Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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Remover los cadáveres…¿Bebe El Mundo en fuentes o en charcos?


Peritos del 11-M pedirán la exhumación de cadáveres para analizar el explosivo

Este es el gran titular de portada que lleva hoy El Mundo, arriba, a cuato columnas.

He aquí las fuentes, o charcos sin identificar, de donde El Mundo dice extraer su información de primera página:

«Peritos…»

«…asegura uno de los expertos»

«Los peritos que representan a parte de las acusaciones y defensas…» (¿A qué acusaciones y defensas representan?)

«… uno de los técnicos…»

«…según los peritos…»

(¿Todos los peritos? ¿Qué peritos?)

En página 8 el gran titular, a cinco columnas, es algo más sesgado e inexacto:

Los peritos de las acusaciones y las defensas se plantean pedir la exhumación de los cadáveres

Como se ve, en páginas interiores ya no son «los peritos de una parte de las acusaciones y defensas» (como en la portada) sino todos los peritos del juicio del 11-M.

Las fuentes siguen siendo las mismas, sin identificar:

«… ese mismo grupo de peritos…»

«… los peritos propuestos por las partes…»

(¿Por todas las partes?)

«…los técnicos civiles… están dedicidos…»

«…todos los peritos…»

«…los ocho peritos (cuatro independientes designados por las partes que intervienen en el juicio y cuatro oficiales)…»

«…enfrentamiento entre las partes técnicas…»

«… los dos peritos de la Guardia Civil consideran que ellos no…»

«…según diversos expertos consultados por El Mundo…»

«…otras fuentes consultadas en el ámbito de la ciencia forense…»

«… los técnicos de la Guardia Civil…»

«esos peritos y los de la Guardia Civil también quieren que se investigue la cadena de custodia».

El Mundo lleva también un recuadro destacado a tres columnas y en negrita, bajo una enorme foto de cadáveres del 11-M, con este titular:

Una recogida de pruebas poco rigurosa

En el texto se plantean «dudas sobre la recogida y custodia de los restos de explosivos y la llamada mochila de Vallecas»

Tengo la impresión de que toda esta dudosa y embrollada información de El Mundo trata de generar expectación y dudas ante la declaración que el ex comisario de Vallecas, Rodolfo Ruiz, citado a última hora como testigo por la AVT de Alcaraz, hará mañana, jueves, en el juicio del 11-M.

Habrá que ver la portada de El Mundo del viernes.

Naturalmente, de las tres páginas (portada y pags. 8 y 9) que El Mundo dedica hoy a la pretendida exhumación de cadáveres del 11-M, El País no da ni una sóla línea.

Ya estamos acostumbrados a que la viciosa teoría conspirativa de El Mundo sea seguida unicamente por la pecaminosa radio de los obispos (COPE) y por algún programa de humor nocturno de Radio Intereconomía.

Ningun otro medio de comunicación de España ni del extranjero se hace eco de la teoría conspirativa, que trata de sembrar dudas sobre el proceso del 11-M para relacionar, hasta ahora sin éxito, a la ETA con la matanza terrorista de Atocha.

Para mayor gloria de Aznar.

El viernes por la tarde me voy a Segovia, con los colegas blogueros de «lasideas», a unas jornadas sobre Blogs y Ciudadanía.

Voy a pegar aquí el enlace. Espero que me salga bien a la primera. Ahí va:

eSeg 07, jornadas sobre blogs y ciudadanía

Se admiten sugerencias para dar doctrina sobre esto de los blogs, aunque sean a favor.

Gracias.

JAMS

La desprogramación del limbo

JUAN GOYTISOLO en El País

02/05/2007

Pese al hábito creado por el incesante goteo de malas nuevas que nos depara la lectura matinal de la prensa, la de las últimas innovaciones doctrinales -«fundadas en bases serias»- de Benedicto XVI me anonadó: ¡El limbo no existe! Cuanto cifraba mis anhelos en un Más Allá nebuloso pero sereno, en compañía de algunos patriarcas barbudos y de trillones de niños inocentes privados de la visión beatífica por no haber sido redimidos del pecado original mediante el bautismo, se vino abajo. ¡Y yo, que me veía ya in mente en la galaxia de aquellas criaturas seráficas, libre de la contemplación tediosa del Hacedor, en un estado de indiferencia coriácea forjado por mi experiencia del Más Acá, descubro de pronto que todo se esfuma por culpa de un puñado de teólogos resueltos a enmendar la plana al mismísimo san Agustín! Pensé en el sabio obispo de Hipona y me solidaricé con él, con sus creencias ultrajadas por los consejeros áulicos de Ratzinger.

