Pedro Jo se supera cuando entra en campaña electoral. Desde luego, hacía tiempo que no veía una portada tan pueril y-quizás- tan ofensiva para la sensibilidad o inteligencia de algunos de sus lectores más fieles.
La utilización tan burda e infantil de las fotos del «enfermo» Solbes y del «doctor» Pizarro no debería figurar en el historial profesional del director de El Mundo. No está a su nivel habitual de manipulación profesional. Y es una pena. Con portadas como ésta Pedro Jo está perdiendo puntos incluso entre sus feligreses más ciegos.
En cambio, El País, más institucional hasta el aburrimiento, enfrenta en página interior, fotos tradicionales del ministro y del millonario para informar del próximo debate de ambos en Antena 3.
Publico lo da a toda página, El País, a una columna y El Mundo lo esconde en un breve sumario. Frente a esa presunta gran noticia del debate Solbes/Pizarro, El Mundo casi se olvida de poner en portada la detención de los dos etarras que faltaban del comando que atentó contra la terminal 4 de Barajas. Cientos de portadas falsas dedicadas a ETA en el 11-M (a toda página y a 4 columnas) apoyando las mentiras del trío Pinocho y cuando la policía detiene a dos presunos asesinos de la T-4, Pedro Jo esconde esa información entre los sumarios de «otras noticias» sin darle siquiera la dignidad de un pequeño titular a una columna como hace El País.
Sobre la querella por injurias de los policías contra el locutor de la pecaminosa COPE de los obispos, Federico Jimenez Losantos , Público también lo da a 4 columnas y El País a una. Sin embargo, Pedro Jo, compañero de tertulia del querellado, no da ni una línea.
Es una «no noticia» para los lectores de El Mundo, muchos de ellos amantísimos seguidores del polémico locutor episcopal que también esparce su doctrina por las columnas del diario de Pedro Jota Ramírez.
Cada vez que oigo, por obligación y mortificación profesional, la cadena COPE, me acerco más a las sabias opiniones de los personajes del genial Roto. El dibujo de hoy en El País es una prueba de ello. Los españoles no tenemos precisamente el don de la oportunidad en nuestras guerras contra el invasor. Pocas veces acertamos.
La victoria en la Guerra de la Independencia contra la invasión napoleónica nos trajo a Fernando VII , mal llamado «el Deseado», que pronto se convirtió en «el rey felón», uno de los peores reyes de toda nuestra historia. Tampoco acertamos a ponerle nombres apropiados a los reyes. Fernando VII, el Deseado, nos salió rana y sanguinario y acabó con el sobrenombre de «rey felón«.
Y más de uno recordará que, a la muerte del dictador Franco, a Juan Carlos de Borbón se le dió el sobrenombre de «Juan Carlos, el Breve».
Ya lleva 33 años de reinado, uno de los más largos y pacíficos de la historia de España.
No damos ni una, mi querido Roto.