Flaming, doxxing, gaslighting y otras agresiones que no quieres sufrir

Por Eva Moure

Que levante la mano quien sepa qué es flaming, doxxing, gaslighting o outing. Premio para quien lo sepa. Detrás de  cada uno de estos anglicismos, en general poco conocidos en nuestro país, se encuentra la definición de un tipo de violencia de género digital. Hay muchos más. Ser capaz de poner palabras a lo que nos sucede es el primer paso. A partir de ahí, podemos preguntarnos: ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo contrarrestar las violencias machistas en la red? Eso es lo que hicimos un grupo de activistas africanas, latinoamericanas y españolas en Madrid, hace varias semanas , invitadas por Oxfam Intermón para compartir estrategias y propuestas digitales. Todas tenían claro que las violencias online responden más o menos a los mismos patrones que el espacio no virtual, aunque el anonimato y la inmediatez ayudan a que muchos se atrevan a hacer cosas que nunca llevarían a la calle. El fenómeno es complejo y grave.

El momento de hacer una lista con los diferentes tipos de violencia resultó abrumador. Más abrumador aún resulta cuando tomas conciencia de que algo que te ha sucedido más de una vez tiene algo que ver con un tipo de violencia que se ejerce sistemáticamente y que hasta ahora no has identificado. Flash.

Las tecnologías reproducen los acosos del mundo real a las mujeres, y generan nuevos riesgos específicos. Imagen de Ravi Sharma / Unsplash.

La violencia online se concreta en una serie de prácticas muy diversas que mediante la vigilancia, el control o la manipulación de la información buscan hacer daño a las personas. Es tan real como cualquier otro tipo de violencia. Volviendo al principio, y por explicar brevemente, aquí están algunos de los tipos de violencia que identificamos, y que están en el titular:

Flaming: Provocación con un mensaje incendiario enviado a un foro, una lista de correo o una persona, busca provocar reacciones airadas. Suele contener insultos u ofensas.

Doxxing o doxing, es un término procedente de la abreviatura inglesa de documentos (docs). Consiste en revelar en Internet datos o documentos personales o de la identidad de una mujer sin su consentimiento: dirección, número de teléfono, correo electrónico, nombres de sus hijos… con la finalidad de entrometerse en la privacidad de la víctima, para causarle angustia, pánico o alarma.

Gaslighting (hacer luz de gas) es una forma de manipulación psicológica que hace que la persona cuestione su propia memoria, percepción y cordura. Tratarla de ‘loca’, hacer que dude de sí misma.

Outing: hacer pública la identidad sexual de una persona u otras intimidades sin consentimiento, muchas veces de forma agresiva y violenta.

En este vídeo, Pierrine y Virginia, del colectivo #AkelarreFeminista, hacen un breve análisis de algunos tipos de violencia digital,y de sus objetivos:

Pero, independientemente de estas prácticas concretas, hay algunas ideas clave que deberíamos tener claras todas las personas que navegamos por la red.

  • En 2015, el Internet Governance Forum clasificó las violencias de género online en 5 grupos: violación de la privacidad, vigilancia y monitoreo, daño a la reputación o a la credibilidad, acoso, amenazas directas y/o violencia y ataques dirigidos a comunidades. Colectivos como Akelarre Feminista añaden la violencia simbólica.
  • Una de las violencias machistas más frecuentes es el acoso de género. Consiste en el uso de adjetivos ofensivos asociados a la condición de género o a lo femenino. Pueden ser insultos y ataques a la apariencia física de las mujeres o a personas que se identifican con identidades de género no normativas. Tienen como objetivo intimidar, silenciar y generar miedo. De hecho, después de sufrir este tipo de violencia, el 80% de las víctimas decide cambiar su comportamiento virtual, sobre todo autocensurándose en las redes sociales.
  • Cuando se sobrepasan los insultos y el discurso incita a la violencia contra las mujeres, se trata de discurso de odio.
  • La impunidad es casi total. Parte de esta impunidad tiene que ver con que las propias políticas de las plataformas digitales, que perpetúan una cultura y una forma de habitar internet sexista.

Para saber más sobre las violencias de género online, recomendamos este informe elaborado por la abogada Laia Serra. Desgraciadamente, no existen datos sobre la cantidad de denuncias interpuestas, ni sobre los perfiles agresores, ni sobre cómo afecta psicológicamente a las mujeres recibir este tipo de amenazas. De ahí la importancia de los informes, de tener datos y de nombrar las cosas por su nombre. Porque necesitamos conocerlas para protegernos de ellas.

Eva Moure es periodista y trabaja en Oxfam Intermón

3 comentarios

  1. Dice ser acerswap

    Alguno de esos acosos he sufrido yo en el ambito laboral, y soy hombre hetero. Dejad de atribuiros la condicion de victima quitandoselos a los demás.

    04 marzo 2019 | 11:17

  2. Dice ser Cerrribero

    Claro que si, estas «violencias» sólo las pueden sufrir mujeres, ¿en serio te crees lo que escribes?.

    Cualquier persona puede ser susceptible de ser víctima de cualquiera de estas agresiones que dices, hombre o mujer. El victimismo del feminismo hegemónico de hoy en día es abrumador, cualquier cosa que moleste un poco es agresión, y por supuesto solamente si es un hombre el que la hace y una mujer la que la sufre, todo lo demás no merece protección.

    Respecto al «flaming», ahora mencionar algo que no se adapte a tus ideas es agresión? Menuda forma de intentar censurar cualquier postura contraria a la tuya. Tu forma de evr el feminismo consiste en suponer que la mujer necesita protección constante, como si fuera un niño o un incapaz.

    Las mujeres son igual de fuertes que los hombres y no necesitan medidas especiales que las traten como a seres inferiores, son capaces de conseguir lo que necesitan por si solas sin ayuda de Papá Estado.
    Sólo las personas más mediocres abogan por este tipo de apoyos, saben que sin ayuda jamás podrán sentirse realizadas.

    04 marzo 2019 | 11:52

  3. Dice ser acosadoras tambien hay

    Las mujeres son igual de fuertes que los hombres y no necesitan medidas especiales que las traten como a seres inferiores, son capaces de conseguir lo que necesitan por si solas sin ayuda de Papá Estado.

    Bueno, pon a muchas mujeres a trabajar en las minas a 300 metros de profundidad, en prisiones con violadores, terroristas, criminales, asesinos; como bomberos entrando a un edificio en llamas…..

    de cada 100 3 o 4 como mucho se atreven a realizar esas profesiones y restantes, después de no quejarse por las pruebas físicas durísimas (en algunas de ellas) y superarlas igual que el resto de candidatos.

    el porcentaje restante: ay es que tengo miedo, ay es que no tengo fuerza, ay como me voy a meter ahí

    Eso si todas quieren cobrar lo mismo…..

    04 marzo 2019 | 12:51

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