Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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Cuchillos gratis, fuera de los titulares de pago

Cuando García Lorca escribió el «Prendimiento de Antonio el Camborio», se lamentó de la falta de cuchillos, en manos de aquellos gitanos que iban por el monte solos:

«Están los viejos cuchillos

tiritando bajo el polvo».

Si Federico levantara hoy la cabeza… Quizás se sorpendiera, como muchos de nosotros, al comprobar que los cuchillos más afilados no son los que brillan a diario en los titulares de la prensa. Ahora te los dan gratis, al comprar el diario por un euro, o te los venden por un euro y, a cambio, te regalan el diario.

Curiosa promoción cuchillera ésta que hace El País para aumentar su difusión, con este titular:

«El martes, cuchillo afilador»

¡Vaya colección!

Hoy me enteré de que, agotados los utensilios de cocina, los diarios de pago van a vender y/o regalar productos textil-hogar (servilletas, mantelerías, toallas, etc.). Debemos estar atentos para cuando acaben con la cocina y el comedor y le toque el turno al cuarto de baño o al dormitorio. Junto a promociones tan afiladas, los titulares pueden parecen hermanitas de la caridad.

A este ritmo, me van a estropear la materia prima del blog.

Mi gozo en un pozo. Más cornadas da un verbo mal puesto que un toro bravo.

Por mucho que regalen afilados cuchillos de cocina, los directores de marketing no van a ganar a los editores de las portadas en el dudoso arte de manejar la navaja, el florete, el espadín, el sable, el estoque o el garrote.

Veamos simplemente los verbos de hoy:

Sufre, vive, hunde

El Mundo:

«La Bolsa sufre…»

El País:

«El Ibex vive…»

Público:

«Bush hunde…»

El más gracioso es, a mi juicio, el titular de «El Mundo» cuya segunda parte (Solbes dice que «tampoco hay que exagerar«) parece haber sido escrita después de que el vicepresidente hubiera leído la primera parte del titular pedrojotero («hecatombe«: sacrificio de cien toros).

Claro que si sacan los cuchillos fuera de los titulares, siempre nos quedarán las fotos, mucho más afiladas.

¿A qué diario de pago pertenece la foto del alcalde Gallardón, entretenido con su movil sin antender al discurso de su jefe Rajoy?

¿A qué diario de pago pertenece la segunda foto de Gallardón aplaudiendo con fervor el discurso de su jefe Rajoy?

De la Real Acedemia Española:

hecatombe.

(Del lat. hecatombe, y este del gr. ἑκατόμβη).

1. f. Mortandad de personas.

2. f. Desgracia, catástrofe.

3. f. Sacrificio de 100 reses vacunas u otras víctimas, que hacían los antiguos a sus dioses.

4. f. Sacrificio solemne en que es grande el número de víctimas.

Por cierto, la Bolsa sube.

Decía el millonario Rockefeller:

«La Bolsa siempre sube y luego baja, pero no necesariamente en ese orden»

Y se hizo rico.

Confirmado: Aznar no vuelve; nunca se fue

Lo que me temía. Aznar no vuelve porque nunca se marchó. El ex presidente Aznar no vuelve a controlar el Partido Popular ni a aspirar a La Moncloa, en tercera ronda, como dicen algunos finos analistas políticos. Nunca dejó de hacerlo.

En mi opinión, ese verbo (volver) está mal empleado.

En estos días, con su apuesta personal por Pizarro, como número dos del PP por Madrid, y por su esposa, Ana Botella, como futura alcaldesa de la capital, tras la eventual espantá de Gallardón, José María Aznar ha salido del armario y se ha mostrado, ya sin disimulo, como el «jefe» en activo del PP.

Como no tengo mucho tiempo para leer hoy los largos análisis de los comentaristas de la prensa y/o de los tertulianos, voy a copiar y pegar los chistes que, en estos casos, suelen interpretar la realidad con bastante tino.

Dicen que Zapatero no se arruga frente al clero

Regreso a Madrid procedente de Almería (donde pasé unos días que, por dolorosos, yo no llamaría de vacaciones) y me encuentro con unas portadas de prensa sobre Zapatero y el clero algo sorprendentes. Lo primero que pienso es que «éste no es mi Zapatero, me lo han cambiado».

Me marché con un post titulado «¿Quién pone el cascabel a los obispos? Zapatero se arruga» y dejé de leer la prensa hasta ahora mismo. Y no me refería solamente al Excrementísimo Señor Obispo de Tenerife

¿Qué le habrán puesto los Reyes Magos a Zapatero para que, como dicen los diarios, «saque pecho«, «plante cara«, «culpe» y «discrepe«, defendiendo la legalidad constitucional, frente a las insidias pecaminosas de algunos obispos y cardenales jurásicos? Fíjense si serán pecaminosas las palabras antidemocráticas de los purpurados inquisidores Rouco y García-Gascó que hasta el bueno de Forges -que es un santo, se lo digo yo- ha mandado hoy a todos los obispos a su propio infierno. Y no le falta razón.

Dicen mis colegas que, fuera de cámaras y de microfonos, Zapatero no se arruga al topar con la Iglesia. ¿Sueño o realidad? ¡Qué maravilla!