Entre las alternativas ultraterrenas del monoteísmo, la del ámbito abolido por el actual Pontífice me parece sin duda la más amable. Mi rechazo instintivo del cielo, purgatorio e infierno me aconsejaba acogerme a un limbo, no judicial ni legal, como el de los presos de Guantánamo, sino leve y etéreo, en el seno de un vacío sin límites semejante al que precedió la Creación cuando el Señor tampoco existía o se aburría cruzado de brazos. Soñaba en divagar allí, entre distraído y absorto, sin enterarme de cuanto acaecía a mi alrededor. «¿Estás en el limbo o qué?», me decían a menudo, desde que frecuenté la escuela, amigos y próximos. Pues levitaba ya en una vacuidad irreal, repitiendo sin cesar la pregunta de Leibnitz: «¿Por qué hay algo y no nada?». ¡Confiaba al fin en que mi algo se transmutaría en nonada! ¡Un verdadero alivio después de tanto ruido y furor!

Tras la fatal noticia, verdugo de mis expectativas, el desmentido abrupto por Benedicto XVI de las elucubraciones, no sé si científicas, tocante al infierno de sus antecesores en la silla de Pedro apenas me afectó. El cese de la nueva concepción de éste como el estado psíquico de quien no disfruta de la contemplación divina y el retorno a la antigua -la del fuego real en el que los precitos arden para toda la eternidad- revela sobre todo los vaivenes de la infalibilidad papal establecida como dogma de fe por Pío IX. Confieso que la vuelta al binomio pecado / terror en el que la Iglesia funda su dominación, y a Dante, al divino Dante, con su descripción sublime y espeluznante de los círculos concéntricos del infierno, de las calderas de Pedro Botero, me embebió de nostalgia y secreta satisfacción. Mi memoria retrocedió seis décadas, a los ejercicios espirituales de los Padres de Sarriá y Manresa, tan similares en su escenografía y crescendo patético a los descritos por Blanco White de la Cueva del Padre Vega y por Joyce en su primera e inolvidable novela. Lo que ahora soy lo debo en gran parte a ellos. ¿Cómo mostrarme desagradecido con quienes me enseñaron de una vez para siempre a dudar y a pensar por mi cuenta?

Así y todo, la rutina mental y alicorta inspiración de Ratzinger me llenaron de decepción. En su obsesión por preservar la raíz cristiana de Europa, combatir el supuesto totalitarismo laico y atrincherarnos en nuestra identidad irreductible, el sucesor de Juan Pablo II perdió la magnífica ocasión de recurrir a la visión escatológica de Ibn Arabi, mucho más próxima a la sensibilidad del creyente civilizado de nuestro tiempo. Para el místico de Murcia -convencido de que Dios es misericordioso y de que la reiteración del sufrimiento nos habitúa inevitablemente a él- existirían, junto a los seres terrestres, acuáticos y aéreos, una cuarta especie, la de los ígneos, que viven en el fuego su felicidad natural. Pero nuestro actual Pontífice carece de imaginación y se empeña en darnos más de lo mismo. Ante el creciente descreimiento de su grey, truena con sus cardenales y obispos contra el mortífero relativismo moral, la disolución de las costumbres, la quiebra de la familia, el divorcio, el aborto, los anticonceptivos, el matrimonio gayo, etcétera, con acentos dramáticos, casi apocalípticos. Los benditos gemelos polacos no le consuelan de las desventuras denunciadas por Cañizares y Rouco. Muy significativamente, la ostentación de riqueza y el tren de vida de las altas jerarquías de la Iglesia, para no hablar ahora de su propia exquisitez de gurmé -champán francés y trufas después de su lección magistral de Ratisbona, según nos reveló la prensa-, exquisitez en los antípodas de la pobreza de Jesús de Nazaret y de la miseria reinante en la mayoría del planeta, no parece preocuparle en exceso. Como los salafistas resueltos a imponer el modelo primordial de los «cuatro califas justos», Benedicto XVI vuelve la vista a san Pablo, a Constantino, y al polvo acumulado por los dogmas de los viejos Concilios. Tras el fallido aggiornamento de Juan XXIII, retornamos al latín, al fuego eterno, al anatema de la Ilustración y sus doctrinas impías, a los buenos tiempos del Syllabus y de Pacelli, a las verdades macizas y sólidas del catecismo…

Magnánimo como soy, se lo perdono todo excepto el contratiempo que supone para muchos la desalmada desprogramación del limbo.

