Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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¿Guantánamo católico en España como en Irlanda?


¿Habrá alguien capaz de marcar ahora la X en la casilla de la Renta de la Iglesía Católica mientras no se investiguen los crímenes de sus pederastas contra niños indefensos?

Deben saber que, tarde o temprano, gran parte del dinero de la Iglesia Catolica irá a parar, como insuficiente indemnización, a manos de las víctimas de abusos sexuales de los curas y frailes pederastas.

No hablamos sólo de unas pocas «manzanas podridas«. En Estados Unidos, los crímenes de los sacerdotes pederastas estaban tan extendidos que sus condenas judiciales han arruinado alli a la Iglesia Católica. En Irlanda, se acaba de abrir la caja de los truenos. Luego vendrá -no lo duden ni un minuto- Portugal, España y, seguramente, por último, Italia.

Lo que he leido estos días (no precisamente en El Mundo, que hoy no da ni una línea) sobre las torturas físicas y síquicas y los abusos sexuales de curas y frailes católicos contra ¡¡¡ 25.000 !!! niños indefensos en Irlanda me ha puesto los pelos de punta.

Y lo que es peor: ha puesto en carne viva terribles recuerdos de infancia sobre abusos sexuales de un par de frailes que (como la mayoría de los españoles que fuimos a colegios católicos) mantenía agazapados durante casi 50 años.

Pero no se equivoquen conmigo: yo fui como becario, casi 11 años, a un colegio católico de pago (La Salle de Almería) y tengo recuerdos muy felices y gratos de aquellos años. También estoy agradecido a casi todos mis frailes, a muchos de los cuales guardo admiración y enorme afecto.

El asunto da para mucho, pero mi familia me exige que ayude -¡¡ahora mismo!!- en la cocina y deje el portátil tranquilo hasta después del cine. Pero también me pide que me atreva a mostrar el lado oscuro de los curas, frailes y monjas pervertidos que casi todos los que hemos ido a colegios católicos conocemos de primera mano. Les he dicho que lean al maestro Manolo Saco quien, con su último post. nos ilumina y -como el rayo- nos estremece a la vez. Lean, pues, a Saco («Roma está construida sobre el infierno«) y lean también lo que sigue, sacado de El País de hoy, y luego hablaremos.

ENTREVISTA:

MICK WATERS narra los abusos sufridos en su infancia

«Hacían lo que querían contigo»

WALTER OPPENHEIMER en El País

24/05/2009

Las palabras de Mick Waters puedan parecer duras leídas negro sobre blanco, pero su voz es como su mirada: un flujo constante de pena, rabia y misericordia. Ésta es la historia de este sexagenario, contada por él mismo en la terraza de una modesta cafetería de Coventry, en el centro de Inglaterra.

Irlanda

25.000 víctimas de la pederastia

«Yo tenía 10 años cuando me llevaron a la escuela industrial de la congregación de los Hermanos Cristianos en Artane. Era en los primeros años 50. El Gobierno le había adjudicado a mi familia una casa nueva en Dublín pero era demasiado pequeña y yo me quedé a vivir con mi abuela y seguí yendo a la escuela de siempre. Al cabo de dos años me convocaron en los tribunales por algo relacionado con la escuela. Yo no sabía qué podía ser. Fui con mi padre y dijeron que llevaba dos años sin ir a la escuela. Yo era un niño y no entendía de qué hablaban. El problema es que mi familia me había registrado en la nueva escuela pero yo seguí yendo a la vieja. No me hicieron caso y me encerraron en Artane».

«Para mí fue como si me llevaran a la cárcel. Era una injusticia tan grande… Pero a nadie le importaba. Luego supe que todo se debía a que las órdenes religiosas que regentaban las escuelas industriales iban cada lunes a los tribunales para conseguir nuevos niños porque el Estado les pagaba según el número de alumnos».

