Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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Mapas de la corrupción urbanística. Encuentre las diferencias
Artur Mas: ¿»tonto ante notario»?

Mapa de El Mundo:

Mapa de El País:

En las dos portadas de hoy manda la cuestión vasca. El El País, el Vaticano le echa una mano al proceso de paz iniciado por Zapatero, a dos columnas:

El Vaticano apoyó el proceso de paz tras la mediación del obispo Uriarte

En El Mundo, a cuatro columnas, aparece una “advertencia” al Gobierno para que no “relegalice” Batasuna:

Un informe advierte al Gobierno que Batasuna “no puede ser relegalizada”

Ambos ilustran su portada con foto de la turista española, acusada de contrabando de explosivos, que ha vuelto a casa después de su pesadilla mexicana.

Interesante entrevista de Juan Luis Cebrián (CEO de El País) a Steve Ballmer (CEO de Mocrosoft) titulada.

La democracia en la era digital

La he leído, boli en mano, y he subrayado ideas muy provocadoras para nuestro futuro digital.

Ahora voy a preparar el conejo al ajillo y, si tengo tiempo entre el almuerzo y el cine, pegaré aquí un resumen para quienes no tengan acceso al texto de El País.

El conejo al ajillo estuvo pasable, aunque se me fue la mano con el vinagre. («Otras veces te salió mejor», dijo mi hijo David). La peli, en cambio, («Hijos de los hombres«) fue entretenida. ¡Qué más se le puede pedir a un domingo otoñal y lluvioso!.

Ya no tengo tiempo para resumir la entrevista de Cebrián (que él llama «diálogo») con Ballmer sobre la era digital. Pero sí puedo pegar un trozo del artículo de Carmen Rigalt en la última página de El Mundo de hoy, con la esperanza de que se pueda leer:

Me ha gustado la reacción dura, contundente, de la colega Rigalt a la insensatez de Artur Mas sobre la catalanidad por puntos que comentamos ayer en el blog.

Creo que ayer no me expresé correctamente al criticar a Artur Mas («tonto ante notario», le llama Carmen Rigalt) y, quizás con razón, he recibido la reacción crítica y razonada de algunos comentaristas habituales -Imagina y Oscar, entre otros. Un escrito suele ser ingrato por incompleto y, cuando escribimos deprisa, se nos escapan muchos matices.

La Red nos ofrece espacio ilimitado, pero no es ilimitada la paciencia de los lectores. He tratado de añadir algunas matices a mi precipitado (y aún cabreado) comentario de ayer. Esta es mi respuesta de hoy:

Imagina y Oscar:

En mi opinión, las personas merecen todo el respeto del mundo. Las ideas, no.

También yo tengo amigos que profesan los ideales nacionalistas, o la fe católica, musulmana o judía… Les quiero y les respeto, pese a que pienso que algunas de sus ideas frenan el progreso de la humanidad, el avance de la civilización, y nos hacen ir hacia atrás provocando daños innecesarios y evitables.

No creo que los nacionalistas (catalanistas, españolistas, o lo que quieran añadir aquí) sean monstruos. Ya he dicho que hay muchos grados, y todos marcamos algo de nacionalismno en nuestro termómetro interior, sin llegar ser fanáticos. Quien esté libre de nacionalismo que tire la primera piedra.

Casi siempre entro a este trapo porque me preocupa la vertiente racista y fascista que suelen esconder algunos nacionalistas bajo su piel, y que sólo les brota cuando el miedo al otro (sea inmigrante o vecino) les excita. Creo que, con ideas excluyentes o de superioridad racial o cultural, están perdiendo oportunidades para mejorar nuestra existencia y su propia felicidad.

Puedo estar equivocado yo y ellos pueden estar en lo cierto. También puedo cambiar de opinión. No sería la primera vez. Sólo los fósiles no evolucionan. Pero, por ahora, pìenso que es una pena que los nacionalistas den más oportunidades a la fe que a la razón, a la emoción que al pensamiento, al corazón que al cerebro. Naturalmente, Oscar e Imagina, les respeto como personas. Pero no tengo el menor respeto por sus ideas tribales. Las considero erróneas aunque -como las religiones- les sean muy útiles para ir tirando, convenientemente anestesiados, por este perro mundo.

Los brotes recientes de nacionalismo por todo el mundo pueden estar animados, quizás, por el miedo a la pérdida de identidad a causa de la globalización. Pero detrás de los líderes nacionalistas veo generalmente un ansia de poder personal de sus líderes muy superior al amor a su tierra y a su pueblo.

Por eso, sinceramente pienso que las ideas nacionalistas (como las religiones) son una engañifa utilizada por los más ambiciosos de poder para conseguir sus objetivos. También respeto a las personas que creen en su religión, pero no respeto sus dogmas o creencias. Respeto total para las personas, respeto nulo para las ideas. Esta últimas son todas discutibles y las critico con total libertad, tal como espero y deseo que los demás hagan con las mías.

Tengo, a veces, la triste impresión de que avanzamos en la técnica pero no en la moral. Mejoran las máquinas, pero – con un palo, con un trabuco o una bomba nuclear- las intenciones del ser humano siguen siendo las mismas.

¿Acaso no se nos alejan últimamente los bellos, ya viejos y nunca realizados, ideales de la Ilustración y de la Revolución Francesa: Libertad, Igualdad y Fraternidad?

Son ideales que nos suenan a anticuados y, sin embargo, nunca los hemos alcanzado.

Tengo miedo de comprobar que el mundo del siglo XXI es menos libre, más desigual y, desde, luego, menos fraternal y menos solidario que el del siglo pasado. La tendencia es lo que importa. Y hay cifras terroríficas. Miren tan sólo los datos de hambre, pobreza, esclavitud y muertes por enfermedades curables.

¿O será que, sencillamente, me voy haciendo mayor?

Saludos

JAMS

lo dijo JAMS · 22 Octubre 2006 | 09:51 PM

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