La lucha de las mujeres por la vivienda en República Dominicana

Por Raquel Checa

La imagen es la de un mar turquesa, de playas de arena blanca donde la mirada se pierde y  de extensos bosques de palmeras y cocoteros que llegan hasta la orilla de la playa. La imagen de un país rico y próspero económicamente, donde el turismo genera recursos valiosos.

Esa visión que muchos tenemos es cierta, pero sólo en parte. República Dominicana (RD) se ha establecido como una de las economías de más rápido crecimiento en América Latina y Caribe en las últimas dos décadas, según datos del Banco Mundial. Entenderíamos que eso debería ser sinónimo de prosperidad económica y bienestar social para toda la población. Sin embargo, la realidad cruel se impone y cuando conoces más allá de los hoteles y de las playas turísticas, cuando puedes caminar por los barrios de Santo Domingo, dar un paseo en barca por el río Ozama en plena capital del país y conversar con su gente, te percatas de que la desigualdad, la corrupción y el clientelismo también existen en este “paraíso”.

Rosa Gisel González en el alojamiento provisional donde vive desde hace años. Imagen de Pablo Tosco / Oxfam Intermón.

La otra imagen del país, que contrasta con la del agua turquesa y las arenas blancas, la vive en primera persona Rosa Gisel González, junto a sus tres hijos y su compañero. Desde hace años están en una casa de madera y chapa de zinc en el llamado ‘albergue Alfa 4’. Es uno de los viejos edificios utilizados para que las familias afectadas por los fenómenos climáticos se refugiaran temporalmente en condiciones precarias hasta ser recolocados en una vivienda digna y segura. «Cada vez que llueve entra un río por la puerta y luego nos pasamos días para secar la ropa y el colchón, lo único que tenemos«.

Como Rosa, muchas otras personas afectadas han sido reubicadas en estos espacios de forma temporal y el Estado se ha comprometido a entregarles una vivienda: una promesa que 10, 19 o 38 años después aún está pendiente de materializar.

El tiempo  pasa y su situación no mejora. El acceso a una vivienda digna es la lucha cotidiana de mujeres con visión de la realidad y activistas como Patricia Gómez, o como Jenny Torres. Y la principal preocupación de miles de mujeres que como Rosa, o  Carmen Lidia,  que viven en los barrios humildes de las riberas del río Ozama. Todas, desde acciones cotidianas a su alcance, batallan por el acceso a los derechos básicos,  y por una vida digna en el país.

‘La cosa en vez de ir pa’lante va pa’trás”, nos dicen. Cuentan cómo los políticos se acuerdan solo de la gente de esos barrios cuando están en elecciones, aparecen prometiendo soluciones y sueños. Pero esas promesas se secan y desvanecen como los girasoles secados al sol. La falta de oportunidades de vivienda y empleo les afectan más a ellas, que acaban siendo víctimas de una doble desigualdad.

Esta realidad no está solo en República Dominicana, lamentablemente. He tenido la oportunidad y privilegio de compartir con unas cuantas mujeres (compañeras) de otros países de América Latina y Caribe, en Guatemala, Nicaragua, Colombia, Perú… Siempre el relato es similar. No en vano esta región se mantiene como la más desigual del mundo.

El problema que detectan estas activistas, y contra el que luchan, es muy similar siempre, salvando las distancias. Países que sí tienen riquezas, que sí generan crecimiento económico, pero que no se traduce en mayor igualdad ni en mejores condiciones para toda la población ni en un mejor bienestar social. Todo se reduce, como me decía María Teresa, de Paraguay, en que los ricos son más ricos y los pobres más pobres cada día. Y la pregunta central ante esta realidad es: y el Gobierno ¿para quién trabaja? Creo que la respuesta ya la conocemos, no hay tanta distancia en esto respecto a la realidad en España, sinceramente.

Pero volvamos a ese imaginario versus realidad en República Dominicana. Volvamos a la historia de miles de mujeres como Patricia Gómez. La realidad de esas historias nos muestra que el 71% de la población en ese país no tiene acceso a una vivienda digna. Las familias viven en condiciones de déficit habitacional extremo: sin acceso a agua potable dentro de la vivienda, con deficiencias en la estructura o en los sistemas de saneamiento, o bien conviviendo varias familias dentro de una misma vivienda.

Si en este momento estás pensando que esta realidad no tiene solución, te digo que sí hay solución y no es compleja.  Un grupo de expertos y organizaciones nacionales e internacionales han estudiado el problema y aseguran que si el Gobierno dominicano destinara el 1% del Producto Interno Bruto –PIB- durante 10 años a inversión en vivienda se lograría acabar con las precarias condiciones de vivienda que sufren más de 6 millones de dominicanos/as. ¿Y de dónde podrá salir ese 1% del PIB? Pues también han desarrollado respuesta para eso y han identificado que actualmente el gobierno dominicano malgasta más del 2,2% del PIB en gastos innecesarios o incorrectos, entre ellos gastos en corrupción, publicidad, gastos innecesarios (tenemos ejemplos muy cercanos que nos ayudan a hacernos una idea de ese malgasto).

Mujeres con visión de la realidad y capacidad de análisis que saben cuánto hay que invertir en vivienda digna y que es viable financiarlo con el presupuesto público. Que una y otra vez reclaman: ¿por qué no lo hace el gobierno dominicano?

Podemos apoyarlas sumándonos a su campaña #CambiemosPrioridades, que han lanzado Oxfam y Casa Ya,  para enviar al Presidente de la República Dominicana una postal con un mensaje muy claro: que las mujeres de su país también pueden soñar con un paraíso para todos. Y que es posible ya.

Raquel Checa es responsable del Área Campañas e Innovación para América Latina y Caribe en OXFAM.

3 comentarios

  1. Dice ser Ignotis parentibus

    COMO LAS HAGAN EL MISMO CASO QUE LOS POLÍTICOS ESPAÑOLES AL ARTICULO ESE DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA QUE DICE «TODOS TIENEN DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y BLABLABLA… QUE ESPEREN SENTADAS.

    11 julio 2017 | 16:40

  2. Dice ser flor

    A ver si lo explicas mejor, que no queda claro si cuando dices población te refieres a hombre y mujeres, solo a mujeres o tratas de generar confusión.

    La pobreza no es inherente al género. ¿o tú crees que si?

    «Pero volvamos a ese imaginario versus realidad en República Dominicana. Volvamos a la historia de miles de mujeres como Patricia Gómez. La realidad de esas historias nos muestra que el 71% de la población en ese país no tiene acceso a una vivienda digna. Las familias viven en condiciones de déficit habitacional extremo: sin acceso a agua potable dentro de la vivienda, con deficiencias en la estructura o en los sistemas de saneamiento, o bien conviviendo varias familias dentro de una misma vivienda.»

    Muy mal el parrafo ese, pero que muy mal.

    A poco que se mire por internet ya se ve de que va el tema de la vivienda en la República Dominicana, como lo cuentas tú no es, lo que haces no es serio.

    12 julio 2017 | 22:45

  3. Dice ser pitiminí

    Sois como el Granma, si no gusta el comentario se censura y punto, mejor eso que debatir.
    Que tengáis buena semana.

    13 julio 2017 | 15:27

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