Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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César Alierta, ¿calvo o con tres pelucas?

El presidente de Telefónica, en el banquillo, va a toda página en El Mundo y con gran foto a cuatro columnas.

¿Por qué será?

La misma noticia (escondida a una columna abajo) es difícil de ver en El País.

¿Por qué será?

En el pequeño titular de El País:

Alierta proclama su inocencia…

En el gran titular de El Mundo:

Alierta dice que ni compró ni se lucró

Sin embargo, el sumario da pie a toda clase de sospechas:

Dos inspectores declaran que la CNMV les ordenó paralizar la investigación

No se por qué aún me asombro al comprobar el sesgo tan exageradamente distinto que cada diario da a una misma noticia. Los hechos que dan pie a esta noticia deberían ser los mismos: una vista pública en la Audiencia Provincial de Madrid en la que todos los periodistas se supone que oyen las mismas declaraciones.

A los periodistas se nos llenala boca al declarar que «los hechos son sagrados y las opiniones son libres»..

Pero si los hechos se describen con un titular que lleva el verbo «proclama» en un diario y el verbo «dice» en el otro ya tenemos el sesgo interesado sobradamente garantizado.

Y no digamos ya si en un diario lleva foto del acusado en el banquillo y titular a cuatro columnas y, en cambio, en el otro se despacha la historia en dos párrafos y con un titulín a una columna y por lo bajini…

¿Qué factores influyen en el director a la hora de decidir si esta noticia va a cuatro o a una columna, con un verbo o con otro, con foto o sin ella?

No hace falta que esté presente el director para decidir el titular ni el tratamiento de la noticia. El sesgo que debe llevar cada noticia lo conoce de maravilla hasta el último mono de la redacción: a eso le llamamos «cultura corportativa» o, si queremos ser más claros, deberíamos llamarlo «instinto de superviviencia«.

Luego, cada feligrés compra y/o lee libremente el diario que quiere. Y cree que compra y/o lee bien, según sus intereses.

¿Por qué no?.

Ahí está la gracia de la prensa libre: cada oveja ocon su pareja.

El presidente de Telefónica, César Alierta, acusado de chachullos por utilizar información privilegiada para enriquecerse en la Bolsa, aparece como calvo, en un diario, y con tres pelucas, en el otro.

Claro que, si nos fijamos en las portadas de ambos diarios del mismo día, parecen responder a países distintos o a fechas distintas:

¿Son intocables los «empresarios» puestos por Aznar?

Las declaraciones, un poco indecentes y muy tardías, de Manuel Conthe -para lo que me queda en el convento, me cago dentro- demuestran que la permanencia de los hombres de Aznar en las grandes empresas (desde donde reparten más sueldos que todos los ministros juntos; es decir, poder real) ha sido fruto de la ingenuidad y/o de la bisoñez de Zapatero. Endesa, BBVA…

Muchos españoles tuvimos una sensación de alivio cuando Zapatero, recién elegido presidente del Gobierno, ordenó la retirada inmediata de las tropas españolas que participaban, por orden de Aznar, en la invasión ilegal de Irak. Nos pareció que cumplía una promesa electoral y nos pareció también una decisión valiente y patriótica contra el Imperio actual.

¿Ha resultado Zapatero ser tan valiente como nos pareció entonces o a sido un auténtico «bambi» con los poderes fácticos auténticos?

¿Qué hizo cuando se topó con los intereses mundanos de la Iglesia Católica? Se plegó a sus demandas.

¿Qué hizo Zapatero con los presidentes de las grandes empresas, puestos a dedo por Aznar (en sustitución de los de Felipe González), que financiarán a sus adversarios politicos? Nada de nada.

¿Ha sido Zapatero respetuoso con esos dos poderes fácticos (el eclesiásitco y el económico) o simplemente se ha caído de un guindo como un ingenuo colosal?

Hasta ahora sólo han salido dos caballeros aznaristas tocados por la varita mágica de Conthe: Manuel Pizarro, aún presidente de Endesa, y Francisco González, aún presidente del BBVA.

¿Hace falta más valor para enfrentarse al presidente Bush, sacando las tropas de Irak, o para enfrentarse a los obispos de la COPE, tocándoles el bolsillo, o a los «empresarios» puestos por Aznar?.

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Esta carta de una lectora de El País nos ofrece un perfil bastante inédito del ex presidente Aznar.

¡Qué peligro! Ahora vemos en manos de quién estábamos durante ocho años… A Aznar le gustaba la velocidad y ahora comprobamos que también le gusta el alcohol mezclado con ella.

