datos de la Memoria de la Fiscalía General del Estado de 2018 se  denunciaron 172.357 casos de violencia de género en los Juzgados de Violencia a la Mujer. Tras el preceptivo proceso, y la acusación de fiscales expertos, llegaron a juicio 47.370 asuntos. Se obtuvo Sentencia en 40.741 de ellos, y fue condenatoria en 28.485 casos. De ellos, 15.004 maltratadores aceptaron los hechos y pactaron su conformidad. Esto significa que va a juicio un 52,6% de maltratadores confesos. Pero hay otros asuntos que en los juzgados de violencia a la mujer se sobreseen por efecto mayoritario del artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que dispensa de declarar a parientes cercanos de la persona procesada. Es un 44,89% de asuntos que sabemos por experiencia que se trata mayoritariamente de víctimas que optan por el silencio en el momento posterior a la denuncia, a las que hay que unir a quienes se acogen al derecho a no declarar en cualquier otra fase posterior del procedimiento, seguramente en la fase del juicio oral, lo que imposibilitará un número superior de  sentencias condenatorias.

La perspectiva de género y la empatía son fundamentales en el apoyo a las víctimas de violencia de género. Imagen de Vonecia Carswell en Unsplash.

Entre  los números, escondidas y en silencio, se alzan las historias de cada víctima. Una a una. Con sus traumas y sus logros. Con sus hijos. A veces solas. Muy solas. Escondidas. Ausentes. Unidas a cada caso, a cada juicio de los más de 40 mil que celebramos el año pasado.  Y todos los demás que se silenciaron por ellas mismas. Son  las mujeres que sufren  la violencia de género: las que apenas pueden hablarnos. Nos cuentan sus historias con frases entrecortadas porque les asoma frecuentemente el llanto. Con miradas perdidas y sin guion previo. O con discursos exculpatorios para sus verdugos y maltratadores porque arrastran la culpa de pedir ayuda y de ser responsables de lo que les  ocurra a sus parejas y ex parejas.

Así llegan a la Justicia, para que les guiemos por el camino de la huida que acaban de emprender. Cuando hablamos de estadísticas tenemos la obligación de conocer estas historias reales que alimentan los números fidedignos de la violencia de género.  A  veces lo hacemos sin comprender la magnitud inabarcable de la violencia a la mujer y de su esencia.

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Avanzadoras: antes de que sea demasiado tarde

Por Belén de la Banda

Encuentro de Avanzadoras en octubre de 2013 en Madrid. Imagen de Ana Sara Lafuente/ Oxfam Intermón.

Cuando miro esta fotografía, es imposible para mí no sentir una intensa emoción. Yo estaba abajo, tomando la foto desde mi teléfono, con una mezcla de admiración, alegría y responsabilidad que vuelvo a sentir cada vez que veo estas imágenes. Era un encuentro de lideresas en el más amplio sentido de la palabra. Vinieron mujeres de Mauritania, Togo, Perú, México, Guatemala, y también personas comprometidas con diferentes causas en España (educación, vivienda, sanidad, vida rural…). Hablamos de cómo impulsar mejor nuestras causas, de cómo hacer más eficaz el trabajo, de cómo apoyarnos en la comunicación y en la movilización, de cómo trabajar mejor en red… Pero también de cómo cuidar y cuidarnos, de cómo impedir que lo urgente se lleve lo fundamental, de lo importante que es cuidar nuestra salud día a día para mantener la actividad que impulsa los cambios.

Deberíamos haber hecho al menos un libro, o un documental, con las ideas maravillosas y absolutamente factibles que iban saliendo en las conversaciones, en los grupos, y en los momentos de café. En Madrid, hay jornadas, congresos, simposios y conferencias todos los días. Pero esta no fue una más para ninguna de las personas que allí estuvimos.

Ahora me gustaría que os fijéis en el centro de la imagen. Vestida en colores claros, con el brazo levantado, está Mariam Nana, una lideresa rural de Burkina Faso que tuvo la idea genial de vaporizar el arroz para darle más calidad a la alimentación de su familia, y conseguir ingresos extra para las mujeres. A su lado, con camiseta morada y gafas, Juana Olivia Hernández sonríe. Vino desde México para contarnos la lucha de las comunidades de Chiapas, donde la desigualdad hace estragos en la vida de las mujeres, y donde ella, con una enorme visión estratégica, trabajaba para revertir sus consecuencias más graves.

Hace cinco años de esta foto, y en este tiempo las hemos perdido a las dos. No hay duda de que Mariam y Juana son dos  avanzadoras que cambiaron la vida de sus gentes, y en plena juventud, se fueron dejando un legado que ya nos gustaría a muchas poder tener cuando llegue nuestro momento. No deberíamos olvidarlas, ni olvidar lo que aprendimos de ellas: no sabemos si algún día tendremos mejores lecciones vitales.

En las últimas semanas, hemos perdido también a una magnífica Avanzadora, y gran colaboradora de este blog, Dori Fernández Hernando. Personalmente la extraño ya muchísimo: su absoluta sensatez, su enorme conocimiento, su sentido del humor son recuerdos impagables. Pero sobre todo su compromiso con la igualdad, con los derechos de las mujeres, aunque fuera duro e incómodo, aunque hubiera que soportar absolutos disparates en los comentarios de sus entradas, aunque hubiera que dar la cara para que nos la partan. Te debo un abrazo grande, allí donde estés, Dori. Y desde aquí se lo envío a tu familia, y a tus compañeras de lucha en la PPiiNA, con quienes seguiremos de la mano.

No me gustaría acabar con tristeza. Me gustaría acabar diciendo que a las personas valiosas, y especialmente a las mujeres tantas veces invisibilizadas, hay que agradecerles sus aportaciones cuanto antes. Hay que reconocer ya, sobre la marcha, los esfuerzos, las propuestas, los trabajos, las ideas geniales y las disparatadas que llevan a otras geniales, los hallazgos, las derrotas. Porque una vida mejor para las mujeres, y para todos, se va haciendo gracias a Avanzadoras como Mariam, como Olivia, como Dori. Y como otras en las que seguramente estás pensando en este momento.

Quedan pocos días para que se cierre el plazo del Concurso Avanzadoras.  Un concurso de propuestas abiertas, en el que cualquier persona puede aportar su criterio para reconocer las aportaciones valiosas de las mujeres a la sociedad. Es muy fácil presentar vuestras candidaturas, o las de otras mujeres que sabéis que lo merecen. Os invito a hacerlo. Porque igual que en los últimos años hemos reconocido a Sagrario Mateo, Mabel Lozano, Mariú d’Errico o Ana López Navajas, quizá este año podamos rendir homenaje, de la mano de Oxfam Intermón y 20minutos, a esa persona que tú sabes que merece un premio. Y luego, dile que la has presentado, que su causa te importa, ofrécele apoyo, y trata de que logre muchos otros éxitos. Que serán para todos.

Comencemos a generar una sana costumbre de decir que lo que está bien, está bien y merece la pena. Antes de que sea demasiado tarde.

Belén de la Banda es periodista y trabaja en Oxfam Intermón. Comprometida con el Proyecto Avanzadoras.