Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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Que el frío no quiebre tu fe en el calentamiento…

Hacía tiempo que no oía yo, con tanta frecuencia y admiración, la recomendación de nuestras abuelas de que

«hasta el 40 de mayo no te quites el sayo”.

Lo normal, entonces, era pasar frío hasta el 10 de junio, más o menos.

Hoy (día 45 de mayo) me levanté tarde y me dispuse tomar el desayuno dominguero en la terraza. El sol ya estaba alto, pero hacía fresquito. Llevaba un pijama de franela (de riguroso invierno) y, aún así, tuve que recurrir a un jersey (abierto, eso sí) para poder leer la prensa de pago al aire libre. Chispeó durante unos minutos y pronto volvió a salir el sol, con un espléndido cielo azul madrileño, de los de Velázquez.

Nos acercamos a la noche mágica de San Juan y al día más largo del año, a las puertas del verano, y, sin embargo, aún duermo con pijama de franela, edredón y ventanas cerradas. El campo de Villanueva de la Cañada (Madrid) sigue tan amarillo chillón y morado-violeta como cuando arranca la primavera a finales de marzo. Apenas se ven amapolas, la sangre de los trigales, como las llamaba Gómez de la Serna en los años 20 y 30, durante el último ciclo menor de calentamiento global.

Los niños y, quizás, también los borrachos (“in vino veritas”) nos dirán sin rubor que hace frío en pleno mes de junio. Y que hemos tenido un invierno que, como indica su nombre, ha sido bastante invernal, o sea, frío.

Esos niños y esos borrachos serán los encargados de proclamar, a los cuatro vientos, que el emperador del cuento va desnudo. Ni traje invisible ni leches: sencillamente, va en pelota picada. Los demás, gente sensata que ya ha sentado la cabeza y que vela por su empleo, su salario y su instinto de supervivencia, apenas se atreverán –nos atreveremos- a llevar la contraria a la corriente principal; esa que adora mayoritariamente al nuevo becerro del oro del medioambietalismo acientifico como único dios (y a Al Gore, que es su profeta).

Hay científicos escépticos (sin llegar a ser herejes) que no se atreven a proclamar que el emperador va desnudo, por miedo a perder la subvención, el ascenso o, lo que es más importante, el aplauso.

Temen que les ocurra a sus presupuestos lo mismo que a los del minitrasvase fallido del Ebro a Barcelona. El Gobierno lo aprobó, como respuesta de emergencia frente a la «pertinaz» sequía. En cuanto volvió a llover a cántaros, canceló el proyecto.

Hay científicos que reciben dinero para investigar el calentamiento.

¿Qué será de esos fondos si reconocen que no hay calentamiento sino enfriamiento?

Acurrucado en mi jersey de invierno, me topé esta mañana con la página editorial –la más noble y seria- de El Pais. El titular del comentario editorial no podía ser más actual:

El frío calentamiento

Lo copio y pego aquí arriba, pues, aunque sólo cuenta una parte mínima de la realidad, mi juicio, no tiene desperdicio. El dibujo (pingüinos entre cocoteros) resume bien la contradicción que trata de justificar el editorial. Apoya el contenido incompleto de una doble página interior, presuntamente informativa, sobre por qué el frío actual se debe solo (¡oh contradicción!) al calentamiento global causado por el hombre. O sea, el frío se debe al calor. (¿La gallina?).

Y recurren únicamente a la teoría de la corriente cálida del Golfo y al efecto de las grandes cantidades de agua dulce producidas por el deshielo del Artico. Esa es una de las teorías que tratan de explicar el enfriamiento actual, pero hay muchas otras.

¿Pero de qué deshielo me hablan?

¿Acaso han olvidado esos científicos subvencionados las teorías sobre los ciclos oceánicos Pacífico/Altántico?

¿Habrán estudiado alguna vez el «mínimo de Maurander»(tan temido) y los efectos del llamado cariñosamente «Sol perezoso» (con menor actividad solar?

