Me niego a… callar

Por Chelo Alvarez-Stehle

#MeNiegoA callar y quiero afrontar y derrotar cada mirada que nos desnuda, cada grosería que escupe a nuestra vagina, cada chiste que nos veja. Por que ahí empieza todo. De ahí a la palmada en el culo, al pellizco en el pezón, al abuso sexual, a la violencia doméstica, a la violación hasta cuando estás borracha e inconsciente, o a la violación dentro del matrimonio, no hay nada. De ahí a la trata y al feminicidio, sólo un paso.

Me niego a callar cuando en el siglo XXI, España se cuestiona si, al fin y al cabo, La manada embistió con consentimiento. Me asusta ver que se sigue considerando a la mujer como un objeto de placer, un objeto consumo, un cuerpo a disposición del hombre. No embistieron solo contra ella, embistieron contra cada una de nosotras.

De las docenas de víctimas que he entrevistado en distintos lugares del mundo muchas admiten haber entrado en estado de shock.  Muchas admiten que se rindieron y cerraron los ojos. Muchas tuvieron experiencias de disociación. Salían del cuerpo y veían cómo las violaban.

Pero la víctima de La manada se negó a callar.

Violencia y silencio. Inseparables. Homófonas.

Mi documental Arenas de Silencio: Olas de valor (Sands of Silence: Waves of Courage), que se emite este sábado 25 de noviembre en TVE, para celebrar el día de la lucha contra la violencia contra la mujer, alude precisamente a esa afasia colectiva que ahoga la pandemia de violencia sexual. De ese férreo vínculo que enlaza todas las caras de la violencia.

Escena del documental «Arenas de Silencio».  Foto: Chelo Alvarez-Stehle

Porque la violencia sexual empieza muchas veces en casa, en el colegio o instituto, en los entrenamientos, en la iglesia. Y gran parte de las víctimas que callan y no sanan se hacen vulnerables a victimizaciones subsecuentes. Algunas se convierten en presa fácil de depredadores. Y sucumben a la violencia doméstica, violación, y en muchos casos a la trata.

Virginia Isaías, la protagonista mexicana de Arenas de Silencio, fue sometida a torturas extremas por los tratantes que la secuestraron en México con su bebé de 6 meses en el regazo. Había muchas otras mujeres con bebés en edad de amamantar. Usaban a los recién nacidos para «romper» a las mujeres y forzarlas a prostituirse. Les forzaban también a intercambiar a los niños y niñas para disuadir el escape.

En el transcurso de la producción de este documental que me llevó ocho años sacar a la luz, y después de más de dos décadas de haber trabajado con víctimas de explotación sexual y trata Asia y las Américas, me di cuenta de que me estaba ocultando algo a mí misma. Al principio pensé que se trataba de mi experiencia como testigo ciego del abuso de una de mis hermanas por parte de un extraño en la playa de Zarautz cuando ella tenía nueve años y yo diez. Decidí contar su historia en cámara y romper el silencio también dentro de mi familia. Al hacerlo dejé la cámara rodando y otras mujeres de mi familia empezaron a compartir sus experiencias de abuso por otras personas. Y yo seguía callada.

Me costó dos años más romper mi propio silencio. Inconcebible. Pero es así la lastra de este silencio que nos autoimponemos. Yo, que llevaba años animando a las mujeres a romper el silencio en todo el mundo, no rompía el mío. Pero llegó un momento en que algo se desgarró en mí. Tuve que implicarme.

Mi caso no tiene comparación. Pero la violencia, como dice mi hermano Luis en la película, no tiene por qué ser violenta. Puede ser sutil, manipuladora, psicológica, verbal. Incluso caricias suaves que parecen placenteras pero capaces de destrozar una inocencia sagrada.

«No importa el grado del abuso» dice en la película Virginia Isaías, «Es cómo lo vivimos. Algo que llevamos tan dentro…» dice cuando le revelo en la película mi propia historia de abuso a los 15 años. «Pero en el abuso, y en el dolor, somos hermanas,» concluye.

 

Chelo Alvarez-Stehle, periodista riojana residente en Los Ángeles, es productora/directora/guionista del documental Arenas de Silencio (Sands of Silence) que se emite en TVE, La Dos, La Noche Temática, el sábado 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, a las 23:30 hr.

Este post forma parte de una serie de entradas creadas específicamente por diversas expertas, en el marco de la campaña #MeNiegoA  de Oxfam Intermón.  Tienen como objetivo sensibilizar y generar debate acerca de la gravedad de las violencias machistas en nuestra sociedad durante los 16 Días de Activismo contra la violencia de género.

 

 

 

 

 

2 comentarios

  1. Dice ser infoshow

    Al ritmo del tam tam. Si tienes una voz agradable te nombraran he hechicera de la tribu. Perlo en españa se puede hacer lo mismo y cobrando un sueldo.

    24 noviembre 2017 | 09:18

  2. Dice ser Realista

    ¡Me niego a callar!: «Siempre hablamos del “maltratador”, pero ¿qué pasa con “la maltratadora”?. http://www.actualidadvaldepenas.com/opinion/monica-tercero-sanchez/siempre-hablamos-maltratador-pasa-maltratadora/20171119111348121017.html

    24 noviembre 2017 | 11:27

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