Juan Goytisolo es escritor.

El PP sube y el PSOE baja ¿en qué diario?
Turquía contra el Papa no es noticia para El Mundo

Las de hoy son portadas ya clásicas, casi aburridas. El sujeto que manda, a toda página, en El Mundo es «El PP» y el verbo que le acompaña es «sube»:

El PP sube (…) mientras el PSOE baja (…)

El País manda con Zapatero como sujeto y le adjudica el verbo «replica»:

Zapatero replica al PP (…)

Las protestas contra la visita del Papa en Turquía son casi invisibles en El Mundo.

Y de la guerra en contra y a favor la enseñanza de la religión en las aulas sólo quedan restos del informe del Consejo de Estado en esta breve información de El País.

Tampoco se hace eco El Mundo de la doctrina impartida por los obispos españoles este fin de semana y que ha valido para todo un comentario editorial en El País, que repoduzco aquí por su interés.

Tengo la impresión de que la Iglesia -que apenas organiza ahora manifestaciones contra el Gobierno de Zapatero-recibe un tratamiento de perfil bajo en El Mundo.

EDITORIAL de El País

Instrucción pastoral

27/11/2006

Los obispos dieron a conocer el viernes un resumen de su instrucción pastoral sobre «la situación actual de España», elaborada con el objetivo de orientar moralmente a sus fieles y animarles a participar en la vida pública. Loable función de los prelados, que, en un ejercicio de autocrítica poco habitual, indagan también en las causas de la indiferencia y el agnosticismo de la sociedad, e intentan espantar la tentación de la «acuciante desesperanza» que se extiende entre los católicos por lo que llaman «pérdida de influencia».

Una instrucción pastoral no es el catecismo, pero sí doctrina oficial de la Conferencia Episcopal, que ha hecho apenas una decena de estos documentos desde su creación. Ello subraya la excepcionalidad que los obispos aplican a la «situación actual». En España, según ellos, se reabren las viejas heridas y enfrentamientos de la Guerra Civil por utilizar la «memoria histórica con mentalidad selectiva»; existe un alarmante laicismo, «radical y excluyente», guiando la legislación del Gobierno; el relativismo comete la impertinencia de engrandecer al hombre, «colocándolo en el centro de todo», y la unidad nacional no está siendo tratada con la responsabilidad que aconsejaría «la verdad de los hechos y de la historia». También sostienen los obispos que los procedimientos democráticos «no son la última referencia moral».

Estamos hablando del resumen de la instrucción pastoral facilitado a la prensa el viernes. Es de suponer que el documento completo argumente afirmaciones tan arriesgadas, por no decir irresponsables. Es cierto que los procedimientos democráticos, despojados de otros valores, no son ejemplares (morales) per se, pero lo son más que el totalitarismo o el absolutismo pontifical. Y no es la memoria o el recuerdo de las víctimas de la Guerra Civil lo que divide a los españoles, sino comportamientos del entorno eclesial que parecen añorar el ambiente guerracivilista de un pasado lejano. Como diría el poeta, la memoria libera al hombre de la brutalidad. Los obispos deberían tomarla más en cuenta, no sólo para recordar, como hacen, supuestas aportaciones al «establecimiento de la democracia» en 1978, sino para aprender de pasadas contribuciones a la trágica pérdida de esas libertades y al sostenimiento de la cruzada franquista. Ni siquiera la doctrina sobre la lacra del terrorismo, o sobre el nacionalismo, está libre de politización. Los obispos ofrecen atinados consejos, como que el Gobierno, los partidos y las instituciones «están obligados a anteponer la unión contra el terrorismo a sus legítimas diferencias», pero no han podido disimular su madrugadora aversión ante el proceso de diálogo abierto por el actual Gobierno.

FIN

Como decía antes, me ha sorprendido la escasísima importancia que El Mundo -siempre tan solícito con Su Santidad– dedica hoy a las reacciones en Turquía contra la visita que mañana inicia el Papa a este país 90% musulmán.

La portada del International Herald Tribune lleva una gran foto de los turcos contra el Papa semejante a la de El País.

