Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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Visto el sumario, El Mundo parió un ratón

El gran titular de El Mundo de hoy es -¡sorpresa!- sobre ETA.

El gran titular de El País es -también ¡sorpresa!- sobre el terrorismo islamista.

El Mundo, a 2 columnas:

«La Guardia Civil trabaja como si el proceso con ETA fuera a salir mal»

El País, a 4 columnas:

Los grupos terroristas islamistas aumetan su proselitismo en España

He seguido con bastante interés -con más del que merece, visto lo visto- la arriesgada insistencia de Pedro Jota Ramírez en lavar la cara del ex presidente José María Aznar, tiznada por sus mentiras que, entre el 11 y el 13-M de 2004, atribuían a ETA la autoría de la matanza de Atocha.

La libertad de expresión ampara sus opiniones -faltaría más-, como la que expresa hoy en esta columna que adjunto hasta donde he podido leer. (Luego me puse a cocinar la paella dominguera).

Me ha llamado la atención la fuerza con que Pedro Jota se agarra a un clavo ardiendo como es la información procedente de un «bloguero enmascarado» -quizás un troll como los que pueblan mismamente este blog- o del tal Luis del Pino, que ha saltado a la fama por los presuntos agujeros negros del 11-M muy en línea con la COPE y El Mundo.

Despues de tanto ruido, la montaña parió un ratón. Es decir, la gran exclusiva ha consistido en comparar unas declaraciones imprecisas de un jefe policial ante la Comisión del Congreso, de hace dos años, y el contenido del sumario judicial.

Y sobre una confusión del todo por la parte o de la parte por el todo (la nitroglicerina está en casi todas las dinamitas pero hay algunas dinamitas que no contienen nitroglicerina) El Mundo -y lo que es más grave, el PP– ha cuestionado todo el sumario del 11-M .

Ahora dice Pedro Jota, basándose siempre en que tuvo razón con el GAL, que tarde o temprano se sabrá «su» verdad. Ya lo veremos. Pero no se puede vivir eternamente del pasado.

Imagino que, a partir del conocimiento del sumario y sobre todo del comienzo del jucio del 11-M, Pedro Jota tendrá que engordar el problema si no puede resolverlo. Como José María Aznar y sus «pinochos» del 11 al 13-M, el director de El Mundo puede entrar en un callejón obsesivo sin salida.

Algunos individuos han descubierto la fórmula para preservar su empleo sin resolver los problemas que se le plantean a diario: basta con engordar el problema. Cuanto más gordo se haga el problema, más difícil será su solución por cualquiera que quiera intentarlo.

Otra fórmula, más antigua aún, es la del bombero pirómano: incia el foco y sabe mejor que nadie donde atajarlo. Así se asegura la medalla o el ascenso. Hoy podría llamarse el «bloguero pirómano».

Recuerdo hoy al genial Bagaría, dibujante humorista del diario El Sol (no el de Ríos Rosas de 1842, ni el de mis pesadillas de 1990 sino el de Ortega y Gasset y Nicolás M. de Urgoiti de 1917).

En plena dictadura del general Primo de Rivera se produjo una caza y captura generalizada de políticos del régimen constitucional derrocado por el golpista. Pero llegó un momento en que ya no quedaban políticos demócratas que perseguir.

Según el relato humorístico de Bagaría, los expertos de Primo de Rivera encargados de identificar y cazar a esos políticos enemigos de la Dictadura, temiendo por la continuidad de su lucrativo empleo, decidieron crear un vivero de políticos a los que poder perseguir para conservar su posición y ganar medallas.

Naturalmente, si Bagaría lo hubiera contado así hubiera dado con sus huesos en la cárcel o en Fuerteventura, como Unamuno.

Habló del equipo de «matamonstruos» de un país lejano y del riesgo que corrían sus empleos si se extinguían los monstruos. Por eso decidieron crear un vivero de monstruos que diera continuidad a su negocio.

¿Qué sería de Pedro Jota sin obsesiones conspiranoicas? Debe tener un viviero de ellas junto a su piscina, finalmente legalizada por los «monstruos».

El Mundo apenas nos ofrece información del sumario del 11-M. El País, en cambio, se toma hoy la revancha y publica dos páginas completas sobre dinamitas y nitroglicerinas.