Y dice Peridis en El País de hoy que, como los obispos sigan dando leña inconstitucional (o sea, meando fuera del tiesto), Zapatero podría atreverse, incluso, a mirar el Concordato. ¡Mirar el Concordato! No me lo acabo de creer. Volveré a restregarme los ojos y a leer la prensa de nuevo.

Al clero se le ve el plumero

Una vez más, debo reconocer que tengo debilidad por El Roto (antes OPS), uno de los mayores filósofos de nuestro tiempo.

Con qué agudeza y limpieza le ha visto el plumero al clero.

La verdad es que últimamente los obispos hacen pocos esfuerzos por disimular sus raíces fascistoides y no pierden ocasión para levantar el brazo y el palio en busca de algún dictadorzuelo que se preste al negocio.

La Iglesia católica no se acaba de resignar a vivir sin las canongías que le daba el dictador Francisco Franco, en pago por el apoyo episcopal sin condiciones que dieron a la sangrienta «cruzada» que siguió al golpe de Estado del general contra la legalidad democrática de la II República.

Creo recordar que fue el entonces obispo de Cartagena quien dijo:

«Benditos sean los cañones si en las brechas que ellos abren florece el Evangelio»

Así me gustan a mi los obispos. Sin hipocresía ni disimulo. Con su verdad fascista por delante. Estos obispos asilvestrados y feroces, de las manadas de Rouco (facha de toda la vida) y de García-Gascó (que fue un ilustre taranconiano hasta qeu se cambio de sotana), son un auténtico chollo para Zapatero y los demás socialistas. Le están poniendo las bolas como se las ponían a Fernando VII (¿o era a Carlos III?). Así, cualquiera hace carambola.

Ya puede temblar el PP, y despedirse de La Moncloa, si no manda callar pronto a sus cardenales.

Con estos príncipes cavernarios de la Iglesia en contra, cualquiera podría ganar las elecciones generales.

Que hablen los obispos, sí, que hablen, y que no se arrugue Zapatero. Separación Iglesia-Estado ¡ya!. Quiero para mi país lo mismo que disfrutan en el resto del mundo democrático civilizado.

Si la Iglesia carca se empeña , Zapatero podría ganar en marzo hasta por goleada, mal que le pese.

Eso, eso, que se le va el plumero a todo el clero.

Si el bueno del cardenal Tarancón levantara la cabeza…

Yo tuve el honor de conocerle.

—-

Rajoy, 10; Zapatero, cero

Hoy hemos criticado en nuestra casa a Zapatero mucho más que a Rajoy. El motivo ha sido la enorme torpeza que el presidente del Gobierno ha demostrado al no asistir a la concentración unitaria contra ETA convocada, entre otros, por él mismo.

Casi siempre que un líder político mete la pata, solemos echarle la culpa a sus asesores o consejeros más próximos. En esta ocasión, Zapatero no tiene escapatoria. Si aún no ha destituido a quien le recomendó que se fuera al hospital de Bayona para no tener que asistir, junto a Rajoy, a la concentración contra ETA es porque le falta olfato político o porque, simplemente, asume él mismo la responsabilidad por este error, tremendo error.

El pobre Zapatero ha perdido una gran oportunidad, quizás irrepetible en esta legislatura, para hacerse una foto de Estado con Rajoy, la única de ambos líderes juntos contra ETA desde la tragedia del 11-M y desde las mentiras del trío Pinocho para meter a ETA en aquel atentado islamista.

Por esa ausencia cobarde, tan inoportuna, le pongo un cero a Zapatero. ¡Qué imagen tan balsámica nos hemos perdido todos los españoles! ¿Cuántos votos habrá perdido Zapatero por desaprovechar esta oportunidad de reducir la brecha de crispación que aún divide a las dos Españas?

Por la valentía demostrada al romper (al menos de boquilla) con los exaltados de la extrema derecha de la AVT y de la COPE, le pongo un diez a Rajoy. Creo que, esta vez, se lo ha ganado a pulso.

Tal día como hoy, siguiendo la costumbre de todos los años, desde hace 29, hemos brindado en familia por la Constitución Española de 1978 que, a mi juicio, ha sido la más eficaz de nuestra historia en términos de libertad y solidaridad.

Luego me ha tocado recoger la mesa. Todo, menos la bandera de España que le quité a Calviño de su despacho de TVE. Esa bandera, un poco más amarillenta que roja, va a presidir hoy la mesa del comedor.

Y ahora voy a pegar aquí unos cuantos chistes, tristes aunque certeros, sobre la frágil unidad y solidaridad de los españoles en asuntos de Estado.

Tras el brindis tradicional por la libertad y por la Constitución que la ampara, hemos recordado el día que celebramos el nacimiento de la Carta Magna. Entonces no teníamos bandera constitucional de España, pues aún no se había aprobado en Las Cortes la sustitución de «la gallina» del dictador por el escudo real.

Cerca de la Plaza mayor, habíamos comprado un metro de tela con los colores de la bandera y la habíamos colocado con unos clavos en la puerta de nuestra casa.

A la hora del aperitivo sonó el timbre de la puerta y salí a abrir. Era la primera vez que mis vecinos de atrás (el coronel Lisarrague y su esposa)llamaban a nuestra puerta. Muy sonriente, con gesto de triunfador, el coronel me saludó con estas palabras:

-«¿Qué haces, vecino, con mi bandera, en tu puerta?»