En ciclos de subida y bajada de actividad solar (y de manchas solares), el campo mágnético de un Sol fuerte y activo nos protege de la radiación cósmica. En cambio, cuando cambia este ciclo desciende la actividad protectora solar y llega más radiación cósmica a la Tierra .

Ahora hay pocas manchas solares y algunos científicos temen que nos estemos acercando a otro «mínimo de Maurander» con el consiguiente enfriamiento de la Tierra. Ojalá vuelvan pronto las manchas solares para que regresemos al calentamiento, que tan beneficioso ha sido siempre para el ser humano. Los nordicos saben muy bien que el calor es bueno y que el frio es malo.

El editorial y el reportaje de El País se refieren sólo a la corriente del Golfo y a la presuntamente abundante agua dulce del Artico para justificar que este frío de ahora está producido, ni más ni menos, que por el calor.

Eso es lo que dicen algunos predicadores de la nueva religión de moda, que atribuye al hombre (a sus pecados y/o excesos) el cambio climático, ya sea hacia el calor, hacia el frío o, ¿por qué no?, hacia los dos a vez.

El titular del amplio reportaje, a toda página y con interrogantes poco profesionales, no es nada informativo. Más bien provocador:

¿Calor o nueva edad de hielo?

¿En qué qudamos?

Habituado a leer y a comparar titulares de prensa, me he percatado hoy de que hace tiempo que no los veo dedicados al famoso “calentamiento global” que nos traía fritos durante todo el verano pasado. Ya se sabe, en verano suele hacer calor y en invierno, frío. Tengo la impresión de que no conviene a los intereses de la corriente principal hablar del calentamiento global cuando hace frío. De hecho, desde el curioso incidente del primo de Rajoy (¿lo recuerdan?, en el pasado otoño), no me he ocupado de este asunto por falta de titulares sugerentes o provocadores.

Desde que acabó el otoño (y empezó el frío) la prensa no suele titular en portada con las palabras “calentamiento global” sino, más bien, y sólo si es necesario, con las de “cambio climático”. Resultan más ambigüas y menos chocantes cuando estamos titiritando de frío.

La prensa de pago es muy hábil para dar o quitar cobertura a lo que quieren o no quieren leer sus feligreses. Y ese es uno de los objetivos principales de este blog. Sacarnos los colores cuando se nos ve el plumero y alertar a los más ingenuos para que no se fíen, a la primera, de lo que leen (y no leen) en los periódicos.

¡Si lo sabré yo!. No se fíen de los titulares de la prensa, porque los hace gente como yo.

He repasado el archivo de este blog y he comprobado que, salvo error, desde octubre pasado no he recogido ningún titular de portada sobre calentamiento global ni he criticado las homilías de Al Gore, profeta apocalíptico y, no sabemos por qué, Premio Nobel.

Pronto volverán los días calurosos (eso que llamamos comúnmente verano) y volveremos a leer titulares llamativos sobre esos pocos pobres ancianos que mueren cada día a causa de la terrible “ola de calor”. Por el calor mueren unos cientos y salen a cuatro columnas. Por el frío, mueren varios miles y apenas les dedicamos un breve y a una columna en página par.

¿Por qué no leemos titulares semejantes en la prensa invernal sobre la multitud de ancianos que mueren a causa del frío?

Sencillamente, porque no interesa a quienes hacen los periódicos ni a sus fuentes de información ni, seguramente, a sus fervorosos lectores, imbuidos de la nueva fe en el papel hegemónico que le atribuyen al hombre en el calentamiento global.

Leo y sigo con interés y curiosidad estos asuntos que definen al hombre como causante principal del frío o del calor (da igual) en la prensa, por lo que tienen de fondo moral o religioso. No soy científico sino divulgador y me interesa sobretodo la cobertura mediática que se da a estos fenómenos, desde el punto de vista científico, para-científico, ideológico, económico o casi místico.

Voy a releer lo que escribí aquí mismo el verano y otoño pasados:

1.- Anti-Gore V: Rajoy se rajó

2.- Anti-Gore IV: Rajoy y su primo van al infierno

3.- Anti-Gore III: Falso consenso. Los científicos disienten.