Finalmente, ha entrado al trapo de Pedro Jota y lo ha hecho de una forma que a mi me ha parecdio demoledora. Vean estas páginas firmadas por José Manuel Romero:

Y esta es la información que acompaña a los anteriores cuadros. El reportaje es un poco largo pero creo que vale la pena conservarlo en el archivo de este blog para beneficio, incluso, de «troleros»:

11-M, el fin de una investigación

REPORTAJE

Goma 2 ECO en los escenarios del crimen

Decenas de informes periciales acreditan el origen del explosivo y conducen a los autores del 11-M

El atentado terrorista más grave cometido en España, el 11 de marzo de 2004, ha tenido la investigación más exhaustiva en la historia de nuestro país. Durante 28 meses, el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ha dirigido unas pesquisas en las que se han rastreado miles de llamadas telefónicas -como nunca anteriormente-, se han elaborado decenas de informes periciales de una complejidad extrema, se ha movilizado a cientos de agentes de policía y de guardias civiles, se han formalizado comisiones rogatorias e investigado otras tramas de terrorismo internacional. EL PAÍS, una vez concluido el sumario del 11-M, inicia una serie de artículos sobre esta investigación judicial.

JOSÉ MANUEL ROMERO – Madrid

EL PAÍS – España – 16-07-2006

La dinamita se robó en una mina con miles de kilos de explosivos y sin vigilancia por la tarde

En el sumario del juez sobre el 11-M no hay ninguna referencia a la nitroglicerina

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Goma 2 ECO en los escenarios del crimenCiento treinta kilos de dinamita del tipo Goma 2 ECO, una sustancia gelatinosa y blanca de gran capacidad destructiva, fueron distribuidos en 13 bolsas de deporte y repartidos por los vagones de cuatro trenes que hacían el recorrido entre Alcalá de Henares y Madrid en la hora punta de la mañana del 11 de marzo de 2004. Diez de esas bombas estallaron a las 7.40 de aquel día activadas por el zumbido del servicio despertador de otros tantos teléfonos móviles adosados a las cargas explosivas. Tres mil personas viajaban a esa hora en esos trenes: 191 murieron y otras 1.500 resultaron heridas.

Los policías expertos en desactivación de explosivos que acudieron a los cuatro focos donde estallaron las bombas tomaron muestras de «metal, plástico, telas, clavos diversos, material aislante, tierras y sustancia pulverulenta de color rosado (utilizada en la extinción de incendios)» para efectuar los primeros ensayos analíticos sobre la única pista disponible en ese momento para aclarar el mayor atentado en la historia de España.

LA PRIMERA PISTA Componentes de dinamitas

El informe de la Unidad Central de Desactivación de Explosivos NBQ remitido al juez (páginas 119 y siguientes del auto de procesamiento), señala que en las estaciones de Atocha, Santa Eugenia, El Pozo y en el tramo de la calle Téllez donde explotaron los artefactos explosivos se comprobó la presencia «de algunos componentes [sin especificar cuáles] de los explosivos conocidos como dinamitas».

De los 12 focos de explosión analizados (10 artefactos que estallaron y dos más que fueron explosionados por la policía), los Tedax acreditaron la presencia de «componentes de dinamita» en 10 de ellos, en otros dos (foco número 2 de la calle de Téllez y foco número 3 de la estación de El Pozo), no hallan «ninguna sustancia digna de mención».

Los policías que firman el informe recuerdan que es imposible «signar el nombre comercial de la dinamita que ha sufrido una reacción explosiva, ya que en ella desaparecen determinados componentes que hacen imposible tal designación». En las primeras horas tras el atentado, algunos mandos policiales informaron a los dirigentes políticos del Gobierno del PP de que la dinamita utilizada fue Titadyne, la empleada por ETA durante los últimos años. Aquella información llevó al ministro del Interior, Ángel Acebes, a mantener que ETA había puesto las bombas en los trenes. Sólo unas horas después, la policía descartó al completo que se tratara de ese tipo de dinamita.

El 7 de julio de 2004, algunos meses después del atentado, el comisario jefe de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, detalló ante los diputados que investigaban el 11-M en el Congreso algo que no figuraba en los informes y que el PP, muchos meses después, considera clave para cuestionar toda la investigación judicial y policial.

Sánchez Manzano declaró: «En algunos casos, no en todos, cuando se hace el análisis de los restos del foco de la explosión logramos encontrar restos de nitroglicerina, y la nitroglicerina es el componente de todas las dinamitas», explica el comisario. Cuando en la misma comisión de investigación, el diputado popular Jaime Ignacio del Burgo le preguntó al mando policial si era un experto en explosivos, Sánchez Manzano confesó: «En explosivos, no; soy un experto en desactivación de explosivos».

Sánchez Manzano se equivocó porque la dinamita Goma 2 ECO no lleva ese componente sino nitroglicol. El pasado jueves, el comisario jefe de los Tedax firmó una nota en la que reconocía que utilizó indebidamente el término nitroglicerina: «Se debió a la asociación del citado término con la palabra dinamita, ya que la nitroglicerina está universalmente ligada a las dinamitas en general y no a ninguna en concreto, siendo en ese contexto explicitado en el que se produjo, es decir, por asociación natural».