Le replique, con una sonrisa lo más parecida a la suya:

-«Usted se equivoca, mi coronel, porque desde hoy esta bandera en tan suya como mía. Se acabaron las dos Españas. Y para celebrarlo les invitamos a una copa.»

Así pues, el primer brindis constitucional que hicimos en mi casa fue entre el Ejército y la Prensa. Fue un buen presagio, ya que esta Constitución lleva camino de convertirse, a pesar de los pesares, en la más duradeda y eficaz de la historia democrática de España.

Al brindar en familia también hemos recordado aquel emocionante gran titular de El País, tras el golpe de Estado del 23-F de 1981 (yo era entonces redactor jefe de ese periódico):

El País, con la Constitución

Pues eso, ojalá toda España esté hoy brindando por lo mismo.

¡Viva la Constitución!

¿Por qué nuestra derecha tira al monte?

Me lo temía. El PP ha conseguido su objetivo: abuchear al presidente del Gobierno de España mientras solemnemente honraba a nuestros muertos.

Bueno, no hay que ser muy fino para interpretar los movimientos de nuestra derecha cavernaria. Quien siembra vientos recoge tempestades.

¡Qué vergüenza de derecha! ¡Qué mala suerte hemos tenido en los últimos quinientos años en manos de la derecha!

¿No tendrán en el PP un libro de urbanidad democrática?

¿Acaso no tienen memoria? O, quizás, precisamente porque la «españa negra» tiene pánico a su propia memoria no quiere que nadie se la recuerde.

¡Qué torpes son los separadores dando oxígeno a los separatistas!

¿Qué podemos hacer para nuestra derecha se civilice y no tire siempre al monte?

Se admiten sugerencias pacíficas.

No por mucho rezar amanece más temprano

Manolo Saco en Público

Se nos acumulan los homenajes. El PP ha hecho descansar toda la carga simbólica de la unidad de la patria (nación, en palabras de Rajoy, aunque como habla raro no sé si dice en realidad nazión) en la bandera roja y gualda. Una nación que sólo existe como tal desde el siglo XVIII, con los Decretos de Nueva Planta de Felipe V, pero que él la vive en sus sueños imperiales como una nación instaurada por los abuelos mismos de Viriato.

El día 12, fiesta nacional, Rajoy se ha empeñado en convertirlo en fiesta nazional. Y lo hace como siempre, apoderándose con descaro de los símbolos de todos, como expendedor exclusivo de carnés de patriota. Ya tiene bandera, actúa de monarca en televisión, pero le falta himno. Mariano busca desesperadamente un poeta que le ponga una letra más digna que la inventada por José María Pemán (“alzad los brazos hijos”), pues a él, como a su mentor el centrista hombrecillo insufrible, sólo se le pone tieso el brazo en la intimidad.

El presidente de su partido era muy aficionado a cantar en su juventud el Cara al Sol de los fascistas de Falange. Un himno que tenía un disparate de letra que no soportaría el más amable análisis de textos, compuesto en comandita por los poetas de la camarilla de José Antonio Primo de Rivera, pero con una música soberbia del maestro Tellería. En él decían aquello de que “en España empieza a amanecer”. ¿Dónde habré oído últimamente eso del amanecer?

Ya sé. La Conferencia Episcopal Española también buscaba con urgencia un himno destinado a ser cantado en la plaza de san Pedro con motivo de la elevación a los altares de los mártires de la Guerra Civil. Los de un sólo bando. Tras un concurso muy disputado han elegido uno que se titula “Como los mártires”, cuyo estribillo reza (es lo suyo) lo siguiente: “Como los mártires, nuestros hermanos, de tierra hispana queremos ser: dar nuestras vidas, unir las manos, y prepararnos para un nuevo amanecer”.

Un nuevo amanecer… No quiero ni pensar lo que suele ocurrir cuando la derecha se prepara para ver un nuevo amanecer.

Más negro, más, que la noche, el cura verdugo argentino

Manolo Saco en Público

Al sacerdote católico Christian Von Wernich acaban de condenarle en Argentina a cadena perpetua, por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar (1976-1983). Los jueces le acusan de haber participado en siete homicidios, 31 casos de tortura y 42 privaciones de libertad ilegales.

En Argentina hubo un intento de extender “el olvido” sobre los delitos cometidos por los colaboradores de la dictadura asesina, mediante una ley de Punto Final. También allí, como aquí, la extrema derecha consideraba que no era conveniente poseer demasiada memoria histórica, que la memoria es un estorbo para la reconciliación, que abría innecesariamente las heridas de la lucha fratricida. Por fortuna, jueces incontaminados por aquella barbarie tumbaron semejante aberración jurídica, y poco a poco acabaron desfilando por la silla de los acusados los culpables de los crímenes.

El cura Christian (cuyo nombre mismo es un sarcasmo) había puesto al servicio de los represores los secretos arrancados en confesión a los detenidos, convertidos así, a pesar suyo, en delatores.

En España, al término de la guerra civil, cientos, si no miles, de curas como éste colaboraron con el régimen golpista desde sus confesionarios, tejiendo una red de chivatos, formando parte de los piquetes de torturadores, bendiciendo con su presencia las ejecuciones sumarísimas y los asesinatos en la cuneta. Por desgracia no hubo juez que declarara ilegal nuestro Punto Final de la Transición. En España sólo pudieron ejercer los jueces adictos al Movimiento Nacional y a la Iglesia que había bendecido el golpe militar, y durante décadas fueron transmitiendo sus genes ideológicos a las siguientes generaciones de jueces que ellos mismos examinaban y formaban.