4.- Anti-Gore II: ¿Calentamos la Tierra? Ni borrachos

5.- Anti-Gore- I: ¿Estamos calentando la Tierra? No te lo creas ni borracho

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Intentaré refrescar mis lecturas de censores y apologistas sobre el papel del pobre hombre-hormiga en los cambios cíclicos de nuestro universo descomunal (con todas sus galaxias, radiaciones cósmicas, manchas solares, etc.) que apenas entendemos.

Ya que la prensa tradicional de pago está dando la espalda al debate que mantienen ortodoxos y heterodoxos sobre las causas (¿humanas y/o galácticas) del calentamiento/enfriamiento global, la controversia se ha trasladado -¡cómo no!- a la divina Internet. La prensa antigua o tradicional (estilo siglo pasado) no se atreve aún a contradecir a la corriente oficial. Los escépticos se defienden de los ortodoxos en la web a pixelazo limpio.

La web está ardiendo con cientos de páginas y cientos de miles de comentarios sobre un asunto tan universal como la propia Internet. Y la prensa no se entera.

A los interesados les recomiendo especialmente este enlace sobre «debate climático diario» que recoje argumentos a favor y en contra.

Ahí verán por ejemplo que muy pocos lectores se han enterado de que la temperatura mundial ha bajado persistentemente desde 1998. No lo saben, sencillametne, porque eso ocurre y está probado pero no se publica.

¿Acaso saben los lectores habituales de la prensa de pago que el hielo del Artico ha vuelto a crecer?

Sólo se publica cuando el hielo se reduce, lo que suele ocurrir naturalmente cada verano. Unos colegas míos de la televisión pública canadiense (CBC) se adentraron, hace unos meses, en las tierras árticas de su país para realizar un reportaje («El hielo que se va») sobre la presunta desaparición dramática del hielo en el Polo Norte. Gran sorpresa: regresaron con las manos vacías. Nunca habían visto tanto hielo. Una vez más, la realidad les había destrozado una buena crónica. Se preguntaron:

¿De dónde sale tanto hielo?

El hielo no se estaba derritiendo -como suele titular la prensa- sino que estaba creciendo, formando una capa cada vez más gruesa que impedía el avance del rompehielos. Son cosas del invierno pero no se publican. Naturalmente, si vuelven en pleno verano verán menos hielo. Entonces, nos enteraremos de que «el hielo del Artico se está derritiendo» por culpa del hombre que expulsa tanto CO2 a la atmósfera.

¡Pobre CO2, tan injustamente denostado y perseguido!

Ese maravilloso gran fertilizante, como sabemos todos los almerienses… y quienes hayan visitado alguna vez un invernadero. Viva el CO2 y la madre que lo pario.

Mi conclusión es que, en los últimos años, el frío (sus causas y sus efectos) está muy subestimado (infra-reportajeado) por la prensa. Por el contrario, el calor (sus causas y sus efectos) está sobre estimado (super-reportajeado) por la prensa.

¿Por qué?

¿Qué hay detrás de esta distinta valoración de ambos fenómenos?

¿Tiene algo que ver con la verdad científica, con los hechos probados, o más bien, con el sesgo de los intereses políticos y económicos (la cultura corporativa) de quienes determinan lo que se publica o no se publica en la prensa?

La experiencia nos ha demostrado que la verdad científica, probada, constrastada, no se descubre por votación democrática sino mediante la verificación empírica de las hipótesis. Si una teoria contradice a la realidad, conviene cambiar la teoria y no la realidad que peretendemos describir y explicar. Y no digamos precedir…

Me resulta extraño que algunos científicos puedan argumentar que su teoría es más cierta porque la apoyan más colegas.

El Universo es inmenso y el hombre es pequeño. Hay muchas explicaciones posibles, aunque no todas concluyentes, para los fenómenos que observamos en el Firmamento. Hay muchos ciclos planetarios, solares, galacticos, largos y cortos (de décadas, de miles y de millones de años) que afectan a la Tierra y -nos guste o no- el hombre influye bien poco -casi nada- en ellos.

