No hay nada como observar el sujeto y el verbo de cada titular, por lejano que nos parezca, para saber de que pie cojea cada periódico.
No importan el tiempo ni el espacio, el siglo ni el continente. Uno puede defender a Fernando VII, el rey felón, y el otro puede atacarlo; uno puede defender a Calderón y el otro a Obrador.
Pero la línea editorial se mantiene con coherencia. Y los lectores leen lo que querían leer en su diario favorito.
En la primera de hoy, niguno de los dos diarios disimula sus preferencia para la presidencia de México ni defrauda a sus lectores.
Calderón gana…
en El Mundo
Obrador impugna…
en El País
Ambos van a una columna en primera y con amplia cobertura interior.