Muchos de sus muertos yacen todavía en cunetas y fosas comunes. Nunca merecerán estar en la lista de los asesinados por la barbarie “del otro bando” que la Iglesia católica quiere elevar a los altares el 28 de octubre.

Ese día, mientras la otra España eleva al cielo sus plegarias a un dios que no existe, yo rezaré al dios de los laicos, y recitaré en voz alta, a modo de oración, los versos de Miguel Hernández, escritos a hurtadillas en la cárcel de Ocaña poco antes de que lo dejaran morir como un perro, versos referidos a otro cura sádico, el conocido como “El verdugo de Ocaña”:

Muy de mañana, aún de noche,

antes de tocar diana,

como presagio funesto

cruzó el patio la sotana.

¡Más negro, más, que la noche,

menos negro que su alma,

el cura verdugo de Ocaña!

(…)

Cobarde y cínico al tiempo

tras los civiles se guarda…

Sólo comparten la Unión Europea. Algo es algo

Mientras los equivalentes al PP y Batasuna de Irlanda del Norte (salvando las distancias) forman juntos un nuevo Gobierno, después de haberse matado vivos durante décadas, nuestros líderes políticos Zapatero y Rajoy duermen en el mismo hotel y no se saludan. Sólo han viajado juntos a Berlín para celebrar, por separado, el 50 aniversario de la Unión Europea.

Los diarios de pago próximos a cada uno de ellos reflejan también esa coincidencia. En sus portadas de hoy únicamente coinciden en el aniversario de la Unión Europea. Las demás noticias de primera son totalmente diferentes en ambos diarios. Parece que hablan de dos países o dos mundos distintos.

El sabio y prudente -siempre tierno- Peridis lo refleja bastante bien. Cada uno a su bola:

El Mundo sigue erre que erre (o «raca raca, raca raca», como diría Peridis) con su estravagante teoría conspiratoria sobre el ETA en el 11-M, tratando a la desesperada de lavar la cara al Pinocho Aznar, cada día más autodevaluado.

Y lo hace a cuatro columnas:

Los peritos descubren nitroglicerina en un resto de los focos de los trenes

El País manda a cuatro con la Unión Europea pero dedica su columna de salida a Zaplana, con este raro titular incompleto, sin verbo ni predicado:

Los «jets» privados y los regalos de lujo del ministro Zaplana

Sumarios:

Hacienda veta y censura pagos contratados por decenas de miles de euros

Gastó 180.000 euros en costosos regalos y envió obsequios a varios familiares

El País, a una columna lleva a Gallardón, también del PP:

Gallardón se desmarca y considera «anómalo» el boicot al Grupo PRISA

El Mundo, a una columna:

Conde-Pumpido quiere emprender acciones contra la Sala que juzgó a Otegui

Y aquí al lado va el comentario editorial que El País dedica hoy al «ruido eclesial«. Ya no se habla de ruidos de sables sino de sotanas. Vamos avanzando.

El Mundobórico y El País “creen” en el mismo verbo

Si no lo veo, no lo creo.

Hacía tiempo que no me enfrentada a dos portadas que lucieran en su titular principal el mismo verbo. ¡Y qué verbo! El Mundo y El País unidos por el verbo “creer” a cuatro columnas… O sea, lo contrario de “razonar”.

Pero el sujeto (¡ay!) ya es distinto. El Mundo atribuye esa fe o creencia a “Moncloa”, mientras El País prefiere atribuir esa acción de creer (aceptar como válido lo que no se ve) a “una mayoría de ciudadanos”.

Junto a “creer”, ambos coinciden también al utilizar en su primer titular la palabra ETA aunque ligada a verbos muy distintos: “dialogar” y “atentar”.

El Mundo:

Moncloa cree liquidado el “proceso de paz” y que ETA volverá a atentar

El País:

Una mayoría de ciudadanos cree que el Gobierno debe dialogar con ETA

De la Real Academia Española:

Creer

(Del lat. credĕre).

1. tr.

Tener por cierto algo que el entendimiento no alcanza o que no está comprobado o demostrado

Según la primera acepción de la RAE, el verbo «creer» no parece muy apropiado para un titular informativo (no de opinión) de primera página, a menos que se refiera al Papa infalible o a los dogmas de fe de las diversas religiones. Claro que hoy es domingo y apenas hay noticias. A falta de noticias y de reportajes de nevera, buenas son las encuestas o los rumores.

El Mundo publica hoy este breve comentario editorial sobre el «doble rasero» que conviene leer y archivar ya que en todas partes cuecen habas. El País publica un largo editorial sobre la desmesura de Rajoy al pedir el boicot a los medios de comunicación del grupo Prisa.

La verdad es que entre los tertulianos de radio y televisión y los editorialistas y articulistas de prensa ya se ha dicho de todo sobre este insensato boicot del PP contra la libertad de expresión y el derecho de información de los lectores de El País, de los oyentes de la SER o de los espectadores de la Cuatro, entre otros medios de Prisa.