A pesar de nuestra arrogancia de hormigas, entre millones de estrellas lejanas y descomunales, es muy posible que nunca sepamos por que se enfria o se calienta nuestro querido planeta.

No somos nadie. ¡Qué le vamos a hacer!

(Continuará…)

Mi huerta me reclama.

El PP sube y el PSOE baja ¿en qué diario?
Turquía contra el Papa no es noticia para El Mundo

Las de hoy son portadas ya clásicas, casi aburridas. El sujeto que manda, a toda página, en El Mundo es «El PP» y el verbo que le acompaña es «sube»:

El PP sube (…) mientras el PSOE baja (…)

El País manda con Zapatero como sujeto y le adjudica el verbo «replica»:

Zapatero replica al PP (…)

Las protestas contra la visita del Papa en Turquía son casi invisibles en El Mundo.

Y de la guerra en contra y a favor la enseñanza de la religión en las aulas sólo quedan restos del informe del Consejo de Estado en esta breve información de El País.

Tampoco se hace eco El Mundo de la doctrina impartida por los obispos españoles este fin de semana y que ha valido para todo un comentario editorial en El País, que repoduzco aquí por su interés.

Tengo la impresión de que la Iglesia -que apenas organiza ahora manifestaciones contra el Gobierno de Zapatero-recibe un tratamiento de perfil bajo en El Mundo.

EDITORIAL de El País

Instrucción pastoral

27/11/2006

Los obispos dieron a conocer el viernes un resumen de su instrucción pastoral sobre «la situación actual de España», elaborada con el objetivo de orientar moralmente a sus fieles y animarles a participar en la vida pública. Loable función de los prelados, que, en un ejercicio de autocrítica poco habitual, indagan también en las causas de la indiferencia y el agnosticismo de la sociedad, e intentan espantar la tentación de la «acuciante desesperanza» que se extiende entre los católicos por lo que llaman «pérdida de influencia».

Una instrucción pastoral no es el catecismo, pero sí doctrina oficial de la Conferencia Episcopal, que ha hecho apenas una decena de estos documentos desde su creación. Ello subraya la excepcionalidad que los obispos aplican a la «situación actual». En España, según ellos, se reabren las viejas heridas y enfrentamientos de la Guerra Civil por utilizar la «memoria histórica con mentalidad selectiva»; existe un alarmante laicismo, «radical y excluyente», guiando la legislación del Gobierno; el relativismo comete la impertinencia de engrandecer al hombre, «colocándolo en el centro de todo», y la unidad nacional no está siendo tratada con la responsabilidad que aconsejaría «la verdad de los hechos y de la historia». También sostienen los obispos que los procedimientos democráticos «no son la última referencia moral».

Estamos hablando del resumen de la instrucción pastoral facilitado a la prensa el viernes. Es de suponer que el documento completo argumente afirmaciones tan arriesgadas, por no decir irresponsables. Es cierto que los procedimientos democráticos, despojados de otros valores, no son ejemplares (morales) per se, pero lo son más que el totalitarismo o el absolutismo pontifical. Y no es la memoria o el recuerdo de las víctimas de la Guerra Civil lo que divide a los españoles, sino comportamientos del entorno eclesial que parecen añorar el ambiente guerracivilista de un pasado lejano. Como diría el poeta, la memoria libera al hombre de la brutalidad. Los obispos deberían tomarla más en cuenta, no sólo para recordar, como hacen, supuestas aportaciones al «establecimiento de la democracia» en 1978, sino para aprender de pasadas contribuciones a la trágica pérdida de esas libertades y al sostenimiento de la cruzada franquista. Ni siquiera la doctrina sobre la lacra del terrorismo, o sobre el nacionalismo, está libre de politización. Los obispos ofrecen atinados consejos, como que el Gobierno, los partidos y las instituciones «están obligados a anteponer la unión contra el terrorismo a sus legítimas diferencias», pero no han podido disimular su madrugadora aversión ante el proceso de diálogo abierto por el actual Gobierno.