«Hoy puede parecer extraño que me hicieran eso. Pero el poder de las órdenes religiosas era tan grande que el Gobierno no se atrevía a intervenir. Si un niño moría en un instituto no estaban obligados a informar a la policía para que investigara. Como dentro había una Iglesia, se consideraba tierra consagrada que no se podía corromper. Yo estaba traumatizado en Artane. No estaba acostumbrado a una escuela con 850 niños, enorme, un viejo castillo oscuro y muy frío, un lugar muy hostil. Sentía un vacío absoluto. Nunca te veían como a un niño pequeño. Te enfrentabas a todo tipo de castigos corporales. Te golpeaban en las manos o en el trasero, te retorcían el cuello, había todo tipo de castigos. Te pegaban con cualquier cosa. Lo hacían para que te conformaras».

«Si un niño moría, los curas no estaban obligados a informar a la policía»

«Aquellos enormes dormitorios con 250 niños tenían una habitación de castigo y se oían los gritos de los niños llorando de horror y dolor. Los gritos se extendían por todo el dormitorio y eran otra forma de meternos el miedo en el cuerpo. Y abusaban sexualmente de los niños, les degradaban sexualmente enfrente de los otros niños. De mí también abusaron sexualmente. Oh, sí. Yo era una persona fuerte. Aún lo soy. Y a la gente con carácter siempre la llevaban a la habitación de castigo y ahí dos o tres hermanos hacían lo que querían contigo, para satisfacer sus costumbres más sucias.

Cuando eres un niño no comprendes los abusos sexuales. No sabes lo que es el sexo. Pero en el fondo del corazón sabías que era algo malo. Hay cosas que no comprendes pero sabes que son algo terrible».

«Muchos niños estaban como muertos. En realidad nunca tuvieron vida. Fueron, fuimos todos, destruidos allí. Sin nadie que les cuidara, que les enseñara qué hacer, cómo coger un autobús, pagar un alquiler o preparar la comida. Cómo vivir».

«Nunca hablabas con los demás de lo que te pasaba. Tenías miedo de que viniera el hermano y tú fueras el siguiente. Una vez se lo mencioné a un sacerdote muy joven que estaba en su primer destino. Se quedó sorprendido y en su inocencia les preguntó qué pasaba. Le trasladaron y ese día me pegaron hasta dejarme inconsciente. Estuve seis semanas en el hospital».

«Hay demasiados menores inmigrantes que desaparecen de los refugios»

«Yo dejé la escuela con 15 años. Traté de volver con mis padres pero no pude. La conexión se había roto. Me fui al Ejército pero se dieron cuenta de que era menor y trabajé repartiendo periódicos. No podía encontrar nada mejor porque en cuanto decía de qué escuela venía me veían como una mala persona. Era un estigma. No había nada para mí y en cuanto pude me vine a Inglaterra. Hice todo tipo de trabajos. E intenté educarme. Sabía que necesitaba educación porque es la clave para todo. Iba a la escuela nocturna. Estudiaba inglés, y matemáticas. Más tarde hice un curso de cinco años de psicología. Quería trabajar en algo que me permitiera ayudar a otra gente. Dio sentido a mi vida. Trabajé en un instituto con víctimas de malos tratos. Ahora trabajo con gente que ha sufrido abusos en Jersey, en las islas del Canal. Llevo 25 años trabajando en el mundo de la educación, aquí en Coventry. Es muy gratificante. Hay niños que no saben leer ni escribir con propiedad pero tienen un cerebro preparado para el conocimiento». [Waters insiste en que se publique su teléfono, por si algún lector necesita contactar con él: (+44) 0 2476.551.952]

«Desde los enormes dormitorios oíamos los gritos de horror de los castigados»

Y prosigue su relato: «Me casé joven. Pero no podía explicarle a mi esposa lo que me había ocurrido. Simplemente no podía. Lo intenté muchas veces, pero tenía miedo de que me dejara. Con el paso del tiempo se lo acabé explicando. Y ella me dijo: ‘Sabía que había algo, lo sabía, pero no podía preguntártelo; tenía que esperar a que tú me lo dijeras a mí’. Y todo salió bien».