—-

Mientras tanto, en otras partes del mundo civilizado, la Religión se enfrenta de nuevo a su más terrible enemigo: la Ciencia.

¡Vuelve la Ilustración!: «Lucha libre entre Ciencia y Religión»

Una reunión de grandes sabios, recién celebrada en La Joya (California), se ha convertido en una especie de pistoletazo de salida para una nueva Ilustración en el sigo XXI.

Por lo que ha publicado el New York Times, el pasado 21 de noviembre, los debates sobre Ciencia y Religión no tienen nada que envidiar a los más clandestinos de los enciclopedistas y otros racionalistas que precedieron a la Revolución Francesa.

El título de la información del New York Times no puede ser más expresivo:

A Free-for-All on Science and Religion

(«Lucha libre entre Ciencia y Religión»)

El autor es GEORGE JOHNSON

Foto de un grupo de científicos reunidos en La Joya. Richard Dawkins, autor del libro «God Delusion» («Ficción de Dios», «Alucinación de Dios» o «Engaño de Dios», no se como traducir exactamente la palabra «delusion») aparece en la foto con un libro en la mano.

Vale la pena leer el artículo, incluso para los creyentes. He esperado hasta hoy por falta de tiempo, de conexión y también por ver si El País -que tiene los derechos de los servicios del NYT– lo publicaba en castellano.

Si no lo hace, intentaré traducirlo yo mismo o resumirlo cuando tenga más tiempo.

(Estoy seguro de que mi vecino de blog Manuel Saco disfrutará leyéndolo tanto como yo.)

El artículo describe una conferencia entre cientificos ateos o agnósticos (la aplastante mayoría y, por lo que leo, bastante envalentonados) y cientficos creyentes (en minoría) que resultó ser un auténtico duelo dialéctico sobre razón y fe.

Al final, los científicos ateos insistieron en la necesidad de tomar un papel más activo para predicar el ateísmo, y no dejar todo el campo libre a los creyentes que, según ellos, «nos están lavando el cerebro».

Hay muchas «perlas» como esta:

“Anything that we scientists can do to weaken the hold of religion should be done and may in the end be our greatest contribution to civilization.”

(«Cualquier cosa que los cientificos podamos hacer para debilitar el arraigo de la religión debe hacerse y, al final, puede que ésta sea nuestra contribución mas grande a la civilización.»)

O ésta otra:

«El mundo necesita despertarse de su larga pesadilla de la religión».

La religión fue denunciada como «lavado de cerebro» y «abuso infantil» por los cientificos ateos que, además, regañaron a sus colegas por haberse tragado el otro «lavado de cerebro» que consiste en que hay que respetar las creencias religiosas.

Dice otro:

«Estoy harto del respeto que, mediante lavado de cerebro, nos han hecho creer que debemos conceder a las creencias religiosas.»

Hay muchas frases más queno tienen desperdicio.

O sea que los cientificos (entre los que había varios premios Nobel) creen que ha llegado la hora de hacer campaña a favor de la ciencia y en contra de la religion.

Muchos de ellos escriben libros, van a conferencias, aceptan invitaciones a debates de los fundamentalistas «creacionistas» y pregonan la necesidad de hacer campaña a favor de la ciencia con las mismas técnicas que las instituciones religiosas.

El International Herald Tribune ha publicado anteayer una versión resumida de la de su diario matriz, el NYT con el título:

Cuando los científicos se convierten en evangelistas

Intentaré pegar el PDF, por si se puede leer, y la foto de estos promotores de la Segunda Ilustración contra el Oscurantismo.

Ya era hora.

Suicidios de vírgenes: otro terrorismo islámico

Ayer lo leímos en casa en el Herald Tribune y nos puso los pelos de punta. Hoy lo veo reproducido en El País en castellano y no puedo resistir la tentación de copiarlo y pegarlo para compartir la misma rabia con los lectores menos fanáticos de este blog.

Desde luego, aunque sólo sea por salvar a tantas chicas jóvenes del fanatismo/terrorismo religioso de sus padres, es mejor tener a Turquía dentro de la Unión Europea que fuera de ella.

Lean, si pueden.