FIN

Como decía antes, me ha sorprendido la escasísima importancia que El Mundo -siempre tan solícito con Su Santidad– dedica hoy a las reacciones en Turquía contra la visita que mañana inicia el Papa a este país 90% musulmán.

La portada del International Herald Tribune lleva una gran foto de los turcos contra el Papa semejante a la de El País.

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Mientras tanto, en otras partes del mundo civilizado, la Religión se enfrenta de nuevo a su más terrible enemigo: la Ciencia.

¡Vuelve la Ilustración!: «Lucha libre entre Ciencia y Religión»

Una reunión de grandes sabios, recién celebrada en La Joya (California), se ha convertido en una especie de pistoletazo de salida para una nueva Ilustración en el sigo XXI.

Por lo que ha publicado el New York Times, el pasado 21 de noviembre, los debates sobre Ciencia y Religión no tienen nada que envidiar a los más clandestinos de los enciclopedistas y otros racionalistas que precedieron a la Revolución Francesa.

El título de la información del New York Times no puede ser más expresivo:

A Free-for-All on Science and Religion

(«Lucha libre entre Ciencia y Religión»)

El autor es GEORGE JOHNSON

Foto de un grupo de científicos reunidos en La Joya. Richard Dawkins, autor del libro «God Delusion» («Ficción de Dios», «Alucinación de Dios» o «Engaño de Dios», no se como traducir exactamente la palabra «delusion») aparece en la foto con un libro en la mano.

Vale la pena leer el artículo, incluso para los creyentes. He esperado hasta hoy por falta de tiempo, de conexión y también por ver si El País -que tiene los derechos de los servicios del NYT– lo publicaba en castellano.

Si no lo hace, intentaré traducirlo yo mismo o resumirlo cuando tenga más tiempo.

(Estoy seguro de que mi vecino de blog Manuel Saco disfrutará leyéndolo tanto como yo.)

El artículo describe una conferencia entre cientificos ateos o agnósticos (la aplastante mayoría y, por lo que leo, bastante envalentonados) y cientficos creyentes (en minoría) que resultó ser un auténtico duelo dialéctico sobre razón y fe.

Al final, los científicos ateos insistieron en la necesidad de tomar un papel más activo para predicar el ateísmo, y no dejar todo el campo libre a los creyentes que, según ellos, «nos están lavando el cerebro».

Hay muchas «perlas» como esta:

“Anything that we scientists can do to weaken the hold of religion should be done and may in the end be our greatest contribution to civilization.”

(«Cualquier cosa que los cientificos podamos hacer para debilitar el arraigo de la religión debe hacerse y, al final, puede que ésta sea nuestra contribución mas grande a la civilización.»)

O ésta otra:

«El mundo necesita despertarse de su larga pesadilla de la religión».

La religión fue denunciada como «lavado de cerebro» y «abuso infantil» por los cientificos ateos que, además, regañaron a sus colegas por haberse tragado el otro «lavado de cerebro» que consiste en que hay que respetar las creencias religiosas.

Dice otro:

«Estoy harto del respeto que, mediante lavado de cerebro, nos han hecho creer que debemos conceder a las creencias religiosas.»

Hay muchas frases más queno tienen desperdicio.

O sea que los cientificos (entre los que había varios premios Nobel) creen que ha llegado la hora de hacer campaña a favor de la ciencia y en contra de la religion.

Muchos de ellos escriben libros, van a conferencias, aceptan invitaciones a debates de los fundamentalistas «creacionistas» y pregonan la necesidad de hacer campaña a favor de la ciencia con las mismas técnicas que las instituciones religiosas.

El International Herald Tribune ha publicado anteayer una versión resumida de la de su diario matriz, el NYT con el título:

Cuando los científicos se convierten en evangelistas

Intentaré pegar el PDF, por si se puede leer, y la foto de estos promotores de la Segunda Ilustración contra el Oscurantismo.

Ya era hora.