En el sumario del 11-M no hay ninguna referencia a la nitroglicerina. Se incluye tan sólo el informe pericial remitido al juez el 27 de abril de 2004, tres meses antes de que Sánchez Manzano detallara en el Congreso lo que sus expertos no habían dicho. En el informe pericial se habla sólo de «componentes de dinamitas». El tipo de dinamita sólo se descubrió al desactivar una de las tres bombas que no llegaron a estallar en los trenes. Ese trabajo de un tedax facilitó la segunda pista, muy relevante por la información que contenía. El descubrimiento se produjo en la madrugada del 12 de marzo en el parque Azorín del barrio de Vallecas.

LA BOMBA DESACTIVADA Una custodia bajo sospecha

Una de las 13 bolsas con explosivo introducida en los trenes no estalló ni fue explosionada por los agentes. El artefacto pudo ser desactivado en la madrugada del 12 de marzo en un parque de Vallecas y su composición, debidamente acreditada en un informe pericial, dio una de las claves para desentrañar cómo se preparó el atentado y quién lo perpetró: «Nitrocelulosa, nitroglicol, nitrato amónico, ftalato de dibutilo y carbonato cálcico», componentes de la dinamita Goma 2 ECO fabricada por Unión Española de Explosivos.

El PP, partido que gobernaba cuando ocurrió el atentado y que dirigió a través de los jefes policiales de su confianza toda la investigación en el mes y medio siguiente, ha cuestionado que esa bolsa con la bomba desactivada en Vallecas, hubiera estado realmente en los trenes y formara parte del paquete de artefactos que los terroristas montaron para atentar en Madrid.

La sospecha del PP, defendida y difundida un año y medio después de los hechos y no respaldada por ninguno de los mandos policiales que puso al frente de aquella investigación el Gobierno de Aznar (ni Jesús de la Morena, comisario general de Información, ni Gómez Pintado, subdirector general de Policía han hecho nunca referencia a este hecho), se basa en una supuesta falta de custodia de esa bomba, que fue de la estación del Pozo a la comisaría de Vallecas y de allí al Ifema, donde se habían agrupado todos los cadáveres. Desde ese lugar regresó a la comisaría de Vallecas, momento en el que se descubrió la existencia del artefacto explosivo y se desactivó.

La inmensa mayoría de los policías que participaron en la vigilancia de esa bolsa han declarado ante el juez que en ningún momento se perdió su custodia y control.

Los componentes encontrados en la dinamita de la bomba desactivada en Vallecas (nitroglicol y otros) se repetirían en el resto de analíticas que se hicieron respecto a nuevos descubrimientos de explosivos en escenarios relacionados con la matanza de los trenes.

Nitroglicol había en el escaso explosivo encontrado en interior de la furgoneta aparcada junto a la estación de Alcalá de Henares en la que los terroristas trasladaron su carga mortífera. Esa misma dinamita se localizó en los análisis de restos hallados en la moqueta del maletero de un vehículo de Hichan Ahmidan, hermano de El Chino, uno de los autores del 11-M que se suicidó en Leganés y que fue clave para conseguir la Goma 2 con la que provocar la matanza.

La dinamita almacenada en el piso de Leganés por los terroristas era también de la misma marca y composición. Al igual que la encontrada en el artefacto explosivo colocado junto a las vías del AVE a la altura de Mocejón (Toledo).

METRALLA EN LAS BOMBAS Clavos y tornillos iguales

Los agentes también analizaron los clavos utilizados como metralla en las bolsas bomba hallados en los cuatro focos de la explosión. No se pudo determinar el tipo de dinamita a causa del estallido pero quedaron rastros del contenido de las bolsas de la muerte que ayudaron a hilar cabos y sumar evidencias. A cada tipo de clavo le fueron asignando letras. Ejemplo: Modelo A es un «tornillo de rosca para madera con cabeza de estrella de 35 milímetros de longitud y 3,5 milímetros de diámetro total; modelo B es un tornillo de rosca para madera con cabeza de estrella de 50 milímetros de longitud…».

La tornillería rescatada de los vagones donde estallaron las bombas coincide en algunos de sus modelos con los 640 gramos de metralla localizados en el artefacto desactivado en Vallecas. No fueron las únicas coincidencias relacionadas con el explosivo que la investigación, ahora concluida por el juez Juan del Olmo, pudo reunir a lo largo de 28 meses de trabajo.

DETONADORES Comprados por una explotación minera

En los distintos escenarios utilizados por los terroristas (la furgoneta en la que trasladaron los explosivos, las casas de Leganés y Chinchón donde almacenaron la dinamita y montaron los artefactos, la línea del AVE contra la que pretendían atentar, la bomba desactivada en Vallecas) se encontraron cinco modelos de detonadores, todos ellos fabricados por la Unión de Explosivos Ensing Bickford (UEB) y todos suministrados a la explotación minera asturiana de la que, según descubrió la investigación algunos días después del atentado, se sustrajo la Goma 2 ECO.