REPORTAJE

De los asesinatos por ‘honor’ a los suicidios forzados

Algunas familias turcas inducen a sus hijas a quitarse la vida para ‘lavar’ la ‘deshonra’ de enamorarse o ir al cine

DAN BILEFSKY (IHT)

EL PAÍS – Sociedad – 14-07-2006

Algunas chicas son encerradas en una sala con una soga, una pistola o raticida

A la joven Derya, de 17 años, le dio la orden de quitarse la vida su tío, con un mensaje a su teléfono móvil: «Has manchado nuestro nombre. Mátate y limpia nuestra vergüenza o te mataremos primero». Derya explica que su delito había sido enamorarse de un chico que conoció en la escuela. Y ella sabía qué riesgos comporta eso: su abuelo mató a su tía por verse con un chico.

Pero después de haber estado enclaustrada y con la cabeza cubierta la mayor parte de su vida, se sintió libre por primera vez y quiso expresar su independencia, dice.

Cuando las noticias de su idilio se extendieron por la familia, su madre le advirtió de que su padre la mataría, pero la chica se negó a escucharla, según su relato. Entonces llegaron los mensajes amenazadores enviados por sus hermanos y tíos, a veces hasta 15 diarios.

Derya consideró que equivalían a una sentencia de muerte. Avergonzada y temiendo por su vida, acató los deseos de su familia, relata. Primero se arrojó al río Tigris, pero sobrevivió. Luego se colgó, pero un tío la salvó. A continuación se cortó las venas de las muñecas con un cuchillo de cocina.

«Mi familia atacó mi personalidad y sentí que había cometido el mayor pecado del mundo», explica en una casa de acogida donde ha cambiado el velo por los vaqueros. «Sentí que no tenía derecho a deshonrar a mi familia y que no merecía seguir viva.

Así que decidí respetar su deseo de que yo muriera». La joven rechaza dar su apellido, por miedo a que su familia aún la persiga.

A casos como este se les llama «suicidios de vírgenes». Cada pocas semanas, una mujer joven intenta quitarse la vida en el sureste de Anatolia, una región kurda, rural, pobre y con gran influencia del Islam conservador.

Algunas han sido lapidadas hasta la muerte, quemadas vivas, estranguladas o tiroteadas. Y eso por cosas como haber mirado a un chico, llevar falda corta, querer ir al cine, ser violada (por un pariente o un extraño) o tener relaciones sexuales fuera del matrimonio.

Para lograr el ingreso en la Unión Europea, Turquía ha agravado los castigos a los asesinatos de honor. Se castigan con cadena perpetua (antes el castigo era leve, sobre todo si el autor era menor de edad). Pero las muertes no han cesado: ahora se producen de otra forma.

Los padres, para evitar que sus hijos sean duramente castigados por asesinar a sus hermanas, presionan a sus hijas para que se suiciden.

Las asociaciones de mujeres aseguran que las pruebas apuntan a que un creciente número de chicas deshonradas son encerradas en una habitación durante días con raticida, una pistola o una soga, y que sus familias les dicen que la única solución para salvar el honor es la muerte.

Ha habido tantos suicidios en la región que Naciones Unidas mandó una delegación el mes pasado para investigar. La responsable, Yakin Ertuk, concluyó que algunos suicidios eran auténticos pero que otros parecían ser «crímenes de honor disfrazados de suicidios o accidentes».

Grupos de defensa de los derechos humanos señalan que la moda reciente de los suicidios forzados es una indeseada y siniestra consecuencia de la presión de la Unión Europea sobre Turquía para que endureciera el castigo en los asesinatos por honor. La UE ha advertido a Turquía de que vigila sus progresos en materia de derechos de la mujer y de que su fracaso podría impedir su ingreso.

Hasta hace poco tiempo, los familiares de una chica deshonrada elegían normalmente a un hermano menor de edad para que la ejecutara. Por su juventud, el chico recibía una corta condena de prisión.

Las sentencias se hacían más leves también con el argumento de que un familiar le había instigado a cometer el asesinato. Pero en los dos últimos años, Turquía ha reformado el Código Penal y ha establecido condenas a muerte para los crímenes de honor, aunque estos sean cometidos por un menor.

Esto ha hecho que las familias tomen otras medidas, como obligar a las chicas a suicidarse, o asesinarlas y disfrazar la muerpor suicidio o accidente.

Derya cree que el problema de fondo es la falta de igualdad entre los sexos. «En mi pueblo y en la tribu de mi padre», relata, «los chicos están en el cielo y las chicas somos tratadas como si estuviéramos bajo tierra».