Estoy casi seguro de que el propio Rajoy sabe que es una insensatez lo que ha hecho, pero también pienso que no ha sido fruto de un calentón o de un cabreo pasajero. A mi juicio, esa reacción desaforada forma parte de toda una estrategia de la crispación y del río revuelto que el PP considera muy útil a sus intereses electorales. Especialmente, teniendo en cuenta la bisoñez o ingenuidad mostrada por el PSOE cuando entra a todos los trapos del PP (que lleva la inciativa politica y marca la agenda del Gobierno) y le sigue la corriente hasta el despeñadero si fuera preciso.

La derecha tiene grabado el recuerdo de la derrota del 93 y del calvario que nos hizo pasar a todos los españoles (con la colaboración, eso sí, de un Gobierno socialista agotado y sin resuello) hasta las elecciones de marzo de 1996. Nuestra memoria selectiva tiende a olvidar lo malo a refrescar lo bueno. Por eso digo que aquellos años del 93 al 96 -tal como los recuerdo- sí fueron de crispación y alto riesgo de romper las intituciones democráticas.

Comparado con aquello, lo de ahora es una crispación de aficionados. No olvidemos que Rajoy es un discípulo ungido por el propio Aznar. Lo de Aznar fue un infierno para cualquier demócrata que se precie.

Basta con mirar las hemerotecas de los años 1993-1996 (los que precedieron a la primera victoria pacífica de la derecha desde que perdió democráticamente el poder en las eleciones del 16 de febrero de 1936) para darnos cuenta de los riesgos de inestabilidad, confrontación civil e involución que precedieron a la victoria de Aznar y a la derrota de Felipe González.

Menos mal que ganó Aznar (aunque me costara mi empleo) porque en cuanto el crispador entró en La Moncloa se acabó la crispación. El PSOE sólo tuvo ya fuerzas para lamerse sus heridas. Rajoy sigue las enseñanzas de su maestro crispador pero no le llega ni a la suela de sus zapatos. Reconozco que no soy objetivo con este personaje, pero aviso que Aznar es mucho Aznar cuando ataca con sus tripas. Lo dicho: menos mal que ganó en 1996 y menos mal que perdió en el 2004.

Rajoy quiere repetir la experiencia. Pero le falta maldad.

Los acusados practican la «taqiyya» del Islam

El genial Peridis resume hoy en su viñeta la estrategia del PP, El Mundo y la Cope , desde que perdieron las últimas elecciones generales, en parte, por la mala gestión que hicieron del 11-M.

Las portadas de El Mundo, recogidas en el archivo de este blog, dan buena prueba de ello:

-prestan su altavoz a los presuntos terroristas islamistas acusados de la matanza del 11-M,

-jalean a sus abogados defensores y sus estrategias,

-ridiculizan al juez instructor y a la fiscal,

-acusan de los mayores disparates a miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado (desde el comisario de Vallecas, por el caso Bono, hasta los responsables del control de calidad de los peritos del ácido bórico),

-siembran dudas en base a extravagancias como la Orquesta Mondragón para relacionar a ETA con la masacre de Atocha, por todos los medios -por pueriles, miserables o estúpìdos que sean.

La portada de El Mundo de hoy va por el mismo camino. A cuatro columnas, lleva un título antiprofesional -pues no se entiende su intención hasta leer el último sumario- para acusar veladamente al Gobierno de falta de colaboración con el tribunal:

El CNI niega al tribunal del 11-M el informe sobre lo que dijo Trashorras

En el sumario, Pedro Jota presta gustoso su altavoz a Trashorras (esta vez sin foto de primera comunión):

Según el propio Suárez Trashorras fue durante ese encuentro cuando mencionó que «El Chino» le había contado que conocía a los etarras de la «caravana de la muerte» que fueron detenidos en Cuenca.

Ya no saben a qué recurrir para lavar la cara al trío Pinocho (Aznar, Acebes, Zaplana), tan sucia por las mentiras masivas con las que atribuían a ETA la autoría del 11-M para raspar desesperadamente unos cuantos votos en el 14-M.

Seguirán así hasta las próximas elecciones generales, que volverán a perder por las mismas razones. Con su estrategia de intentar meter a ETA en el 11-M no hacen más que recordarnos sus desvergonzadas mentiras. Y es una pena, porque la alternancia en el Poder (que están alejando en el horizonte) es la base de toda democracia.

Mientras El Mundo informa del juicio del 11-M citando a los etarras de la «caravana de la muerte» y no menciona para nada la palabra islamista, El Pais hace todo lo contrario: nada de ETA y todo sobre el comportamiento de los presuntos terroristas islamistas acusados del 11-M.

A ningún conocedor de las prácticas que autoriza y recomienda el Islam debería sorprender la actitud de los islamistas acusados del 11-M al declarar en el juicio de la forma en que lo hacen.

Ni más ni menos, los acusados están practicando la taqiyya (el arte de la simulación, el disimulo o el encubrimiento). Mi maestro de árabe clásico solía darnos ricos matices al traducir Al taqiyya al castellano.

Pese a tener una importancia capital en la historia de España (y de la Inquisición), pocas veces he visto la palabra árabe «taqiyya» escrita en textos en castellano. Por eso me llamó la atención que el profesor Antonio Elorza la incluyera en su artículo de ayer (Dos matanzas de Atocha), en este párrafo final:

«De los imputados musulmanes, poco cabe esperar en el juicio. Su creencia les protege y les impone la taqiyya, el encubrimiento. El único lado oscuro en este episodio corresponde al mantenimiento de una estrategia de intoxicación, desde el PP y sus medios, inspirada por un puro y duro sentimiento de revancha, fracturando la conciencia ciudadana».