«Durante mucho tiempo intentamos que se reconociera lo que pasó en las escuelas. Por fin, el 11 de mayo de 1999, Bertie Ahern [entonces primer ministro de Irlanda] se disculpó. Fue fantástico, algo grande. Era el final de un viaje y el principio de otro. El momento de dejar trabajar a la comisión de investigación y ver qué ocurría. Ahora, de alguna manera me siento vindicado por el trabajo de la comisión. En líneas generales damos la bienvenida al informe porque refleja lo que creemos que nos pasó. Por supuesto, en opinión de mucha gente los religiosos que cometieron los abusos tenían que haber sido identificados pero las órdenes eran muy reacias a admitir lo que ocurrió; para ellos no había pasado nada y tendríamos que estar agradecidos de que se hubieran ocupado de nosotros. Han estado obstruyendo mucho. No querían entregar ningún documento porque sabían que había muy mala gente, sabían lo que habían estado haciendo, y que muchos habrían acabado en la cárcel. Para ser sincero, se llegó a un acuerdo con esas órdenes, que aceptaron entregar esa información con la condición de que no saliera de la comisión y no se publicara».

«Las órdenes habían entregado a algunos seglares que cometían abusos para hacer ver que afrontaban el problema. Pero nunca entregaron a los mayores perpetradores. Los trasladaban de escuela a escuela y les cambiaban el nombre».

«No comprendes qué es el sexo. Pero en tu corazón sabes que aquello es malo»

«La gente me pregunta si tengo alguna foto de cuando estaba en el instituto, pero no: no había cámaras allí, no se tomaban fotografías. Hace cuatro o cinco años, viendo una vieja película de un festival de Corpus Christi me identifiqué a mí mismo, cuando tenía 11 años. Fue la primera vez que me vi de niño en aquel lugar. Porque tampoco había espejos, nunca veías tu propio reflejo».

«No puedo creer en las enseñanzas de la iglesia católica. Creo en Dios, tengo temor de Dios, pero no creo en una iglesia que se esconde en la ley canónica para esconder sus abusos. Creo que ahora en Irlanda está pasando con los niños inmigrantes lo que nos pasó a nosotros. Hay demasiados menores inmigrantes que son llevados a refugios y desaparecen. Y a nadie parece importarle. Una vez le dije al arzobispo de Dublín: ‘por favor, no me diga que los abusos de niños en el seno de la Iglesia son cosa del pasado. La gente sabe que personas de muy alta posición en la jerarquía esclasiástica estaban al tanto de lo que ocurría’. ¿Y qué están haciendo? Ahora puede suceder lo mismo. A tus hijos o a tus nietos. ¿Cómo sabes que no? Todos tenemos que hacer lo posible por acabar con esto. Tenemos que proteger a los niños hasta que pueden protegerse a sí mismos».

«Cuando empezó este movimiento, hace más de 10 años, muchos conocidos católicos dejaron de hablarnos a mí y a mi mujer por lo que decíamos de la Iglesia. Fue triste pero es un precio que hubo que pagar. En el último año y pico se han percatado de que estaban equivocados. Pero si lo hubieran hecho hace 10 años a lo mejor se podría haber ayudado a aquel niño o aquella niña de la calle. Pero así es la vida. Así es la naturaleza humana. Ojalá la gente se de cuenta de que este informe explica lo que pasa en Irlanda, pero en realidad se refiere a algo que pasa en el mundo entero».

FIN

Ya he vuelto del cine. Quería ver «La reina Victoria» y he visto, por error, «X-man orígenes: Lobezno«, una versión moderna de Frankestein para adolescentes inmortales. Da para una tertulia breve sobre qué malo es siempre el futuro -según Hollywood– y cuantos peligros encierran los avances científicos, ya sea con la electricidad (Frankestein) o con los meteoritos (Lobezno).

En el blog vecino de poesía, he recomendado unos poemas de Auden. Uno de ellos dice así:

Y el mundo entero sabe

Lo que todos los niños aprenden en el colegio

Que quienes han sufrido maldades

Harán sufrir a otros.

Me ha recordado el caso tenebroso de los curas, frailes y mojas pervertidos que abusan de los niños más indefensos y destrozan sus vidas, quizás, para siempre.

Según estos versos de Auden, también pueden haber destrozado y seguir destrozando las vidas de los hijos y nietos de los maltratados. El daño que estos pervertidos producen se traspasa a generaciones venideras.

