Le conocí hace unos ocho años. Al poco tiempo de crear 20 minutos, los fundadores de Idealista -entre los que se encontraba Bernardo Hernández– vineron a verme para hacer un proyecto conjunto papel/web sobre búsqueda (alquiler y compra) de pisos. El papel era demasiado caro, y con espacio limitado, mientras que Internet no tenía entonces más límite que la paciencia del lector.

No llegamos a ningún acuerdo empresarial (seguramente por mi mala cabeza) pero, desde entonces (año 2000), no les perdí la pista a aquellos jóvenes chiflados. Luego, nos hemos cruzado varias veces.

Hace unos años, Esperanza Aguirre nos entregó un premio a Bernardo y a mi el mismo día y en el mismo acto. Fue en el patio de la antigua Dirección General de Seguridad . De aquel dia recuerdo que bajé a los sótanos (ex mazmorras) de la DGS, en busca de los servicios, y me impresionó el cambio experimentado en tiempos de libertad. Mármol, paredes limpias sin desconchones, luz generosa, sin flexos, bedeles bien vestidos, buen olor. Nada de torturas ni de interrogatorios por ningún lado. Daba gusto mear en aquellos servicios.

Cuando Bernardo se pasó a Google en España le seguí de cerca y compartimos algún cordero de Burgos . Tan apasionado le veía siempre con las cosas de Internet que me picó la curiosidad. Ël ya tenía una página propia y un blog. Fue de los primeros que frecuenté (junto con el del joven Ignacio Escolar, que hoy dirige Público).

Ambos son culpables, en buena parte, de que yo les está dando la lata con este blog.

Por eso, cuando he leido la entrevista que CiberPaís publica hoy con Bernardo Hernández (hay quien le llama Berny) me he llevado una alegría. Por eso, la copio y la pego. Para presumir y decir:

«Yo le conocí cuando casi no era nadie».

¡Enhorabuena Bernardo y mucha suerte!

Y andate con mucho cuidado con los halagadores:

«El halago debilita»

(Se lo que digo ya que yo soy un profesional del halago).