La primera vez que leí acerca de la práctica de la taqiyya fue en la versión maravillosa de «El collar de la paloma» de Ibn Hazm de Córdoba (siglo XI) hecha por el gran maestro don Emilio García Gómez, con prólogo de Ortega y Gasset.

Frente a las persecuciones del Inquisición, muchos de nuestros antepasados de Al Andalus salvaron el pellejo gracias al recurso oportunísimo de la taqiyya, la simulación o el encubrimiento.

Los ulemas del Islam les permitían decir que eran convencidos cristianos, y lo demostraban con sus piadosas prácticas, siempre que en el interior de su corazón se sintieran verdaderos musulmanes.

En la hermosa Introducción que hace don Emilio a El collar de la paloma escribe lo siguiente:

«(…) en respuesta a una consulta sobre la conducta que había que seguir entre los dos escollos de ser cómplices de la inmoralidad e impiedad de los príncipes o víctimas de su persecución, Ibn Hazm, tras la crítica más mordaz de la política de sus contemporáneos, aconseja la «taqiyya» o simulación (lícita siempre en el Islam), (…)»

De la belleza y finura del cordobés (casi almeriense) Ibn Hazm (a quien tanto debe el arcipreste de Hita) pasamos de golpe a esta página que nos ofrece El País sobre las barbaridades y vulgaridades que va diciendo por ahí el lenguaraz ex presidente del Gobierno José María Aznar para deshonra de su partido.

¡Qué sabrá este hombre de Al Andalus!

Aznar, tran amante de la censura y perseguidor de periodistas (y lo digo por experiencia), debería leer «El collar de la paloma».

Don Emilio nos recuerda:

«Mu´tadid de Sevilla (1042-1069) era tan impío, cruel y sanguinario como su émulo de Granada, e Ibn Hazam debió dedicarle idénticos dicterios. Ignoramos, desgraciadamente, la fecha; pero el caso es que el régulo sevillano, que no se paraba en barras, ordenó hacer un auto de fe con los libros de Abu Muhammad ´Alí (Ibn Hazm), que fueron desgarrados y entregados a la hoguera. Fue entonces cuando Ibn Hazm compuso aquellos famosos versos que recogen casi todos sus biógrafos, y que empiezan:

«Aunque queméis el papel, no podréis quemar

lo que encierra, porque lo llevo en mi pecho…»

En un arrebato patriotero, este pobre Aznar nos dice lo siguiente:

«Muchos claman al Papa para que pida disculpas. Yo no he oído a ningún musulmán pedirme a mí disculpas por haber conquistado España. ¡Nunca!»

Si leyera a los españoles de España, de Al Andalus o de Sefarad podría recibir algunas lecciones de auténtico patriotismo. Dice don Emilio García Gómez:

(…) puede además asociarse la soberbia española, que dictó a Ibn Hazam aquel arrogante verso que algunas veces he tomado como símbolo del islam andaluz:

«Yo soy el sol que brilla en el cielo de las ciencias;

mas mi defecto es que mi oriente el es Occidente»

Ahí queda eso, señor Aznar.

Buenas noches.

Zapatero con foto de Rajoy, en El Mundo; viceversa, en El País

Me dejó tan mal sabor el debate que ganó Rajoy a favor del terrorismo que no he tenido ganas ni de asomarme a los diarios hasta ahora. Y tengo abandonado el blog.

He dejado pasar 24 horas para no escribir burradas miserables del estilo Rajoy o tonterías bienintencionadas del estilo Zapatero. En las formas y en el fondo, prefiero la tontuna a la vileza.

Menos mal que tenemos al maestro Forges para resumir nuestro estado de ánimo: «La mala baba es lo que tiene».

Otro buen resumen del debate nos lo ofrece el gran Peridis también en El País:

¡Jo!, qué frase tan antológica para los manuales sobre cómo resaltar la miseria del ser humano. Y no digo más hasta que se me pase el cabreo.

Aparte de los sesudos comentarios editoriales, lo que suele llamarme la atención son las cartas de los lectores que los diarios de pago reproducen con tanta tacañería. Esta del lector Jorge Díaz me ha interesado de principio a fin. Dice, en pocas palabras, lo que muchos pensamos del debate parlamentario. Por eso, me callo.

Noche de PAZ en la puerta del PP

Hay diarios tacaños y diarios generosos. Claro que depende del lugar que ocupe la noticia (o la fotonoticia) en el corazón o en el bolsillo del dueño del periódico. O en ambos lugares a la vez.

Hoy podemos jugar, una vez más a los acertijos, con la seguridad de ganar cualquier apuesta.

Una de estas fotos que he pegado en el blog sale en la portada de El Mundo de hoy y la otra, en la portada de El País.

¿Cuál de ellas corresponde a El País y cuál, a El Mundo?

(La solución, al final de este post)

Peridis , tan tierno como siempre, en El País:

Con un sabor agridulce, o alegriste, abandoné anoche la Puerta de Alcalá, después de haber asistido, emocionado -¡cómo no!-, a la marcha POR LA PAZ, LA VIDA, LA LIBERTAD Y CONTRA EL TERRORISMO.