¡Que las personas decentes lo denuncien sin cesar para acabar con estos crímenes de lesa humanidad!

¡Qué gran ruina para la humanidad!

Hasta mañana.

Espero no tener pesadillas después de haber leido lo de Irlanda.

Su Excrecencia el obispo de Tenerife no es de este Mundo

Llevo muchos días sin ganas de leer la prensa de pago, refugiado en Internet y en mi trabajo (y más que nada en la poesía y la música) y con dificultad para conciliar el sueño. Los amigos me dicen que lo que me está ocurriendo es normal, en casos de duelo como el mío. Debe ser cierto. Cada día lloro menos en solitario y me siento más culpable por ello. Pero unas pastillas milagrosas de melatonina, que usaba contra el «jet lag» (cuando viajaba con frecuencia entre Nueva York y Madrid), me están ayudando a dormir.

Ayer me sacudió el asesinato de Benazir Bhutto y me despertó las ganas de enfrentarme de nuevo con la prensa de pago.

¿Qué me encuentro hoy en sus portadas?

Por supuesto, la primera noticia es unánime: el magnicidio en Pakistán . Me sobresalta y enfurece, además, otra noticia de primera página que ya había leído yo en 20minutos.es y había oído en la radio (no precisamente en la COPE de los obispos).

Me ha pasado como a Santo Tomás:

«Si no lo veo, no lo creo».

Lo he visto en la portada de El País, en la portada de Público, en la portada de 20 minutos. Sin embargo, en la portada de El Mundo no aparece ni una sola línea sobre las vergüenzas de Su Excrecencia el todavía obispo de Tenerife, Bernardo Alvarez.

Su Excrecencia el sepulcro blanqueado obispo de Tenerife no es de este Mundo de Pedro Jota.

No encuentro palabras para denigrar, como se merece, a este prelado sinvergüenza que, a estas alturas, aún no ha sido expulsado de la diócesis de Tenerife por todos los padres que tienen hijos en edad de ser abusados por pedófilos y pederastas con sotana o sin ella.

El País le dedica al escándalo cinco columnas en su interior:

El diario Público le dedica también cinco columnas al pecaminoso obispo de Tenerife

Y 20 minutos, además de llevarlo en portada, le dedica cuatro columnas en su interior con ilustración especial de nuestro genial Eneko:

El Mundo oculta las vergüenzas episcopales en su portada y sólo informa de ellas con un minititular interior a una columna:

Cada diario conoce a su público.

Los curas pederastas no son de este Mundo

Uno de los mayores escándalos de nuestro tiempo no ha merecido ser noticia de portada en El Mundo. Sí lo ha sido, en cambio, en El País, aunque a una columna.

Se trata de los 500 millones de euros que ha tenido que pagar la Iglesia Católica como indemnización a los más de quinientos menores de edad que han sido víctimas de abusos sexuales por parte de curas norteamericanos.

El gran titular que manda en El País va dedicado a Imaz, presidente del PNV, a quien adjudican nada menos que el verbo «frenar» cuando se refiere a la «consulta popular» en el País Vasco.

El Mundo reduce esta noticia a un sumario en portada y prefiere atribuir a Imaz el verbo «repudiar», cuando pone en duda la «consulta popular de Ibarretxe». Repudiar -un verbo muy del gusto pedrojotero- es algo más fuerte que frenar.

El Mundo manda en su portada a cuatro columnas, naturalmente («raca, raca, raca», diría Peridis), con sus habituales patrañas sobre el 11-M tratando de salvar la cara al trío Pinocho (Aznar, Acebes y Zaplana).