La concejala Botella ha salido -como tantas veces- al rescate galante de Aznar declarando que su marido «no bebe más de la cuenta«.

¿Se habrá enamorado Aznar de su esposa, Ana Botella, por el apellido?

¿Qué trabajo le cuesta al ex presidente Aznar pedir disculpas, decir que se equivocó al increpar al cartel de la Dirección General de Tráfico diciéndole «¿Y quién le ha dicho a usted que yo quiero que conduzca por mi?» Glup.

Ya vemos que el principio que inspira a nuestro ex presidente Aznar es el de «sostenella y no enmendalla«. Se hubiera ahorrado muchos problemas y muchas críticas si hubiera reconocido que comentió un error. Bastaba con decir que intentó hacer un chiste y que -como es habitual en él- le salió mal. Pero Aznar -erre que erre- es de los que piensa, luego insiste.

Lo siento por él. A los ciudadanos españoles -y a nuestra malherida España– ya no puede hacernos más daño del que nos hizo.

Es un consuelo. Algo es algo.

Conthe para no dormir. Vanitas, vanitatis…

El folletín de Conthe en las portadas de hoy me ha dejado con la boca abierta. De verdad, me encantaría dar doctrina sobre este asunto tan estrafalario e indecente, se mire por donde se mire.

Tengo la impresión de que Conthe se sintió británico por un día y ahora resulta que es más carpetovetónico que José María Aznar. ¿Habrá bebido?

Como la historia tiene cierta enjundia -y me tengo que ir a una cena ya mismo- dejaré mis comentaris para más tarde. Ahora sólo copio y pego las noticias y columnas del día que me han interesado. (Recomiendo especialmente la de mi maestro Manuel Saco, que está casi al final.

Y espero comentarios sobre «el Conthe de nunca acabar«.

Hasta luego.

JAMS

El Conthe de nunca acabar… que se creyó inglés

He tenido tanto lío en estos últimos días que sólo, tras despedir al último de mis consejeros noruegos (un gran gurú de Internet) en el Aeropuerto de Almería, me he percatado de que hoy es una fecha que no puedo ni debo olvidar porque (como diría Ibn Hazm) la llevo grabada en mi corazón:

¡Salud! Hoy es 14 de abril

(Tachín, tachín…»Si los curas y monjas supieran…» tachín, tachín)

Ya he brindado por los ideales de la II República Española que me enseñaron mis pades.

La verdad es que llevo tres días conectado a la cuenta de resultados de 20 minutos España S.A. y no he tenido ni un respiro para conectarme a Internet y pasar un rato por el blog. Mis disculpas. Tengo ausencia justificada (de miércoles a viernes) porque donde hay patrón no manda marinero.

He tenido a todos mis jefes juntos (noruegos y españoles) y nada menos que en mi tierra. Emocionante, para un sentimental como yo.

En cuanto tenga copia del PDF de La Voz de Almería, pegaré aquí el recorte de la prensa local sobre «el Consejo» con foto incluida de mis señoritos con algunos directivos y con La Alcazaba al fondo.

El Consejo de Administración de 20 minutos, celebrado el 12 de abril en Almería, aprobó, entre otras cosas, el lanzamiento de una nueva edición en papel (la número 15) para Asturias (Oviedo, Gijón y Avilés para empezar).

Era una de nuestras asignaturas pendientes y estamos felices de poder responder a la llamada de muchos asturianos que desean tener 20 minutos no sólo en Internet sino también en papel.

(Fin del corte publicitario o de autobombo)

Tampoco he podido leer la prensa de pago, en estos días. Sólo he seguido la actualidad a través de un móvil que me permitió conectar con 20minutos.es… hasta que se me agotó la batería. Por fín, hoy he comprado los diarios en una gasolinera, para leer las noticias de ayer, y he visto que apenas ha cambiado nada.

«¡Qué aburrimiento!», como dice hoy el maestro Forges.

El Mundo titula a cuatro columnas, arriba, con

«El Gobierno pide a Conthe…»

En cambio, El País prefiere a Conthe como sujeto, a tres columnas, abajo:

«Conthe se atrinchera…»

Si alguien tiene aún dudas acerca del periódico que está a favor de la postura de Manuel Conthe (el aún presidente de la CNMV, o sea, el policía de la Bolsa) y del que está en contra, puede leer el titular de los comentarios editoriales de ambos diarios. No dejan lugar a duda alguna.