La música de sabor latinoamericano («Sólo le pido a Dios», «Sobreviendo» etc.), apretujado entre tanta gente que compartía, en aquel momento, un alma común, con sus puños y dientes apretados contra ETA, contra la violencia asesina y la intolerancia fundamentalista y dogmática, me transportó a otra época de mayor miedo e incertidumbre.

Volví a sentir miedo. Allí sólo estaba media España.

-¿Por que no vino la otra media?

Alguien desde la tribuna pronunció unas palabras raras, que no entendí. Mi amigo Manolo Saco , que sabe de todo más que yo, me sopló al oído:

«Está diciendo PAZ en quechua».

Instrumentos musicales y rasgos físicos indios nos llevaron desde la calle Alcalá a la cordillera andina. Había muchos ecuatorianos, acompañados por muchos otros inmigrantes de todos los países pobres del mundo.

Uno, a mi lado, comentó:

– ¿Y si les diéramos la nacionalidad española a todos los ecuatorianos?

Me crucé con muchas caras conocidas, calvas respetables y viejos (sic) amigos del 68, con quienes ya había compartido docenas de manifestaciones contra las dictaduras de Franco, de Pinochet o de Videla, por la libertad de expresión, por la democracia, contra el terrorismo de todo tipo, contra la invasión ilegal de Irak, por la paz… En algunas de ellas, los manifestantes corríamos delante de los caballos y de las porras, de las tanquetas y de las mangueras de la policía de Franco. Noté cierta complicidad entre los de mi edad.

Pero me crucé -¡ay!- con muy pocos jóvenes que pudieran tomarnos el relevo para defender la libertad y la justicia, sin las cuales no puede haber otra paz que la de los cementerios.

A veces, pienso que nuestros jóvenes nacidos en libertad, y no en dictadura, consideran que la democracia es un estado natural que ellos merecen por el solo hecho de haber nacido, algo que nunca está en peligro y que, por tanto, no hay que hacer nada para defenderla.

No saben lo que significa la pérdida de la libertad. No conciben la vida sin ella. Es como el oxígeno. Solo lo valoras, de verdad, cuando te falta.

Por distintas razones, seguramente por causas más que justificadas, esta vez no acudió ninguno de mis tres hijos a la manifestación. Y estuvieron en las de Miguel Angel Blanco , asesinado por ETA, contra la guerra de Irak y en la del 12-M.

El mayor vive y trabaja de guionista en Hollywood y le pilla un poco lejos. Pero me costa que ayer estuvo con nosotros en espíritu. Erik perdió su vuelo en la T-4 el mismo día que ETA destrozó la terminal de Barajas. No nos afectó directamente el atentado porque llegamos a la T-4 minutos después de la explosión y nos desviaron a la T-1. Al día siguiente, voló a Los Angeles muy impactado, como todos, por la tragedia.

Mi hija mediana tenía fiebre y se quedó en la cama. El pequeño tiene llave, vino muy tarde a casa y, a esta hora, sigue durmiendo. No se si, al final, decidió acudir a la manifestación POR LA PAZ o a la movida madrileña POR EL CALIMOCHO. Desde luego, en la mani vi a muy pocos de su edad y la mayoría de los adolescentes y jóvenes con quienes me crucé tenían rasgos indios.

Es una edad en la que, obviamente, manda el grupo sobre el individuo. Antes muerto que pasar la vergüenza de ser visto con tus padres. Se creen rebeldes pero actúan como borregos: pantalones caídos, o cagados, pelos rastas, pircings, andares de garbana, de todo-me-la-sopla…

Un día me dijo:

-Pues anda que tú…

Mi hijo menor ha descubierto una mina de fotos viejas de familia. y estoy perdido: en ellas llevo jersey negro de cuello alto, pipa, barba abandonada, pelos largos, pantalones de campana, boina «Che Guevara«, etc. (Algún día, si me atrevo, descubriré varias en el blog o en el Museo virtual de viejas fotos de 20minutos.es)

-¿Qué podemos hacer para que nuestros hijos, que no han vivido la dictadura, valoren la libertad sin que, para ello, tengan que perderla?

Jane, corresponsal de la prensa extrajera y ex colega de mi chica, nos acompañó en la mani. Me dió unas páginas del Telegraph de Londres de ayer en donde publicaban esta foto cuya copia acabo de obtener a través de Google. Ya se que todas las comparaciones son odiosas. Pero la envidia es libre.

¿Qué envidia tengo de los ex terroristas irlandeses católicos y protestantes!.

¡Quien pudiera ver en el País Vasco, dentro de unos pocos años, un abrazo semejante al que muestra esta foto!

Fíjense bien en la imagen. Hace unos pocos años, Gerry Adams, lider católico irlandés, y David Ervine, líder protestante irlandés, se hubieran matado a tiros por una Irlanda, respectivamente, separada de o unida a Gran Bretaña.

Gerry Adams es el líder del Sinn Fein, brazo político de los terroristas del IRA. Es una especie de Arnaldo Otegui, salvando las distancias (y que me perdone Gerry Adams).

David Ervine, líder de los paramilitares protestantes de Irlanda del Norte y experto en poner bombas, fue el mayor enemigo de Adams hasta que, después de salir de la cárcel, ambos negociaron la paz hace unos años. Ervine falleció anteayer a causa de un infarto.

Adams asistió al entierro de Ervine y abrazó, emocionado, a la viuda de su antiguo mayor enemigo.