Hablando de obispos, ahí van tres joyas del domingo publicadas en El País:

Carta, muy razonable, de un lector de El País publicada el domingo, con el título «No lo entiendo«:

Lecciones del diablo

Javier Pradera en El País

15/07/2007

Los obispos, contra la nueva asignatura

LA COMISIÓN PERMANENTE de la Conferencia Episcopal difundió el pasado 20 de junio un documento contra la Ley Orgánica de Educación (LOE) -complementario de una declaración anterior del 28 de febrero- que condenaba una vez más la asignatura Educación para la Ciudadanía, incorporada con carácter obligatorio y evaluable al plan de estudios de primaria y secundaria: «El Estado se arroga un papel de educador moral que no es propio de un Estado democrático de derecho». Los obispos critican severamente que la nueva disciplina invada terrenos de la Iglesia. Juan Antonio Martínez Camino, portavoz de la Conferencia Episcopal, afirma que sus contenidos están basados «en el relativismo ideológico y la ideología de género». La jerarquía eclesiástica toca a rebato: «La gravedad de la situación no permite posturas pasivas ni acomodaticias». Los padres de los alumnos y los centros escolares podrán recurrir «a todos los medios legítimos para defender la libertad de conciencia y de enseñanza, que es lo que está en juego». Aunque la declaración sea conscientemente ambigua acerca de los procedimientos idóneos para ese fin, el melifluo portavoz aclaró picaronamente que la objeción de conciencia no está «excluida» del arsenal de armas lícitas.

Los éxitos parciales conseguidos por la Federación Española de Religiosos de Enseñanza sobre los contenidos de la asignatura no han saciado el inagotable apetito del episcopado

Los centros concertados católicos agrupados en la Federación Española de Religiosos de Enseñanza (FERE-CECA) vienen tratando de acercar posturas con el Estado. Sin embargo, los éxitos parciales logrados por sus representantes en las negociaciones con el Ministerio de Educación sobre los contenidos curriculares de la asignatura -relativos al matrimonio homosexual o a las relaciones de género- no han saciado el inagotable apetito de la jerarquía. Alarmado ante la negativa de la Fere a recurrir a la objeción de conciencia, el cardenal primado y vicepresidente de la Conferencia, Antonio Cañizares, avisa a los colegios católicos del fuerte olor a azufre que despide la Educación para la Ciudadanía: «Los centros religiosos que impartan la nueva asignatura colaborarán con el mal».

La disciplina se estudiará en un curso de primaria (5º ó 6º) y otro de secundaria ( 2º ó 3º); sus contenidos también serán recogidos por dos asignaturas ya existentes: Ética (4º de secundaria) y Filosofía (bachillerato). La incorporación de la materia a los planes de estudio será gradual: siete comunidades autónomas han decidido comenzar por 3º de secundaria. ¿Qué otorga su diabólico carácter a la disciplina condenada al fuego eterno por el cardenal Cañizares? La educación cívica se imparte actualmente en 15 países europeos; las recomendaciones del Parlamento de Estrasburgo y del Consejo de Europa para la expansión de sus contenidos curriculares -la tolerancia, la igualdad de sexos, el rechazo a la discriminación, la solución pacífica de los conflictos, la condena del racismo y la homofobia, etcétera- contradicen a los obispos exorcistas.

La innovación es criticada o mirada con escepticismo por quienes consideran que el campo propio de la enseñanza son los conocimientos y no los valores. Adela Cortina ejemplifica ese ideal de la escuela neutra con las palabras de mister Gradging en la novela de Dickens Tiempos difíciles: «No enseñéis a esos chicos y chicas sino hechos. Sólo los hechos son necesarios en la vida. No plantéis otra cosa y arrancad todo lo demás». En España, esa actitud se suele manifestar en forma de una burlesca equiparación entre la Educación para la Ciudadanía, inspirada por los principios democráticos y la Constitución de 1978, y la Formación del Espíritu Nacional, impartida por la dictadura franquista para adoctrinar a los escolares en los Principios Fundamentales del Movimiento, pero nunca criticada por la jerarquía eclesiástica. Esa ofensiva homologación es una cantera inagotable de paralelismos no sólo para los columnistas patosos y los tertulianos chistosos, sino también para los dirigentes del PP: tras alardear de su astucia por demorar un año la incorporación de la asignatura Educación para la Ciudadanía a los planes de estudio de la Comunidad de Madrid, la presidenta Esperanza Aguirre defiende el derecho de objeción de conciencia «a lo que es casi, casi, casi, un sucedáneo de la Formación del Espíritu Nacional».

FIN

Editorial del domingo en El País:

«Episcopado en rebeldía»