«Las investigaciones policiales, tanto las realizadas inicialmente por el Cuerpo Nacional de Policía, como después por la Guardia Civil, identificaron el lugar de procedencia de las sustancias explosivas utilizadas en los atentados por el tipo de detonador recuperado (…) Lo que fijó el lugar de procedencia de la dinamita fueron dos detonadores encontrados en la furgoneta de Alcalá de Henares (ese tipo se consumía en la Península sólo en la empresa Caolines de Merillés). Posteriormente se hallan más detonadores de ese tipo en el artefacto colocado por los terroristas en las vías del AVE en Mocejón (Toledo) y en el desescombro del piso de Leganés» (página 157 del último auto judicial sobre el 11-M).

La dinamita que dejó 191 muertos había sido robada en la mina Conchita, una explotación asturiana con horario diurno (sólo se trabajaba de 8.00 a 15.00), que por la tarde carecía de cualquier vigilancia pese a almacenar miles de kilos de explosivos. A esa conclusión se llegó con el desescombro de Leganés, «momento en que se recuperan envoltorios o fajas de los cartuchos». «Cuando el análisis de los envoltorios o fajas de los cartuchos se hace, se descubre que todas y cada una de las numeraciones llegaron a la empresa Caolines de Merilles», que regentaba la mina Conchita. La Goma 2 ECO que mató a 191 personas se escapó por los tremendos agujeros en la seguridad de una explotación minera.

UNA MINA SIN VIGILANCIA Sobrantes a la intemperie

Los paquetes de dinamita Goma 2 ECO que no se gastaban de ocho de la mañana a tres de la tarde se dejaban al aire libre en muchos casos o en minipolvorines de fácil acceso, según han declarado al juez la mayoría de los trabajadores de la explotación minera.

– «Nunca hemos bajado el sobrante del explosivo al terminar la jornada, ni se lo dábamos al vigilante ni lo depositábamos en los minipolvorines, se quedaba allí».

– «Los detonadores los cogíamos nosotros mismos, el vigilante no hacía demasiado caso».

– «Esoy cansado de ver cajas de dinamita en el exterior de los bocaminas. Había cuatro minipolvorines y en cada uno entraban dos cajas. La dinamita que venía, si no se podía gastar, no se guardaba, quedaba en la entrada de las bocaminas».

– «Nunca devolvíamos la dinamita sobrante al vigilante, la escondíamos en el tajo para el día siguiente». (Páginas 164 a 168 del último auto judicial de Del Olmo).

«El 23 de enero de 2004 llegan a la mina Conchita 300 kilogramos de Goma 2 ECO, de los que entre 175 y 300 llevaban la numeración 044 E 071, hallada en el piso de Leganés. Esta fue la única remesa que llegó a la mina Conchita con esa numeración» (página 75 del último auto judicial de Del Olmo).

José Emilio Suárez Trashorras, ex empleado de la mina Conchita y delincuente habitual dedicado al tráfico de estupefacientes, ayudó a los terroristas del 11-M a conseguir los kilos de Goma 2 necesarios para atentar en los trenes. Primero les facilitó directamente la dinamita enviando a colaboradores suyos a Madrid para entregar la mercancía a Jamal Ahmidan, El Chino, con el que Trashorras tenía tratos relacionados con el tráfico de drogas, según han reconocido él mismo, su esposa y su cuñado.

Estos hechos han quedado suficientemente acreditados por la confesión de las personas que llevaron en mano la dinamita a El Chino, uno de los terroristas del 11-M que se suicidó en el piso de Leganés. Además, figuran en una sentencia firme que condenó al único menor que participó en estos hechos.

LA ÚLTIMA INCÓGNITA El confidente no avisó

Durante la investigación del 11-M se conoció que el delincuente Rafá Zouhier, confidente de la Guardia Civil, llegó a delatar al ex minero Suárez Trashorras y a su cuñado, Antonio Toro, por tráfico de explosivos. Y que incluso llegó a mostrar a los agentes para los que trabajaba de confidente alguna muestra del explosivo con el que trabajaba Trashorras. Zouhier llegó a denunciar que había avisado de la operación por la que el ex minero iba a facilitar los explosivos del 11-M a Jamal Ahmidan, El Chino. La investigación judicial ha permitido acreditar que esa circunstancia no se produjo nunca. Zouhier dejó de informar a la Guardia Civil de sus contactos con Trashorras para la venta de explosivos en cuanto puso en contacto al ex minero con El Chino, en otoño de 2003. Aquellos contactos fructificaron unos meses después. Entre los primeros días de enero y los últimos de febrero, El Chino logró más de 200 kilos de Goma 2 ECO robados por Trashorras.»

FIN