Sin matices, uno está completamente en contra y el otro completamente a favor. Tanta rotundidad y tanta seguridad en los planteamientos editorialews me llena de dudas.

Ambos coinciden con su tradicional posición en torno al «caso Endesa«, alienados con el PP o con Gobierno, respectivamente. Cada uno arrima el ascua a su sardina sin ver ninguna pizca de razón en los argumentos del contrario. Terrible choque cuando ambos contendientes creen tener toda la razón de su parte…

Da la impresión de que, en los dos principales diarios de pago, siguen funcionando las viejas correas políticas de trasmisión.

La canciller conservadora Angela Merkel ha apoyado -junto con el PP– la opción de la alemana E.ON que ha fracasado en el mercado, entre otras razones por el extraño ruido de otras ofertas que serían inaceptables en países no católicos (por decirlo de alguna manera) o poco caballerosas…

Por su parte, el primer ministro del Gobierno de centro izquierda, Romano Prodi, ha apoyado -junto con el Gobierno español- a la italiana ENEL y a la española Acciona para comprar Endesa.

El conflicto no es fácil de entender sin conocer a los personajes principales (faltos de modestia) y sin atender a los usos y costumbres de la City de Londres o de la SEC (Security and Exchange Commision) de Wall Street en Nueva York.

Mi impresión personal es que Manuel Conthe , que no tienen ni un pelo de tonto pero sí una gran melena de soberbio, se ha creído su propio discurso de estilo inglés, sin estar en Inglaterra.

Lo que ha ocurrido en la patria de la picaresca («no vendas, no vendas, a 40 euros que, si esperas un poco, yo te prometo bajo cuerda 41 euros…») sería impensable entre caballeros británicos, que siguen reglas muy estrictas pero no escritas.

Y la reacción británica del carpetovetónico Manuel Conthe, pese a que entiendo algunas de sus razones de higiene bursátil, me ha parecido una pataleta pueril e indigna de él. Claro que no es la primera vez que sale dando portazos.

Pobre CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores).

Entre todos la mataron y ella sola se murió.

Seguramente tiene algo de razón Conthe cuando dice que, dentro de algún tiempo, nos alegraremos del estallido de esta catarsis. ¡Ojalá!

¿Seremos algún día flemáticos ingleses o seguiremos siendo pícaros mediterráneos?

No olvidemos tampoco que, bajo la apariencia de la ética protestante o la católica, aplicadas a los negocios, hay tantos tramposos en el Reino Unido como en el Reino de España.

En todas partes cuence habas, señor Conthe, y en algunas a calderadas. La diferencia puedes estar en que en la City guardan mejor las apariencias y aquí nadie disimula. Pero todo llegará.

La información privilegiada en la Bolsa (1), las licencias urbanísticas de los ayuntamientos (2) y la financiación más que sospechosa de los partidos políticos (3) son tres asignaturas pendientes (troncales) de nuestra joven democracia.

Como todos sabemos que no hay nada gratis, el trueque pecaminoso que se hace, con demasiada frecuencia, en estos tres campos abonados para la corrupción nos suele producir alarma cuando no decepción y tristeza.

Desde luego, a menos que se explique mejor, pienso que Conthe se ha equivocado de siglo y de país. Y está pagando por ello.

Y quien se ha equivocado, no de siglo sino de milenio, ha sido Angel Acebes. Basta con leer una frase suya sobre el PSOE que El Mundo ha premiado con cuatro columnas:

Angel Acebes:

«Hacen del embuste una estrategia electoral»

¿Acaso se cree el ladrón que todos son de su condición?

Cuando Acebes (el de ETA en el 11-M) habla de mentiras siento que se pasa siete pueblos.

Ese Acebes es un verdadero regalo para el PSOE.

De lo que no habla Acebes (ni Rajoy) es de la sospechosa falsificación de documentos oficiales para el voto por correo, encargada por el gerente de la campaña electoral del PP de Melilla a una imprenta de confianza. El impresor prometió al PP que le podía falsificar «clavados» los impresos oficiales para «que no se note ninguna diferencia». Afortunadamente, la Guardia Civil les ha pillado con las manos en la masa.

Pero de esa noticia -que manda en la primera de El País a cuatro columnas- no hay ni una línea en la portada de El Mundo.

Quizá veamos algo del «caso Melilla» en su edición de mañana.

¿Criticará Pedro Jota esta conducta pecaminosa del PP o le exculpará?

La solución: mañana.

Sigo en Almería, a la orilla del Mediterráneo. ¡Qué maravilla!