Son cosas que vienen con la paz. ¡Quien las pillara!

No se pierdan los artículos de Sol Gallego en El País. Yo suelo pegarlos todos aquí y recomiendo su lectura porque, si los lees, nunca te vas de vacío. Ahí va el de hoy:

ETA, Otegi y su equivocación

Para la banda no hay posibilidad de acuerdo sin autodeterminación

Soledad Gallego-Díaz en El País

14/01/2007

Buena parte de las dificultades que la mayoría de los ciudadanos tropezamos a la hora de entender o interpretar a ETA proceden de que no prestamos suficiente atención a lo que dicen, tanto los propios etarras como los dirigentes de Batasuna. Quizá éste sea un buen momento para abrir las orejas y para releer con calma sus textos. El último comunicado, dejando al margen los sarcasmos que contenga y la surrealista idea de dar el pésame a los propios asesinados -como si los etarras no supieran lo que significa esa expresión o, más insólito todavía, como si pensaran que es posible compartir la pena de los muertos-, ayuda a aclarar algunos puntos interesantes:

Es posible que Otegi crea realmente que la banda terrorista se ha equivocado con sus prisas y el atentado, pero comparte la exigencia del mismo «mínimo»

1. ETA advierte de que el Gobierno español «debería saber que no podrán construir un proceso de paz manteniendo los límites políticos que han generado el conflicto»; es decir, la Constitución y el marco jurídico actual. El Gobierno de España y el PSOE, afirman, se han empeñado hasta ahora en esa postura. Es decir, ETA no admite más diálogo que el necesario para organizar la reforma de la Constitución y el reconocimiento del derecho a la autodeterminación. Por supuesto, no exige ejercer ese derecho inmediatamente, pero sí su reconocimiento para un posterior desarrollo legislativo.

Si no existe por parte del Estado español ese reconocimiento previo de que el derecho de autodeterminación se regulará de alguna forma y de que quedará abierta la reclamación territorial (Navarra y País Vasco francés), no hay posibilidad de paz ni de tranquilidad. Eso es en lo que los partidos políticos deben trabajar: en la fórmula que permita llegar a ese punto, conmina ETA.

2. Josu Jon Imaz, presidente del PNV, y todos quienes comparten su posición (primero la paz, luego la política) dentro de ese partido nacionalista, «actúan contra la izquierda abertzale», y se merecen un serio toque de atención. Ésta es la mayor amenaza de ETA, al menos de forma pública, que se recuerda contra un presidente del PNV.

3. ETA advierte «a los agentes o líderes que se dedican a repartir críticas en torno al tutelaje de ETA» que no lo piensa consentir. La banda terrorista denuncia y amenaza expresamente «a quienes desde sectores abertzales puedan criticar el tutelaje de ETA sobre Batasuna». «Les invitamos a dejar de lado el flujo de palabras que no nos llevan a ninguna parte», advierte con claridad. Quienes disientan dentro de Batasuna deben sentirse directamente amenazados.

La lectura del comunicado deja la impresión de que los etarras creyeron en algún momento que sería posible «poner a trabajar» a los partidos en este proyecto, y que cuando sospechan que no es así y que, simplemente, está pasando el tiempo, deciden actuar para «evitar ambigüedades» o malentendidos.

Para evitar otros malentendidos y comprender mejor la posición de Otegi, quizá sería también conveniente que los políticos españoles leyeran la larga e interesante entrevista con ese dirigente de Batasuna que publicó la editorial de Gara en 2005 (Mañana, Euskal Herria, Iñaki Iriondo / Ramon Sola). Otegi mantiene exactamente el mismo discurso que el del comunicado de ETA: es necesario poner las bases de un diálogo multilateral, pero, explica, «la izquierda abertzale no está dispuesta a poner en marcha un proceso sobre el aire, que le conduzca al fracaso o al bloqueo en unos meses».

El único punto de discordancia entre el comunicado etarra de esta semana y aquella lejana entrevista es que ya entonces Otegi temía que las prisas les pudieran llevar a cometer errores. «No queremos que las prisas nos lleven a cometer errores políticos que al final puedan llevar a bloquear o frustrar el proceso», explicaba.

Otegi deja claro que el reconocimiento del derecho de los vascos a decidir no significa que tenga que ser ejercido inmediatamente, pero sí que sin ese reconocimiento no hay pacto posible. «Con dicho reconocimiento se consigue la superación del conflicto político y armado», garantiza. Tampoco hace falta, por ahora, preguntar directamente a los ciudadanos vascos si están a favor o en contra de la independencia. Lo más inteligente, propone, es preguntarles si están a favor o en contra del acuerdo alcanzado multilateralmente (el que reconoce el derecho, sin fijar fecha para ejercitarlo).

Es muy posible que Otegi considere realmente que la bomba de ETA ha sido un error y que las prisas de la organización armada han hecho más daño que beneficio, pero la realidad es que, más tarde o más temprano, el dirigente de Batasuna debería haber llegado a la misma conclusión que la banda: el Gobierno y el PSE en su conjunto estaban dispuestos a hablar, hablar y hablar, pero no a llegar a ese «mínimo» que el propio Otegi considera inexcusable. A lo mejor es bueno que Otegi haya llegado ya a esa conclusión y que, si quiere que haya una próxima vez, sepa que tiene que partir de otra entrevista.

FIN